• "Perdóneme padre, porque he pecado
    Fandom Supernatural || The Vampire Diaries
    Categoría Drama
    ㅤㅤㅤ¿𝐻𝑎𝑠 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑑𝑜, ℎ𝑖𝑗𝑎? —𝑝𝑟𝑒𝑔𝑢𝑛𝑡𝑜́ 𝑒́𝑙.
    ㅤㅤㅤ¿𝑈𝑛𝑎 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 𝑝𝑖𝑎𝑑𝑜𝑠𝑎 𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎? — 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑜𝑛𝑑𝑖𝑜́ 𝑒𝑙𝑙𝑎.

    ㅤㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐕𝐈𝐈
    ㅤㅤㅤㅤㅤ˹ Dean Winchester


    ㅤㅤㅤY podía parecer que después de aquella aventura, que después de su visita por la caja terapéutica todo iba bien, por fin… ¿verdad? Bueno, en realidad sí. Todo iba bien. Hope y Dean pasaron aquella primera noche juntos. La verdad era que la tríbrida no tenia demasiado interés en separarse del cazador. No después de haber perdido tanto tiempo a su lado. Esa noche solo quiso… disfrutar de su recién recuperada relacion. Dejar que las sensaciones que Dean le hacia sentir la embargaran. Y perdió la noción del tiempo entre aquellas sábanas. Seguros de que nadie podría interrumpirlos se dedicaron a ellos mismos en el interior de aquella habitación. Se dedicaron a volver a conocerse, a demostrarse que se querían.

    Asi que no era de extrañar que ambos ignorasen las mil alarmas de sus teléfonos móviles. Tanto ellos como sus cuerpos habían sido sometidos a demasiado estrés durante las ultimas horas. Y sobre todo, Dean, al ver su libre albedrio comprometido bajo el control de aquel orbe marca Mikaelson.

    Hope despertó antes que Dean, quien dormía plácidamente, boca abajo y con un brazo bajo la almohada. Y no pudo evitar quedarse mirándolo durante… no supo durante cuanto tiempo. En ese momento pensaba demasiadas cosas. En lo cabezota y testarudo que era cuando queria, en lo cerca que había estado todo de irse a la mierda, en lo mal que se sentiría a esas alturas si hubiera vuelto a Nueva Orleans… Pensaba en que lo queria. Contra todo pronostico y por raro que sonase se había enamorado de él hasta niveles que siquiera ella era capaz de comprender. Y, estaba segura, lo queria más de lo que había querido a Landon. No había una forma de medirlo, claro…

    A sus pensamientos llegó el recuerdo de lo ocurrido en Morrill.

    “Tú… tú me ayudas, Hope. Tu presencia, tu cercanía calma el instinto asesino que pulsa por salir… “

    Sabia que esas palabras habían sido pronunciadas dentro del estresante contexto de aquella frustrante aventura, claro. Pero tambien sabia que ese sentimiento nacía de alguna parte. Era real. Si ella era capaz de calmar el instinto asesino provocado por un cacharro mágico infernal, es que era capaz de actuar como elemento relajante en la vida de Dean. Por parte de Hope, sabia que con él se sentía a salvo. Sabia que si él estaba cerca no había nada que temer. Aunque había tenido miedo cuando aquella bruja hacia intentado robarle su cuerpo, la verdad era que nunca había dejado de confiar en Dean Winchester. Ni siquiera cuando casi murieron congelados. Siempre tuvo fe en él. Puede que Dean fuera la única persona en el planeta tierra que no podría decepcionarla.

    Asegurándose de que, tras levantarse de la cama, Dean seguía durmiendo, la tríbrida buscó su ropa interior y una de las camisas del Winchester. Y mientras se la abotonaba susurró “Finite” para deshacer el hechizo de encierro sobre aquella habitación. Salió con cuidado de no hacer ruido y caminó descalza hasta la cocina donde se encontró con Hati y Sam quienes parecían haber terminado con una sesión de entrenamiento.

    -¡Vaya! ¡Hola! -saludó un sorprendido Sam tras parar la batidora donde estaba preparándole un batido de fresas y plátano a Hati, a juzgar por la expresión impaciente en el rostro de la morena- ¿Ha ido… todo bien?

    Hope fue incapaz de ocultar su sonrisa algo tímida.

    -Demasiado bien… -confirmó mientras se apartaba cabello del rostro- Parece que ha entrado en razón… -asintió ella- Asi que no va a dejarme y… yo no voy a irme a ninguna parte…
    Sam y Hati la miraron de arriba abajo.

    -Asi que… ¿habéis vuelto? -preguntó Hati.

    Hope asintió.

    -El mundo vuelve a ser un lugar mejor…- rio ella.

    Sam alzó las cejas, sorprendido.

    -Esa caja ha sido lo primero que ha conseguido hacer cambiar de opinión a Dean en treinta y siete años… Deberíamos darle una medalla al tal Vardilio… -bromeó Sam.

    -Vardemus. Profesor Vardemus…- rio Hope- Voy a hacer algo de desayunar… Me muero de hambre… Y me imagino que Dean también…

    >> Media hora después y con una bandeja con dos cafés, huevos y bacon, Hope entraba en la habitación del cazador y dejaba la bandeja en la mesilla antes de subirse a la cama para acercarse a Dean. Seguía totalmente dormido, asi que Hope se subió a la cama y depositó una hilera de besos en el hombro de Dean, descendiendo luego por su espalda. Y aunque estaba claro que el calor del bunker había arrancado un ligero sudor en la piel masculina durante la noche, a la Mikaelson no le importó.

    -Buenos dias… -canturreó ella ascendiendo hasta su mejilla donde dejó un largo trecho de cortos besitos- Te he hecho huevos y bacon…

    Y pareció que esas palabras eran la alarma perfecta para el cazador. Un rato después ambos disfrutaban de aquel nuevo primer desayuno de pareja. Después de un momento de esparcimiento, el gesto de Hope se tornó serio a la vez que sus pensamientos viajaban hacia ese pequeño, ínfimo y minúsculo tema que no había tratado con Dean porque habían cortado…

    -Dean… -habló ella con voz suave dejando un trozo de bacon sobre la bandeja- Hay algo que no te he contado… Tú y yo habíamos cortado y… y yo pensaba irme del bunker, asi que no creí que… necesitaras saberlo. Sé que vas a cabrearte conmigo, pero…

    La expresión en el rostro de Dean era un poema, y Hope inspiró profundamente buscando fuerzas para decir lo que tenia que decir.

    -Se trata de un asunto familiar… Si mi destino al salir de aquí era Nueva Orleans es porque… Bueno, unos dias después de que tú y yo cortásemos me llamó mi tia Freya. Tenia noticias de mi padre… -sabia que esa última frase cortocircuitaría el cerebro de Dean, asi que decidió soltarlo todo de golpe- Han vuelto. Él y mi tio Elijah. Los dos han vuelto… Y hay bastantes probabilidades de que tambien haya regresado mi madre… Aunque no lo sé con certeza… Creo que no quieren decírmelo para que no me haga ilusiones…


    creds:
    psd: https://www.deviantart.com/tigeredits/art/Buzzkill-PSD-collab-with-wheeinisaqueen-944906883
    ㅤㅤㅤ¿𝐻𝑎𝑠 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑑𝑜, ℎ𝑖𝑗𝑎? —𝑝𝑟𝑒𝑔𝑢𝑛𝑡𝑜́ 𝑒́𝑙. ㅤㅤㅤ¿𝑈𝑛𝑎 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 𝑝𝑖𝑎𝑑𝑜𝑠𝑎 𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎? — 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑜𝑛𝑑𝑖𝑜́ 𝑒𝑙𝑙𝑎. ㅤㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐕𝐈𝐈 ㅤㅤㅤㅤㅤ˹ [BxbyDriver] ㅤ ㅤ ㅤㅤㅤY podía parecer que después de aquella aventura, que después de su visita por la caja terapéutica todo iba bien, por fin… ¿verdad? Bueno, en realidad sí. Todo iba bien. Hope y Dean pasaron aquella primera noche juntos. La verdad era que la tríbrida no tenia demasiado interés en separarse del cazador. No después de haber perdido tanto tiempo a su lado. Esa noche solo quiso… disfrutar de su recién recuperada relacion. Dejar que las sensaciones que Dean le hacia sentir la embargaran. Y perdió la noción del tiempo entre aquellas sábanas. Seguros de que nadie podría interrumpirlos se dedicaron a ellos mismos en el interior de aquella habitación. Se dedicaron a volver a conocerse, a demostrarse que se querían. Asi que no era de extrañar que ambos ignorasen las mil alarmas de sus teléfonos móviles. Tanto ellos como sus cuerpos habían sido sometidos a demasiado estrés durante las ultimas horas. Y sobre todo, Dean, al ver su libre albedrio comprometido bajo el control de aquel orbe marca Mikaelson. Hope despertó antes que Dean, quien dormía plácidamente, boca abajo y con un brazo bajo la almohada. Y no pudo evitar quedarse mirándolo durante… no supo durante cuanto tiempo. En ese momento pensaba demasiadas cosas. En lo cabezota y testarudo que era cuando queria, en lo cerca que había estado todo de irse a la mierda, en lo mal que se sentiría a esas alturas si hubiera vuelto a Nueva Orleans… Pensaba en que lo queria. Contra todo pronostico y por raro que sonase se había enamorado de él hasta niveles que siquiera ella era capaz de comprender. Y, estaba segura, lo queria más de lo que había querido a Landon. No había una forma de medirlo, claro… A sus pensamientos llegó el recuerdo de lo ocurrido en Morrill. “Tú… tú me ayudas, Hope. Tu presencia, tu cercanía calma el instinto asesino que pulsa por salir… “ Sabia que esas palabras habían sido pronunciadas dentro del estresante contexto de aquella frustrante aventura, claro. Pero tambien sabia que ese sentimiento nacía de alguna parte. Era real. Si ella era capaz de calmar el instinto asesino provocado por un cacharro mágico infernal, es que era capaz de actuar como elemento relajante en la vida de Dean. Por parte de Hope, sabia que con él se sentía a salvo. Sabia que si él estaba cerca no había nada que temer. Aunque había tenido miedo cuando aquella bruja hacia intentado robarle su cuerpo, la verdad era que nunca había dejado de confiar en Dean Winchester. Ni siquiera cuando casi murieron congelados. Siempre tuvo fe en él. Puede que Dean fuera la única persona en el planeta tierra que no podría decepcionarla. Asegurándose de que, tras levantarse de la cama, Dean seguía durmiendo, la tríbrida buscó su ropa interior y una de las camisas del Winchester. Y mientras se la abotonaba susurró “Finite” para deshacer el hechizo de encierro sobre aquella habitación. Salió con cuidado de no hacer ruido y caminó descalza hasta la cocina donde se encontró con Hati y Sam quienes parecían haber terminado con una sesión de entrenamiento. -¡Vaya! ¡Hola! -saludó un sorprendido Sam tras parar la batidora donde estaba preparándole un batido de fresas y plátano a Hati, a juzgar por la expresión impaciente en el rostro de la morena- ¿Ha ido… todo bien? Hope fue incapaz de ocultar su sonrisa algo tímida. -Demasiado bien… -confirmó mientras se apartaba cabello del rostro- Parece que ha entrado en razón… -asintió ella- Asi que no va a dejarme y… yo no voy a irme a ninguna parte… Sam y Hati la miraron de arriba abajo. -Asi que… ¿habéis vuelto? -preguntó Hati. Hope asintió. -El mundo vuelve a ser un lugar mejor…- rio ella. Sam alzó las cejas, sorprendido. -Esa caja ha sido lo primero que ha conseguido hacer cambiar de opinión a Dean en treinta y siete años… Deberíamos darle una medalla al tal Vardilio… -bromeó Sam. -Vardemus. Profesor Vardemus…- rio Hope- Voy a hacer algo de desayunar… Me muero de hambre… Y me imagino que Dean también… >> Media hora después y con una bandeja con dos cafés, huevos y bacon, Hope entraba en la habitación del cazador y dejaba la bandeja en la mesilla antes de subirse a la cama para acercarse a Dean. Seguía totalmente dormido, asi que Hope se subió a la cama y depositó una hilera de besos en el hombro de Dean, descendiendo luego por su espalda. Y aunque estaba claro que el calor del bunker había arrancado un ligero sudor en la piel masculina durante la noche, a la Mikaelson no le importó. -Buenos dias… -canturreó ella ascendiendo hasta su mejilla donde dejó un largo trecho de cortos besitos- Te he hecho huevos y bacon… Y pareció que esas palabras eran la alarma perfecta para el cazador. Un rato después ambos disfrutaban de aquel nuevo primer desayuno de pareja. Después de un momento de esparcimiento, el gesto de Hope se tornó serio a la vez que sus pensamientos viajaban hacia ese pequeño, ínfimo y minúsculo tema que no había tratado con Dean porque habían cortado… -Dean… -habló ella con voz suave dejando un trozo de bacon sobre la bandeja- Hay algo que no te he contado… Tú y yo habíamos cortado y… y yo pensaba irme del bunker, asi que no creí que… necesitaras saberlo. Sé que vas a cabrearte conmigo, pero… La expresión en el rostro de Dean era un poema, y Hope inspiró profundamente buscando fuerzas para decir lo que tenia que decir. -Se trata de un asunto familiar… Si mi destino al salir de aquí era Nueva Orleans es porque… Bueno, unos dias después de que tú y yo cortásemos me llamó mi tia Freya. Tenia noticias de mi padre… -sabia que esa última frase cortocircuitaría el cerebro de Dean, asi que decidió soltarlo todo de golpe- Han vuelto. Él y mi tio Elijah. Los dos han vuelto… Y hay bastantes probabilidades de que tambien haya regresado mi madre… Aunque no lo sé con certeza… Creo que no quieren decírmelo para que no me haga ilusiones… creds: psd: https://www.deviantart.com/tigeredits/art/Buzzkill-PSD-collab-with-wheeinisaqueen-944906883
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  • "No puedo perder nada más..."
    Fandom Los Originales
    Categoría Drama
    𖦹.

      ━━━━ "...𝒏𝙞 𝙖 𝙣𝒂𝙙𝒊𝙚 𝙢𝒂́𝙨"

           ˚ ͙۪۪̥◌ › ︴ᴡɪᴛʜ﹕Keelan Malraux ︴
     
     
     
    Perder a un hermano era algo que la primogénita Mikaelson no desearía ni siquiera a su peor enemigo. Y ella los había perdido demasiadas veces… La primera vez cuando Dahlia se la llevó apartándola de su familia siendo demasiado pequeña como para guardar demasiados recuerdos a los que aferrarse. La segunda vez… había sucedido con la muerte de su hermano Finn por culpa de Lucien Castle… La tercera… Puede que la tercera hubiera sido la peor, la que más dolió… A pesar de saber que sus hermanos partían en paz y que morían bajo sus propios términos… Uno para salvar a su hija y su familia y el otro para acompañar en la vida eterna a su hermano menor.

    Pero ese sentimiento agridulce no desaparecía de la boca del estómago de Freya Mikaelson. Ni siquiera cuando nació su hijo, al que puso el nombre de su hermano.

    Era feliz. Sí. Lo era… Tenía un marido estupendo y un hijo al que adoraba con locura desenfrenada, pero… ¿Cómo de feliz se puede ser viendo para siempre un enorme vacío en el hueco que deberían ocupar tus hermanos y tu cuñada?

    Habían pasado años… complicados. Porque, aunque Nueva Orleans ahora era un espacio tranquilo y seguro, la verdad era que donde mirase veia la enorme grieta del vacío que vivía su familia. Lo veia en Hope. Lo veia en Rebekah… Incluso lo veia en Kol las pocas veces que había acudido de visita…

    Pero la vida había seguido. Keelan se había convertido en jefe de emergencias en el hospital. Era respetado, era querido. Era una figura de referencia para sus colegas y para el barrio francés. Por su parte, Freya trabajaba en el ayuntamiento, una forma de asegurarse de mantener el orden en su ciudad…

    Pero esa paz se había ido al cuerno unas semanas atrás cuando un tipo, que más tarde conocerían como el arcángel Miguel, se presentó en el complejo intentando venderles la idea de una raza superior. Por su seguridad Kol, Rebekah y Marcel decidieron ocultarse. Y, por ende, Hope tambien tuvo que ser puesta a salvo…

    Y, como las desgracias nunca vienen solas…

    >>El sol la cegaba. Podía sentir el calor en su piel y una quemazón lacerante en su brazo derecho. No… No era su brazo… Pero lo reconocía… Esos dedos largos y finos… Miró a su alrededor… Estaba en mitad de una pradera… Todo era verde… Sabía que estaba lejos de casa… Algo se lo decía… El calor…

    Entonces vio aquella marca… Una media luna engarzada con una triqueta… No reconocía ese símbolo. Pero sentía el enorme poder que emanaba de este, como el eco vibrante del dolor ligado a tan poderoso hechizo…

    Y entonces…

    Despertó sobresaltada incorporándose como un resorte en la cama. Su frente, su cuello y su pecho estaban empapados en sudor a pesar de la camiseta de tirantes de su pijama, a pesar de la dulce brisa nocturna que se filtraba por la ventana abierta de su dormitorio en el Complejo.

    Su respiración era agitada y su cerebro trabajaba para recomponer las imágenes que había visto en aquel sueño… Lo había sentido… Era real… Sabía que él había vuelto a casa…

    Notó el beso que su marido dejó sobre su hombro cuando se incorporó y le preguntó, preocupado qué era lo que ocurría. Freya miró a su marido con una expresión que navegaba entre la alegría incontrolada y la aterrorizada incomprensión, porque solo algo muy poderoso podría haber logrado traer de vuelta a…

    -Klaus… -le dijo a Keelan- Es Klaus. Ha regresado…


    ⸻ 𝙘𝙧𝙚𝙙𝙨 𝙛𝙤𝙧𝙢𝙖𝙩𝙤 𝙙𝙚 𝙩𝙚𝙭𝙩𝙤: https://x.com/WH0YAGONNACALL/status/1479143818029113345

    ⸻ 𝙘𝙧𝙚𝙙𝙨 𝙚𝙙𝙞𝙩 𝙥𝙤𝙧𝙩𝙖𝙙𝙖: me aka Freya Mikaelson
    𖦹.   ━━━━ "...𝒏𝙞 𝙖 𝙣𝒂𝙙𝒊𝙚 𝙢𝒂́𝙨"        ˚ ͙۪۪̥◌ › ︴ᴡɪᴛʜ﹕[las7malraux] ︴       Perder a un hermano era algo que la primogénita Mikaelson no desearía ni siquiera a su peor enemigo. Y ella los había perdido demasiadas veces… La primera vez cuando Dahlia se la llevó apartándola de su familia siendo demasiado pequeña como para guardar demasiados recuerdos a los que aferrarse. La segunda vez… había sucedido con la muerte de su hermano Finn por culpa de Lucien Castle… La tercera… Puede que la tercera hubiera sido la peor, la que más dolió… A pesar de saber que sus hermanos partían en paz y que morían bajo sus propios términos… Uno para salvar a su hija y su familia y el otro para acompañar en la vida eterna a su hermano menor. Pero ese sentimiento agridulce no desaparecía de la boca del estómago de Freya Mikaelson. Ni siquiera cuando nació su hijo, al que puso el nombre de su hermano. Era feliz. Sí. Lo era… Tenía un marido estupendo y un hijo al que adoraba con locura desenfrenada, pero… ¿Cómo de feliz se puede ser viendo para siempre un enorme vacío en el hueco que deberían ocupar tus hermanos y tu cuñada? Habían pasado años… complicados. Porque, aunque Nueva Orleans ahora era un espacio tranquilo y seguro, la verdad era que donde mirase veia la enorme grieta del vacío que vivía su familia. Lo veia en Hope. Lo veia en Rebekah… Incluso lo veia en Kol las pocas veces que había acudido de visita… Pero la vida había seguido. Keelan se había convertido en jefe de emergencias en el hospital. Era respetado, era querido. Era una figura de referencia para sus colegas y para el barrio francés. Por su parte, Freya trabajaba en el ayuntamiento, una forma de asegurarse de mantener el orden en su ciudad… Pero esa paz se había ido al cuerno unas semanas atrás cuando un tipo, que más tarde conocerían como el arcángel Miguel, se presentó en el complejo intentando venderles la idea de una raza superior. Por su seguridad Kol, Rebekah y Marcel decidieron ocultarse. Y, por ende, Hope tambien tuvo que ser puesta a salvo… Y, como las desgracias nunca vienen solas… >>El sol la cegaba. Podía sentir el calor en su piel y una quemazón lacerante en su brazo derecho. No… No era su brazo… Pero lo reconocía… Esos dedos largos y finos… Miró a su alrededor… Estaba en mitad de una pradera… Todo era verde… Sabía que estaba lejos de casa… Algo se lo decía… El calor… Entonces vio aquella marca… Una media luna engarzada con una triqueta… No reconocía ese símbolo. Pero sentía el enorme poder que emanaba de este, como el eco vibrante del dolor ligado a tan poderoso hechizo… Y entonces… Despertó sobresaltada incorporándose como un resorte en la cama. Su frente, su cuello y su pecho estaban empapados en sudor a pesar de la camiseta de tirantes de su pijama, a pesar de la dulce brisa nocturna que se filtraba por la ventana abierta de su dormitorio en el Complejo. Su respiración era agitada y su cerebro trabajaba para recomponer las imágenes que había visto en aquel sueño… Lo había sentido… Era real… Sabía que él había vuelto a casa… Notó el beso que su marido dejó sobre su hombro cuando se incorporó y le preguntó, preocupado qué era lo que ocurría. Freya miró a su marido con una expresión que navegaba entre la alegría incontrolada y la aterrorizada incomprensión, porque solo algo muy poderoso podría haber logrado traer de vuelta a… -Klaus… -le dijo a Keelan- Es Klaus. Ha regresado… ⸻ 𝙘𝙧𝙚𝙙𝙨 𝙛𝙤𝙧𝙢𝙖𝙩𝙤 𝙙𝙚 𝙩𝙚𝙭𝙩𝙤: https://x.com/WH0YAGONNACALL/status/1479143818029113345 ⸻ 𝙘𝙧𝙚𝙙𝙨 𝙚𝙙𝙞𝙩 𝙥𝙤𝙧𝙩𝙖𝙙𝙖: me aka [THE0LDERSISTER]
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  • Había algo en Nueva Orleans que siempre le hablaba en susurros a Esme. No eran las luces ni la música que brotaba de cada rincón, sino los silencios entre las tumbas, los secretos que se deslizaban como niebla por los callejones del Barrio Francés. Esa noche, con la luna colgada baja y amarilla sobre el cielo, Esme caminaba entre los panteones antiguos del cementerio de Lafayette, siguiendo rumores de lo oculto, buscando respuestas que ni siquiera sabía cómo formular.

    Fue entonces cuando escuchó los pasos apresurados, el murmullo de una voz que invocaba algo más viejo que el tiempo y el eco de una persecución que no estaba destinada para ojos mortales.

    Y la vio.

    Hilda.

    El vestido raído, la piel salpicada de magia antigua y miedo. Corría, no hacia la vida, sino huyendo de la muerte. De aquellos que la querían ver callada, enterrada, desaparecida.

    Esme no lo pensó. Su cuerpo se movió por instinto, como si algo en su sangre recordara un pacto sellado mucho antes de que ella naciera. Se interpuso entre Hilda y sus perseguidores, con nada más que su determinación y un fuego recién nacido en las manos, uno que no sabía que podía arder en ella.

    La lucha fue confusa. Rápida. Un parpadeo envuelto en sombras y maldiciones. Pero al final, quedaron solas. Respirando fuerte, mirándose como si se hubieran reconocido sin haberse visto nunca antes.

    —¿Quién eres? —preguntó Hilda, con voz áspera pero ojos suaves.

    —No lo sé —respondió Esme—. Pero creo que te estaba buscando.

    Desde esa noche, no se separaron. Hilda encontró en Esme un faro inesperado, y Esme encontró en Hilda no solo las respuestas que buscaba, sino también un propósito. Se cuidaron mutuamente, como sólo lo hacen quienes han cruzado juntas la línea entre lo terrenal y lo invisible. Unidas por un instante de destino y una promesa no dicha.

    Porque en Nueva Orleans, las almas se cruzan cuando tienen que cruzarse.

    Esme y Hilda… estaban destinadas a encontrarse. Después de eso, se dió cuenta que familia no es sólo la que comparte tu misma sangre.
    Había algo en Nueva Orleans que siempre le hablaba en susurros a Esme. No eran las luces ni la música que brotaba de cada rincón, sino los silencios entre las tumbas, los secretos que se deslizaban como niebla por los callejones del Barrio Francés. Esa noche, con la luna colgada baja y amarilla sobre el cielo, Esme caminaba entre los panteones antiguos del cementerio de Lafayette, siguiendo rumores de lo oculto, buscando respuestas que ni siquiera sabía cómo formular. Fue entonces cuando escuchó los pasos apresurados, el murmullo de una voz que invocaba algo más viejo que el tiempo y el eco de una persecución que no estaba destinada para ojos mortales. Y la vio. Hilda. El vestido raído, la piel salpicada de magia antigua y miedo. Corría, no hacia la vida, sino huyendo de la muerte. De aquellos que la querían ver callada, enterrada, desaparecida. Esme no lo pensó. Su cuerpo se movió por instinto, como si algo en su sangre recordara un pacto sellado mucho antes de que ella naciera. Se interpuso entre Hilda y sus perseguidores, con nada más que su determinación y un fuego recién nacido en las manos, uno que no sabía que podía arder en ella. La lucha fue confusa. Rápida. Un parpadeo envuelto en sombras y maldiciones. Pero al final, quedaron solas. Respirando fuerte, mirándose como si se hubieran reconocido sin haberse visto nunca antes. —¿Quién eres? —preguntó Hilda, con voz áspera pero ojos suaves. —No lo sé —respondió Esme—. Pero creo que te estaba buscando. Desde esa noche, no se separaron. Hilda encontró en Esme un faro inesperado, y Esme encontró en Hilda no solo las respuestas que buscaba, sino también un propósito. Se cuidaron mutuamente, como sólo lo hacen quienes han cruzado juntas la línea entre lo terrenal y lo invisible. Unidas por un instante de destino y una promesa no dicha. Porque en Nueva Orleans, las almas se cruzan cuando tienen que cruzarse. Esme y Hilda… estaban destinadas a encontrarse. Después de eso, se dió cuenta que familia no es sólo la que comparte tu misma sangre.
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  • "El 30 de Mayo de 1431, fallece un verdadero ejemplo de valentía, honor, fe y estoicismo. Así como de enfrentarse a lo imposible y vencer. Una joven que, contra todo pronóstico, realizó impresionantes hazañas militares (una destreza que sólo era atribuida a los hombres en aquella época) y que, siendo sólo una campesina, debatió frente a frente contra grandes estudiosos eclesiásticos. Entre muchas otras hazañas.

    'Todo hombre da su vida por lo que cree. Toda mujer da su vida por lo que cree. (...) Una vida es todo lo que tenemos, y la vivimos como creemos en vivirla, y luego desaparece. Pero entregar lo que eres y vivir sin creer, eso es más terrible que morir, más terrible que morir joven.'

    - Sainte Jeanne D'Arc, la Pucelle D'Orleans."

    Nota personal del Conde:
    "Es curioso ver que ella tiene un día festivo y yo... un equipo de fútbol con mi nombre."
    "El 30 de Mayo de 1431, fallece un verdadero ejemplo de valentía, honor, fe y estoicismo. Así como de enfrentarse a lo imposible y vencer. Una joven que, contra todo pronóstico, realizó impresionantes hazañas militares (una destreza que sólo era atribuida a los hombres en aquella época) y que, siendo sólo una campesina, debatió frente a frente contra grandes estudiosos eclesiásticos. Entre muchas otras hazañas. 'Todo hombre da su vida por lo que cree. Toda mujer da su vida por lo que cree. (...) Una vida es todo lo que tenemos, y la vivimos como creemos en vivirla, y luego desaparece. Pero entregar lo que eres y vivir sin creer, eso es más terrible que morir, más terrible que morir joven.' - Sainte Jeanne D'Arc, la Pucelle D'Orleans." Nota personal del Conde: "Es curioso ver que ella tiene un día festivo y yo... un equipo de fútbol con mi nombre."
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  • 2 años 4 mese y 1 dia: primer dia de casado con claus hoy salimos a la ciudad y por mi lado a conocer nuevo orleans ya que soy demonio creo que me hare chaman claus pregunto que si le hice brujeria por desgracia eso no sirve con vampiros solo con humanos bueno hasta aqui mi reporte del dia nos vemos mañana
    2 años 4 mese y 1 dia: primer dia de casado con claus hoy salimos a la ciudad y por mi lado a conocer nuevo orleans ya que soy demonio creo que me hare chaman claus pregunto que si le hice brujeria por desgracia eso no sirve con vampiros solo con humanos bueno hasta aqui mi reporte del dia nos vemos mañana
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  • Día 2 en la tierra un chico llamado Claus me encontró tirado en el bosque y me sano todas mis heridas menos mis ojos aún llevo mi bandana negra y por lo que me dijo el chico estoy en nuevo Orleans creo? No eh salido del departamento hasta aquí mi reporte
    Día 2 en la tierra un chico llamado Claus me encontró tirado en el bosque y me sano todas mis heridas menos mis ojos aún llevo mi bandana negra y por lo que me dijo el chico estoy en nuevo Orleans creo? No eh salido del departamento hasta aquí mi reporte
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  • —¿Qué demonios le regalas a quien lo tiene todo? Era una putada, porque él era un vampiro con más de mil años de vida y ella era una hibrida de eternos veintipico años desde hacía... ¿veinte años? Las diferencias entre los dos eran abismales.

    Entonces semanas atrás habia recordado una historia que Rebekah le contó un dia. La de un regalo que ella misma hizo a Elijah: un relicario en cuyo interior se encontraban grabados los retratos de los tres hermanos Mikaelson que habían vivido juntos aquellos mil años: Klaus, Bekah y Elijah.

    Pero, según Rebekah, aquel relicario se habia perdido cuando tuvieron que huir de Nueva Orleans la noche que Mikael los encontró hacia un siglo atrás.

    Asi que eso fue lo que Hayley se obcecó en encontrar... Aquel relicario... Y no fue tarea fácil, requiriendo ayuda de Freya, Vincent y de una de las mellizas Saltzman que estaba de paso por la ciudad. Pero al fin lo encontró... —

    Feliz cumpleaños, Elijah

    —Dijo acercándose por la espalda del vampiro sentado a la mesa de su estudio. Dejó la cajita donde lo habia guardado frente a él y rodeó suavemente los hombros del vampiro con sus brazos—

    Es muy difícil regalarte algo, ¿sabes?

    Elijah Mikaelson

    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    —¿Qué demonios le regalas a quien lo tiene todo? Era una putada, porque él era un vampiro con más de mil años de vida y ella era una hibrida de eternos veintipico años desde hacía... ¿veinte años? Las diferencias entre los dos eran abismales. Entonces semanas atrás habia recordado una historia que Rebekah le contó un dia. La de un regalo que ella misma hizo a Elijah: un relicario en cuyo interior se encontraban grabados los retratos de los tres hermanos Mikaelson que habían vivido juntos aquellos mil años: Klaus, Bekah y Elijah. Pero, según Rebekah, aquel relicario se habia perdido cuando tuvieron que huir de Nueva Orleans la noche que Mikael los encontró hacia un siglo atrás. Asi que eso fue lo que Hayley se obcecó en encontrar... Aquel relicario... Y no fue tarea fácil, requiriendo ayuda de Freya, Vincent y de una de las mellizas Saltzman que estaba de paso por la ciudad. Pero al fin lo encontró... — Feliz cumpleaños, Elijah —Dijo acercándose por la espalda del vampiro sentado a la mesa de su estudio. Dejó la cajita donde lo habia guardado frente a él y rodeó suavemente los hombros del vampiro con sus brazos— Es muy difícil regalarte algo, ¿sabes? [Nbl3Stag] #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • — Tal vez ella terminó así por no volver a casa, Louis decía que Nueva Orleans tenía un poder mágico y atrayente que te hace querer volver... tal vez sea cierto... tal vez lo mejor para no terminar con arrepentimientos como ella... es volver a casa... tal vez solo debería olvidarlo y hacer como que es un sueño. —
    — Tal vez ella terminó así por no volver a casa, Louis decía que Nueva Orleans tenía un poder mágico y atrayente que te hace querer volver... tal vez sea cierto... tal vez lo mejor para no terminar con arrepentimientos como ella... es volver a casa... tal vez solo debería olvidarlo y hacer como que es un sueño. —
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  • El frío del invierno era perfecto para usarlo como pretexto y no tener que ir al trabajo, el papeleo de las empresas e incluso para no tener que aceptar los otros trabajos, era el momento perfecto para poder leer un poco, incluso para armar los patrones de las nuevas colecciones que ya tenía en mente, la idea de volver a tener una vida normal después de probar el bajo mundo, tal vez no volvería, después de todo el poder siempre es seductor. Pero aquel día lo único que interesaba era poder leer los apuntes y las páginas de las revistas de moda, los humanos tenían cierta forma de ver la alta costura que le hacía perderse en ese mundo de textiles.

    Su despacho en su departamento estaba rebosante de libros e iluminación, sus ojos estaban puestos en un tipo de vestido que muy seguramente podría convertirse en la sensación del invierno, mordió su labio de forma pensativa, necesitaba conseguir telas aterciopeladas y algunos encajes, rebusco entre sus cajones el muestrario de telas, tal vez también necesitaba un poco de satén.

    Por un momento se quedó viendo a la ventana, no era extraño que aveces viera las calles de Nueva Orleans perdiendo se en sus pensamientos, era como si la ciudad le diera las respuestas que buscaba, entonces comenzó a tararear, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, aveces era como si nada hubiera cambiado, desde que era una niña.
    El frío del invierno era perfecto para usarlo como pretexto y no tener que ir al trabajo, el papeleo de las empresas e incluso para no tener que aceptar los otros trabajos, era el momento perfecto para poder leer un poco, incluso para armar los patrones de las nuevas colecciones que ya tenía en mente, la idea de volver a tener una vida normal después de probar el bajo mundo, tal vez no volvería, después de todo el poder siempre es seductor. Pero aquel día lo único que interesaba era poder leer los apuntes y las páginas de las revistas de moda, los humanos tenían cierta forma de ver la alta costura que le hacía perderse en ese mundo de textiles. Su despacho en su departamento estaba rebosante de libros e iluminación, sus ojos estaban puestos en un tipo de vestido que muy seguramente podría convertirse en la sensación del invierno, mordió su labio de forma pensativa, necesitaba conseguir telas aterciopeladas y algunos encajes, rebusco entre sus cajones el muestrario de telas, tal vez también necesitaba un poco de satén. Por un momento se quedó viendo a la ventana, no era extraño que aveces viera las calles de Nueva Orleans perdiendo se en sus pensamientos, era como si la ciudad le diera las respuestas que buscaba, entonces comenzó a tararear, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, aveces era como si nada hubiera cambiado, desde que era una niña.
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  • Hacia un siglo que no había tocado un instrumento, según lo que él mismo pensaba, era porque la música formaba parte del mundo al que pertenecía su padre, entre más se acercaba al mundo artístico más se parecía a él, ¿no esa era la razón por la que se cortó el cabello y lo tiñó de negro?, pero por alguna razón ese violín en la pared justo aquel día le llamaba a tocar algunas notas en el. Un poco frustrado se puso de pie bajando el estuche y sacándolo de dentro.

    Paseo por un segundo sus dedos por las cuerdas, era en parte nostálgico el echo de estará ahí con uno de los primeros instrumentos que aprendió a tocar y el único que podía tener en ese pequeño departamento, lo colocó en posición sobre su hombro y luego tomó el arco para dar, lo que él llamaba, las primeras pinceladas. La melodía era suave pero al mismo tiempo era concisa, disfrutaba esa sensación cuando las cuerdas eran raspadas por el arco, dando ese sonido tan mágico. — Do you still remember the girl with the violin?.— La última pregunta que escucho que alguien le hiciera a su padre, se quedó grabada en su memoria, como él aún recordaba su primer asesinato al parecer Lestad jamás olvidó tampoco a su primera víctima, “Ohh el poder de la sangre”, por su cabeza siempre rondaban los recuerdos de la plantación, de el océano, de Nueva Orleans.
    Hacia un siglo que no había tocado un instrumento, según lo que él mismo pensaba, era porque la música formaba parte del mundo al que pertenecía su padre, entre más se acercaba al mundo artístico más se parecía a él, ¿no esa era la razón por la que se cortó el cabello y lo tiñó de negro?, pero por alguna razón ese violín en la pared justo aquel día le llamaba a tocar algunas notas en el. Un poco frustrado se puso de pie bajando el estuche y sacándolo de dentro. Paseo por un segundo sus dedos por las cuerdas, era en parte nostálgico el echo de estará ahí con uno de los primeros instrumentos que aprendió a tocar y el único que podía tener en ese pequeño departamento, lo colocó en posición sobre su hombro y luego tomó el arco para dar, lo que él llamaba, las primeras pinceladas. La melodía era suave pero al mismo tiempo era concisa, disfrutaba esa sensación cuando las cuerdas eran raspadas por el arco, dando ese sonido tan mágico. — Do you still remember the girl with the violin?.— La última pregunta que escucho que alguien le hiciera a su padre, se quedó grabada en su memoria, como él aún recordaba su primer asesinato al parecer Lestad jamás olvidó tampoco a su primera víctima, “Ohh el poder de la sangre”, por su cabeza siempre rondaban los recuerdos de la plantación, de el océano, de Nueva Orleans.
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