• Mi memoria tiene 52 libros de cocina con recetas desde tradicional, nacional y comida saludable.
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  • Un mago, puede perder la cordura en el afán de descubrir por completo los secretos de la magia.

    No, son infinitos . no hay un límite para ello , por lo cual es mejor saber hasta donde podemos llegar

    - Cierra entonces, uno de los tantos e infinitos libros escondidos de esta extraña biblioteca abandonada en aquel reino consumido por las tinieblas . su viaje no ha culminado tiene el deber de purificar este lugar..almenos darle un mejor aspecto -
    Un mago, puede perder la cordura en el afán de descubrir por completo los secretos de la magia. No, son infinitos . no hay un límite para ello , por lo cual es mejor saber hasta donde podemos llegar - Cierra entonces, uno de los tantos e infinitos libros escondidos de esta extraña biblioteca abandonada en aquel reino consumido por las tinieblas . su viaje no ha culminado tiene el deber de purificar este lugar..almenos darle un mejor aspecto -
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  • Un pequeño bostezo dio,seguido de un bufido que la dejo anonada por unos segundos.

    Sus parpados ya le estaban empezando a pesar,y sin embargo,quería seguir leyendo aquel libro que encontró en la Biblioteca,la trama que llevaba era de su gran interés.
    Un pequeño bostezo dio,seguido de un bufido que la dejo anonada por unos segundos. Sus parpados ya le estaban empezando a pesar,y sin embargo,quería seguir leyendo aquel libro que encontró en la Biblioteca,la trama que llevaba era de su gran interés.
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  • - Se puso a leer un rato ya que no había mucho que hacer , así que se puso a leer libros .-
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  • -Puro te está dando una explicación de cómo funciona un Puro. Puro decidió llamar esta clase "Puro 101", por que vio un libro que decía "Biología 101" y pues Puro pensó que todas las clases se llaman así. Pero me estoy yendo por las ramas. Puro te explica como funciona un Puro-
    -Puro te está dando una explicación de cómo funciona un Puro. Puro decidió llamar esta clase "Puro 101", por que vio un libro que decía "Biología 101" y pues Puro pensó que todas las clases se llaman así. Pero me estoy yendo por las ramas. Puro te explica como funciona un Puro-
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  • Este es un buen libro con emociones variadas te lo recomiendo aún que siento que puede faltar algo ~
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  • Carmina suspiró y dejó caer su cuerpo sobre la cama, mirando el techo con una expresión de tedio absoluto. No había nada interesante en la televisión, el libro que había empezado la semana pasada no lograba atraparla, y sus mensajes seguían sin respuesta. Se giró para mirar su armario y, tras un momento de indecisión, una sonrisa pícara cruzó su rostro.

    —Supongo que un desfile improvisado no estaría mal —murmuró para sí misma, levantándose con energía renovada.

    Abrió las puertas del armario de par en par, recorriendo con la mirada cada prenda. Primero eligió un vestido rojo ajustado, que combinó con tacones del mismo tono. Se plantó frente al espejo, hizo una pose exagerada y, tras algunos ajustes al ángulo, tomó una foto.

    —"¿Demasiado formal para una tarde aburrida en casa?", podría poner eso como descripción —dijo entre risas mientras revisaba el resultado en su teléfono.

    El siguiente conjunto fue un vestido vaporoso con estampado floral, acompañado de un sombrero ancho que hacía años no usaba. Dio un par de giros frente al espejo, observando cómo la tela flotaba a su alrededor, y sacó otra foto, esta vez adoptando una pose más soñadora.

    —Definitivamente algo digno de un picnic que nunca voy a tener —comentó divertida.

    Así pasó el tiempo, cambiándose una y otra vez. Desde el clásico vestido negro hasta uno plateado que brillaba demasiado bajo la luz de su lámpara. Incluso probó un vestido que ya no le quedaba tan bien como recordaba, pero que no pudo resistirse a fotografiar “para la nostalgia”. Cada imagen era acompañada por gestos exagerados y comentarios en voz alta que hacían eco en la habitación.

    Cuando finalmente se desplomó de nuevo en la cama, con un vestido azul lleno de volantes y su cabello despeinado, revisó las fotos una a una. Algunas eran graciosas, otras elegantes, y unas cuantas definitivamente irían a su carpeta de “ideas para futuros eventos”.

    —Bueno, no solucioné mi aburrimiento, pero al menos me divertí un rato —dijo mientras seleccionaba una de las fotos para subirla a redes, escribiendo: "Modelando para mi audiencia imaginaria. ¿Cuál es su favorita?"

    Y así, con una sonrisa satisfecha, dejó el teléfono a un lado, ya menos aburrida que al inicio.

    Carmina suspiró y dejó caer su cuerpo sobre la cama, mirando el techo con una expresión de tedio absoluto. No había nada interesante en la televisión, el libro que había empezado la semana pasada no lograba atraparla, y sus mensajes seguían sin respuesta. Se giró para mirar su armario y, tras un momento de indecisión, una sonrisa pícara cruzó su rostro. —Supongo que un desfile improvisado no estaría mal —murmuró para sí misma, levantándose con energía renovada. Abrió las puertas del armario de par en par, recorriendo con la mirada cada prenda. Primero eligió un vestido rojo ajustado, que combinó con tacones del mismo tono. Se plantó frente al espejo, hizo una pose exagerada y, tras algunos ajustes al ángulo, tomó una foto. —"¿Demasiado formal para una tarde aburrida en casa?", podría poner eso como descripción —dijo entre risas mientras revisaba el resultado en su teléfono. El siguiente conjunto fue un vestido vaporoso con estampado floral, acompañado de un sombrero ancho que hacía años no usaba. Dio un par de giros frente al espejo, observando cómo la tela flotaba a su alrededor, y sacó otra foto, esta vez adoptando una pose más soñadora. —Definitivamente algo digno de un picnic que nunca voy a tener —comentó divertida. Así pasó el tiempo, cambiándose una y otra vez. Desde el clásico vestido negro hasta uno plateado que brillaba demasiado bajo la luz de su lámpara. Incluso probó un vestido que ya no le quedaba tan bien como recordaba, pero que no pudo resistirse a fotografiar “para la nostalgia”. Cada imagen era acompañada por gestos exagerados y comentarios en voz alta que hacían eco en la habitación. Cuando finalmente se desplomó de nuevo en la cama, con un vestido azul lleno de volantes y su cabello despeinado, revisó las fotos una a una. Algunas eran graciosas, otras elegantes, y unas cuantas definitivamente irían a su carpeta de “ideas para futuros eventos”. —Bueno, no solucioné mi aburrimiento, pero al menos me divertí un rato —dijo mientras seleccionaba una de las fotos para subirla a redes, escribiendo: "Modelando para mi audiencia imaginaria. ¿Cuál es su favorita?" Y así, con una sonrisa satisfecha, dejó el teléfono a un lado, ya menos aburrida que al inicio.
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  • *En Halloween descubrí algo que me aterró demasiado.
    Y es que mi vecina 𝐴𝑟𝑎𝑛𝑡 ☄ 𝐿𝑣𝑔𝑣𝑠⭑ es un monstruo. O algo así.
    Cierto que tras llegar a este país encontré un montón de criaturas peculiares: gatos que hablaban, chicas kitsune con enormes senos, personas que decían ser demonios, personas con ojos extraños... Pero con ninguno de esos entes traté demasiado. Salvo ella.
    Resultó que el lugar que el gobierno de este país me asignó para vivir estaba casi deshabitado. Sólo estaba yo, algún vecino por ahí, y la chica que vivía al lado, 𝐴𝑟𝑎𝑛𝑡 ☄ 𝐿𝑣𝑔𝑣𝑠⭑ .
    Me parecía una chica rara, además que su cabello blanco... Bueno, la hacían parecerse a uno de esos cerdos blancos de mi país, pero tras examinarla un poco supe que no era un alba, por fortuna. Aunque no sé qué hubiera hecho si lo fuera.
    El caso es que las pocas veces que traté con ella me parecía algo rara, pero nada fuera de lo normal. Todas aquellas criaturas que había encontrado antes eran más raras, hasta antes de Halloween.
    En realidad no había tratado mucho con ella, sólo una vez me despertó para pedirme una taza de azúcar, y en otra ocasión encontré un libro de hechizos envuelto con una nota de ella, diciendo que era un regalo. Y entonces llegó Halloween.
    Esa noche fue difícil para mí porque las voces aumentaban significativamente. Estaban en todos lados, y hablaban mucho más, y con más fuerza... Y resultó que una de las voces era de ella. Pero entonces ella apareció de la nada ante mí, y mostró unos espantosos colmillos que a la vez me asustaron y me recordaron por qué los vampiros me causan repulsión... Y así supe que ella era un monstruo.
    Con el tiempo empezó a atravesar las paredes y aparecer en este departamento que ocupo, y a reírse de mí. También de alguna manera podía saber mis pensamientos, y confirmé con cada uno de esos encuentros no muy gratos que ella era un monstruo, o alguna especie de ente sobrenatural.
    Pensé solicitar al gobierno algún cambio de domicilio porque vivir al lado de ella me incomodaba demasiado. Ciertamente no era agradable escucharla responder a lo que estoy pensando, verla atravesar las paredes o que aparezca de la nada frente a mí, aunque mi solicitud estaba tomando demasiado tiempo.
    Por eso empecé a pasar más tiempo en la biblioteca, y volvía a casa sólo a descansar esperando que ella no apareciera.
    Por esas fechas de Halloween encontré en la biblioteca un libro sobre monstruos que había leído hace tiempo en el campo de batalla, y decidí volver a leerlo. La lectura era agradable, pero me hizo cuestionarme por la naturaleza de los monstruos. Aunque tenía nociones, creo que las más firmes eran que los monstruos producen miedo. O al menos son intimidantes. Y si todo eso falla, al final son una especie de existencia que rompe con aquello a lo que estamos acostumbrados... Al menos a lo que los humanos lo estamos.
    Estaba en la biblioteca leyendo sobre los monstruos, y pensando que en la biblioteca ella no aparecía. Así que consideré que era un lugar seguro... O eso creía.*
    *En Halloween descubrí algo que me aterró demasiado. Y es que mi vecina [Arantxza.lvgvs] es un monstruo. O algo así. Cierto que tras llegar a este país encontré un montón de criaturas peculiares: gatos que hablaban, chicas kitsune con enormes senos, personas que decían ser demonios, personas con ojos extraños... Pero con ninguno de esos entes traté demasiado. Salvo ella. Resultó que el lugar que el gobierno de este país me asignó para vivir estaba casi deshabitado. Sólo estaba yo, algún vecino por ahí, y la chica que vivía al lado, [Arantxza.lvgvs] . Me parecía una chica rara, además que su cabello blanco... Bueno, la hacían parecerse a uno de esos cerdos blancos de mi país, pero tras examinarla un poco supe que no era un alba, por fortuna. Aunque no sé qué hubiera hecho si lo fuera. El caso es que las pocas veces que traté con ella me parecía algo rara, pero nada fuera de lo normal. Todas aquellas criaturas que había encontrado antes eran más raras, hasta antes de Halloween. En realidad no había tratado mucho con ella, sólo una vez me despertó para pedirme una taza de azúcar, y en otra ocasión encontré un libro de hechizos envuelto con una nota de ella, diciendo que era un regalo. Y entonces llegó Halloween. Esa noche fue difícil para mí porque las voces aumentaban significativamente. Estaban en todos lados, y hablaban mucho más, y con más fuerza... Y resultó que una de las voces era de ella. Pero entonces ella apareció de la nada ante mí, y mostró unos espantosos colmillos que a la vez me asustaron y me recordaron por qué los vampiros me causan repulsión... Y así supe que ella era un monstruo. Con el tiempo empezó a atravesar las paredes y aparecer en este departamento que ocupo, y a reírse de mí. También de alguna manera podía saber mis pensamientos, y confirmé con cada uno de esos encuentros no muy gratos que ella era un monstruo, o alguna especie de ente sobrenatural. Pensé solicitar al gobierno algún cambio de domicilio porque vivir al lado de ella me incomodaba demasiado. Ciertamente no era agradable escucharla responder a lo que estoy pensando, verla atravesar las paredes o que aparezca de la nada frente a mí, aunque mi solicitud estaba tomando demasiado tiempo. Por eso empecé a pasar más tiempo en la biblioteca, y volvía a casa sólo a descansar esperando que ella no apareciera. Por esas fechas de Halloween encontré en la biblioteca un libro sobre monstruos que había leído hace tiempo en el campo de batalla, y decidí volver a leerlo. La lectura era agradable, pero me hizo cuestionarme por la naturaleza de los monstruos. Aunque tenía nociones, creo que las más firmes eran que los monstruos producen miedo. O al menos son intimidantes. Y si todo eso falla, al final son una especie de existencia que rompe con aquello a lo que estamos acostumbrados... Al menos a lo que los humanos lo estamos. Estaba en la biblioteca leyendo sobre los monstruos, y pensando que en la biblioteca ella no aparecía. Así que consideré que era un lugar seguro... O eso creía.*
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  • La mansión está en completo silencio. La noche ha caído hace ya un par de horas, y las sombras se mueven suavemente en las paredes bajo la luz titilante de los candelabros. Me encuentro en la sala de estar, refugiado, intentando perderme entre las páginas de un antiguo libro encuadernado en cuero.

    Sin embargo, hay algo que me molesta. Mi ojo Izquiedo, aún en proceso de regeneración, necesita más tiempo para sanar completamente. El parche negro que cubre la cuenca me resulta incómodo, pero sé que es lo mejor. La visión incompleta es irritante, y dejar esa herida tan visible sería... antiestético. No puedo permitirme eso.

    Paso una página con un leve suspiro, mis dedos recorriendo suavemente el borde desgastado del libro. La quietud de la noche me ofrece un respiro, o eso espero. Todo lo que quiero es que el mundo exterior respete mi deseo de calma, al menos por unas horas. Pero en el fondo, sé que las noches pacíficas son un lujo que por primera vez experimentaba en persona.

    Me reclino en el sillón de terciopelo, dejando que mis hombros se relajen un momento. Mi ojo sano se desliza hacia la ventana, vigilante.

    "Solo por esta noche...", pienso. "Que nada venga a perturbarme."
    La mansión está en completo silencio. La noche ha caído hace ya un par de horas, y las sombras se mueven suavemente en las paredes bajo la luz titilante de los candelabros. Me encuentro en la sala de estar, refugiado, intentando perderme entre las páginas de un antiguo libro encuadernado en cuero. Sin embargo, hay algo que me molesta. Mi ojo Izquiedo, aún en proceso de regeneración, necesita más tiempo para sanar completamente. El parche negro que cubre la cuenca me resulta incómodo, pero sé que es lo mejor. La visión incompleta es irritante, y dejar esa herida tan visible sería... antiestético. No puedo permitirme eso. Paso una página con un leve suspiro, mis dedos recorriendo suavemente el borde desgastado del libro. La quietud de la noche me ofrece un respiro, o eso espero. Todo lo que quiero es que el mundo exterior respete mi deseo de calma, al menos por unas horas. Pero en el fondo, sé que las noches pacíficas son un lujo que por primera vez experimentaba en persona. Me reclino en el sillón de terciopelo, dejando que mis hombros se relajen un momento. Mi ojo sano se desliza hacia la ventana, vigilante. "Solo por esta noche...", pienso. "Que nada venga a perturbarme."
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  • Me invitaron a una fiesta y .... no tengo hambre, yo quería salir a buscar libros de necromancia avanzada.
    Bueno, a comer.
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