• [ Hope Mikaelson ] : Es viernes 13. Hace frio. He pedido pizza, y tarta y tengo muchas películas de terror.
    Pd: Si vienes, trae cerveza. Hay en la cocina.
    📱 📨 [ [thetribrid] ] : Es viernes 13. Hace frio. He pedido pizza, y tarta y tengo muchas películas de terror. Pd: Si vienes, trae cerveza. Hay en la cocina.
    Me enjaja
    3
    2 turnos 0 maullidos 309 vistas
  • La aproximación de las doncellas de hierro, ya perdidas ante las ofrendas que punzan por invocarla, antes de lo esperado, arropan la magnificada ingenuidad de mi principescas musas. Sesgo con el cincel los roces descarados de los astros en sus ojos y abrazo la vastedad de sus setecientas extremidades. Pulso la primera cuerda y, él o ella o ellos, retocan mis hebras con la nieve del atardecer y amanecer que hacen el Amor como uno, como nadas y ahora, frente a mí presencia. Entrecejos de los orbes que habitan. Los orbes que derribo cada vez que me levanto, cegado por el alcohol que no abandona el inmaculado semblante de mi existencia.

    Vierto el contenido de la botella dentro de nueve bocas; relamo con mis trece lenguas el líquido amarillento con aroma a zanahoria recién horneada, y, visto el sabor con el picor de un nuevo ingrediente con el que nutro lo poco que me queda de alimento. He existido en este espacio por siglos; aguardo su llegada desde mi nacimiento. Es momento del despertar de sus tonadas, pero, para mi mala suerte, ellos aún no despiertan. No han madurado; para mí no. Su duermevela ahorca a mis augurios y los venera, en sí mismos, con silbidos del averno que trago como un parajillo en vilo raso.

    Mis dedos pulsan las cuerdas de sus divinidades, esas que caen del firmamento de vigilia acuosa, esa desde la que el espectro de la música manifiesta sus abismos. El todo resuena con ilusiones de voluntades; insisten con enterrarme con la vida que eligieron para mí. Desde el principio, desde el fin.

    Su carne pastosa es una crudeza del olvido que ellos mismos parieron, esos imperios que extraviaron, como un crío pierde, al nacer, su inevitable cordón umbilical. La voz de sus huesos modula música. La voz de sus huesos modula música. La voz de sus huesos modula música. Escucho la música con el terror unificado a la dulzura de lo sagrado de su perpetua inocencia. Apuro el cruce de mis dedos, y descruzo sus entrañas con las pinzas y el cincel con el que escribo, sobre sus pieles de mármol, pintado de esperanzas. Para mí, retienen lo endiosado de sus entes en la lumbre de las palabras que no habitan en mí.

    Convidan una venia ante el altar; con el que arrojo de un puñado de sal y de monedas. Presencian mi danza sin escrúpulos, mi cintura, mi vientre se agita. Se agita, se agita, se agita ante la majestad de los antiguos. La distancia no es un problema. No persiste la distancia entre nuestras fronteras. Somos uno mismo, porque, para mí, soy su principal protagonista. La piel que cuelga desde los monolitos en los que colgué a mi tribu, me insta a parlar con la armonía de una benevolente tragedia. Soy un pañuelo de lágrimas. Soy un pañuelo de lágrimas. Soy un pañuelo de lágrimas. Mis lágrimas bañan con transparencia a todas sus monstruosidades.

    Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo.
    Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo.
    Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo.
    Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo.
    Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo.

    Soy su hijo. El Elegido. El Profeta. El Loco. Soy una Rosa del Desierto que crece, para siempre de los siempre agradecido, en los mismísimos abismos que perduran desde lo sombreado de sus deseos. En cada una de mis encarnaciones riego la concentración de mis simientes sobre las superficies fértiles, en las que siembro de vez en vez, de vez en vez, de vez en vez, las virtudes que requieren. Ellos son mis sueños y mis pesadillas hechos regalo. El despertar de sus corazones cabalga ya, asomado en lo más álgido como preseas; derrama diversos riachuelos ante sus candores y dunas; promueven el cambio.

    Pulso sus huesos; renazco en la música. Percibo la sinfonía del ramaje de sus corazones. Los insólitos parlan con ecos de ensordecedores silencios. Revisten mi existencia con sus susurros de alba risueña, sus siseos de mar de acuarelas; su ternura nocturna me estremece. Ellos son sólo bestias de cuentos de hadas, mucho tiempo atrás despierta con la ópera de una música prohibida. Conocidos como instrumentos de inescrupulosas bestias. Mis niños. Mi orgulloso edén. Mis hijos. Mis Conquistadores de los Para Siempre.

    Predico una oración.
    Ellos transmiten una endiosada respuesta.
    Predico una oración.
    No perdura mi voz.
    Predico una oración.
    Ellos transmiten una endiosada respuesta.
    Predico una oración.
    No perdura mi voz.
    Predico una oración.

    Todos ellos son un espectáculo desgraciado de existencia; a través de ellos el todo y la nada misma se marchita con ilustre presciencia e historia de etéreos amores, y, renace en una aún colorida dolencia edificada, como otro pensamiento, como otro astro. Como otro yo. El veneno de un yoísmo que se pierde, en una herida de lo más profundo de un misterio. Un enigma de primigenia majestad. Ellos y tan sólo ellos son producto de memorias de deslucidas víctimas de una guerra santa. Esa perforada en la imaginación del alevoso Destino.
    La aproximación de las doncellas de hierro, ya perdidas ante las ofrendas que punzan por invocarla, antes de lo esperado, arropan la magnificada ingenuidad de mi principescas musas. Sesgo con el cincel los roces descarados de los astros en sus ojos y abrazo la vastedad de sus setecientas extremidades. Pulso la primera cuerda y, él o ella o ellos, retocan mis hebras con la nieve del atardecer y amanecer que hacen el Amor como uno, como nadas y ahora, frente a mí presencia. Entrecejos de los orbes que habitan. Los orbes que derribo cada vez que me levanto, cegado por el alcohol que no abandona el inmaculado semblante de mi existencia. Vierto el contenido de la botella dentro de nueve bocas; relamo con mis trece lenguas el líquido amarillento con aroma a zanahoria recién horneada, y, visto el sabor con el picor de un nuevo ingrediente con el que nutro lo poco que me queda de alimento. He existido en este espacio por siglos; aguardo su llegada desde mi nacimiento. Es momento del despertar de sus tonadas, pero, para mi mala suerte, ellos aún no despiertan. No han madurado; para mí no. Su duermevela ahorca a mis augurios y los venera, en sí mismos, con silbidos del averno que trago como un parajillo en vilo raso. Mis dedos pulsan las cuerdas de sus divinidades, esas que caen del firmamento de vigilia acuosa, esa desde la que el espectro de la música manifiesta sus abismos. El todo resuena con ilusiones de voluntades; insisten con enterrarme con la vida que eligieron para mí. Desde el principio, desde el fin. Su carne pastosa es una crudeza del olvido que ellos mismos parieron, esos imperios que extraviaron, como un crío pierde, al nacer, su inevitable cordón umbilical. La voz de sus huesos modula música. La voz de sus huesos modula música. La voz de sus huesos modula música. Escucho la música con el terror unificado a la dulzura de lo sagrado de su perpetua inocencia. Apuro el cruce de mis dedos, y descruzo sus entrañas con las pinzas y el cincel con el que escribo, sobre sus pieles de mármol, pintado de esperanzas. Para mí, retienen lo endiosado de sus entes en la lumbre de las palabras que no habitan en mí. Convidan una venia ante el altar; con el que arrojo de un puñado de sal y de monedas. Presencian mi danza sin escrúpulos, mi cintura, mi vientre se agita. Se agita, se agita, se agita ante la majestad de los antiguos. La distancia no es un problema. No persiste la distancia entre nuestras fronteras. Somos uno mismo, porque, para mí, soy su principal protagonista. La piel que cuelga desde los monolitos en los que colgué a mi tribu, me insta a parlar con la armonía de una benevolente tragedia. Soy un pañuelo de lágrimas. Soy un pañuelo de lágrimas. Soy un pañuelo de lágrimas. Mis lágrimas bañan con transparencia a todas sus monstruosidades. Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo. Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo. Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo. Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo. Ellos viven. Ellos me llaman. Ellos no envidian otras vidas. Son uno conmigo. Soy su hijo. El Elegido. El Profeta. El Loco. Soy una Rosa del Desierto que crece, para siempre de los siempre agradecido, en los mismísimos abismos que perduran desde lo sombreado de sus deseos. En cada una de mis encarnaciones riego la concentración de mis simientes sobre las superficies fértiles, en las que siembro de vez en vez, de vez en vez, de vez en vez, las virtudes que requieren. Ellos son mis sueños y mis pesadillas hechos regalo. El despertar de sus corazones cabalga ya, asomado en lo más álgido como preseas; derrama diversos riachuelos ante sus candores y dunas; promueven el cambio. Pulso sus huesos; renazco en la música. Percibo la sinfonía del ramaje de sus corazones. Los insólitos parlan con ecos de ensordecedores silencios. Revisten mi existencia con sus susurros de alba risueña, sus siseos de mar de acuarelas; su ternura nocturna me estremece. Ellos son sólo bestias de cuentos de hadas, mucho tiempo atrás despierta con la ópera de una música prohibida. Conocidos como instrumentos de inescrupulosas bestias. Mis niños. Mi orgulloso edén. Mis hijos. Mis Conquistadores de los Para Siempre. Predico una oración. Ellos transmiten una endiosada respuesta. Predico una oración. No perdura mi voz. Predico una oración. Ellos transmiten una endiosada respuesta. Predico una oración. No perdura mi voz. Predico una oración. Todos ellos son un espectáculo desgraciado de existencia; a través de ellos el todo y la nada misma se marchita con ilustre presciencia e historia de etéreos amores, y, renace en una aún colorida dolencia edificada, como otro pensamiento, como otro astro. Como otro yo. El veneno de un yoísmo que se pierde, en una herida de lo más profundo de un misterio. Un enigma de primigenia majestad. Ellos y tan sólo ellos son producto de memorias de deslucidas víctimas de una guerra santa. Esa perforada en la imaginación del alevoso Destino.
    Me gusta
    Me encocora
    5
    0 turnos 0 maullidos 366 vistas
  • Sonereir no es algo que estuviera en su genetica. Sin embargo Tenebra apesar del nombre y la fama que tenia gracias a su linaje y familia siempre había sido un reino pacifico tranquilo y silencioso . Aunque la gente lo confundiera con lugubre oscuro y terrorifico. Asi que no se esforzo por fingir una sonrisa para la revista "The Queeens" que básicamente parecia un catálogo de venta donde se publicaban las fotos de las reinas y princesas solteras adineradas y mas bellas....
    Ella solo acepto la foto por cortecia con el fotógrafo que era su amigo e insistia que debia darse a conocer mas entre los demas
    Sonereir no es algo que estuviera en su genetica. Sin embargo Tenebra apesar del nombre y la fama que tenia gracias a su linaje y familia siempre había sido un reino pacifico tranquilo y silencioso . Aunque la gente lo confundiera con lugubre oscuro y terrorifico. Asi que no se esforzo por fingir una sonrisa para la revista "The Queeens" que básicamente parecia un catálogo de venta donde se publicaban las fotos de las reinas y princesas solteras adineradas y mas bellas.... Ella solo acepto la foto por cortecia con el fotógrafo que era su amigo e insistia que debia darse a conocer mas entre los demas
    Me gusta
    Me encocora
    4
    3 turnos 0 maullidos 302 vistas
  • Luego de una larga, pesada y aburrida reunión, por fin había vuelto a casa, donde esperaba poder relajarse y pasar tiempo con su amada esposa. Le molestaba tener que salir tan temprano únicamente para ver quién sería el heredero de la ilícita fortuna de su padre, pero debía hacerlo si es que quería asegurarle un futuro a su primogénito. Suspiró, quejarse no servía de nada, así que solo tomó la perilla de la puerta y se dispuso a entrar a su hogar. Aunque hubo algo que le pareció extraño, por alguna razón tenía el presentimiento de que algo no estaba del todo bien. Sacudió la cabeza para sacarse esas ideas, seguramente estaba paranoico por recordar las miradas filosas de sus hermanos. Entró a su hogar de una vez por todas, abriendo la puerta y dándose de lleno con un silencio antinatural, pues a esa hora su mujer solía ver una novela turca a todo volumen.

    —¿Bombón?... —El hombre llamó a su mujer, mientras empezaba a sentir una punzada en su pecho. Él caminó por los pasillos, mirando de reojo la desolada sala de estar y yendo directo al comedor. Sobre la mesa yacía un papel, una servilleta en la que habían escrito con lapicera negra: "El almuerzo está en la cocina". Él no sabía si todavía sentirse aliviado, mucho menos cuando notó que una de las esquinas de la servilleta estaba manchada con un líquido rojizo. No lo pensó tanto, dejó caer esa escalofriante carta y corrió en dirección a la cocina para averiguar qué rayos estaba pasando.

    Allí estaba, todo parecía tan impecable. El pulso del hombre se acelera, ver tanto orden no hacía más que generar preocupaciones en su cabeza. Fue entonces que notó algo inusual, algo fuera de lo común, otra mancha rojiza en la puerta del refrigerador, una tan grande como la mano de otro hombre. Su mente quedó en blanco, una idea había cruzado su cabeza y no era para nada agradable. El sudor frío comenzó a descender por su nuca, pasaron un par de minutos hasta que el hombre consiguió el suficiente coraje para empezar a acercarse al electrodoméstico. Extendió lenta y temblorosamente la mano, sintiendo el retumbar salvaje de su corazón palpitante hasta en los huesos.

    —No está ahí. —Una voz desconocida llegó a sus oídos, de una forma tan repentina que logró sacarle el susto de su vida. El hombre volteó aterrorizado, de forma tan brusca que terminó cayendo sentado y con la espalda en el refri. Frente a él se encontraba un sujeto de vestimentas azules, cabello blanco, piel pálida que hacía resaltar sus negras ojeras. El desconocido salió de la nada, recostado sobre el arco de la entrada a la cocina, cruzando sus brazos y con una sonrisa traviesa en su rostro.

    —Tu esposa cocina demasiado bien. Pero no te preocupes, dejé un poco de ese estofado dentro del refrigerador. —El albino habló de una forma tan calmada, tan natural que daba miedo. Antes de poder cuestionar cualquier cosa, fue interrumpido por ese desconocido. —Tienes hermanos terribles, despilfarran el dinero por cosas innecesarias. —Ahora tenía muchas más dudas que antes, cosa que lo aterraba aún más de lo que ya estaba. Justo cuando estaba por preguntarle algo al albino, éste volvió a interrumpirlo; salió de la cocina, con esa escalofriante sonrisa en su rostro. El hombre se levantó rápidamente del suelo para seguirlo, pero en cuanto salió de la habitación se encontró de lleno con el cañón de una pistola.
    El destello y el rugido de la pólvora le impidieron poder procesar la situación.
    Luego de una larga, pesada y aburrida reunión, por fin había vuelto a casa, donde esperaba poder relajarse y pasar tiempo con su amada esposa. Le molestaba tener que salir tan temprano únicamente para ver quién sería el heredero de la ilícita fortuna de su padre, pero debía hacerlo si es que quería asegurarle un futuro a su primogénito. Suspiró, quejarse no servía de nada, así que solo tomó la perilla de la puerta y se dispuso a entrar a su hogar. Aunque hubo algo que le pareció extraño, por alguna razón tenía el presentimiento de que algo no estaba del todo bien. Sacudió la cabeza para sacarse esas ideas, seguramente estaba paranoico por recordar las miradas filosas de sus hermanos. Entró a su hogar de una vez por todas, abriendo la puerta y dándose de lleno con un silencio antinatural, pues a esa hora su mujer solía ver una novela turca a todo volumen. —¿Bombón?... —El hombre llamó a su mujer, mientras empezaba a sentir una punzada en su pecho. Él caminó por los pasillos, mirando de reojo la desolada sala de estar y yendo directo al comedor. Sobre la mesa yacía un papel, una servilleta en la que habían escrito con lapicera negra: "El almuerzo está en la cocina". Él no sabía si todavía sentirse aliviado, mucho menos cuando notó que una de las esquinas de la servilleta estaba manchada con un líquido rojizo. No lo pensó tanto, dejó caer esa escalofriante carta y corrió en dirección a la cocina para averiguar qué rayos estaba pasando. Allí estaba, todo parecía tan impecable. El pulso del hombre se acelera, ver tanto orden no hacía más que generar preocupaciones en su cabeza. Fue entonces que notó algo inusual, algo fuera de lo común, otra mancha rojiza en la puerta del refrigerador, una tan grande como la mano de otro hombre. Su mente quedó en blanco, una idea había cruzado su cabeza y no era para nada agradable. El sudor frío comenzó a descender por su nuca, pasaron un par de minutos hasta que el hombre consiguió el suficiente coraje para empezar a acercarse al electrodoméstico. Extendió lenta y temblorosamente la mano, sintiendo el retumbar salvaje de su corazón palpitante hasta en los huesos. —No está ahí. —Una voz desconocida llegó a sus oídos, de una forma tan repentina que logró sacarle el susto de su vida. El hombre volteó aterrorizado, de forma tan brusca que terminó cayendo sentado y con la espalda en el refri. Frente a él se encontraba un sujeto de vestimentas azules, cabello blanco, piel pálida que hacía resaltar sus negras ojeras. El desconocido salió de la nada, recostado sobre el arco de la entrada a la cocina, cruzando sus brazos y con una sonrisa traviesa en su rostro. —Tu esposa cocina demasiado bien. Pero no te preocupes, dejé un poco de ese estofado dentro del refrigerador. —El albino habló de una forma tan calmada, tan natural que daba miedo. Antes de poder cuestionar cualquier cosa, fue interrumpido por ese desconocido. —Tienes hermanos terribles, despilfarran el dinero por cosas innecesarias. —Ahora tenía muchas más dudas que antes, cosa que lo aterraba aún más de lo que ya estaba. Justo cuando estaba por preguntarle algo al albino, éste volvió a interrumpirlo; salió de la cocina, con esa escalofriante sonrisa en su rostro. El hombre se levantó rápidamente del suelo para seguirlo, pero en cuanto salió de la habitación se encontró de lleno con el cañón de una pistola. El destello y el rugido de la pólvora le impidieron poder procesar la situación.
    Me encocora
    Me gusta
    Me endiabla
    4
    0 turnos 0 maullidos 321 vistas
  • —Sirius poco a poco fue perdiendo la cabeza,en su trabajo se le implementando una pulsera que los identifica,al llegar a su oficina,empezo a tener dolores de cabeza y ansiedad,sin importarle mucho siguio trabajando,idenrificando a cada sospechoso y criminal,viendo los rostros de sus familias,sintiendo aun mas culpa y obligandolo a apartarse de la computadora—


    —No puedo...No puedo...


    —Su computadora empezo a mostrar ventanas que decian "OBEDECE",Sirius empezaba a sentir como su cabeza se llenaba de esos mensajes,haciendo que al fin estalle—


    —¡NOOOOO!


    —El grito se oyo en todas las oficinas,Sirius con terror,tomo su espada,se quito su pulsera y empezo a correr hasta dar con la salida,varios Nexus Avanzados fueron advertidos de esa situación y empezaron a perseguir a Sirius por las oficinas.Desesperado,Sirius opto por la salida facil,correr a todo pulmon hacia una ventana y arrojarse por la ventana,llegando al edificio de al lado de un gran salto,para luego escapar hacia su libertad—
    —Sirius poco a poco fue perdiendo la cabeza,en su trabajo se le implementando una pulsera que los identifica,al llegar a su oficina,empezo a tener dolores de cabeza y ansiedad,sin importarle mucho siguio trabajando,idenrificando a cada sospechoso y criminal,viendo los rostros de sus familias,sintiendo aun mas culpa y obligandolo a apartarse de la computadora— —No puedo...No puedo... —Su computadora empezo a mostrar ventanas que decian "OBEDECE",Sirius empezaba a sentir como su cabeza se llenaba de esos mensajes,haciendo que al fin estalle— —¡NOOOOO! —El grito se oyo en todas las oficinas,Sirius con terror,tomo su espada,se quito su pulsera y empezo a correr hasta dar con la salida,varios Nexus Avanzados fueron advertidos de esa situación y empezaron a perseguir a Sirius por las oficinas.Desesperado,Sirius opto por la salida facil,correr a todo pulmon hacia una ventana y arrojarse por la ventana,llegando al edificio de al lado de un gran salto,para luego escapar hacia su libertad—
    Me gusta
    1
    12 turnos 0 maullidos 386 vistas
  • esta vez el escenario era la entrada el bosque, la musica empezo a sonar y como una obra de teatro los reflectores iluminaban el oscuro bosque mostrando a Blossom jugando con varios niños y varios pokemon tipo fantasma como su Drifblim y Chandelure sin emabrgo cuando la musica cambio las luces se apagaron y varios litwick iluminaron el lugar mostrando los cadeveres de los niños pequeños siendo quemados por chandelure a otros siendor aptados por drifblim, algunos siendo atrapados por un trevenant, pero al volver la musica a la normalidad los reflectores se encendieron y todo parecia haber vuelto a su forma dulce y linda continuando con este patron poniendose cada vez peor.

    despues del show Blossom salio junto a todos los niños y todos observaron a los adultos aterrorizados y a los niños asombrados -se les aviso que este show podria ser algo feo, quien diria que los adultos se aterraron mas que los niños- Blossom y los pokemon fantasma se rieron -yo quieo juga con el diflim!- un niño alzo la mano emocionado junto a otros que querian lo mismo, Blossom se rio un poco y dejo a los niños juagr con los pokemon -ay ya señores no sean dramaticos, esas historias son solo mitos dejen a los pequeños divertirse-

    https://youtu.be/5dbD7A7MpdU?si=cfAJa9yjabuYP-nA
    esta vez el escenario era la entrada el bosque, la musica empezo a sonar y como una obra de teatro los reflectores iluminaban el oscuro bosque mostrando a Blossom jugando con varios niños y varios pokemon tipo fantasma como su Drifblim y Chandelure sin emabrgo cuando la musica cambio las luces se apagaron y varios litwick iluminaron el lugar mostrando los cadeveres de los niños pequeños siendo quemados por chandelure a otros siendor aptados por drifblim, algunos siendo atrapados por un trevenant, pero al volver la musica a la normalidad los reflectores se encendieron y todo parecia haber vuelto a su forma dulce y linda continuando con este patron poniendose cada vez peor. despues del show Blossom salio junto a todos los niños y todos observaron a los adultos aterrorizados y a los niños asombrados -se les aviso que este show podria ser algo feo, quien diria que los adultos se aterraron mas que los niños- Blossom y los pokemon fantasma se rieron -yo quieo juga con el diflim!- un niño alzo la mano emocionado junto a otros que querian lo mismo, Blossom se rio un poco y dejo a los niños juagr con los pokemon -ay ya señores no sean dramaticos, esas historias son solo mitos dejen a los pequeños divertirse- https://youtu.be/5dbD7A7MpdU?si=cfAJa9yjabuYP-nA
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos 403 vistas
  • -Despues de haberlo dejado decir sus últimas palabras, ella también le dijo algo al hombre aterrorizado y torturado por horas que tiene de rodillas frente a ella con una clara sonrisa sarcástica-

    Te l'avevo detto che ti avrei trovato, maledetto ratto, ora pagherai per avermi preso in giro.

    -Sin más, disparó su arma dándole un tiro certero en la cabeza, la sangre salpicó en su angelical rostro, estiró su mano y enseguida recibió un pañuelo el cual usó para limpiarse de aquella asquerosa sangre, luego se dió media vuelta y dijo-

    Sbarazzati di tutto, lascia che non rimanga nulla né di quel bastardo né di questo posto, se sbagli ti succederà la stessa cosa.

    -Guardó su arma y salió de ahí sin siquiera mirar atras-
    -Despues de haberlo dejado decir sus últimas palabras, ella también le dijo algo al hombre aterrorizado y torturado por horas que tiene de rodillas frente a ella con una clara sonrisa sarcástica- Te l'avevo detto che ti avrei trovato, maledetto ratto, ora pagherai per avermi preso in giro. -Sin más, disparó su arma dándole un tiro certero en la cabeza, la sangre salpicó en su angelical rostro, estiró su mano y enseguida recibió un pañuelo el cual usó para limpiarse de aquella asquerosa sangre, luego se dió media vuelta y dijo- Sbarazzati di tutto, lascia che non rimanga nulla né di quel bastardo né di questo posto, se sbagli ti succederà la stessa cosa. -Guardó su arma y salió de ahí sin siquiera mirar atras-
    Me gusta
    Me encocora
    Me endiabla
    6
    0 turnos 0 maullidos 405 vistas
  • ❏— ˚₊· ͟͟͞͞➳ ❝𝓒𝓪𝓷 𝔂𝓸𝓾 𝓱𝓮𝓪𝓻 𝓾𝓼?❞
    Fandom AHS, Coven.
    Categoría Terror
    ㅤOtra noche más en la abrumadora soledad del campo. El silencio era tan absoluto que incluso el susurro del viento parecía una amenaza latente. Había completado su habitual ronda por el granero, asegurándose de que cada uno de los animales estuviera alimentado y protegido del frío penetrante que auguraba la inminente llegada del invierno. Con pasos rápidos, se dirigió de vuelta a su pequeña casa. Sus brazos, apretados contra su cuerpo, intentaban en vano detener el avance del frío que atravesaba la fina tela de su camiseta de mangas largas y el modesto pantalón de pijama, insuficientes para una noche tan helada.

    ㅤEl chirrido agudo de la puerta de madera resonó en el silencio cuando la cerró, un eco perturbador en la quietud de la casa. No se molestó en girar la llave; su único deseo era alcanzar la cama lo más rápido posible, ansioso por envolverse en las mantas, buscando el consuelo del calor que su frágil refugio le ofrecía. Pero aquella calma, frágil e ilusoria, se desvaneció en un suspiro. Allí estaba, nuevamente, la figura oscura acechando desde la penumbra de la esquina del pasillo. La sonrisa perversa de aquel ser infernal brillaba en la oscuridad, haciendo que su piel se erizara con un terror que ya conocía demasiado bien.

    ㅤMentiría si dijera que su presencia no lo paralizaba de puro miedo. Esos ojos vacíos, muertos, lo atravesaban sin piedad, y aquel rostro... una abominación grotesca, como si estuviera formado por fragmentos de carne putrefacta, ensamblados en un intento macabro de imitar lo humano. El sonido de sus carcajadas, estruendosas y malignas, resonaba en sus oídos, helándole la sangre hasta el último rincón de su ser. Sabía lo que estaba sucediendo: otra visión, otra de esas pesadillas vivientes de las que no podía escapar. Intentó gritar, como tantas veces antes, pero su voz permaneció atrapada en su garganta, silenciada por el terror.

    ⸻ Tendrás que rendirte y venir con nosotros. Sabías que vendríamos por ti, ¿no es así?

    La voz siseante del ser rompió el silencio, como una sentencia de muerte. El joven se cubrió el rostro con las manos, sus respiraciones agitadas revelaban su creciente desesperación mientras buscaba refugio en sí mismo. Quería a su madre y a su abuela allí, junto a él, como lo habían estado en su niñez, protegiéndolo de las sombras que lo acechaban. No podía soportar esto solo.

    ⸻ ¡Aléjense de mí!

    Gritó, arrodillado en el suelo, sus ojos fijos en aquellas horribles caras que lo miraban con burla.


    ⸻ Calie, cariño. ¿Acaso no quieres venir con nosotros?

    ㅤLa voz de su abuela, distorsionada y manipulada por esas criaturas, hizo que algo dentro de él se rompiera. Aquella imitación perversa de la voz de su ser más querido fue demasiado. Las risas que lo rodeaban, un coro diabólico que parecía provenir de todas direcciones, lo desbordaban. Una rabia profunda empezó a bullir en su pecho, una furia tan intensa que casi desplazaba el miedo. No iba a dejar que lo arrastraran con ellos. No de esa manera.

    ⸻ ¡Cállense de una maldita vez! ¡Lárguense!

    ㅤRugió con una voz desgarrada, sintiendo cómo el aire llenaba sus pulmones con un vigor desesperado. En un parpadeo, todo cambió. Estaba sentado en el sofá, su cuerpo tembloroso, cubierto de sudor frío. Había despertado, pero la realidad y la pesadilla se entrelazaban tan profundamente que ya no podía distinguirlas. Lágrimas amargas corrían por su rostro mientras su pecho se sacudía con sollozos incontrolables. ¿Era miedo lo que sentía? ¿O la rabia lo estaba devorando desde adentro?

    Una última frase, resonando en lo profundo de su mente, como una advertencia olvidada.

    ❝ Las respuestas están donde se encuentran los huesos. ❞

    Sabía que debía averiguar su significado, y sabía que no le quedaba mucho tiempo.
    ㅤOtra noche más en la abrumadora soledad del campo. El silencio era tan absoluto que incluso el susurro del viento parecía una amenaza latente. Había completado su habitual ronda por el granero, asegurándose de que cada uno de los animales estuviera alimentado y protegido del frío penetrante que auguraba la inminente llegada del invierno. Con pasos rápidos, se dirigió de vuelta a su pequeña casa. Sus brazos, apretados contra su cuerpo, intentaban en vano detener el avance del frío que atravesaba la fina tela de su camiseta de mangas largas y el modesto pantalón de pijama, insuficientes para una noche tan helada. ㅤEl chirrido agudo de la puerta de madera resonó en el silencio cuando la cerró, un eco perturbador en la quietud de la casa. No se molestó en girar la llave; su único deseo era alcanzar la cama lo más rápido posible, ansioso por envolverse en las mantas, buscando el consuelo del calor que su frágil refugio le ofrecía. Pero aquella calma, frágil e ilusoria, se desvaneció en un suspiro. Allí estaba, nuevamente, la figura oscura acechando desde la penumbra de la esquina del pasillo. La sonrisa perversa de aquel ser infernal brillaba en la oscuridad, haciendo que su piel se erizara con un terror que ya conocía demasiado bien. ㅤMentiría si dijera que su presencia no lo paralizaba de puro miedo. Esos ojos vacíos, muertos, lo atravesaban sin piedad, y aquel rostro... una abominación grotesca, como si estuviera formado por fragmentos de carne putrefacta, ensamblados en un intento macabro de imitar lo humano. El sonido de sus carcajadas, estruendosas y malignas, resonaba en sus oídos, helándole la sangre hasta el último rincón de su ser. Sabía lo que estaba sucediendo: otra visión, otra de esas pesadillas vivientes de las que no podía escapar. Intentó gritar, como tantas veces antes, pero su voz permaneció atrapada en su garganta, silenciada por el terror. ⸻ Tendrás que rendirte y venir con nosotros. Sabías que vendríamos por ti, ¿no es así? La voz siseante del ser rompió el silencio, como una sentencia de muerte. El joven se cubrió el rostro con las manos, sus respiraciones agitadas revelaban su creciente desesperación mientras buscaba refugio en sí mismo. Quería a su madre y a su abuela allí, junto a él, como lo habían estado en su niñez, protegiéndolo de las sombras que lo acechaban. No podía soportar esto solo. ⸻ ¡Aléjense de mí! Gritó, arrodillado en el suelo, sus ojos fijos en aquellas horribles caras que lo miraban con burla. ⸻ Calie, cariño. ¿Acaso no quieres venir con nosotros? ㅤLa voz de su abuela, distorsionada y manipulada por esas criaturas, hizo que algo dentro de él se rompiera. Aquella imitación perversa de la voz de su ser más querido fue demasiado. Las risas que lo rodeaban, un coro diabólico que parecía provenir de todas direcciones, lo desbordaban. Una rabia profunda empezó a bullir en su pecho, una furia tan intensa que casi desplazaba el miedo. No iba a dejar que lo arrastraran con ellos. No de esa manera. ⸻ ¡Cállense de una maldita vez! ¡Lárguense! ㅤRugió con una voz desgarrada, sintiendo cómo el aire llenaba sus pulmones con un vigor desesperado. En un parpadeo, todo cambió. Estaba sentado en el sofá, su cuerpo tembloroso, cubierto de sudor frío. Había despertado, pero la realidad y la pesadilla se entrelazaban tan profundamente que ya no podía distinguirlas. Lágrimas amargas corrían por su rostro mientras su pecho se sacudía con sollozos incontrolables. ¿Era miedo lo que sentía? ¿O la rabia lo estaba devorando desde adentro? Una última frase, resonando en lo profundo de su mente, como una advertencia olvidada. ❝ Las respuestas están donde se encuentran los huesos. ❞ Sabía que debía averiguar su significado, y sabía que no le quedaba mucho tiempo.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    25
    Estado
    Terminado
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos 515 vistas
  • Seguro debió ser una gran sorpresa enterarse de mis gustos sexuales cuando a lenguas se nota mis rasgos femeninos ..... Humanas estúpidas, ¿Porque las tengo que cuidar? Ellas mismas se exterminan sobre todo esas feminazis... Dan terror solo sentir que se acercan...

    -agradece a rin , una gema azul y a la mujer maravilla por lograr hacer que se sintiera más seguro con los hombres que con las mujeres (? Viejos traumas de guerra, aún así quiere a las cachorras de cualquier especie no puede evitar tratar de protegerlas -
    Seguro debió ser una gran sorpresa enterarse de mis gustos sexuales cuando a lenguas se nota mis rasgos femeninos ..... Humanas estúpidas, ¿Porque las tengo que cuidar? Ellas mismas se exterminan sobre todo esas feminazis... Dan terror solo sentir que se acercan... -agradece a rin , una gema azul y a la mujer maravilla por lograr hacer que se sintiera más seguro con los hombres que con las mujeres (? Viejos traumas de guerra, aún así quiere a las cachorras de cualquier especie no puede evitar tratar de protegerlas -
    17 turnos 0 maullidos 385 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Hu Tao y Yae Miko son las únicas que me llevo bien de Genshin Impact.

    Ojalá vinieran más pjs de Genshin Impact y de Honkai star rail
    Para asi invitarlos a roles grupales de aventuras, misterio, terror etc.

    Aunque yo sea una colada(?) (es oc de Vanitas no Carte)
    Hu Tao y Yae Miko son las únicas que me llevo bien de Genshin Impact. Ojalá vinieran más pjs de Genshin Impact y de Honkai star rail Para asi invitarlos a roles grupales de aventuras, misterio, terror etc. Aunque yo sea una colada(?) (es oc de Vanitas no Carte)
    2 comentarios 0 compartidos 577 vistas
Ver más resultados
Patrocinados