Era un día de celebración. Pero no cualquier día de celebración, el cumpleaños de 𝑹𝒂𝒚𝒍𝒂 ni más ni menos. Por lo que todo debía ser perfecto... Romántico y perfecto. La perfecta combinación.
Por supuesto, no lo había hecho solo. No podía sino pedir a los pequeños, e inteligentes animalitos, que lo ayudaran. Implorando que la intuición de la elfa no la hiciera sospechar de sus planes, le habría pedido a Stella que la mantuviera ocupada el suficiente tiempo para que él pudiera preparar todo.
— Rayla!
La llamaría al ir donde ella, con una amplia sonrisa sobre sus labios.
— ¿Crees que podrías acompañarme un momento? Ah, ah! Pero, con los ojos vendados. Confía en mi
Casi que le haría ojitos de cachorro para convencerla. Nada demasiado producido como pequeño obsequio de cumpleaños. Solo unas vistas espléndidas al atradecer sobre alguna colina cercana, acompañado por alguna manta acomodada meticulosamente en el suelo junto a algunas velas, quisas algunas luciérnagas que parecían imitar a Cebo que no paraba de brillar con su mala cara, y aperitivos que acompañaran el momento.
Por supuesto, no lo había hecho solo. No podía sino pedir a los pequeños, e inteligentes animalitos, que lo ayudaran. Implorando que la intuición de la elfa no la hiciera sospechar de sus planes, le habría pedido a Stella que la mantuviera ocupada el suficiente tiempo para que él pudiera preparar todo.
— Rayla!
La llamaría al ir donde ella, con una amplia sonrisa sobre sus labios.
— ¿Crees que podrías acompañarme un momento? Ah, ah! Pero, con los ojos vendados. Confía en mi
Casi que le haría ojitos de cachorro para convencerla. Nada demasiado producido como pequeño obsequio de cumpleaños. Solo unas vistas espléndidas al atradecer sobre alguna colina cercana, acompañado por alguna manta acomodada meticulosamente en el suelo junto a algunas velas, quisas algunas luciérnagas que parecían imitar a Cebo que no paraba de brillar con su mala cara, y aperitivos que acompañaran el momento.
Era un día de celebración. Pero no cualquier día de celebración, el cumpleaños de [fusion_ruby_horse_283] ni más ni menos. Por lo que todo debía ser perfecto... Romántico y perfecto. La perfecta combinación.
Por supuesto, no lo había hecho solo. No podía sino pedir a los pequeños, e inteligentes animalitos, que lo ayudaran. Implorando que la intuición de la elfa no la hiciera sospechar de sus planes, le habría pedido a Stella que la mantuviera ocupada el suficiente tiempo para que él pudiera preparar todo.
— Rayla!
La llamaría al ir donde ella, con una amplia sonrisa sobre sus labios.
— ¿Crees que podrías acompañarme un momento? Ah, ah! Pero, con los ojos vendados. Confía en mi
Casi que le haría ojitos de cachorro para convencerla. Nada demasiado producido como pequeño obsequio de cumpleaños. Solo unas vistas espléndidas al atradecer sobre alguna colina cercana, acompañado por alguna manta acomodada meticulosamente en el suelo junto a algunas velas, quisas algunas luciérnagas que parecían imitar a Cebo que no paraba de brillar con su mala cara, y aperitivos que acompañaran el momento.
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