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    //ya fuera de broma voy a abusar que lute está aburrida para que me ayude haciendo el reinicio así que...
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  • Recuerda cada día el primer encuentro, un primer saludo, las primeras palabras, su primer baile, casi como una tortura para si mismo, un recordatorio de lo que lamentablemente parece haber perdido.

    Todo ocurrió en la noche del festival de las hojas doradas unos cuantos meses atrás, aquella celebración que festeja la llegada del Otoño, cada año se realiza en su hogar, la gran mansión de Farynore que se encuentra cerca de las montañas. Como buen anfitrión se encargó de recibir a todos sus invitados y fue ella quien llamó su atención más que todas las personas.

    Fue ella quien dio el primer acercamiento, como era de esperarse, la rubia dijo "quisiera tener un baile con nuestro amable anfitrión" lo dijo en un momento donde él trataba de atender a algunos de los invitados y de cierta manera fue un quiebre por completo de las tradiciones porque rara vez eran las mujeres quienes invitaban a los hombres al baile.

    El aroma de ella lo cautivo en un inicio, mientras bailaban tenían la atención de todos en la sala. Hombres lo miraban con recelo y las mujeres lo hacían con envidia, otros tantos más los observaban con admiración, tuvieron todas las miradas clavadas en ellos mientras ambos aprovechaban el momento para hablar, para compartir información de uno y el otro, además de dar unos cuantos halagos que aún guarda en su memoria.

    Fue a partir de aquel día donde no ha dejado de pensar en Sylvaine, donde se enamoró perdidamente de ella, pero su amor no puede ser, sus diferencias sociales no lo permiten, sus diferencias de edades tampoco ¿Qué hará? ¿Permitirá que se marche de su vida? ¿La ira a buscar? Por primera vez, el gran líder del gremio de magos no tiene una respuesta concisa, cerebro y corazón piensan cosas contrarias.
    Recuerda cada día el primer encuentro, un primer saludo, las primeras palabras, su primer baile, casi como una tortura para si mismo, un recordatorio de lo que lamentablemente parece haber perdido. Todo ocurrió en la noche del festival de las hojas doradas unos cuantos meses atrás, aquella celebración que festeja la llegada del Otoño, cada año se realiza en su hogar, la gran mansión de Farynore que se encuentra cerca de las montañas. Como buen anfitrión se encargó de recibir a todos sus invitados y fue ella quien llamó su atención más que todas las personas. Fue ella quien dio el primer acercamiento, como era de esperarse, la rubia dijo "quisiera tener un baile con nuestro amable anfitrión" lo dijo en un momento donde él trataba de atender a algunos de los invitados y de cierta manera fue un quiebre por completo de las tradiciones porque rara vez eran las mujeres quienes invitaban a los hombres al baile. El aroma de ella lo cautivo en un inicio, mientras bailaban tenían la atención de todos en la sala. Hombres lo miraban con recelo y las mujeres lo hacían con envidia, otros tantos más los observaban con admiración, tuvieron todas las miradas clavadas en ellos mientras ambos aprovechaban el momento para hablar, para compartir información de uno y el otro, además de dar unos cuantos halagos que aún guarda en su memoria. Fue a partir de aquel día donde no ha dejado de pensar en Sylvaine, donde se enamoró perdidamente de ella, pero su amor no puede ser, sus diferencias sociales no lo permiten, sus diferencias de edades tampoco ¿Qué hará? ¿Permitirá que se marche de su vida? ¿La ira a buscar? Por primera vez, el gran líder del gremio de magos no tiene una respuesta concisa, cerebro y corazón piensan cosas contrarias.
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  • Los libros dicen que todo tiene un inicio y un final. Sin embargo, me pongo a pensar, ¿por qué el dolor parece no tener fin? Es como si estuviéramos eternamente atados a él. Incluso la felicidad, esa quimera fugaz, se desvanece antes de que podamos aferrarnos a ella.

    En fin, la vida sigue su curso, y yo debo continuar con mis tareas.
    🌺 Los libros dicen que todo tiene un inicio y un final. Sin embargo, me pongo a pensar, ¿por qué el dolor parece no tener fin? Es como si estuviéramos eternamente atados a él. Incluso la felicidad, esa quimera fugaz, se desvanece antes de que podamos aferrarnos a ella. En fin, la vida sigue su curso, y yo debo continuar con mis tareas.
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  • — Y bien, ¿cuántas sesiones crees que llevamos contando ésta?

    Nikolay miró a Anya unos instantes. Sus miradas, como casi siempre, se cruzaron durante los instantes que el silencio perduró en la habitación. Así solía ser cada vez que la mujer le hacía alguna pregunta: Ella dejaba de mirar su tableta y esperaba encontrar una respuesta, pero Lev se rehusaba a responderle del modo en que ella quería. El chico intentó contar con los dedos, fingió hacerlo como un chiquillo al ir levantando los dedos de sus manos, uno a uno, mientras que asentía al mismo ritmo con que su boca parecía moverse sin emitir un solo ruido. Cuando creyó que había llegado a veinte, se detuvo y terminó levantando los hombros. No tenía idea, no le importaba y tampoco parecía servirle de algo saberlo.

    « Tú deberías saberlo.» Escribió en su pizarra blanca con el marcador, la dejó leer y poco después borró las letras con prisq. Fue entonces que escribió de nuevo, uno de sus muchos comentarios ácidos que hicieron a Anya fruncir el entrecejo: « Mis padres pagan por esto, solo cuenta las transferencias o los cheques. »

    — Ha sido un año de terapias el que llevamos, Niko. Y siendo honesta, no veo ningún avance en ti. —Anya suspiró. Se acomodó los lentes mejor sobre el puente de la nariz y comenzó a hojear el expediente físico de su paciente. La cantidad de hojas y anotaciones que tenía eran exageradas, suficientes para creer que los avances de las terapias funcionaban. Pero todo estaba alejado de la realidad, pues sentía que cada día estaba alejándose más de su paciente y que no existía mejoría, por el contrario. Cada día que pasaba, Nikolay se volvía más arisco y hermético, sus respuestas se volvían banales, esquivas y ambiguas al solo limitarse al espacio que la pizarra le brindaba para explicarse. La mujer, desesperada, se sacó los lentes de lectura un momento y cruzó las piernas para, luego, echar el cuerpo hacia delante para intentar crear cercanía entre los dos.— ¿Por qué no quieres las terapias, Niko? Antes te gustaban.

    « Antes » Solo eso apareció en la pizarra. Cada letra era tan grande que no dejaba espacio para nada más. Nikolay bajó la pizarra, incluso la echó a un lado en el sofá y terminó imitando a Anya al cruzar una pierna sobre la otra, apoyó el codo sobre la rodilla y, con la mano, se cubrió la boca. No pretendía dejarla leer sus labios, ni sus expresiones, siquiera tenía intenciones de mostrarle otra vez sus pensamientos en la pizarra. Si lo conocía bien, debía bastarle con entender lo que sus ojos y su rostro podían expresar. O eso pensaba, si tan solo no pasara la mitad de la sesión revisando notas inútiles en su tableta que no los llevaban a ningún lado. Nikolay levantó la cabeza, ligeramente, como si le instara a continuar la conversación para llegar a ese punto de inflexión en el que se animaba a, por unos meses más, ceder en su posición como paciente y mantenerse como una persona dócil que necesitaba de su sabio consejo.

    — Ya sé, ya sé. No quieres hablar. Pero el juez ordenó que debes tomarlas y mostrar buenos avances si quieres obtener la custodia de tus hermanas gemelas. Si los resultados de estas terapias no te favorecen, se quedarán otro año con tus padres. —Anya se colocó de nuevo los lentes y esbozó una sonrisita, de esas que le ponían los nervios de punta a Niko, quien lo disimuló bien al morder con fuerza para no abrir la boca. La mujer se veía contenta, usando esa pequeña debilidad para retenerlo. Sin embargo, cuando notó que no había causado el efecto esperado, cerró el expediente, deshizo el cruce de sus piernas y se colocó de pie con sus pertenencias bajo el brazo.— Si no quieres trabajar ni ser honesto conmigo, está bien, puedo entenderlo. Mi trabajo es ayudarte a entender lo que te sucede y darte soluciones para ello, Niko. No soy tu enemiga, pero si no dejas verme de esa forma, no puedo obligarte y nada funcionará.

    Nikolay le siguió con la mirada. Sabía que su psicóloga tenía razón. Llevaba años trabajando con ella, casi desde que en la preparatoria le sugirieran a sus padres recibir "ayuda" por su comportamiento rebelde; nadie le conocía tan bien como ella y nadie iba a soportar su temperamento de mierda como ella. Fue entonces que dio la alusión de suspirar, con pesadez y un hastío que se le notaba en toda la cara; Anya sonrió y amplió ese gesto cuando lo vio tomar la pizarra nuevamente para comenzar a escribir. Podia presentir que en esta ocasión el mensaje sería diferente, porque parecía tardarse más tiempo de lo usual en ello.

    « ¿Por qué quieres ayudarme? Si no es por el dinero ni por los beneficios de mi padre, ¿entonces por qué? No quiero tu lástima. » Hubo silencio. Aunque la expresión en el rostro de la rubia fue de asombro, una carcajada sonora rompió el incómodo momento que tenían los dos. Lev se sorprendió por un momento, nunca la había escuchado reírse de ese modo tan libre, tan jovial... Como si nada le importaray no tuviera que ocultarse, como siempre, detrás de sus manos para reírse. De a poco, Anya se acercó hasta tomar asiento en el espacio libre del sofá que Nikolay usaba. Sus miradas de nuevo se cruzaron y ella pareció tan risueña, y tan melancólica, que le dio pena.

    — No es lástima, no siento lástima por ti. Más bien me da tristeza, porque hay muchas emociones dentro de ti que no entiendes y que solo ocultas usando otras. Yo puedo ayudarte. —Anya asintió, frunció los labios para tranquilizar el gesto en su boca porque quería reírse de la cara que estaba haciendo Lev.— Llevamos varios años de terapia intermitente, claro que algo debía saber de ti, Lev. Ahora, ¿por qué no me cuentas como están las chicas? ¿Qué has hecho para ayudarlas a elegir dónde quieren estudiar?

    Nikolay bajó la mirada un momento. Parecía plantearse con demasiada seriedad el seguir o no en esa habitación, con esa mujer, con esas preguntas triviales que de a poco lo acercarían a las preguntas que no quería responder jamás. Pero tenía razón, no quería hablar, no quería decir nada de él ni de su pasado, mucho menos de cómo se sentía, pero... Debía sacar a sus hermanas de ese hogar antes de que terminaran sufriendo por el peso de sus decisiones. De a poco, Lev movió las manos, al inicio sin energía, pero de a poco aumentó el ritmo de ellas hasta que la conversación se volvió más casual, permitiéndose fluir en ese lenguaje que, con el tiempo, Anya había comprendido.

    « No mucho. No saben aún lo que quieren. Todos los días tienen nuevas opciones e ideas. Han visto demasiados videos en internet, así que elegir es difícil. Les he aconsejado, pero a los dos días llegan con algo nuego y... » El movimiento se detuvo de manera abrupta hasta que, instantes después, se retomó con calma para decir una sola cosa: « Gracias. »
    — Y bien, ¿cuántas sesiones crees que llevamos contando ésta? Nikolay miró a Anya unos instantes. Sus miradas, como casi siempre, se cruzaron durante los instantes que el silencio perduró en la habitación. Así solía ser cada vez que la mujer le hacía alguna pregunta: Ella dejaba de mirar su tableta y esperaba encontrar una respuesta, pero Lev se rehusaba a responderle del modo en que ella quería. El chico intentó contar con los dedos, fingió hacerlo como un chiquillo al ir levantando los dedos de sus manos, uno a uno, mientras que asentía al mismo ritmo con que su boca parecía moverse sin emitir un solo ruido. Cuando creyó que había llegado a veinte, se detuvo y terminó levantando los hombros. No tenía idea, no le importaba y tampoco parecía servirle de algo saberlo. « Tú deberías saberlo.» Escribió en su pizarra blanca con el marcador, la dejó leer y poco después borró las letras con prisq. Fue entonces que escribió de nuevo, uno de sus muchos comentarios ácidos que hicieron a Anya fruncir el entrecejo: « Mis padres pagan por esto, solo cuenta las transferencias o los cheques. » — Ha sido un año de terapias el que llevamos, Niko. Y siendo honesta, no veo ningún avance en ti. —Anya suspiró. Se acomodó los lentes mejor sobre el puente de la nariz y comenzó a hojear el expediente físico de su paciente. La cantidad de hojas y anotaciones que tenía eran exageradas, suficientes para creer que los avances de las terapias funcionaban. Pero todo estaba alejado de la realidad, pues sentía que cada día estaba alejándose más de su paciente y que no existía mejoría, por el contrario. Cada día que pasaba, Nikolay se volvía más arisco y hermético, sus respuestas se volvían banales, esquivas y ambiguas al solo limitarse al espacio que la pizarra le brindaba para explicarse. La mujer, desesperada, se sacó los lentes de lectura un momento y cruzó las piernas para, luego, echar el cuerpo hacia delante para intentar crear cercanía entre los dos.— ¿Por qué no quieres las terapias, Niko? Antes te gustaban. « Antes » Solo eso apareció en la pizarra. Cada letra era tan grande que no dejaba espacio para nada más. Nikolay bajó la pizarra, incluso la echó a un lado en el sofá y terminó imitando a Anya al cruzar una pierna sobre la otra, apoyó el codo sobre la rodilla y, con la mano, se cubrió la boca. No pretendía dejarla leer sus labios, ni sus expresiones, siquiera tenía intenciones de mostrarle otra vez sus pensamientos en la pizarra. Si lo conocía bien, debía bastarle con entender lo que sus ojos y su rostro podían expresar. O eso pensaba, si tan solo no pasara la mitad de la sesión revisando notas inútiles en su tableta que no los llevaban a ningún lado. Nikolay levantó la cabeza, ligeramente, como si le instara a continuar la conversación para llegar a ese punto de inflexión en el que se animaba a, por unos meses más, ceder en su posición como paciente y mantenerse como una persona dócil que necesitaba de su sabio consejo. — Ya sé, ya sé. No quieres hablar. Pero el juez ordenó que debes tomarlas y mostrar buenos avances si quieres obtener la custodia de tus hermanas gemelas. Si los resultados de estas terapias no te favorecen, se quedarán otro año con tus padres. —Anya se colocó de nuevo los lentes y esbozó una sonrisita, de esas que le ponían los nervios de punta a Niko, quien lo disimuló bien al morder con fuerza para no abrir la boca. La mujer se veía contenta, usando esa pequeña debilidad para retenerlo. Sin embargo, cuando notó que no había causado el efecto esperado, cerró el expediente, deshizo el cruce de sus piernas y se colocó de pie con sus pertenencias bajo el brazo.— Si no quieres trabajar ni ser honesto conmigo, está bien, puedo entenderlo. Mi trabajo es ayudarte a entender lo que te sucede y darte soluciones para ello, Niko. No soy tu enemiga, pero si no dejas verme de esa forma, no puedo obligarte y nada funcionará. Nikolay le siguió con la mirada. Sabía que su psicóloga tenía razón. Llevaba años trabajando con ella, casi desde que en la preparatoria le sugirieran a sus padres recibir "ayuda" por su comportamiento rebelde; nadie le conocía tan bien como ella y nadie iba a soportar su temperamento de mierda como ella. Fue entonces que dio la alusión de suspirar, con pesadez y un hastío que se le notaba en toda la cara; Anya sonrió y amplió ese gesto cuando lo vio tomar la pizarra nuevamente para comenzar a escribir. Podia presentir que en esta ocasión el mensaje sería diferente, porque parecía tardarse más tiempo de lo usual en ello. « ¿Por qué quieres ayudarme? Si no es por el dinero ni por los beneficios de mi padre, ¿entonces por qué? No quiero tu lástima. » Hubo silencio. Aunque la expresión en el rostro de la rubia fue de asombro, una carcajada sonora rompió el incómodo momento que tenían los dos. Lev se sorprendió por un momento, nunca la había escuchado reírse de ese modo tan libre, tan jovial... Como si nada le importaray no tuviera que ocultarse, como siempre, detrás de sus manos para reírse. De a poco, Anya se acercó hasta tomar asiento en el espacio libre del sofá que Nikolay usaba. Sus miradas de nuevo se cruzaron y ella pareció tan risueña, y tan melancólica, que le dio pena. — No es lástima, no siento lástima por ti. Más bien me da tristeza, porque hay muchas emociones dentro de ti que no entiendes y que solo ocultas usando otras. Yo puedo ayudarte. —Anya asintió, frunció los labios para tranquilizar el gesto en su boca porque quería reírse de la cara que estaba haciendo Lev.— Llevamos varios años de terapia intermitente, claro que algo debía saber de ti, Lev. Ahora, ¿por qué no me cuentas como están las chicas? ¿Qué has hecho para ayudarlas a elegir dónde quieren estudiar? Nikolay bajó la mirada un momento. Parecía plantearse con demasiada seriedad el seguir o no en esa habitación, con esa mujer, con esas preguntas triviales que de a poco lo acercarían a las preguntas que no quería responder jamás. Pero tenía razón, no quería hablar, no quería decir nada de él ni de su pasado, mucho menos de cómo se sentía, pero... Debía sacar a sus hermanas de ese hogar antes de que terminaran sufriendo por el peso de sus decisiones. De a poco, Lev movió las manos, al inicio sin energía, pero de a poco aumentó el ritmo de ellas hasta que la conversación se volvió más casual, permitiéndose fluir en ese lenguaje que, con el tiempo, Anya había comprendido. « No mucho. No saben aún lo que quieren. Todos los días tienen nuevas opciones e ideas. Han visto demasiados videos en internet, así que elegir es difícil. Les he aconsejado, pero a los dos días llegan con algo nuego y... » El movimiento se detuvo de manera abrupta hasta que, instantes después, se retomó con calma para decir una sola cosa: « Gracias. »
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  • Buenos días cerecitas , bonito inicio de semana, ya saben rol libre pero con trama de por medio
    Buenos días cerecitas , bonito inicio de semana, ya saben rol libre pero con trama de por medio ✨💕
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  • INICIO DE FANDOM: MITOLOGIA GRIEGA
    BUSQUEDA DE NUEVOS MIEMBROS

    buen día , hace poco me recomendaron este sitio, y al entrar de inmediato me pareció un lugar muy cómodo, busco reunir a la gran familia de titanes, dioses, semidioses y otros personajes de la mitología griega, son bienvenidos personajes OC y canónicos de cualquier franquicia, videojuegos o anime, sin repetir al mismo ente, por ejemplo si ya entró un Poseidón de récord of Ragnarok, ya no podríamos recibir a un poseidon de otro anime o videojuegos, es la única restricción, haremos roles y tramas relajados de todos los géneros, ya tenemos dos dioses ocupados: Ares y hestia (yo ) el único puesto que reservo para algún usuario que me sea de confianza es Zeus, todos los demás dioses , semidioses y personajes de la mitología griega están disponibles
    INICIO DE FANDOM: MITOLOGIA GRIEGA BUSQUEDA DE NUEVOS MIEMBROS buen día , hace poco me recomendaron este sitio, y al entrar de inmediato me pareció un lugar muy cómodo, busco reunir a la gran familia de titanes, dioses, semidioses y otros personajes de la mitología griega, son bienvenidos personajes OC y canónicos de cualquier franquicia, videojuegos o anime, sin repetir al mismo ente, por ejemplo si ya entró un Poseidón de récord of Ragnarok, ya no podríamos recibir a un poseidon de otro anime o videojuegos, es la única restricción, haremos roles y tramas relajados de todos los géneros, ya tenemos dos dioses ocupados: Ares y hestia (yo 🙂) el único puesto que reservo para algún usuario que me sea de confianza es Zeus, todos los demás dioses , semidioses y personajes de la mitología griega están disponibles
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  • Está es mi primera diadema o corona que usé en mis inicios cómo superheroína.
    Está es mi primera diadema o corona que usé en mis inicios cómo superheroína.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    —Hey! Ayer fue un dulce y precioso día festivo, me la pasé super especial. Muchas gracias, comí hasta rebosar el pastel de 桑蒂 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐢𝐚𝐠𝐨 ᴬᵒᶦ 葵 ; disfruté del delicado regalo que cuidaré mucho de Hermes Greek Mitology , estoy encantada de tener el gran inicio de una dulce amistad con 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆 . Mil gracias por el cariño, siento una inmensa gratitud —sonrío encantada, mientras les mando rosas por nubes mágicas.
    —Hey! Ayer fue un dulce y precioso día festivo, me la pasé super especial. Muchas gracias, comí hasta rebosar el pastel de [Santi] ; disfruté del delicado regalo que cuidaré mucho de [Sigmaleo25] , estoy encantada de tener el gran inicio de una dulce amistad con [Liz_bloodFlame]. Mil gracias por el cariño, siento una inmensa gratitud —sonrío encantada, mientras les mando rosas por nubes mágicas.
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  • El paso del tiempo sin duda alguna había causado un cambio significativo en su forma de relacionarse con los demás, el amor había llegado a hacer florecer partes de ella que no sabía que existían; Liz sonreía más, su mirada se había vuelto dulce, podía darse el lujo de caminar descalza por el bosque inspirando hondo y admirando todo lo que la naturaleza tenía para ofrecer e incluso socializar ya no era un sacrificio.
    Quien la conociera de antes tendría que hacer un gran esfuerzo para encontrar en ella la guerrera hostil y de pocos amigos que renegaba de hacer vínculos afectivos. Se acercaban aires nuevos, no sin incertidumbres pero ya no estaba sola.

    El día había amanecido con un brillante sol otoñal, un pequeño regalo antes de dar inicio al frío invierno que se acercaba a pasos agigantados. El buen clima era una excelente excusa para ir a visitar a Nunchi Dávalos , su instinto le decía que hoy era un día especial y quizás un buen momento para que la maga le enseñe a cocinar como antes habían acordado.

    El hecho de ir sin un compromiso, sólo a visitarla era un gran paso fuera de su zona de confort. Elizabeth algo nerviosa emprendía su viaje, no le gustaba llegar con las manos vacías, esta vez no llevaba una pluma de su colección pero si decidió llenar una cesta con bebestibles, fruta y algunos oniguiris que Kazuo había preparado el día anterior.

    Llegando estiró una manta y esperó que Nunchi apareciera ¿Habría sido buena idea visitarla sin avisar? ¿Seguiría aún vendiendo sus pociones en este bosque?
    El paso del tiempo sin duda alguna había causado un cambio significativo en su forma de relacionarse con los demás, el amor había llegado a hacer florecer partes de ella que no sabía que existían; Liz sonreía más, su mirada se había vuelto dulce, podía darse el lujo de caminar descalza por el bosque inspirando hondo y admirando todo lo que la naturaleza tenía para ofrecer e incluso socializar ya no era un sacrificio. Quien la conociera de antes tendría que hacer un gran esfuerzo para encontrar en ella la guerrera hostil y de pocos amigos que renegaba de hacer vínculos afectivos. Se acercaban aires nuevos, no sin incertidumbres pero ya no estaba sola. El día había amanecido con un brillante sol otoñal, un pequeño regalo antes de dar inicio al frío invierno que se acercaba a pasos agigantados. El buen clima era una excelente excusa para ir a visitar a [vortex_green_lion_252] , su instinto le decía que hoy era un día especial y quizás un buen momento para que la maga le enseñe a cocinar como antes habían acordado. El hecho de ir sin un compromiso, sólo a visitarla era un gran paso fuera de su zona de confort. Elizabeth algo nerviosa emprendía su viaje, no le gustaba llegar con las manos vacías, esta vez no llevaba una pluma de su colección pero si decidió llenar una cesta con bebestibles, fruta y algunos oniguiris que Kazuo había preparado el día anterior. Llegando estiró una manta y esperó que Nunchi apareciera ¿Habría sido buena idea visitarla sin avisar? ¿Seguiría aún vendiendo sus pociones en este bosque?
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  • #LongText

    | Betrayal.
    ¿What about me?


    Tenía un guardián de confianza, hace muchos años que ha sido su persona más cercana, pero hace poco descubrió que había estado siendo traicionado por él. Las cosas que hacía, todo era dicho y revelado al rey, incluso los secretos que según guardaban entre ambos. Noah no lo soportó y ordenó secuestrarlo en un lugar privado. Dónde ahora estaban ellos dos sólos. Tomó su arma característica, la mayoría de personas sabían que nunca la dejaba de lado y siempre castigaba a los demás con ella sin que su mano temblara al momento de jalar el gatillo.

    Ésta vez, estuvo frente a la persona que jamás pensó que algún día lo traicionaría, debía decir que incluso lo había considerado como un hermano. Tener ese pensamiento le hizo enojar más y sólo se acercó a él y rodeó con su mano el cuello ajeno, haciendo cada vez más presión y cuando abrió su boca para jadear y obtener algo de aire, Noah acercó la punta del arma a ésta, presionando la lengua húmeda ajena sin piedad.

    — Sabes bien que les hago a los traidores, ¿Acaso quisiste experimentarlo por cuenta propia? Ja, eres muy sucio, no pensé que tendrías esos.. fetiches.

    Se burló constantemente. Su expresión fue cada vez más complicada ante el silencio ajeno, como si estuviera esperando su final de una buena vez.
    En medio de su enojo y el sentimiento de haber sido vendido durante meses por una persona que consideraba más confiable, lo había golpeado sin parar y ahora se le dificultaba estar de pie, por lo que prácticamente lo estaba sujetando del cuello para que no cayera y así mismo lo estaba asfixiando.

    — Eres un bastardo. Pero no voy a preguntar cuál fue tu motivo para..

    Dejó de hablar y sólo presionó el arma contra la garganta contraria, sólo estaba a un movimiento para jalar el gatillo y hacer que se tragara la bala. Pero los ojos de él le decían que era algo que había esperado hace mucho, que sabía desde un inicio cuál había sido el precio por su traición y que, lo merecía. Merecía morir por lo que había hecho.

    Noah podría ser impulsivo y sangriento a veces, pero a veces dudaba de lo que hacía o si valía la pena ensuciarse las manos con éste tipo de escoria. Alejó el arma un momento, para después golpear el rostro ajeno con la misma y dejar al otro hombre inconsciente.

    — No quiero volver a verte.

    Desvió su mirada, sólo ordenaría a sus hombres a dejarlo cerca de un río mientras estaba inconsciente. No le importaba si rodaba y se ahogaba, ésta persona ya no tenía nada que ver con él.



    #LongText | Betrayal. ¿What about me? Tenía un guardián de confianza, hace muchos años que ha sido su persona más cercana, pero hace poco descubrió que había estado siendo traicionado por él. Las cosas que hacía, todo era dicho y revelado al rey, incluso los secretos que según guardaban entre ambos. Noah no lo soportó y ordenó secuestrarlo en un lugar privado. Dónde ahora estaban ellos dos sólos. Tomó su arma característica, la mayoría de personas sabían que nunca la dejaba de lado y siempre castigaba a los demás con ella sin que su mano temblara al momento de jalar el gatillo. Ésta vez, estuvo frente a la persona que jamás pensó que algún día lo traicionaría, debía decir que incluso lo había considerado como un hermano. Tener ese pensamiento le hizo enojar más y sólo se acercó a él y rodeó con su mano el cuello ajeno, haciendo cada vez más presión y cuando abrió su boca para jadear y obtener algo de aire, Noah acercó la punta del arma a ésta, presionando la lengua húmeda ajena sin piedad. — Sabes bien que les hago a los traidores, ¿Acaso quisiste experimentarlo por cuenta propia? Ja, eres muy sucio, no pensé que tendrías esos.. fetiches. Se burló constantemente. Su expresión fue cada vez más complicada ante el silencio ajeno, como si estuviera esperando su final de una buena vez. En medio de su enojo y el sentimiento de haber sido vendido durante meses por una persona que consideraba más confiable, lo había golpeado sin parar y ahora se le dificultaba estar de pie, por lo que prácticamente lo estaba sujetando del cuello para que no cayera y así mismo lo estaba asfixiando. — Eres un bastardo. Pero no voy a preguntar cuál fue tu motivo para.. Dejó de hablar y sólo presionó el arma contra la garganta contraria, sólo estaba a un movimiento para jalar el gatillo y hacer que se tragara la bala. Pero los ojos de él le decían que era algo que había esperado hace mucho, que sabía desde un inicio cuál había sido el precio por su traición y que, lo merecía. Merecía morir por lo que había hecho. Noah podría ser impulsivo y sangriento a veces, pero a veces dudaba de lo que hacía o si valía la pena ensuciarse las manos con éste tipo de escoria. Alejó el arma un momento, para después golpear el rostro ajeno con la misma y dejar al otro hombre inconsciente. — No quiero volver a verte. Desvió su mirada, sólo ordenaría a sus hombres a dejarlo cerca de un río mientras estaba inconsciente. No le importaba si rodaba y se ahogaba, ésta persona ya no tenía nada que ver con él.
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