• FICHA DE PAUL (REMASTER)

    PAUL RICHARDS

    "Quiero ser yo mismo"


    —Nombre humano: Paul Richards

    —Nombre demoniaco: Azzazel Réquiem

    —Clase de demonio: Demonio de la lujuria y de los deseos carnales (Expulsado)

    —Edad:26 años [Aprox]

    —Historia: Paul nació en la tierra y creció allí hasta los cuatro años,cuando se fue a vivir al infranmundo con su madre,nunca supo de su padre,lo único que sabe de el es que era un fanático de Satanás y que invoco a su madre sin querer,Paul creció siendo hijo único hasta los 12 años,cuando su hermana menor nació y tuvo que asumir la responsabilidad de hermano mayor,Paul nunca acepto su sangre demoníaca,tenía la esperanza de que algún día su padre lo encuentre y se lo lleve a vivir en la tierra de los mortales,pero esto jamás pasó como tal,por lo que tuvo que lidiar con su tristeza con comedia y rehusandose a crecer como demonio y como humano.


    A los 18,Paul asumio el papel de incubo con el fin de traer almas vírgenes a el inframundo,cosa que jamás le gusto,ya que el quería ser alguien con un papel menos importante en el infierno.
    Ese mismo año,Paul fue vicitima de un virus conocido como "PARAD0X",el cual tomo control de su cuerpo de su alma y mente por meses hasta que al fin se separaron y pudo confrontarlo,muriendo en el acto,esto causo que su alma sea perdonada y fuera convertido en Angel por dos meses,debido a la presion qu esto le provocaba,ademas de extrañar a su familia,decidio dejar el cargo y volver a ser un demonio.No obstante,fue recibido por el infierno como traidor y fue expulsado como castigo.
    Esto causo que Paul tuviera que ser un Trabajador S€XU@L para sobrevivir al mundo,esto hizo que se introdujera al mundo de los afrodisíacos,causando que este desarrolle una adiccion muy fuerte a uno de estos,causando que olvide su pasado,quien era su familia y porque estaba alli.

    A los 6 meses de trabajo,Paul tuvo una revelacion divina y juro que nunca mas seria un demonio lujurioso y a partir de ese instsnte,se convirtio en un hombre maduro y fuerte para que nadie mas le haga daño


    —Hablidades:

    •Lazos de maná
    •Conjuros de todo tipo (defensivos,curativos,etc)
    •Hipnosis (basica)
    •Sueño profundo (avanzado)
    •Volar (con ayuda de sus alas)
    •Rabia (Se requiere mucho estrés e ira)


    —Debilidades:
    •Magia avanzada
    •Explosiones
    •Conjuro Suicida (solo si es ejecutado por el)
    •Angeles de la guarda



    —Características:

    •Paul mide 1,85 (Es más alto que nunca)
    •Tiene un carácter muy cerrado y frío
    •Era algo sensible en sus cuernos
    •Poseia alas grandes,solo que no las extendia por completo


    —Curiosidades

    •Paul posee un cuerpo semi tonificado debido a meterse al Gimnasio con tal de bañarse y hacer ejercicio
    •Paul no acepta mucho a las mujeres,le traen malos recuerdos
    •Paul construye paso a paso las memorias de su pasado
    •Es lo contrarío a lo que fue su adolescencia
    FICHA DE PAUL (REMASTER) PAUL RICHARDS "Quiero ser yo mismo" —Nombre humano: Paul Richards —Nombre demoniaco: Azzazel Réquiem —Clase de demonio: Demonio de la lujuria y de los deseos carnales (Expulsado) —Edad:26 años [Aprox] —Historia: Paul nació en la tierra y creció allí hasta los cuatro años,cuando se fue a vivir al infranmundo con su madre,nunca supo de su padre,lo único que sabe de el es que era un fanático de Satanás y que invoco a su madre sin querer,Paul creció siendo hijo único hasta los 12 años,cuando su hermana menor nació y tuvo que asumir la responsabilidad de hermano mayor,Paul nunca acepto su sangre demoníaca,tenía la esperanza de que algún día su padre lo encuentre y se lo lleve a vivir en la tierra de los mortales,pero esto jamás pasó como tal,por lo que tuvo que lidiar con su tristeza con comedia y rehusandose a crecer como demonio y como humano. A los 18,Paul asumio el papel de incubo con el fin de traer almas vírgenes a el inframundo,cosa que jamás le gusto,ya que el quería ser alguien con un papel menos importante en el infierno. Ese mismo año,Paul fue vicitima de un virus conocido como "PARAD0X",el cual tomo control de su cuerpo de su alma y mente por meses hasta que al fin se separaron y pudo confrontarlo,muriendo en el acto,esto causo que su alma sea perdonada y fuera convertido en Angel por dos meses,debido a la presion qu esto le provocaba,ademas de extrañar a su familia,decidio dejar el cargo y volver a ser un demonio.No obstante,fue recibido por el infierno como traidor y fue expulsado como castigo. Esto causo que Paul tuviera que ser un Trabajador S€XU@L para sobrevivir al mundo,esto hizo que se introdujera al mundo de los afrodisíacos,causando que este desarrolle una adiccion muy fuerte a uno de estos,causando que olvide su pasado,quien era su familia y porque estaba alli. A los 6 meses de trabajo,Paul tuvo una revelacion divina y juro que nunca mas seria un demonio lujurioso y a partir de ese instsnte,se convirtio en un hombre maduro y fuerte para que nadie mas le haga daño —Hablidades: •Lazos de maná •Conjuros de todo tipo (defensivos,curativos,etc) •Hipnosis (basica) •Sueño profundo (avanzado) •Volar (con ayuda de sus alas) •Rabia (Se requiere mucho estrés e ira) —Debilidades: •Magia avanzada •Explosiones •Conjuro Suicida (solo si es ejecutado por el) •Angeles de la guarda —Características: •Paul mide 1,85 (Es más alto que nunca) •Tiene un carácter muy cerrado y frío •Era algo sensible en sus cuernos •Poseia alas grandes,solo que no las extendia por completo —Curiosidades •Paul posee un cuerpo semi tonificado debido a meterse al Gimnasio con tal de bañarse y hacer ejercicio •Paul no acepta mucho a las mujeres,le traen malos recuerdos •Paul construye paso a paso las memorias de su pasado •Es lo contrarío a lo que fue su adolescencia
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  • ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝐹L𝐴S𝐻B𝐴C𝐾
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ16 de enero de 2013




    El Impala rugió suavemente al detenerse frente a una colina desprovista de mayor atractivo. Dean y Sam intercambiaron una mirada incrédula mientras observaban la entrada, que apenas era visible: un viejo portón de metal oxidado empotrado en la roca. El aire olía a tierra húmeda y a misterio.

    —¿Es esto? —preguntó Dean, con una ceja levantada y el sarcasmo aflorando en su tono.

    Sam bajó del auto con un libro antiguo en la mano, el cual había estado revisando durante todo el camino. Comparó la descripción del texto con el paisaje ante ellos.

    —Es aquí —confirmó, aunque su voz también cargaba un leve dejo de duda.

    Dean resopló y caminó hacia la puerta, dando un par de golpes con el dorso de la mano.

    —Bueno, si es un club secreto, lo disimulan bastante bien.

    Sam suspiró y sacó una llave pesada que habían encontrado junto con las instrucciones. Al introducirla, el mecanismo rechinó, pero tras un giro forzado, la puerta cedió con un sonido profundo y resonante.

    —Lo que sea que encontremos aquí, ha estado cerrado mucho tiempo —murmuró Sam.

    Los hermanos entraron con cautela, las linternas de sus celulares iluminando las paredes cubiertas de telarañas y polvo. El pasillo descendente era estrecho, pero al cabo de unos metros, se abrió a un espacio mucho más amplio. Una luz parpadeante, activada por el movimiento, reveló una estancia impresionante.

    —¡Vaya! —Dean exclamó, sus ojos recorriendo el lugar. Había estanterías repletas de libros antiguos, mesas con mapas desplegados y vitrinas llenas de artefactos que parecían de otro mundo.

    —Es increíble —dijo Sam, sin poder ocultar su asombro. Pasó los dedos por el lomo de un libro, dejando una marca limpia en el polvo acumulado.

    Dean caminó hacia una consola de madera con botones e interruptores.

    —Esto parece salido de una película de espías de los 50.

    —No sólo es un escondite —comentó Sam, su voz llena de reverencia—. Es una base de operaciones. Un cuartel general. Los Hombres de Letras usaban esto para registrar todo su conocimiento, planificar sus movimientos...

    —...y almacenar sus juguetes —añadió Dean, al abrir una vitrina que contenía armas antiguas y objetos cuya utilidad no podía adivinar.

    Mientras exploraban, la magnitud del descubrimiento comenzó a asentarse en ambos. Para Dean, el lugar representaba algo entre un refugio y un legado; para Sam, era un sueño hecho realidad, un tesoro de conocimiento oculto.

    —Este lugar... —Sam se detuvo, buscando las palabras—. No es solo historia. Es nuestra herencia.

    Dean se cruzó de brazos y miró a su hermano con una sonrisa leve.

    —Bueno, parece que vamos a quedarnos un tiempo.

    Y con eso, los Winchester sellaron el inicio de una nueva etapa, una donde el pasado y el presente convergían en un lugar que pronto llamarían hogar.

    Una de las salas más llamativas del búnker era la biblioteca principal. Ocupaba un amplio espacio central y estaba rodeada por estanterías que se elevaban hasta el techo abovedado. Cada pared estaba cargada de volúmenes encuadernados en cuero, y una escalera móvil permitía acceder a los estantes más altos. En el centro, varias mesas robustas de madera estaban dispuestas con lámparas de lectura de estilo vintage, emitiendo una luz cálida y acogedora.

    Sobre una de las mesas descansaban varios mapas antiguos y cuadernos con anotaciones manuscritas, aparentemente dejados por los últimos ocupantes del lugar. Una gran lámpara colgante adornaba el techo, lanzando destellos dorados que acentuaban la majestuosidad de la sala. En una esquina, un pequeño globo terráqueo antiguo giraba silenciosamente con un toque, como si esperara que alguien desentrañara los secretos marcados en sus líneas.

    La atmósfera de la biblioteca era a la vez solemne e inspiradora, un recordatorio del vasto conocimiento acumulado por los Hombres de Letras a lo largo de generaciones.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    ㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝐹L𝐴S𝐻B𝐴C𝐾 ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ16 de enero de 2013 ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ El Impala rugió suavemente al detenerse frente a una colina desprovista de mayor atractivo. Dean y Sam intercambiaron una mirada incrédula mientras observaban la entrada, que apenas era visible: un viejo portón de metal oxidado empotrado en la roca. El aire olía a tierra húmeda y a misterio. —¿Es esto? —preguntó Dean, con una ceja levantada y el sarcasmo aflorando en su tono. Sam bajó del auto con un libro antiguo en la mano, el cual había estado revisando durante todo el camino. Comparó la descripción del texto con el paisaje ante ellos. —Es aquí —confirmó, aunque su voz también cargaba un leve dejo de duda. Dean resopló y caminó hacia la puerta, dando un par de golpes con el dorso de la mano. —Bueno, si es un club secreto, lo disimulan bastante bien. Sam suspiró y sacó una llave pesada que habían encontrado junto con las instrucciones. Al introducirla, el mecanismo rechinó, pero tras un giro forzado, la puerta cedió con un sonido profundo y resonante. —Lo que sea que encontremos aquí, ha estado cerrado mucho tiempo —murmuró Sam. Los hermanos entraron con cautela, las linternas de sus celulares iluminando las paredes cubiertas de telarañas y polvo. El pasillo descendente era estrecho, pero al cabo de unos metros, se abrió a un espacio mucho más amplio. Una luz parpadeante, activada por el movimiento, reveló una estancia impresionante. —¡Vaya! —Dean exclamó, sus ojos recorriendo el lugar. Había estanterías repletas de libros antiguos, mesas con mapas desplegados y vitrinas llenas de artefactos que parecían de otro mundo. —Es increíble —dijo Sam, sin poder ocultar su asombro. Pasó los dedos por el lomo de un libro, dejando una marca limpia en el polvo acumulado. Dean caminó hacia una consola de madera con botones e interruptores. —Esto parece salido de una película de espías de los 50. —No sólo es un escondite —comentó Sam, su voz llena de reverencia—. Es una base de operaciones. Un cuartel general. Los Hombres de Letras usaban esto para registrar todo su conocimiento, planificar sus movimientos... —...y almacenar sus juguetes —añadió Dean, al abrir una vitrina que contenía armas antiguas y objetos cuya utilidad no podía adivinar. Mientras exploraban, la magnitud del descubrimiento comenzó a asentarse en ambos. Para Dean, el lugar representaba algo entre un refugio y un legado; para Sam, era un sueño hecho realidad, un tesoro de conocimiento oculto. —Este lugar... —Sam se detuvo, buscando las palabras—. No es solo historia. Es nuestra herencia. Dean se cruzó de brazos y miró a su hermano con una sonrisa leve. —Bueno, parece que vamos a quedarnos un tiempo. Y con eso, los Winchester sellaron el inicio de una nueva etapa, una donde el pasado y el presente convergían en un lugar que pronto llamarían hogar. Una de las salas más llamativas del búnker era la biblioteca principal. Ocupaba un amplio espacio central y estaba rodeada por estanterías que se elevaban hasta el techo abovedado. Cada pared estaba cargada de volúmenes encuadernados en cuero, y una escalera móvil permitía acceder a los estantes más altos. En el centro, varias mesas robustas de madera estaban dispuestas con lámparas de lectura de estilo vintage, emitiendo una luz cálida y acogedora. Sobre una de las mesas descansaban varios mapas antiguos y cuadernos con anotaciones manuscritas, aparentemente dejados por los últimos ocupantes del lugar. Una gran lámpara colgante adornaba el techo, lanzando destellos dorados que acentuaban la majestuosidad de la sala. En una esquina, un pequeño globo terráqueo antiguo giraba silenciosamente con un toque, como si esperara que alguien desentrañara los secretos marcados en sus líneas. La atmósfera de la biblioteca era a la vez solemne e inspiradora, un recordatorio del vasto conocimiento acumulado por los Hombres de Letras a lo largo de generaciones. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • A s m o d e u s

    -Rol libre-
    ⟨ Violence alert and sensitive topic. ⟩

    < La lujuria no tiene que ser a la fuerza , es un arte que se disfruta. >

    En la oscuridad, encendió su cigarrillo y dió una suave calada para dejar libre el humo después. Su respiración y el humo podrían fácilmente confundirse debido al frío qué hacía en ese lugar, pero era un frío causado por él mismo.

    El humano que le había pedido de favor ayudarle a conquistar a una mujer casada, se encontraba arrodillado a sus pies rogando perdón aún con todas las innumerables heridas que tenía en su cuerpo y rostro. Luo Yue no le prestó atención a sus palabras, separó el cigarrillo de sus labios y lo colocó boca abajo, dejando caer a propósito la brasa de éste sobre la mano del humano, para luego presionar con su bota ésta misma, haciéndola crujir, causando que el hombre se quejara aún más.

    Se inclinó hacia él y ladeó su rostro.

    — No te presté el poder de la seducción para que la tomaras por la fuerza, ¿O sí?

    El hombre negó como si su vida estuviera pendiendo de ello. Luo Yue no se encargaba de castigar a los pecadores, pero sí a quiénes pecaban mal, después de todo, tenía sus propias reglas en cuánto a su rango.

    — Aún así, fuiste más allá de ser una basura.

    Cuando se enteró de que el poder que le había prestado al hombre para seducir a la mujer había sido usado para tener relaciones con ella de forma no consensuada, se molestó e hizo pagar una porción a éste tipo de lo que había hecho. Cómo demonio podría ser considerado repudiable, pero tenía sus principios.

    — Sufrirás el triple de lo que hiciste.

    Antes de que pudiera escuchar sus quejas, le arrancó el alma a la fuerza y la introdujo en el cuerpo de una mujer demoníaca que se encontraba a su lado. Tenía un trato con éste demonio femenino, por lo que sea lo que quisiera, ella se lo daría. Ahora el alma estaba en su cuerpo y se encargaría de hacerle sufrir mucho más lo que él había hecho.

    — Que ruege nunca haber existido.

    Ella se inclinó con una sonrisa traviesa y emocionada.

    — Sí, mi lord.

    Después desapareció en las sombras. Luo Yue suspiró y se recargó en la pared, probablemente recibiría una sanción por tocar el alma de un humano nuevamente, pero no le importaba. Odiaba cuando violaban los parámetros que venían con su contrato, así que no se arrepentía de absolutamente nada.

    Después de eso, decidió ir a un karaoke humano, cualquiera buscaría tranquilidad o un bar, en cambio él alquiló una sala y se sentó en el sofá, mientras dejaba que la música invadiera la tranquila sala y comenzó a leer su libro nuevamente.



    A s m o d e u s -Rol libre- ⟨ Violence alert and sensitive topic. ⟩ < La lujuria no tiene que ser a la fuerza , es un arte que se disfruta. > En la oscuridad, encendió su cigarrillo y dió una suave calada para dejar libre el humo después. Su respiración y el humo podrían fácilmente confundirse debido al frío qué hacía en ese lugar, pero era un frío causado por él mismo. El humano que le había pedido de favor ayudarle a conquistar a una mujer casada, se encontraba arrodillado a sus pies rogando perdón aún con todas las innumerables heridas que tenía en su cuerpo y rostro. Luo Yue no le prestó atención a sus palabras, separó el cigarrillo de sus labios y lo colocó boca abajo, dejando caer a propósito la brasa de éste sobre la mano del humano, para luego presionar con su bota ésta misma, haciéndola crujir, causando que el hombre se quejara aún más. Se inclinó hacia él y ladeó su rostro. — No te presté el poder de la seducción para que la tomaras por la fuerza, ¿O sí? El hombre negó como si su vida estuviera pendiendo de ello. Luo Yue no se encargaba de castigar a los pecadores, pero sí a quiénes pecaban mal, después de todo, tenía sus propias reglas en cuánto a su rango. — Aún así, fuiste más allá de ser una basura. Cuando se enteró de que el poder que le había prestado al hombre para seducir a la mujer había sido usado para tener relaciones con ella de forma no consensuada, se molestó e hizo pagar una porción a éste tipo de lo que había hecho. Cómo demonio podría ser considerado repudiable, pero tenía sus principios. — Sufrirás el triple de lo que hiciste. Antes de que pudiera escuchar sus quejas, le arrancó el alma a la fuerza y la introdujo en el cuerpo de una mujer demoníaca que se encontraba a su lado. Tenía un trato con éste demonio femenino, por lo que sea lo que quisiera, ella se lo daría. Ahora el alma estaba en su cuerpo y se encargaría de hacerle sufrir mucho más lo que él había hecho. — Que ruege nunca haber existido. Ella se inclinó con una sonrisa traviesa y emocionada. — Sí, mi lord. Después desapareció en las sombras. Luo Yue suspiró y se recargó en la pared, probablemente recibiría una sanción por tocar el alma de un humano nuevamente, pero no le importaba. Odiaba cuando violaban los parámetros que venían con su contrato, así que no se arrepentía de absolutamente nada. Después de eso, decidió ir a un karaoke humano, cualquiera buscaría tranquilidad o un bar, en cambio él alquiló una sala y se sentó en el sofá, mientras dejaba que la música invadiera la tranquila sala y comenzó a leer su libro nuevamente.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Volveré pronto, sólo necesito un respiro y un poco de tiempo para hacer introspección.
    Volveré pronto, sólo necesito un respiro y un poco de tiempo para hacer introspección.
    Por razones que no alcanzan mi control, voy a tener que tomarme este fin de semana libre y ausente para pensar y reorganizarme. Llevo una semana que solo paro de recibir noticias y me estaba forzando un poco a mantener respuestas diarias, pero creo que he llegado a un límite que no quiero que afecte más a los roles que tengo.

    Lo siento mucho y espero que podáis comprenderme. Esto también influye a las cuentas:

    Euryale
    Scraps
    𝐿𝓎𝓇𝒶 𝒱𝑒𝓈𝓅𝑒𝓇𝓉𝒾𝓃𝑒

    Cuidaros mucho, por favor.
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  • Abre el botiquín de primeros auxilios y encuentra unas ampollas con un líquido rojo en su interior, toma uno, luego cierra el botiquín y lo arrastra de vuelta al interior de la gaveta.

    Consume esa medicina que le ayuda a lidiar con la carga de trabajo y la intromisión de recuerdos ajenos que a veces saturan tanto que pueden llevarse a confundir como suyos.
    Abre el botiquín de primeros auxilios y encuentra unas ampollas con un líquido rojo en su interior, toma uno, luego cierra el botiquín y lo arrastra de vuelta al interior de la gaveta. Consume esa medicina que le ayuda a lidiar con la carga de trabajo y la intromisión de recuerdos ajenos que a veces saturan tanto que pueden llevarse a confundir como suyos.
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  • -cuando hay mana y un alma cerca del agua, se puede formar una ondina, sus formas humanas solo son visibles bajo el agua, cuando salen son reducidas a una lágrima flotante capaz de cintrolar este elemento, esdivettido tener fiestas de te en sus lagos-
    -cuando hay mana y un alma cerca del agua, se puede formar una ondina, sus formas humanas solo son visibles bajo el agua, cuando salen son reducidas a una lágrima flotante capaz de cintrolar este elemento, esdivettido tener fiestas de te en sus lagos-
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    introducción: great fighter esta muerto y en lo que revive planeo tomar su lugar, ninguna pelea que ocurra es canon para los roleos (al menos que así lo quieran, claro) si quieren pelear digan nada mas que quieren pelear con x personaje y si no saben con quien pelear nosotros les armamos pelea así que tranquis. si greath fighter revive este fanpage promete ser eliminado o abandonado ya que al final solo somos una alternativa temporal
    introducción: great fighter esta muerto y en lo que revive planeo tomar su lugar, ninguna pelea que ocurra es canon para los roleos (al menos que así lo quieran, claro) si quieren pelear digan nada mas que quieren pelear con x personaje y si no saben con quien pelear nosotros les armamos pelea así que tranquis. si greath fighter revive este fanpage promete ser eliminado o abandonado ya que al final solo somos una alternativa temporal
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    // Introvertido liu y Jeff the extrovertido

    Liu todo mareado hay jajajaja
    // Introvertido liu y Jeff the extrovertido Liu todo mareado hay jajajaja
    — Vamos liu! No seas un aguafiestas diviértete—

    Dijo riendo viendo a su hermano

    午前 Homicidal Liu 大きい ㊄
    Me enjaja
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  • *Ate le había preparado a su hijo mayor un circuito de entrenamiento con monstruos y varios obstáculos. Erik le encantaba los retos. Armado con su arco y sus dagas, sale corriendo introduciéndose en el bosque. Ate, emocionada, espera en el linde del bosque, a la espera que su hijo cumpla con su desafío.*
    *Ate le había preparado a su hijo mayor un circuito de entrenamiento con monstruos y varios obstáculos. Erik le encantaba los retos. Armado con su arco y sus dagas, sale corriendo introduciéndose en el bosque. Ate, emocionada, espera en el linde del bosque, a la espera que su hijo cumpla con su desafío.*
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  • Trece días. Un total de trece días necesitó el zorro para estar en buena forma. Habría necesitado menos, pero las heridas fueron brutales. Además, a mitad de su recuperación, tuvo que dar parte de su energía vital para ayudar a un amigo.

    Pero por fin, Kazuo estaba en marcha. Ese Ōmukade había crecido a sus anchas desde su último encuentro. Últimamente, en ese tiempo había atacado una aldea cercana, pero, por gracia divina, solo se cobró víctimas de ganado.

    El zorro, esta vez sí, con sus cinco sentidos puestos, fue en busca del demonio escalopendra, aquel que era capaz de matar y comer dragones. Recorrió todo el valle y la montaña en busca de su rastro. Recordaba su olor; si algo se le daba bien al zorro era recordar aromas, cada matiz que incluso podía saborear en la lengua. Tras una larga caminata, lo encontró: ese rastro que olía a podredumbre y muerte, como si algo estuviera comiendo cadáveres en descomposición. En este punto, el zorro bajó su ritmo, sintiendo cómo esa capa de miasma aumentaba a medida que se acercaba.

    Kazuo era tremendamente silencioso; no se escuchaba ni el crujir de las ramas bajo sus pies, igual que un fantasma. Afinaba su oído; cualquier leve sonido hacía que girara su cabeza de forma brusca, como cuando los cazadores acechan a una presa. Y así era: Kazuo era el cazador y el Ōmukade, su presa. La noche se había cernido sobre él. De seguro, Elisabeth le reprendería por no avisarla para que lo acompañara. Pero no le entusiasmaba darle como regalo de compromiso una noche de matanza a un demonio. Desde luego, era poco romántico.

    "¡Clic!" —Un crujido.

    Ese crujido no lo había emitido Kazuo. Tampoco lo habría provocado ningún animal, ya que la densidad del ambiente era inaguantable para cualquier ser que no estuviera preparado para soportarlo. El zorro se puso en cuclillas, posando sus dos manos sobre la tierra e inclinándose levemente hacia delante, como un gato que se agazapa antes de cernirse sobre su presa. Un silencio sepulcral se instalaba en el ambiente; Parecía que incluso el aire había dejado de correr.

    Fue entonces cuando aquel demonio, tan grande como un dragón, emergió de la oscuridad, profiriendo un rugido ensordecedor. Este, igual que la última vez, se dirigió una carga hacia Kazuo, pero este, rápido, tomó impulso en dirección hacia la criatura. A punto de colisionar el uno con el otro, Kazuo sacó sus garras, clavándolas apenas en el caparazón de su cabeza. Su coraza era terriblemente dura; Debería haberle pedido a Elisabeth un poco de su saliva, ya que esta es venenosa para los Ōmukade. Tras aguantar todo lo posible el agarre, aprovechó la inercia de su cuerpo para elevarse sobre la cabeza del demonio, quedando durante unas milésimas de segundo en pie sobre este con una sola mano. Sin soltar su agarre, dobló su tronco para que sus pies y piernas caigan en cuclillas sobre la cabeza del insecto gigante. Con una fuerza sobrehumana, hizo presión con sus piernas hacia abajo, soltando su agarre en el momento justo en que estas hacían más presión sobre la cabeza del demonio. El impulso que tomó el zorro hizo que la cabeza del contrario se estampara de boca contra el suelo, como si Kazuo hubiera lanzado un proyecto con sus piernas.

    Mientras una polvareda se levantaba por el impacto del Ōmukade contra el suelo, el zorro caía con gracia sobre la rama de un árbol cercano.

    —Esto va a terminar rápido... —decía él con esa calma que a veces podía resultar inquietante.

    Tras unos segundos, el demonio se levantaba. Este retorcía su cuerpo con dolor y furia. Kazuo pensó que, si no podía atravesar su corazón, lo molería a golpes hasta que esta cediera.

    Durante largos minutos, ambos yōkais se regalaban una serenata de golpes. Kazuo era quien más golpe daba y quien más los esquivaba, aunque se llevó alguno que otro en el camino. El demonio escalopendra comenzaba a estar cansado y cada vez más débil. En un último movimiento, Kazuo volvió a embestir de frente, algo bastante necio por su parte, ya que el demonio no era tonto y ya había visto antes de ese ataque.

    El Ōmukade, habiendo aprendido la lección, levantó su cabeza para atrapar el cuerpo de Kazuo, uniendo sus dientes afilados en su carne. Pero de pronto, como si fuera vapor, el cuerpo de Kazuo desapareció, dejando una leve neblina a su paso y una hoja otoñal flotando donde antes estaba su cuerpo, hasta que esta cayó al suelo. Kazuo había desaparecido. El demonio, desconcertado, giró sus ojos telescópicos de un lado a otro buscando al zorro. Pero Kazuo no estaba en su campo de visión. El zorro, como si de un truco de mágia se tratase, estaba justo debajo de la cabeza del Ōmukade, concretamente bajo su mandíbula. Ahí había un punto frágil; un área de su corazón había cedido por los constantes golpes que le había propinado. La mano de Kazuo se llenaba de llamas color zafiro, llamas capaces de purificar y quemar aquello que no puede ser purificado por nada. Juntó y puso rectos los dedos de su mano para, posteriormente, clavar sus garras de una sola estocada en la tráquea del monstruo, atravesándola con facilidad.

    El Ōmukade rugía, rugía con desesperación y dolor. Su cuerpo de escalopendra se retorcía de un lado a otro, volcando árboles y maleza, dejando un destrozo a su paso. Kazuo, insatisfecho, aún con su mano introducida, hizo florecer sus llamas color zafiro, haciendo que la criatura comenzara a arder desde dentro. Segundos más tarde, mientras aún se retorcía de dolor, llamas azules salían crepitantes entre los huecos de su coraza, por su boca y por sus ojos.

    Era un golpe incompatible con la vida, totalmente mortal. Saca sus manos del interior, su cuerpo dejó de moverse progresivamente, quedando solo algunos espasmos residuales de movimiento. Kazuo observaba cómo el cuerpo del demonio que casi lo mata se consumía. ¿Cómo podía haber sido tan descuidado con un demonio tan inferior a él?

    —Esto por haber preocupado a Liz, infeliz —decía Kazuo de forma seria, pero con una calma nuevamente inquietante.

    Su venganza no había sido porque lo hubiera estado a punto de matar, sino por el mal rato que pasó Elisabeth cuando lo encontró moribundo. Finalmente, el zorro se volvió y puso rumbo a su templo, esperando que no se le hubiera hecho demasiado tarde para cenar.
    Trece días. Un total de trece días necesitó el zorro para estar en buena forma. Habría necesitado menos, pero las heridas fueron brutales. Además, a mitad de su recuperación, tuvo que dar parte de su energía vital para ayudar a un amigo. Pero por fin, Kazuo estaba en marcha. Ese Ōmukade había crecido a sus anchas desde su último encuentro. Últimamente, en ese tiempo había atacado una aldea cercana, pero, por gracia divina, solo se cobró víctimas de ganado. El zorro, esta vez sí, con sus cinco sentidos puestos, fue en busca del demonio escalopendra, aquel que era capaz de matar y comer dragones. Recorrió todo el valle y la montaña en busca de su rastro. Recordaba su olor; si algo se le daba bien al zorro era recordar aromas, cada matiz que incluso podía saborear en la lengua. Tras una larga caminata, lo encontró: ese rastro que olía a podredumbre y muerte, como si algo estuviera comiendo cadáveres en descomposición. En este punto, el zorro bajó su ritmo, sintiendo cómo esa capa de miasma aumentaba a medida que se acercaba. Kazuo era tremendamente silencioso; no se escuchaba ni el crujir de las ramas bajo sus pies, igual que un fantasma. Afinaba su oído; cualquier leve sonido hacía que girara su cabeza de forma brusca, como cuando los cazadores acechan a una presa. Y así era: Kazuo era el cazador y el Ōmukade, su presa. La noche se había cernido sobre él. De seguro, Elisabeth le reprendería por no avisarla para que lo acompañara. Pero no le entusiasmaba darle como regalo de compromiso una noche de matanza a un demonio. Desde luego, era poco romántico. "¡Clic!" —Un crujido. Ese crujido no lo había emitido Kazuo. Tampoco lo habría provocado ningún animal, ya que la densidad del ambiente era inaguantable para cualquier ser que no estuviera preparado para soportarlo. El zorro se puso en cuclillas, posando sus dos manos sobre la tierra e inclinándose levemente hacia delante, como un gato que se agazapa antes de cernirse sobre su presa. Un silencio sepulcral se instalaba en el ambiente; Parecía que incluso el aire había dejado de correr. Fue entonces cuando aquel demonio, tan grande como un dragón, emergió de la oscuridad, profiriendo un rugido ensordecedor. Este, igual que la última vez, se dirigió una carga hacia Kazuo, pero este, rápido, tomó impulso en dirección hacia la criatura. A punto de colisionar el uno con el otro, Kazuo sacó sus garras, clavándolas apenas en el caparazón de su cabeza. Su coraza era terriblemente dura; Debería haberle pedido a Elisabeth un poco de su saliva, ya que esta es venenosa para los Ōmukade. Tras aguantar todo lo posible el agarre, aprovechó la inercia de su cuerpo para elevarse sobre la cabeza del demonio, quedando durante unas milésimas de segundo en pie sobre este con una sola mano. Sin soltar su agarre, dobló su tronco para que sus pies y piernas caigan en cuclillas sobre la cabeza del insecto gigante. Con una fuerza sobrehumana, hizo presión con sus piernas hacia abajo, soltando su agarre en el momento justo en que estas hacían más presión sobre la cabeza del demonio. El impulso que tomó el zorro hizo que la cabeza del contrario se estampara de boca contra el suelo, como si Kazuo hubiera lanzado un proyecto con sus piernas. Mientras una polvareda se levantaba por el impacto del Ōmukade contra el suelo, el zorro caía con gracia sobre la rama de un árbol cercano. —Esto va a terminar rápido... —decía él con esa calma que a veces podía resultar inquietante. Tras unos segundos, el demonio se levantaba. Este retorcía su cuerpo con dolor y furia. Kazuo pensó que, si no podía atravesar su corazón, lo molería a golpes hasta que esta cediera. Durante largos minutos, ambos yōkais se regalaban una serenata de golpes. Kazuo era quien más golpe daba y quien más los esquivaba, aunque se llevó alguno que otro en el camino. El demonio escalopendra comenzaba a estar cansado y cada vez más débil. En un último movimiento, Kazuo volvió a embestir de frente, algo bastante necio por su parte, ya que el demonio no era tonto y ya había visto antes de ese ataque. El Ōmukade, habiendo aprendido la lección, levantó su cabeza para atrapar el cuerpo de Kazuo, uniendo sus dientes afilados en su carne. Pero de pronto, como si fuera vapor, el cuerpo de Kazuo desapareció, dejando una leve neblina a su paso y una hoja otoñal flotando donde antes estaba su cuerpo, hasta que esta cayó al suelo. Kazuo había desaparecido. El demonio, desconcertado, giró sus ojos telescópicos de un lado a otro buscando al zorro. Pero Kazuo no estaba en su campo de visión. El zorro, como si de un truco de mágia se tratase, estaba justo debajo de la cabeza del Ōmukade, concretamente bajo su mandíbula. Ahí había un punto frágil; un área de su corazón había cedido por los constantes golpes que le había propinado. La mano de Kazuo se llenaba de llamas color zafiro, llamas capaces de purificar y quemar aquello que no puede ser purificado por nada. Juntó y puso rectos los dedos de su mano para, posteriormente, clavar sus garras de una sola estocada en la tráquea del monstruo, atravesándola con facilidad. El Ōmukade rugía, rugía con desesperación y dolor. Su cuerpo de escalopendra se retorcía de un lado a otro, volcando árboles y maleza, dejando un destrozo a su paso. Kazuo, insatisfecho, aún con su mano introducida, hizo florecer sus llamas color zafiro, haciendo que la criatura comenzara a arder desde dentro. Segundos más tarde, mientras aún se retorcía de dolor, llamas azules salían crepitantes entre los huecos de su coraza, por su boca y por sus ojos. Era un golpe incompatible con la vida, totalmente mortal. Saca sus manos del interior, su cuerpo dejó de moverse progresivamente, quedando solo algunos espasmos residuales de movimiento. Kazuo observaba cómo el cuerpo del demonio que casi lo mata se consumía. ¿Cómo podía haber sido tan descuidado con un demonio tan inferior a él? —Esto por haber preocupado a Liz, infeliz —decía Kazuo de forma seria, pero con una calma nuevamente inquietante. Su venganza no había sido porque lo hubiera estado a punto de matar, sino por el mal rato que pasó Elisabeth cuando lo encontró moribundo. Finalmente, el zorro se volvió y puso rumbo a su templo, esperando que no se le hubiera hecho demasiado tarde para cenar.
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