• Darius
    La maldición de Han .

    " Hijo de David Zeilen él Dragón Negro primigenio Rey Basilio y Ara Han una mujer de la raza Kitsune, guardian del mundo de los espíritus,
    Zet Zeilen es el segundo hijo varón de David, coronado Rey Basilio por poder y no por heredad, se sabe que posee todos los poderes de su padre y aún más,
    Es también por herencia un Kitsune blanco aunque está parte de si mismo es terreno inexplorado para Zet, también su maldición .

    Luna púrpura
    Nairobi .
    En uno de tantos días que el joven Rey Basilio vagaba por la tierra de los humanos se vio abordado por una de sus Feridas, su esposa Nairobi, Kitsune de la Luna, la flor de la muerte, la bruja blanca, sobre nombres muchos, fue tomada por Ferida no por amor, el título le fue otorgado por castigo una vez que intentó matar a Zet y fracaso, para él no había mejor castigo para ella que convertirla en su esposa y someterla a su voluntad y sus placeres, así fue como Nairobi hija de la casa Veluchi se convierte en Ferida, espada y esposa de Darius Zet .
    Poco tiempo después de haberle tomado por mujer y como esposa el joven Basilio como era en su costumbre desapareció, dejo el palacio Basil y a sus esposas en un día y por muchos no regreso, se fue en busca de aventuras, conquistas, amantes y tesoros, pero una sombra le seguía, su Ferida Nairobi, una mujer en años mayor al joven Rey, caminaba sigilosa y ocultaba su presencia y su perfume, él ignoraba su presencia, no lo sabía, a lo lejos la mujer le observa, buscando su oportunidad para hacerlo caer en el sueño de la muerte, mucho rencor le guardaba, resentimiento y odio del más puro .

    Shirakawa
    Japón 1990

    En un pueblo poco desarrollado en un país del continente asiático el Basilio encontró un lugar remoto el cual le gustaba mucho, de árboles de colores, plantas hermosas, bosques extensos y una mujer de cabellos rojos y ojos afinados que le habían cautivado, se decía que en las montañas aledañas habían demonios que se comían a las personas, eso llamo la atención del Dragón, buscaba siempre criaturas fuertes con las cuales combatir a muerte con la intención de pulir sus habilidades y hacerse más fuerte, de paso también liberar el mundo de dicha peste, desgraciadamente y para su mala suerte aquellas criaturas resultaban ser insignificantes para él, Darius es extremo muy poderoso, tanto que ni aún el conoce su propio límite, poco a poco el Basilio se fue cautivando más por la mujer humana de cabellos rojos, mientras tanto Nairobi lo observaba a distancia con celos y deseos de darle muerte, tanto fue la ofensa del Dragón para su Ferida que un día ella dijo en su corazón .

    / Maldito tu y maldita tu heredad yo te castigare .

    Nairobi es una mujer con poderes extraordinarios, su especialidad son las maldiciones, tanto magia oscura como blanca, no tiene límite alguno, en lo profundo de las montañas la mujer prepara algo especial para Darius, espera la luna roja, el aullido del zorro, un día mientras su esposo dormía en cama de la mujer pelirroja ella se acercó, sigilosa, silenciosa, sin que ninguno le viera, como un manto blanco que atraviesa las paredes, no deja huella ni aroma, como fantasma en medio de la noche, ha llevado con sigo un frasco con esencia maldita, con sigilo lo lleva a los labios del Rey Basilio, lo vierte en su boca y desaparece, se aleja tanto y tan rápido como puede .
    Al sentir el extraño líquido en su boca el Basilio despierta y sin intención lo ha tomado todo sin desperdiciar una gota .
    Algo ocurre en su interior, siente como si un fuerte ácido recorre su cuerpo, se adueña de sus venas, se levanta y camina lejos de la choza dejando a la pelirroja dormida en su cama, el Basilio tropieza y cae cerca del arrollo mirando su rostro en las aguas que reflejan su rostro, las antorchas que iluminan el lugar ofrecen luz para verse asi mismo, poco a poco sus cabellos oscuros se vuelven blancos, de su cabeza aparecen orejas peludas y blancas, las colas del Kitsune lentamente van creciendo hasta tomar forma, los ojos rojos del Dragón cambian, como perlas azules que brillan como estrellas así se reflejan en el agua, Darius había tomado su forma natural herencia de la familia Han, se transformó en Kitsune, un hombre con orejas de zorro que sobresalen de su cabellera, colas blancas que se sacuden con violencia, nueve son sus colas, sus manos de varón tienen uñas largas y afiladas como garras, sus colmillos sobresalen de sus labios, y en su mente no tiene otra cosa mas que el deseo de matar, sin control alguno, comienza una masacre sin sentido, cabaña por cabaña, en medio de la noche, derriba las paredes de madera usando su fuerza y golpeando con sus colas las estructuras que son derribadas como castillo de cartas en fuerte viento, todo ser vivo cuánto ve es víctima de su sed de sangre, hombres, mujeres y niños, también animales, todo cuanto vive y ve es asesinado de una forma cruel, los mutila, los toma con sus colas y su fuerza bruta los destroza, les hace pedazos, es luna roja, luna de sangre, un episodio perdido en la historia del joven Basilio, gritos de dolor, llanto de miedo, criaturas que desesperadamente buscan refugio, ninguno tiene salvación, todo lo que él encuentra perece de manera violenta, el pequeño arrollo a la orilla del pueblo se convierte en un río de sangre, cuerpos mutilados y cabañas siendo devoradas por el fuego azul del Basilio adornan un paisaje siniestro, al final solo ha quedado una en pie, la última, aquella cabaña donde dormía la mujer de cabellos rojos, la joven dama no era para nada cobarde, aterrorizada si casi al punto de estar paralizada esperaba al zorro demonio con una katana empuñada, en sus ojos carmesí nacían lágrimas, sus manos temblorosas hacían temblar la hoja afilada que reflejaba la luna sangrienta .

    / Ven por mi !! demonio !!

    La mujer gritaba con desespero a una sombra que lentamente se aproximaba.
    Tenido en sangre, con la mirada perdida y aún con algunos rastros de carne en sus garras, su rostro expresaba una imagen de retorcido placer, bañado en sangre, su pecho y sus prendas son la evidencia de que era él causante aquella masacre, Darius le ve y no siente nada, lo único que desea es jugar con ella hasta que su cuerpo no valga nada .

    Darius La maldición de Han . " Hijo de David Zeilen él Dragón Negro primigenio Rey Basilio y Ara Han una mujer de la raza Kitsune, guardian del mundo de los espíritus, Zet Zeilen es el segundo hijo varón de David, coronado Rey Basilio por poder y no por heredad, se sabe que posee todos los poderes de su padre y aún más, Es también por herencia un Kitsune blanco aunque está parte de si mismo es terreno inexplorado para Zet, también su maldición . Luna púrpura Nairobi . En uno de tantos días que el joven Rey Basilio vagaba por la tierra de los humanos se vio abordado por una de sus Feridas, su esposa Nairobi, Kitsune de la Luna, la flor de la muerte, la bruja blanca, sobre nombres muchos, fue tomada por Ferida no por amor, el título le fue otorgado por castigo una vez que intentó matar a Zet y fracaso, para él no había mejor castigo para ella que convertirla en su esposa y someterla a su voluntad y sus placeres, así fue como Nairobi hija de la casa Veluchi se convierte en Ferida, espada y esposa de Darius Zet . Poco tiempo después de haberle tomado por mujer y como esposa el joven Basilio como era en su costumbre desapareció, dejo el palacio Basil y a sus esposas en un día y por muchos no regreso, se fue en busca de aventuras, conquistas, amantes y tesoros, pero una sombra le seguía, su Ferida Nairobi, una mujer en años mayor al joven Rey, caminaba sigilosa y ocultaba su presencia y su perfume, él ignoraba su presencia, no lo sabía, a lo lejos la mujer le observa, buscando su oportunidad para hacerlo caer en el sueño de la muerte, mucho rencor le guardaba, resentimiento y odio del más puro . Shirakawa Japón 1990 En un pueblo poco desarrollado en un país del continente asiático el Basilio encontró un lugar remoto el cual le gustaba mucho, de árboles de colores, plantas hermosas, bosques extensos y una mujer de cabellos rojos y ojos afinados que le habían cautivado, se decía que en las montañas aledañas habían demonios que se comían a las personas, eso llamo la atención del Dragón, buscaba siempre criaturas fuertes con las cuales combatir a muerte con la intención de pulir sus habilidades y hacerse más fuerte, de paso también liberar el mundo de dicha peste, desgraciadamente y para su mala suerte aquellas criaturas resultaban ser insignificantes para él, Darius es extremo muy poderoso, tanto que ni aún el conoce su propio límite, poco a poco el Basilio se fue cautivando más por la mujer humana de cabellos rojos, mientras tanto Nairobi lo observaba a distancia con celos y deseos de darle muerte, tanto fue la ofensa del Dragón para su Ferida que un día ella dijo en su corazón . / Maldito tu y maldita tu heredad yo te castigare . Nairobi es una mujer con poderes extraordinarios, su especialidad son las maldiciones, tanto magia oscura como blanca, no tiene límite alguno, en lo profundo de las montañas la mujer prepara algo especial para Darius, espera la luna roja, el aullido del zorro, un día mientras su esposo dormía en cama de la mujer pelirroja ella se acercó, sigilosa, silenciosa, sin que ninguno le viera, como un manto blanco que atraviesa las paredes, no deja huella ni aroma, como fantasma en medio de la noche, ha llevado con sigo un frasco con esencia maldita, con sigilo lo lleva a los labios del Rey Basilio, lo vierte en su boca y desaparece, se aleja tanto y tan rápido como puede . Al sentir el extraño líquido en su boca el Basilio despierta y sin intención lo ha tomado todo sin desperdiciar una gota . Algo ocurre en su interior, siente como si un fuerte ácido recorre su cuerpo, se adueña de sus venas, se levanta y camina lejos de la choza dejando a la pelirroja dormida en su cama, el Basilio tropieza y cae cerca del arrollo mirando su rostro en las aguas que reflejan su rostro, las antorchas que iluminan el lugar ofrecen luz para verse asi mismo, poco a poco sus cabellos oscuros se vuelven blancos, de su cabeza aparecen orejas peludas y blancas, las colas del Kitsune lentamente van creciendo hasta tomar forma, los ojos rojos del Dragón cambian, como perlas azules que brillan como estrellas así se reflejan en el agua, Darius había tomado su forma natural herencia de la familia Han, se transformó en Kitsune, un hombre con orejas de zorro que sobresalen de su cabellera, colas blancas que se sacuden con violencia, nueve son sus colas, sus manos de varón tienen uñas largas y afiladas como garras, sus colmillos sobresalen de sus labios, y en su mente no tiene otra cosa mas que el deseo de matar, sin control alguno, comienza una masacre sin sentido, cabaña por cabaña, en medio de la noche, derriba las paredes de madera usando su fuerza y golpeando con sus colas las estructuras que son derribadas como castillo de cartas en fuerte viento, todo ser vivo cuánto ve es víctima de su sed de sangre, hombres, mujeres y niños, también animales, todo cuanto vive y ve es asesinado de una forma cruel, los mutila, los toma con sus colas y su fuerza bruta los destroza, les hace pedazos, es luna roja, luna de sangre, un episodio perdido en la historia del joven Basilio, gritos de dolor, llanto de miedo, criaturas que desesperadamente buscan refugio, ninguno tiene salvación, todo lo que él encuentra perece de manera violenta, el pequeño arrollo a la orilla del pueblo se convierte en un río de sangre, cuerpos mutilados y cabañas siendo devoradas por el fuego azul del Basilio adornan un paisaje siniestro, al final solo ha quedado una en pie, la última, aquella cabaña donde dormía la mujer de cabellos rojos, la joven dama no era para nada cobarde, aterrorizada si casi al punto de estar paralizada esperaba al zorro demonio con una katana empuñada, en sus ojos carmesí nacían lágrimas, sus manos temblorosas hacían temblar la hoja afilada que reflejaba la luna sangrienta . / Ven por mi !! demonio !! La mujer gritaba con desespero a una sombra que lentamente se aproximaba. Tenido en sangre, con la mirada perdida y aún con algunos rastros de carne en sus garras, su rostro expresaba una imagen de retorcido placer, bañado en sangre, su pecho y sus prendas son la evidencia de que era él causante aquella masacre, Darius le ve y no siente nada, lo único que desea es jugar con ella hasta que su cuerpo no valga nada .
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    [ Bueno, no se si siga teniendo a todos mis contactos pero, ¡Ya me siento de mejor ánimo! Para mi a sido un logro, quiero retomar mis aventuras magicas con mi bruja torpe, si deseas entablar alguna amistad con ella, eres bienvenido ♡ besitos a todos. ]
    [ Bueno, no se si siga teniendo a todos mis contactos pero, ¡Ya me siento de mejor ánimo! Para mi a sido un logro, quiero retomar mis aventuras magicas con mi bruja torpe, si deseas entablar alguna amistad con ella, eres bienvenido ♡ besitos a todos. ]
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  • Durante la clase, Yashiro no puede evitar sentirte cansada, entre resolver los misterios de la escuela y pretender ser una estudiante normal, es complicado.

    -Suelta un suspiro mientras cierra sus ojos-

    —Estoy tan cansada... quisiera poder descansar de las aventuras de vez en cuando.—
    Durante la clase, Yashiro no puede evitar sentirte cansada, entre resolver los misterios de la escuela y pretender ser una estudiante normal, es complicado. -Suelta un suspiro mientras cierra sus ojos- —Estoy tan cansada... quisiera poder descansar de las aventuras de vez en cuando.—
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  • En un rincón del comedor de la escuela de Basgiath, por fin termino mi talla de dragón. Una sonrisa de satisfacción y orgullo se impregna en mis labios, mostrando uno de mis hoyuelos. Alzo la vista hacia el ajetreado comedor, viendo los jinetes terminar de comer, con ansia por más aventuras. Y vuelvo a sonreír. Ellos también son mi orgullo. Mi familia.
    En un rincón del comedor de la escuela de Basgiath, por fin termino mi talla de dragón. Una sonrisa de satisfacción y orgullo se impregna en mis labios, mostrando uno de mis hoyuelos. Alzo la vista hacia el ajetreado comedor, viendo los jinetes terminar de comer, con ansia por más aventuras. Y vuelvo a sonreír. Ellos también son mi orgullo. Mi familia.
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  • El rubio estaba en la cubierta del barco, apoyado en la barandilla mientras la brisa salada despeinaba sus mechones dorados. La luna iluminaba el océano, reflejando destellos plateados en las olas tranquilas. Su cigarrillo apenas ardía entre sus dedos, olvidado mientras su mente vagaba entre pensamientos.

    “¿Cuánto he cambiado desde que zarpé con estos locos?”

    Soltó un suspiro, observando el vaivén del mar. Recordaba su vida en Baratie, los días de lucha bajo la mirada severa de Zeff. Antes, su mundo era la cocina y la supervivencia. Ahora, su mundo era mucho más grande. Compañeros que se sentían como una familia, sueños compartidos, batallas que lo habían llevado al límite… y la certeza de que seguiría luchando hasta el final.
    Llevó el cigarrillo a sus labios, pero no lo encendió. Pensó en todas las personas que había encontrado en su viaje. Las mujeres a las que había jurado proteger, los amigos que lo habían aceptado sin cuestionar su pasado, y los enemigos que lo habían hecho más fuerte.

    “No soy el mismo cocinero que salió de Baratie. No solo quiero encontrar All Blue. Quiero seguir cocinando para ellos… para que nunca pasen hambre, para que siempre tengan un hogar, sin importar a dónde vayamos.”

    Sonrió para sí mismo, apagando el cigarro entre sus dedos antes de volver adentro. Mañana sería otro día lleno de aventuras, pero por esta noche… disfrutaba de la calma.
    El rubio estaba en la cubierta del barco, apoyado en la barandilla mientras la brisa salada despeinaba sus mechones dorados. La luna iluminaba el océano, reflejando destellos plateados en las olas tranquilas. Su cigarrillo apenas ardía entre sus dedos, olvidado mientras su mente vagaba entre pensamientos. “¿Cuánto he cambiado desde que zarpé con estos locos?” Soltó un suspiro, observando el vaivén del mar. Recordaba su vida en Baratie, los días de lucha bajo la mirada severa de Zeff. Antes, su mundo era la cocina y la supervivencia. Ahora, su mundo era mucho más grande. Compañeros que se sentían como una familia, sueños compartidos, batallas que lo habían llevado al límite… y la certeza de que seguiría luchando hasta el final. Llevó el cigarrillo a sus labios, pero no lo encendió. Pensó en todas las personas que había encontrado en su viaje. Las mujeres a las que había jurado proteger, los amigos que lo habían aceptado sin cuestionar su pasado, y los enemigos que lo habían hecho más fuerte. “No soy el mismo cocinero que salió de Baratie. No solo quiero encontrar All Blue. Quiero seguir cocinando para ellos… para que nunca pasen hambre, para que siempre tengan un hogar, sin importar a dónde vayamos.” Sonrió para sí mismo, apagando el cigarro entre sus dedos antes de volver adentro. Mañana sería otro día lleno de aventuras, pero por esta noche… disfrutaba de la calma.
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  • Aventuras con Paddington.

    ¿Serás el próximo Rey de Inglaterra? ¿Tendremos hora del té?

    #Picasso
    Aventuras con Paddington. ¿Serás el próximo Rey de Inglaterra? ¿Tendremos hora del té? #Picasso
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  • Listo para aventuras y tesoros.
    ¡Sube al barco!
    Listo para aventuras y tesoros. ¡Sube al barco!
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  • 𝕵𝖚𝖘𝖙 𝖆 𝖗𝖊𝖌𝖚𝖑𝖆𝖗
    Categoría Otros
    𝐑𝐨𝐥 𝐜𝐨𝐧:
    > 𝐒𝐢𝐧𝐞𝐚𝐝 <



    Quedarse en una ubicación fija durante mucho tiempo era algo que James no solía hacer. O eso era antaño, cuando sus aventuras recién comenzaron junto a su tripulación. Personas que ya no estaban con él, que se fueron del plano terrenal hacía mucho tiempo. Pero él... él continuó, el tiempo pausado en su apariencia, mientras todo a su alrededor avanzaba.

    Entonces, llegó un punto donde empezó a quedarse más tiempo en alguna ciudad, a veces más poblada, otras más tranquila. Sus estadías duraban cada vez más hasta que, al final, pareció encontrar su lugar. O tal vez ya estaba cansado de ir a un lado a otro si ya había recorrido todo.

    Un bar era su lugar más frecuentado por las noches. Primero empezó con unas dos veces a la semana, luego aumentaron a tres, cuatro, cinco... y todas y cada una. Siempre en el mismo lugar, en una butaca al final de la barra, lado opuesto de la entrada, esa esquina que parecía estar menos concurrida por demás clientes. Siempre pedía lo mismo: Brandy. A veces algunos vasos, otras la botella entera, pagando sin una sola queja.

    Era un regular cualquiera, si no fuera por su forma de vestir tan de... "antes". Podía llamar más la atención su sombrero de copa, que si bien no era demasiado alto, no es que se usara mucho en la actualidad, no como antes. Pero ayudaba a ocultar un poco su rostro, sobre todo la zona de sus ojos.

    Otra cosa era el ambiente. Cuando llegaba todo parecía volverse más "oscuro", pesado, aunque la euforia en algunos no disminuía, más bien parecía empeorar, como si se volvieran locos de repente. Eso lo acompañaba casi constantemente, sin importar su humor. No obstante, se veía tranquilo, un observador de lo que ocurriera ahí dentro. Si no se metían con él, entonces él no se metía con nadie.

    Esa noche, de nuevo, llegó, aunque no en su horario usual (alrededor de una hora luego de la apertura), sino que fueron tres horas después. Su asiento ya estaba ocupado, así que tuvo que conformarse con el que sea que estuviera libre ahí, justo en la barra.

    Dejó caer su peso, la butaca quejándose levemente, luego apoyó los antebrazos sobre la barra, esperando con paciencia y silencio hasta que alguno de los bartenders viera en su dirección.
    𝐑𝐨𝐥 𝐜𝐨𝐧: > [sweet_but_psycho] < Quedarse en una ubicación fija durante mucho tiempo era algo que James no solía hacer. O eso era antaño, cuando sus aventuras recién comenzaron junto a su tripulación. Personas que ya no estaban con él, que se fueron del plano terrenal hacía mucho tiempo. Pero él... él continuó, el tiempo pausado en su apariencia, mientras todo a su alrededor avanzaba. Entonces, llegó un punto donde empezó a quedarse más tiempo en alguna ciudad, a veces más poblada, otras más tranquila. Sus estadías duraban cada vez más hasta que, al final, pareció encontrar su lugar. O tal vez ya estaba cansado de ir a un lado a otro si ya había recorrido todo. Un bar era su lugar más frecuentado por las noches. Primero empezó con unas dos veces a la semana, luego aumentaron a tres, cuatro, cinco... y todas y cada una. Siempre en el mismo lugar, en una butaca al final de la barra, lado opuesto de la entrada, esa esquina que parecía estar menos concurrida por demás clientes. Siempre pedía lo mismo: Brandy. A veces algunos vasos, otras la botella entera, pagando sin una sola queja. Era un regular cualquiera, si no fuera por su forma de vestir tan de... "antes". Podía llamar más la atención su sombrero de copa, que si bien no era demasiado alto, no es que se usara mucho en la actualidad, no como antes. Pero ayudaba a ocultar un poco su rostro, sobre todo la zona de sus ojos. Otra cosa era el ambiente. Cuando llegaba todo parecía volverse más "oscuro", pesado, aunque la euforia en algunos no disminuía, más bien parecía empeorar, como si se volvieran locos de repente. Eso lo acompañaba casi constantemente, sin importar su humor. No obstante, se veía tranquilo, un observador de lo que ocurriera ahí dentro. Si no se metían con él, entonces él no se metía con nadie. Esa noche, de nuevo, llegó, aunque no en su horario usual (alrededor de una hora luego de la apertura), sino que fueron tres horas después. Su asiento ya estaba ocupado, así que tuvo que conformarse con el que sea que estuviera libre ahí, justo en la barra. Dejó caer su peso, la butaca quejándose levemente, luego apoyó los antebrazos sobre la barra, esperando con paciencia y silencio hasta que alguno de los bartenders viera en su dirección.
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    Grupal
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  • -¿Cómo podría olvidar que aquel día era el cumpleaños sino del pirata que más admiraba también?
    Aunque disfrutaba de las aventuras y la compañía de sus compañeros, no le era sino inevitable el querer volver a encontrarse con aquel pirata pelirrojo que había salvado su vida.

    Aún así, cumplía su promesa al pie de la letra y no estaba dispuesto a verlo antes de cumplirla por completo-

    ¡Feliz cumpleaños, Shanks!

    -Deseó, con amplia sonrisa sentado en el mascarón de proa del Sunny mientras observaba el horizonte. Tan solo un momento solitario pensando en el Pelirrojo antes de acomodar su sombrero de paja y volver con el resto de la tripulación para celebrar el cumpleaños de Franky-
    -¿Cómo podría olvidar que aquel día era el cumpleaños sino del pirata que más admiraba también? Aunque disfrutaba de las aventuras y la compañía de sus compañeros, no le era sino inevitable el querer volver a encontrarse con aquel pirata pelirrojo que había salvado su vida. Aún así, cumplía su promesa al pie de la letra y no estaba dispuesto a verlo antes de cumplirla por completo- ¡Feliz cumpleaños, Shanks! -Deseó, con amplia sonrisa sentado en el mascarón de proa del Sunny mientras observaba el horizonte. Tan solo un momento solitario pensando en el Pelirrojo antes de acomodar su sombrero de paja y volver con el resto de la tripulación para celebrar el cumpleaños de Franky-
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  • Viajaré por los mares y viviré nuevas aventuras.
    Cambiaré mi carácter....
    Lo haré un hombre más sencillo.
    Viajaré por los mares y viviré nuevas aventuras. Cambiaré mi carácter.... Lo haré un hombre más sencillo.
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