• 𝙎𝙚𝙣𝙙𝙖𝙨 𝙙𝙚𝙡 𝙈𝙞𝙨𝙩𝙚𝙧𝙞𝙤 𝙎𝙖𝙡𝙞𝙣𝙤

    —En sus verdes abismos la memoria se anida,
    De barcos que partieron sin mirar atrás,
    De arenas que guardaron una huella encendida,
    Y juramentos rotos que no vuelven jamás.
    Los caminos de tierra buscan el horizonte,
    Pero el alma del hombre siempre vuelve al rumor
    Del oleaje eterno, que desde el monte
    Canta historias viejas con triste fulgor.
    Somos nautas de bruma, marineros de olvido,
    Que llevamos la ruta grabada en la piel.
    El mar es el final de lo que hemos vivido,
    Y el comienzo del mapa que queremos ser fiel.—
    🪶𝙎𝙚𝙣𝙙𝙖𝙨 𝙙𝙚𝙡 𝙈𝙞𝙨𝙩𝙚𝙧𝙞𝙤 𝙎𝙖𝙡𝙞𝙣𝙤🪶 —En sus verdes abismos la memoria se anida, De barcos que partieron sin mirar atrás, De arenas que guardaron una huella encendida, Y juramentos rotos que no vuelven jamás. Los caminos de tierra buscan el horizonte, Pero el alma del hombre siempre vuelve al rumor Del oleaje eterno, que desde el monte Canta historias viejas con triste fulgor. Somos nautas de bruma, marineros de olvido, Que llevamos la ruta grabada en la piel. El mar es el final de lo que hemos vivido, Y el comienzo del mapa que queremos ser fiel.—
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  • 𝙏𝙃𝙀 𝙆𝙄𝙉𝙂 𝙊𝙁 𝙏𝙍𝘼𝙎𝙃
    Fandom The walking dead
    Categoría Acción
    Se suponía que las carreras en un mundo apocalíptico no debían existir. No solo eran peligrosas por la evidente ausencia de hospitales en funcionamiento, también representaban un enorme riesgo para los pilotos, sus acompañantes y para quienes acudian a ver el espectáculo desde las gradas.

    Gavin, el líder de la comunidad llamada los carroñeros, era el creador y responsable de ese evento. Dos veces a la semana y sin importar las condiciones climáticas, él y su gente se trasladaban desde el basurero hasta "El coliseo" el lugar que habían adaptado para usarlo como circuito de carreras y que en el pasado fue un estadio de fútbol americano. Localizado a las afueras de Virginia, lo bastante lejos para evitar que los muertos asomaran sus putrefactas cabezas a lo que consideraba su hogar.

    El coliseo era un enorme llamador de caminantes. El rugir de al menos ocho motores los atraía como abejas a la miel, pero nada de eso le importaba. El lugar era seguro, dentro de lo cabía y los premios en base a las apuestas hacia que cualquiera mirase a un costado con tal de disfrutar de un poco de entretenimiento o de llevarse algunos suministros a su comunidad si el coche al que le apostaban salía ganador.

    Todo indicaba que sería un buen día para llevar a cabo el evento. Las nubes grises estaban sobre sus cabezas pero se dejarían espantar por un par de gotas de agua, era de día y todo lo unico que necesitaban era luz natural.

    Al llegar, eliminaron a seis caminantes que habían caído en las trampas de la primera entrada y al mismo tiempo comenzaron a llegar las personas en sus propios vehículos, aparcando en el estacionamiento que por medidas de seguridad, tenía la apariencia de una jaula enorme. Gavin fue el primero en acercarse a saludar, conocía a todos los miembros de las demás comunidades pero cada tanto solía ver alguna que otra cara nueva, como hoy.

    Casper y Fred, miembros de Hilltop caminaban adelante y detrás de ellos estaban Nora, Annie, Leah; miembros de la comunidad de Alexandria, y los últimos eran tres personas que no había visto antes.

    ──No me hago responsable de los problemas que esto les pueda ocasionar con sus respectivos líderes, dicho eso, gracias por venir. Mis hombres se encargaran de llevar lo que hayan traído para el pozo de las apuestas── Hablaba y se desembolvia como alguien que ha memorizado un speech de ventas, decía lo mismo cada la semana pero por alguna razón era agradable de oír.

    Saludo con un apretón de manos a cada uno de los presentes y cuando llego hasta la chica que había llegado con el nuevo grupo, Annie habló.

    ──Hice una amiga nueva, ella no quería venir pero la convencimos. ¿Verdad que si, Issy? ── La chica le dio un codazo amistoso a su amiga para animarla a hablar y Gavin extendío el brazo en su dirección para estrecharle la mano también.

    ──En este nuevo mundo no hay lugar para los aburridos, ni tampoco para los cobardes── Menciono entre risas con total intención de burlarse de aquellos que no veían con buenos ojos ese evento y prosiguió. ──Soy Gavin, líder de los carroñeros y dueño de este enorme circo de hojalata. Bienvenida ¿Issy? ¿Es tu apodo o te llamas así?.

    Isabella
    Se suponía que las carreras en un mundo apocalíptico no debían existir. No solo eran peligrosas por la evidente ausencia de hospitales en funcionamiento, también representaban un enorme riesgo para los pilotos, sus acompañantes y para quienes acudian a ver el espectáculo desde las gradas. Gavin, el líder de la comunidad llamada los carroñeros, era el creador y responsable de ese evento. Dos veces a la semana y sin importar las condiciones climáticas, él y su gente se trasladaban desde el basurero hasta "El coliseo" el lugar que habían adaptado para usarlo como circuito de carreras y que en el pasado fue un estadio de fútbol americano. Localizado a las afueras de Virginia, lo bastante lejos para evitar que los muertos asomaran sus putrefactas cabezas a lo que consideraba su hogar. El coliseo era un enorme llamador de caminantes. El rugir de al menos ocho motores los atraía como abejas a la miel, pero nada de eso le importaba. El lugar era seguro, dentro de lo cabía y los premios en base a las apuestas hacia que cualquiera mirase a un costado con tal de disfrutar de un poco de entretenimiento o de llevarse algunos suministros a su comunidad si el coche al que le apostaban salía ganador. Todo indicaba que sería un buen día para llevar a cabo el evento. Las nubes grises estaban sobre sus cabezas pero se dejarían espantar por un par de gotas de agua, era de día y todo lo unico que necesitaban era luz natural. Al llegar, eliminaron a seis caminantes que habían caído en las trampas de la primera entrada y al mismo tiempo comenzaron a llegar las personas en sus propios vehículos, aparcando en el estacionamiento que por medidas de seguridad, tenía la apariencia de una jaula enorme. Gavin fue el primero en acercarse a saludar, conocía a todos los miembros de las demás comunidades pero cada tanto solía ver alguna que otra cara nueva, como hoy. Casper y Fred, miembros de Hilltop caminaban adelante y detrás de ellos estaban Nora, Annie, Leah; miembros de la comunidad de Alexandria, y los últimos eran tres personas que no había visto antes. ──No me hago responsable de los problemas que esto les pueda ocasionar con sus respectivos líderes, dicho eso, gracias por venir. Mis hombres se encargaran de llevar lo que hayan traído para el pozo de las apuestas── Hablaba y se desembolvia como alguien que ha memorizado un speech de ventas, decía lo mismo cada la semana pero por alguna razón era agradable de oír. Saludo con un apretón de manos a cada uno de los presentes y cuando llego hasta la chica que había llegado con el nuevo grupo, Annie habló. ──Hice una amiga nueva, ella no quería venir pero la convencimos. ¿Verdad que si, Issy? ── La chica le dio un codazo amistoso a su amiga para animarla a hablar y Gavin extendío el brazo en su dirección para estrecharle la mano también. ──En este nuevo mundo no hay lugar para los aburridos, ni tampoco para los cobardes── Menciono entre risas con total intención de burlarse de aquellos que no veían con buenos ojos ese evento y prosiguió. ──Soy Gavin, líder de los carroñeros y dueño de este enorme circo de hojalata. Bienvenida ¿Issy? ¿Es tu apodo o te llamas así?. [isabella_rossi]
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  • ᯓ★ El bosque para mí es un lugar muy especial, Es donde puedo tener tranquilidad y paz por un momento, conozco el bosque a la perfección, pues casi siempre me la paso por estos lugares, es muy bonito convivir con la naturaleza..

    ⁀➴ Admitió la Kitsune cerrando los ojos para respirar un poco de aire, el lugar estaba silencioso, pues no había nadie a los alrededores y era muy tranquilo, en viento era agradable, y la vista era hermosa.
    ᯓ★ El bosque para mí es un lugar muy especial, Es donde puedo tener tranquilidad y paz por un momento, conozco el bosque a la perfección, pues casi siempre me la paso por estos lugares, es muy bonito convivir con la naturaleza.. ⁀➴ Admitió la Kitsune cerrando los ojos para respirar un poco de aire, el lugar estaba silencioso, pues no había nadie a los alrededores y era muy tranquilo, en viento era agradable, y la vista era hermosa.
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  • 𝐍𝐎𝐓 𝐀 𝐆𝐎𝐎𝐃 𝐌𝐀𝐍, 𝐁𝐔𝐓 𝐀 𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓 𝐒𝐎𝐋𝐃𝐈𝐄𝐑.
    Fandom The Boys
    Categoría Acción
    Había pasado un mes desde que vought consiguio interceptar a Soldier boy en New York. El gobierno ruso los había alerta do sobre la fuga del super justo a tiempo y antes de que Butcher junto a su grupo llegaran a él, la empresa lo convencio de volver a trabajar con ellos.

    No fue una tarea sencilla. El primer héroe guardaba demasiado rencor contra vought y también hacia los miembros de Payback, su antiguo equipo. Stan Edgar fue quien consiguió hacerle cambiar de parecer, alegando de que todo lo sucedido no era más que un enorme mal entendido y que se encargaría personalmente de enmendar esos errores.

    Mientras se ocupaban de eso, lo reincorporaron en la base de datos y les dieron la orden a las grandes mentes del marketing en la empresa para que preparan alguna historia que pudiera justificar su regreso y que su vez, sonara creíble.

    Luego enviaron a Homelander a participar en nombre de vought en una campaña de concientización por los derechos humanos en África, prometiendole que sería algo temporal y teniendo la certeza de que no iba a negarse cuando los ojos del mundo esperaban ver a su héroe estrechandoles la mano a cada miembro de la ONU.

    No eran más que excusas, un pretexto para darle a soldier boy el puesto de líder en esa nueva camada de héroes llamada "Los Siete". Así resolvieron el primer problema, el segundo apareció cuando el super reconocio a un miembro de su antiguo equipo sentado en la mesa, como si no le debiera nada a nadie. Pero la situación no escalo a mayores, estaba conforme con la compensación que le estaban dando y
    optó por dejar el pasado en el pasado, a condición de convivir lo estrictamente necesario.

    Tras la muerte de Madelyn Stillwell , Ashley asumió el cargo de vicepresidenta sénior de Hero Management y aunque no tenía autoridad sobre Los Siete, como si lo tenía predecesora. Se encargo de cubrir las necesidades del super recién llegado, incluyendo el cumplir sus caprichos y ya había demostrado ser alguien sumamente demandante y ella no podía encargarse de él y del resto de los supers a la vez.

    Se encamino al primer piso de la torre, lugar destinado al personal administrativo y se dirigío a la primera empleada que encontro en su camino, tomándose la molestia de leer el nombre en su gafete antes de hablarle.

    ──Anne Baxter, necesito que me acompañes un momento. No te preocupes por mover tus cosas, alguien lo hará por ti ── Entrelazo su brazo al de ella y la arrastro hacia al ascensor más cercano. Una vez dentro presiono el número del último del piso de la torre.

    Mientras subían, Ashley la puso al tanto de la situación aunque tampoco era un secreto para el resto de los empleados. En las últimas semanas solo se había hablado de eso, del super que el mundo creía muerto y especulaban sobre cuando anunciarian su regreso.

    ──Lo que necesitamos es que se adapte a los nuevos tiempos, al siglo XXI. Que deje de ver la tecnológia como algo negativo y que eventualmente pueda hacer uso de una computadora o de un teléfono celular... ── Los números en la pantalla sobre las puertas del ascensor pasaban lento, apenas iban por el piso 10 y el penthouse de los supers quedaba en el piso 99. ──No voy a mentirte, su vanidad no conoce límites y ahora que esta de regreso, con un nuevo equipo, con Homelander lejos; lo cual nos alegra mucho a todos... Bueno, digamos que su ego esta por las nubes.

    𝐀𝐧𝐧𝐞 𝐁𝐚𝐱𝐭𝐞𝐫
    Había pasado un mes desde que vought consiguio interceptar a Soldier boy en New York. El gobierno ruso los había alerta do sobre la fuga del super justo a tiempo y antes de que Butcher junto a su grupo llegaran a él, la empresa lo convencio de volver a trabajar con ellos. No fue una tarea sencilla. El primer héroe guardaba demasiado rencor contra vought y también hacia los miembros de Payback, su antiguo equipo. Stan Edgar fue quien consiguió hacerle cambiar de parecer, alegando de que todo lo sucedido no era más que un enorme mal entendido y que se encargaría personalmente de enmendar esos errores. Mientras se ocupaban de eso, lo reincorporaron en la base de datos y les dieron la orden a las grandes mentes del marketing en la empresa para que preparan alguna historia que pudiera justificar su regreso y que su vez, sonara creíble. Luego enviaron a Homelander a participar en nombre de vought en una campaña de concientización por los derechos humanos en África, prometiendole que sería algo temporal y teniendo la certeza de que no iba a negarse cuando los ojos del mundo esperaban ver a su héroe estrechandoles la mano a cada miembro de la ONU. No eran más que excusas, un pretexto para darle a soldier boy el puesto de líder en esa nueva camada de héroes llamada "Los Siete". Así resolvieron el primer problema, el segundo apareció cuando el super reconocio a un miembro de su antiguo equipo sentado en la mesa, como si no le debiera nada a nadie. Pero la situación no escalo a mayores, estaba conforme con la compensación que le estaban dando y optó por dejar el pasado en el pasado, a condición de convivir lo estrictamente necesario. Tras la muerte de Madelyn Stillwell , Ashley asumió el cargo de vicepresidenta sénior de Hero Management y aunque no tenía autoridad sobre Los Siete, como si lo tenía predecesora. Se encargo de cubrir las necesidades del super recién llegado, incluyendo el cumplir sus caprichos y ya había demostrado ser alguien sumamente demandante y ella no podía encargarse de él y del resto de los supers a la vez. Se encamino al primer piso de la torre, lugar destinado al personal administrativo y se dirigío a la primera empleada que encontro en su camino, tomándose la molestia de leer el nombre en su gafete antes de hablarle. ──Anne Baxter, necesito que me acompañes un momento. No te preocupes por mover tus cosas, alguien lo hará por ti ── Entrelazo su brazo al de ella y la arrastro hacia al ascensor más cercano. Una vez dentro presiono el número del último del piso de la torre. Mientras subían, Ashley la puso al tanto de la situación aunque tampoco era un secreto para el resto de los empleados. En las últimas semanas solo se había hablado de eso, del super que el mundo creía muerto y especulaban sobre cuando anunciarian su regreso. ──Lo que necesitamos es que se adapte a los nuevos tiempos, al siglo XXI. Que deje de ver la tecnológia como algo negativo y que eventualmente pueda hacer uso de una computadora o de un teléfono celular... ── Los números en la pantalla sobre las puertas del ascensor pasaban lento, apenas iban por el piso 10 y el penthouse de los supers quedaba en el piso 99. ──No voy a mentirte, su vanidad no conoce límites y ahora que esta de regreso, con un nuevo equipo, con Homelander lejos; lo cual nos alegra mucho a todos... Bueno, digamos que su ego esta por las nubes. [ASISTENTEDECONF1ANZA]
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  • — Anda, sirve para algo y traeme otra jodida cajetilla.
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  • 𝓨𝒐𝒖𝒓 𝒎𝒐𝒔𝒕 𝒉𝒖𝒎𝒃𝒍𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝒐𝒃𝒆𝒅𝒊𝒆𝒏𝒕 𝒔𝒆𝒓𝒗𝒂𝒏𝒕, 𝓞.𝓖
    Fandom The phantom of the opera
    Categoría Slice of Life
    Las catacumbas subterráneas de la ópera escondían su morada, el único lugar al que podía llamar un hogar. Lo había construido con sus propias manos, era suyo y estaba meticulosamente protegido por un lago artificial que solo se podía cruzar con una góndola. Conocía cada rincón de la ópera como la palma de su mano, no obstante no podía decir lo mismo de las calles de París.

    El persa, su buen, y único amigo en la ópera le había sugerido visitar un viejo teatro al final de calle. Le había dicho que allí encontraría a un sobrino suyo, un vionilista que necesitaba algunas clases extras y que el fantasma era un excelente candidato para convertirse en su maestro.

    Erik dudó un poco, pero al cabo de un momento acepto. Después de todo, era lo menos que podía hacer por él, le debía la vida, literalmente y si ayudar a su sobrino a mejorar con su instrumento lo haría feliz; no había nada más que decir.

    Se escabullo a media noche, cuando todo el personal de la opera dormía. Se cubrio con una capa y oculto su rostro debajo de un sombrero de ala ancha. No tuvo complicaciones para encontrar el teatro, era el único en esa calle y el menos agraciado.

    La puerta estaba abierta, pero no había nadie para recibirlo. Decidió encontrar al muchacho por su cuenta y avanzo por el lugar hasta llegar a los camerinos detrás del escenario. Se quito el sombrero y siguió un ruido que se asemejanba al de las ratas masticando cables, pero a medida que se acercaba encontraba familiaridad en ese sonido, rítmico y mecánico; el de una máquina de coser en funcionamiento.

    ──¿Darío? ── Lo llamó antes de asomar la cabeza en el umbral del único camerino que tenía la puerta abierta. Primer error... En lugar de ver al joven de tez morena, se encontro con una mujer que dejó de lados sus labores y alzó la cabeza para verlo.

    Los segundos que hicieron contacto visual le parecieron eternos y pensó en darse la vuelta, salir de allí lo más rápido posible pero si la mujer se asustaba y gritaba, llamaría la atención de algún otro artista que estuviera en alguna parte del teatro por lo que marcharse, no era una opcion inteligente.

    Se quedo en su sitio, abrazandose a la oscuridad que le proporcionaba el pasillo y levanto sus manos enguantadas a la altura del torso para demostrarle que no era un peligro. Un hombre que usaba la mitad de una máscara de porcelana blanca para cubrirse la mitad del rostro era algo que no se veía todos los días.

    ──Madame, no le haré daño. Estaba buscando a alguien, a un muchacho, no soy un ladrón ni nada parecido.

    Viktoria Harrow
    Las catacumbas subterráneas de la ópera escondían su morada, el único lugar al que podía llamar un hogar. Lo había construido con sus propias manos, era suyo y estaba meticulosamente protegido por un lago artificial que solo se podía cruzar con una góndola. Conocía cada rincón de la ópera como la palma de su mano, no obstante no podía decir lo mismo de las calles de París. El persa, su buen, y único amigo en la ópera le había sugerido visitar un viejo teatro al final de calle. Le había dicho que allí encontraría a un sobrino suyo, un vionilista que necesitaba algunas clases extras y que el fantasma era un excelente candidato para convertirse en su maestro. Erik dudó un poco, pero al cabo de un momento acepto. Después de todo, era lo menos que podía hacer por él, le debía la vida, literalmente y si ayudar a su sobrino a mejorar con su instrumento lo haría feliz; no había nada más que decir. Se escabullo a media noche, cuando todo el personal de la opera dormía. Se cubrio con una capa y oculto su rostro debajo de un sombrero de ala ancha. No tuvo complicaciones para encontrar el teatro, era el único en esa calle y el menos agraciado. La puerta estaba abierta, pero no había nadie para recibirlo. Decidió encontrar al muchacho por su cuenta y avanzo por el lugar hasta llegar a los camerinos detrás del escenario. Se quito el sombrero y siguió un ruido que se asemejanba al de las ratas masticando cables, pero a medida que se acercaba encontraba familiaridad en ese sonido, rítmico y mecánico; el de una máquina de coser en funcionamiento. ──¿Darío? ── Lo llamó antes de asomar la cabeza en el umbral del único camerino que tenía la puerta abierta. Primer error... En lugar de ver al joven de tez morena, se encontro con una mujer que dejó de lados sus labores y alzó la cabeza para verlo. Los segundos que hicieron contacto visual le parecieron eternos y pensó en darse la vuelta, salir de allí lo más rápido posible pero si la mujer se asustaba y gritaba, llamaría la atención de algún otro artista que estuviera en alguna parte del teatro por lo que marcharse, no era una opcion inteligente. Se quedo en su sitio, abrazandose a la oscuridad que le proporcionaba el pasillo y levanto sus manos enguantadas a la altura del torso para demostrarle que no era un peligro. Un hombre que usaba la mitad de una máscara de porcelana blanca para cubrirse la mitad del rostro era algo que no se veía todos los días. ──Madame, no le haré daño. Estaba buscando a alguien, a un muchacho, no soy un ladrón ni nada parecido. [threads.of.fate]
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    //aquí fingiendo que no se acaba de dar cuenta que no a respondido a varios roles a los que juraba que si respondió
    -carraspea yendo a responder fingiendo que no a olvidado nada -
    //aquí fingiendo que no se acaba de dar cuenta que no a respondido a varios roles a los que juraba que si respondió -carraspea yendo a responder fingiendo que no a olvidado nada -
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  • 𝐅𝖊𝖆𝖗 𝖈𝖆𝖓 𝖙𝖚𝖗𝖓 𝖙𝖔 𝖑𝖔𝖛𝖊
    Fandom The phantom of the opera
    Categoría Slice of Life
    Después de semanas de conversaciones y debates, los señores Armand Moncharmin y Firmin Richard cansados de luchar contra algo que no podían ver, tomaron la dolorosa decisión de vender la ópera.

    La situación en el teatro era insostenible, habían perdido todas y cada una de las batallas contra el hombre que se proclamaba amo y señor del lugar, pero la gota que revalso el vaso fue la caída del contrapeso de la lámpara de araña durante la última función.

    El accidente «obra del fantasma» le causo la muerte a una persona e hirió a otras más, empujandolos a tomar la decisión de dar un paso al costado y entregarles esa batalla a alguien más. Por fortuna «o desgracia para los nuevos compradores», la ópera abriría sus puertas al día siguiente con dos nuevos directores, el señor Lambert y su socio, el señor Lefebvre.

    No obstante, antes firmar para concretar la venta, les han advertido sobre la existencia del fantasma. Explicandoles lo que hace y enseñandoles las cartas que les envía con sus exigencias, omitiendo contar que por si todo eso no fuera poco, exige un salario a cambio de darles un cronograma con las funciones del mes como si ninguna otra persona tuviera derecho a escoger que obras incluir y cuales no.

    Pero, al igual que ellos con sus predecesores... el señor Debienne y el señor Poligny, que también trataron de advertirles de lo que ocurria en el teatro; los nuevos directores no le dieron mayor importancia y tomaron el asunto como una broma de mal gusto.

    Al día siguiente, los cuatro hombres reunieron a todo el personal de la ópera para darles la noticia de la venta y presentarles a sus nuevos jefes. El encuentro fue breve, algunos artistas propusieron ciertas cuestiones a mejorar en el teatro y al finalizar la reunión los actuales directores se quedaron a ver los ensayos, ajenos a los ojos que los observaban desde el punte de luces por encima del escenario.

    Las únicas personas que se percataron de la presencia del fantasma en las alturas fueron Madame Giry, y Christine Daae pero ninguna dio señales de ello. La maestra de Ballet lo hizo por lealtad y la joven soprano por amor, pero no hacía él sino hacia Raoul, su primer amor.

    𝐌𝐞𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐡 𝐋𝐚𝐦𝐛𝐞𝐫𝐭
    Después de semanas de conversaciones y debates, los señores Armand Moncharmin y Firmin Richard cansados de luchar contra algo que no podían ver, tomaron la dolorosa decisión de vender la ópera. La situación en el teatro era insostenible, habían perdido todas y cada una de las batallas contra el hombre que se proclamaba amo y señor del lugar, pero la gota que revalso el vaso fue la caída del contrapeso de la lámpara de araña durante la última función. El accidente «obra del fantasma» le causo la muerte a una persona e hirió a otras más, empujandolos a tomar la decisión de dar un paso al costado y entregarles esa batalla a alguien más. Por fortuna «o desgracia para los nuevos compradores», la ópera abriría sus puertas al día siguiente con dos nuevos directores, el señor Lambert y su socio, el señor Lefebvre. No obstante, antes firmar para concretar la venta, les han advertido sobre la existencia del fantasma. Explicandoles lo que hace y enseñandoles las cartas que les envía con sus exigencias, omitiendo contar que por si todo eso no fuera poco, exige un salario a cambio de darles un cronograma con las funciones del mes como si ninguna otra persona tuviera derecho a escoger que obras incluir y cuales no. Pero, al igual que ellos con sus predecesores... el señor Debienne y el señor Poligny, que también trataron de advertirles de lo que ocurria en el teatro; los nuevos directores no le dieron mayor importancia y tomaron el asunto como una broma de mal gusto. Al día siguiente, los cuatro hombres reunieron a todo el personal de la ópera para darles la noticia de la venta y presentarles a sus nuevos jefes. El encuentro fue breve, algunos artistas propusieron ciertas cuestiones a mejorar en el teatro y al finalizar la reunión los actuales directores se quedaron a ver los ensayos, ajenos a los ojos que los observaban desde el punte de luces por encima del escenario. Las únicas personas que se percataron de la presencia del fantasma en las alturas fueron Madame Giry, y Christine Daae pero ninguna dio señales de ello. La maestra de Ballet lo hizo por lealtad y la joven soprano por amor, pero no hacía él sino hacia Raoul, su primer amor. [ASH4DOW]
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  • [Fatal Female]

    No quieras jugar con fuego porque vas a terminar por quemarte, yo ya solo avise pues aunque me vea indefensa puedo llegar a ser peligrosa.
    [Fatal Female] No quieras jugar con fuego porque vas a terminar por quemarte, yo ya solo avise pues aunque me vea indefensa puedo llegar a ser peligrosa.
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  • -De vez en cuando, un capricho es bienvenido, y un bocado extra de carne humana no me vendría mal.-

    Miraba su jambalaya, que brillaba con un aspecto delicioso, lista para ser devorada. Sonreí, satisfecho. Últimamente había tenido poco apetito debido a su condición, una situación a la que ya estaba habituado. A pesar de esto, se forzó a comer, pero la punzada de su instinto caníbal, ese fuerte deseo de carne humana, seguía muy presente.
    -De vez en cuando, un capricho es bienvenido, y un bocado extra de carne humana no me vendría mal.- Miraba su jambalaya, que brillaba con un aspecto delicioso, lista para ser devorada. Sonreí, satisfecho. Últimamente había tenido poco apetito debido a su condición, una situación a la que ya estaba habituado. A pesar de esto, se forzó a comer, pero la punzada de su instinto caníbal, ese fuerte deseo de carne humana, seguía muy presente.
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