• Bienvenid@ a este refugio del conocimiento.
    Mi nombre es Amelia Jouvetelet, seré tu guía.
    Solo hay un pequeñito detalle... Si decides hacerle daño a estas instalaciones, los libros, la naturaleza mágica..... Yo misma te mataré.
    ¿No me crees? Que no te engañe mi apariencia, has visto la estatua de los héroes contra el Rey Demonio... sí, ahi estoy yo ~
    Bienvenid@ a este refugio del conocimiento. Mi nombre es Amelia Jouvetelet, seré tu guía. Solo hay un pequeñito detalle... Si decides hacerle daño a estas instalaciones, los libros, la naturaleza mágica..... Yo misma te mataré. ¿No me crees? Que no te engañe mi apariencia, has visto la estatua de los héroes contra el Rey Demonio... sí, ahi estoy yo ~
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  • Annabeth yace sobre el cesped con los brazos tras la cabeza y un libro abierto en el pecho, mientras la luz danzaba sobre ella y se colaba por las ramas de el arbol. La expresión en su rostro es serena, algo que raramente se le ve en medio del caos del campamento.
    Annabeth yace sobre el cesped con los brazos tras la cabeza y un libro abierto en el pecho, mientras la luz danzaba sobre ella y se colaba por las ramas de el arbol. La expresión en su rostro es serena, algo que raramente se le ve en medio del caos del campamento.
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  • ¿Ves? ¡Lectura con peso emocional y físico! Aunque creo que tú cargas más drama que este libro...
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  • - La joven estaba descansando en su habitación, después de lo ocurrido en la reunión de directores.
    Su hermano le había entregado un sobre con las indicaciones para una entrega , un cargamento de telas finas en una boutique en nada más que Florencia.
    La mujer suspiro pesadamente, se levantó de la cama , se cambió de ropa y emprendió marcha.
    Fue al aeropuerto a tomar un vuelo, la única persona que la acompañaba era Jack.
    Luego de la muerte de Marina, en el último atentado que tuvieron, Jack le prometió no separarse , no por miedo a que algo le pasará, si no por lo que ella pudiera hacer.. él sabe que algo cambio dentro de la inglesa cuando perdió a su nodriza-

    ¿De todos los lugares tenía que ser Florencia?

    - Jack la miro y solo se limito a decir levemente algunas palabras -

    Jack: ser la directora de relaciones exteriores significa eso, además tomela como las vacaciones que nunca tuvo.

    - Angyar lo miro de reojo y luego miro al frente mientras caminaban por el pasillo de policía internacional -

    Todo esto lo hago para que Gleb viva una vida normal.

    - pasaron los controles y subieron al avión . Jack se dedicó a leer un libro que de portada decir " Como convivir con una loca " , mientras Angyar cerro los ojos no para dormir si no para descansar.
    Al llegar a Florencia, fueron a dejar las cosas al hotel que le asignó su hermano, debían esperar uno o dos día que el container llegara con las telas , así que la joven se fue a caminar por la ciudad.
    Iba caminando con calma cuando en eso choco sin intención de una joven rubia con ojos violetas, cuando Angyar la vio en su memoria difusa un rostro salió, era Eᥣιsᥲbᥱttᥲ Dι Vιᥒᥴᥱᥒzo -

    .... ¿Srta Vincenzo?, disculpe ...

    - La joven estaba descansando en su habitación, después de lo ocurrido en la reunión de directores. Su hermano le había entregado un sobre con las indicaciones para una entrega , un cargamento de telas finas en una boutique en nada más que Florencia. La mujer suspiro pesadamente, se levantó de la cama , se cambió de ropa y emprendió marcha. Fue al aeropuerto a tomar un vuelo, la única persona que la acompañaba era Jack. Luego de la muerte de Marina, en el último atentado que tuvieron, Jack le prometió no separarse , no por miedo a que algo le pasará, si no por lo que ella pudiera hacer.. él sabe que algo cambio dentro de la inglesa cuando perdió a su nodriza- ¿De todos los lugares tenía que ser Florencia? - Jack la miro y solo se limito a decir levemente algunas palabras - Jack: ser la directora de relaciones exteriores significa eso, además tomela como las vacaciones que nunca tuvo. - Angyar lo miro de reojo y luego miro al frente mientras caminaban por el pasillo de policía internacional - Todo esto lo hago para que Gleb viva una vida normal. - pasaron los controles y subieron al avión . Jack se dedicó a leer un libro que de portada decir " Como convivir con una loca " , mientras Angyar cerro los ojos no para dormir si no para descansar. Al llegar a Florencia, fueron a dejar las cosas al hotel que le asignó su hermano, debían esperar uno o dos día que el container llegara con las telas , así que la joven se fue a caminar por la ciudad. Iba caminando con calma cuando en eso choco sin intención de una joven rubia con ojos violetas, cuando Angyar la vio en su memoria difusa un rostro salió, era [ElisabettaDV1] - .... ¿Srta Vincenzo?, disculpe ...
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  • ㅤ☆ ㅤ#DiezCosasSobre 𝘮𝘰𝘪, Eve Sheffield-Fine.

    ☆ Usa el guardarropa heredado de su madre, Fran Fine. Eso incluye minifaldas de leopardo, blazers Dior, escotes que alteran religiones, y tacones que hacen temblar al patriarcado.

    ☆ Cree en el poder de la belleza con contexto: todo lo que viste tiene historia, desde joyas judías familiares hasta abrigos comprados en París durante una ruptura amorosa.

    ☆ Tiene un diario de nombres donde anota gente que la ha decepcionado... y otro donde escribe nombres de futuros perros.

    ☆ No cocina casi nunca, pero guarda las recetas de su abuela judía como si fueran textos sagrados.

    ☆ Habla inglés, hebreo y sarcasmo fluido.

    ☆ Le gusta el cine francés, el buen whisky y las novelas de mujeres locamente brillantes.

    ☆ Cree firmemente en las señales del universo, pero le grita si tardan en llegar.

    ☆ Su lugar feliz es un sillón de terciopelo, con un libro de Sylvia Plath y una copa de vino caro.

    ☆ Tiene una playlist llamada “Para llorar como actriz de los 50” y otra que se llama “Empowered little cunt”.


    ☆ Cree que el legado se construye con amor, furia y estilo. El sarcasmo es gratis, pero necesario.
    ㅤ☆ ㅤ#DiezCosasSobre 𝘮𝘰𝘪, Eve Sheffield-Fine. ☆ Usa el guardarropa heredado de su madre, Fran Fine. Eso incluye minifaldas de leopardo, blazers Dior, escotes que alteran religiones, y tacones que hacen temblar al patriarcado. ☆ Cree en el poder de la belleza con contexto: todo lo que viste tiene historia, desde joyas judías familiares hasta abrigos comprados en París durante una ruptura amorosa. ☆ Tiene un diario de nombres donde anota gente que la ha decepcionado... y otro donde escribe nombres de futuros perros. ☆ No cocina casi nunca, pero guarda las recetas de su abuela judía como si fueran textos sagrados. ☆ Habla inglés, hebreo y sarcasmo fluido. ☆ Le gusta el cine francés, el buen whisky y las novelas de mujeres locamente brillantes. ☆ Cree firmemente en las señales del universo, pero le grita si tardan en llegar. ☆ Su lugar feliz es un sillón de terciopelo, con un libro de Sylvia Plath y una copa de vino caro. ☆ Tiene una playlist llamada “Para llorar como actriz de los 50” y otra que se llama “Empowered little cunt”. ☆ Cree que el legado se construye con amor, furia y estilo. El sarcasmo es gratis, pero necesario.
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  • Pocas veces permite el acceso de alguien a su biblioteca, pero ahora, se encuentra bastante sorprendido de ver a la pequeña muchacha albina devorando libros sin parar, uno detrás de otro, parecía que cada tema lo asimilaba en cuestión de segundos.

    — Parece ser que estas cerca de terminar otro libro, Ilnara ¿Por qué te interesa aprender tan rápido?
    Pocas veces permite el acceso de alguien a su biblioteca, pero ahora, se encuentra bastante sorprendido de ver a la pequeña muchacha albina devorando libros sin parar, uno detrás de otro, parecía que cada tema lo asimilaba en cuestión de segundos. — Parece ser que estas cerca de terminar otro libro, Ilnara ¿Por qué te interesa aprender tan rápido?
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  • 法官 - 陸峰

    ‹ Desde que la barrera de los polos superficiales había empezado a fallar desde hace unas semanas, olvidó como eran las estrellas y las constelaciones. Incluso la Luna era un poco inexistente.

    ¿La luna daría esa brisa fresca que tanto se menciona en los libros? Y las constelaciones, ¿Cómo sería observar formas en el cielo?. Cuando él ya había nacido, el mundo ya era caótico y no pudo conocer éstas obras naturales.

    En fin, sólo eran pensamientos espontáneos, como los de un niño curioso. Prefería dormir en lugar de que su mente se llenara de dudas sin sentido. ›
    法官 - 陸峰 ‹ Desde que la barrera de los polos superficiales había empezado a fallar desde hace unas semanas, olvidó como eran las estrellas y las constelaciones. Incluso la Luna era un poco inexistente. ¿La luna daría esa brisa fresca que tanto se menciona en los libros? Y las constelaciones, ¿Cómo sería observar formas en el cielo?. Cuando él ya había nacido, el mundo ya era caótico y no pudo conocer éstas obras naturales. En fin, sólo eran pensamientos espontáneos, como los de un niño curioso. Prefería dormir en lugar de que su mente se llenara de dudas sin sentido. ›
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  • Lucifer 𝕾𝖆𝖒𝖆𝖊𝖑 𝕸𝖔𝖗𝖓𝖎𝖓𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗
    *Preparando mi disfraz de doctor incluso cambiando de aspecto a la de un famoso doctor [Víctor Frankenstein], pero de una dimensión algo peculiar, una vez preparado desaparecí para aparecer donde estaría Lucifer llevando conmigo un maletín médico y dejándolo sobre la mesa*

    - Tío Lu… es hora de que comencemos esos estudios para ayudarte con el parto, tengo que estar totalmente informado para cuando ese bebe esté preparado para venir al mundo, quiero saberlo todo: información que me puedas dar, libros que expliquen cómo traer un ángel bebe, textos antiguos… cualquier cosa que me sirva.

    *Del maletín comencé a sacar artilugios médicos e incluso quirúrgicos, para que él me fuese explicando cuales harían falta y cuales no en alguna ocasión que necesite utilizarlos, por otro lado el maletín parecía no tener fondo ya que saque hasta una motosierra*

    - Ups esto mejor no, no queremos tener un serio accidente en el parto.

    *Volviendo a guardar la motosierra*
    [LuciHe11] *Preparando mi disfraz de doctor incluso cambiando de aspecto a la de un famoso doctor [Víctor Frankenstein], pero de una dimensión algo peculiar, una vez preparado desaparecí para aparecer donde estaría Lucifer llevando conmigo un maletín médico y dejándolo sobre la mesa* - Tío Lu… es hora de que comencemos esos estudios para ayudarte con el parto, tengo que estar totalmente informado para cuando ese bebe esté preparado para venir al mundo, quiero saberlo todo: información que me puedas dar, libros que expliquen cómo traer un ángel bebe, textos antiguos… cualquier cosa que me sirva. *Del maletín comencé a sacar artilugios médicos e incluso quirúrgicos, para que él me fuese explicando cuales harían falta y cuales no en alguna ocasión que necesite utilizarlos, por otro lado el maletín parecía no tener fondo ya que saque hasta una motosierra* - Ups esto mejor no, no queremos tener un serio accidente en el parto. *Volviendo a guardar la motosierra*
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  • ─ Bueno te tomaría unos 10 años leer todo lo que está en esta biblioteca... Eso sin contar todos los libros que solo los hijos de la luna tenemos la capacidad de leer...

    Alexa era la guardia del conocimiento, sacerdotisas de la diosa, curandera de luna, la única hija de los Selene y guía de las legiones sagradas de la luna. Aunque aún no le habían dado todos sus títulos, pues aún no cumplía con su misión, con la penitencia de entregar Ian el gran traidor de la luna, aún le dolía el corazón cuando pensaba en el y parece que nunca dejaría de ser así mientras ambos vivieran.

    ─ Si yo ya leí todos los libros... Algunos los he leído dos veces...
    ─ Bueno te tomaría unos 10 años leer todo lo que está en esta biblioteca... Eso sin contar todos los libros que solo los hijos de la luna tenemos la capacidad de leer... Alexa era la guardia del conocimiento, sacerdotisas de la diosa, curandera de luna, la única hija de los Selene y guía de las legiones sagradas de la luna. Aunque aún no le habían dado todos sus títulos, pues aún no cumplía con su misión, con la penitencia de entregar Ian el gran traidor de la luna, aún le dolía el corazón cuando pensaba en el y parece que nunca dejaría de ser así mientras ambos vivieran. ─ Si yo ya leí todos los libros... Algunos los he leído dos veces...
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  • Mark estaba sentado con el cuerpo relajado, pero la mente aún en marcha. En sus manos sostenía el libro que había estado leyendo en silencio por horas. La portada, gastada por el paso del tiempo, mostraba una imagen estilizada de un corredor de naves, su casco brillante bajo las estrellas del vacío con un arma capaz de destruir cualquier objetivo.

    El Viltrumita cerró el libro y lo dejó sobre la mesa de noche. Las palabras de aquella obra literaria resonaban en su mente, no podía dejar de pensar en que se estaba identificando fuertemente con el protagonista. La imagen del Space Racer volando entre planetas, evitando la muerte, parecía más anécdota suya que otra cosa.

    Suspiró con una exhalación que se sentía más como una descarga, como si estuviera liberando un poco de la tensión acumulada. Y ahí, en medio de la quietud de la habitación, vio la mochila al pie de la cama. Había libro dentro, lo sacó sin pensarlo tan solo como una distracción, pero al sostenerlo en las manos su expresión cambió levemente. Era un libro completamente diferente.

    ℙ𝕝𝕒𝕟𝕖𝕥𝕒 𝕤𝕒𝕝𝕧𝕒𝕛𝕖, 𝕓𝕖𝕤𝕥𝕚𝕒𝕤 𝕤𝕒𝕝𝕧𝕒𝕛𝕖𝕤.

    Mark abrió el libro, hojeando las primeras páginas con una lentitud casi mecánica. La portada mostraba criaturas monstruosas, bestias de otro mundo, luchando entre sí en paisajes desolados. Pero había algo más en este libro. Algo que no era simplemente una historia sobre supervivencia.

    —"𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒎𝒊𝒔𝒊𝒐́𝒏 𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒆𝒏𝒄𝒊𝒍𝒍𝒂: 𝒊𝒏𝒗𝒆𝒔𝒕𝒊𝒈𝒂𝒓 𝒆𝒍 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒉𝒐𝒔𝒕𝒊𝒍 𝒚 𝒓𝒆𝒑𝒐𝒓𝒕𝒂𝒓𝒏𝒐𝒔 𝒂𝒍 𝒄𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒂𝒍." —Leyó rápidamente. Luego pasó a otra página, más rápido esta vez.

    —"𝑳𝒐 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒇𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒅𝒂𝒅. 𝑬𝒍 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒆𝒓𝒂 𝒕𝒂𝒏 𝒅𝒆𝒏𝒔𝒐 𝒚 𝒔𝒖 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒅𝒂𝒅 𝒕𝒂𝒏 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒑𝒆𝒏𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒅𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒎𝒐𝒗𝒆𝒓𝒏𝒐𝒔. 𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒏𝒐 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒓𝒔𝒐𝒔 𝒖𝒕𝒊𝒍𝒆𝒔, 𝒎𝒊 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒂𝒏̃𝒆𝒓𝒂 𝒚 𝒚𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒍𝒊𝒔𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓 𝒂 𝒄𝒂𝒔𝒂, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒍 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒕𝒆𝒏𝒊́𝒂 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒔..." —Mark frunció el ceño, claramente algo lo puso nervioso.

    Había estado en planetas así. Donde el aire parecía pesar más que el metal. Donde el vuelo no era una opción, y cada paso era una batalla.

    —"𝑹𝒂𝒈𝒏𝒂𝒓𝒔. 𝑬𝒏 𝒖𝒏 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒗𝒊𝒎𝒐𝒔 𝒓𝒐𝒅𝒆𝒂𝒅𝒐𝒔. 𝑯𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒍𝒖𝒄𝒉𝒂𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂 𝒔𝒆𝒓𝒆𝒔 𝟏𝟎 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒎𝒂́𝒔 𝒈𝒓𝒂𝒏𝒅𝒆𝒔. 𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒅𝒆𝒃𝒊𝒅𝒐 𝒂 𝒍𝒂 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒅𝒂𝒅 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝑹𝒂𝒈𝒏𝒂𝒓𝒔 𝒕𝒆𝒏𝒊́𝒂𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒛𝒂 𝒊𝒏𝒄𝒐𝒎𝒑𝒂𝒓𝒂𝒃𝒍𝒆."

    Ragnars... El nombre le sonaba vagamente familiar, como algo que escuchó en un informe Viltrumita o tal vez en alguna patrulla remota.

    —"𝑯𝒂𝒃𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒖𝒃𝒆𝒔𝒕𝒊𝒎𝒂𝒅𝒐 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓𝒆𝒔; 𝒕𝒆𝒎𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒆 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒔𝒆 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒕𝒖𝒎𝒃𝒂"

    Mark cerró los ojos un momento. La imagen de esa escena "dos exploradores atrapados en un mundo que no perdonaba errores" lo golpeó más fuerte de lo que esperaba. Era una historia simple. Como si fuera una misión fallida. Pero había algo en ese miedo, en esa lucha silenciosa contra un entorno que no se puede vencer, que lo reflejaba a él más de lo que querría admitir.
    Mark estaba sentado con el cuerpo relajado, pero la mente aún en marcha. En sus manos sostenía el libro que había estado leyendo en silencio por horas. La portada, gastada por el paso del tiempo, mostraba una imagen estilizada de un corredor de naves, su casco brillante bajo las estrellas del vacío con un arma capaz de destruir cualquier objetivo. El Viltrumita cerró el libro y lo dejó sobre la mesa de noche. Las palabras de aquella obra literaria resonaban en su mente, no podía dejar de pensar en que se estaba identificando fuertemente con el protagonista. La imagen del Space Racer volando entre planetas, evitando la muerte, parecía más anécdota suya que otra cosa. Suspiró con una exhalación que se sentía más como una descarga, como si estuviera liberando un poco de la tensión acumulada. Y ahí, en medio de la quietud de la habitación, vio la mochila al pie de la cama. Había libro dentro, lo sacó sin pensarlo tan solo como una distracción, pero al sostenerlo en las manos su expresión cambió levemente. Era un libro completamente diferente. ℙ𝕝𝕒𝕟𝕖𝕥𝕒 𝕤𝕒𝕝𝕧𝕒𝕛𝕖, 𝕓𝕖𝕤𝕥𝕚𝕒𝕤 𝕤𝕒𝕝𝕧𝕒𝕛𝕖𝕤. Mark abrió el libro, hojeando las primeras páginas con una lentitud casi mecánica. La portada mostraba criaturas monstruosas, bestias de otro mundo, luchando entre sí en paisajes desolados. Pero había algo más en este libro. Algo que no era simplemente una historia sobre supervivencia. —"𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒎𝒊𝒔𝒊𝒐́𝒏 𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒆𝒏𝒄𝒊𝒍𝒍𝒂: 𝒊𝒏𝒗𝒆𝒔𝒕𝒊𝒈𝒂𝒓 𝒆𝒍 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒉𝒐𝒔𝒕𝒊𝒍 𝒚 𝒓𝒆𝒑𝒐𝒓𝒕𝒂𝒓𝒏𝒐𝒔 𝒂𝒍 𝒄𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒂𝒍." —Leyó rápidamente. Luego pasó a otra página, más rápido esta vez. —"𝑳𝒐 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒇𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒅𝒂𝒅. 𝑬𝒍 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒆𝒓𝒂 𝒕𝒂𝒏 𝒅𝒆𝒏𝒔𝒐 𝒚 𝒔𝒖 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒅𝒂𝒅 𝒕𝒂𝒏 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒑𝒆𝒏𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒅𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒎𝒐𝒗𝒆𝒓𝒏𝒐𝒔. 𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒏𝒐 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒓𝒔𝒐𝒔 𝒖𝒕𝒊𝒍𝒆𝒔, 𝒎𝒊 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒂𝒏̃𝒆𝒓𝒂 𝒚 𝒚𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒍𝒊𝒔𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓 𝒂 𝒄𝒂𝒔𝒂, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒍 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒕𝒆𝒏𝒊́𝒂 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒔..." —Mark frunció el ceño, claramente algo lo puso nervioso. Había estado en planetas así. Donde el aire parecía pesar más que el metal. Donde el vuelo no era una opción, y cada paso era una batalla. —"𝑹𝒂𝒈𝒏𝒂𝒓𝒔. 𝑬𝒏 𝒖𝒏 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒗𝒊𝒎𝒐𝒔 𝒓𝒐𝒅𝒆𝒂𝒅𝒐𝒔. 𝑯𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒍𝒖𝒄𝒉𝒂𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂 𝒔𝒆𝒓𝒆𝒔 𝟏𝟎 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒎𝒂́𝒔 𝒈𝒓𝒂𝒏𝒅𝒆𝒔. 𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒅𝒆𝒃𝒊𝒅𝒐 𝒂 𝒍𝒂 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒅𝒂𝒅 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝑹𝒂𝒈𝒏𝒂𝒓𝒔 𝒕𝒆𝒏𝒊́𝒂𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒛𝒂 𝒊𝒏𝒄𝒐𝒎𝒑𝒂𝒓𝒂𝒃𝒍𝒆." Ragnars... El nombre le sonaba vagamente familiar, como algo que escuchó en un informe Viltrumita o tal vez en alguna patrulla remota. —"𝑯𝒂𝒃𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒖𝒃𝒆𝒔𝒕𝒊𝒎𝒂𝒅𝒐 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓𝒆𝒔; 𝒕𝒆𝒎𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒆 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒔𝒆 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒕𝒖𝒎𝒃𝒂" Mark cerró los ojos un momento. La imagen de esa escena "dos exploradores atrapados en un mundo que no perdonaba errores" lo golpeó más fuerte de lo que esperaba. Era una historia simple. Como si fuera una misión fallida. Pero había algo en ese miedo, en esa lucha silenciosa contra un entorno que no se puede vencer, que lo reflejaba a él más de lo que querría admitir.
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