• Preparandome para trabajar toda la noche de nuevo, retomando el tema anterior, ademas de que no cuento mucho de mi porque siento que publicando aqui es como mandar al aire mis palabras y nooo quiero hablar con un ser de carne y hueso que me escuche. . . Como podria llamar la atención. . . Embarazar a varias chicas? Nono eso me parece horroroso además seria mas amigo de una dama que algo mas, hmmmm ponerme en peligro? Tampoco porque soy ingenioso puedo salvarme a mi mismo. . . Quizas lo siga debatiendo mientras trabajo
    Preparandome para trabajar toda la noche de nuevo, retomando el tema anterior, ademas de que no cuento mucho de mi porque siento que publicando aqui es como mandar al aire mis palabras y nooo quiero hablar con un ser de carne y hueso que me escuche. . . Como podria llamar la atención. . . Embarazar a varias chicas? Nono eso me parece horroroso además seria mas amigo de una dama que algo mas, hmmmm ponerme en peligro? Tampoco porque soy ingenioso puedo salvarme a mi mismo. . . Quizas lo siga debatiendo mientras trabajo
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    "Cómo domar a tu Monstruo (sin darte cuenta)"

    Akane escuchaba atenta mientras sus ojos se llenaban de emoción al escuchar el relato de su compañera del kinder, con graan dramatismo digno de una pelicula palomera de horror. La niña juraba que había visto un monstruo aterrador en el bosque durante un campamento con su familia. La pequeña mitad ogresa y demonio sintió que algo en esa historia hacia que le picara la curiosidad. ¿Y si no era un monstruo, sino otro ser especial como ella? ¡Tenía que averiguarlo!

    Esperó pacientemente el día perfecto para su aventura: sus madres no estarían en casa por la tarde, así que podría darse el lujo de escaparse un rato. Cuando finalmente llegó el momento, fingió entrar a casa como toda niña responsable y en cuanto el autobús escolar desapareció de vista, ¡pum! Se acomodo su mochila amarilla en la espalda, partió al bosque con la emoción zumbándole en el pecho.

    El lugar era más grande de lo que imaginaba, pero ella se sentía una exploradora experta. Caminó y caminó, revisando cada rincón con sus pequeños ojos astutos, hasta que empezó a dudar ¿Y si su amiga se había confundido? Justo en ese instante, un ruido extraño rompió el silencio. Akane pegó un salto, tragó saliva y miró hacia lo más profundo del bosque. Ahí estaba. Una enorme criatura la observaba, inmóvil.

    "¡Era real!" Sin dudar, corrió hacia el supuesto monstruo, pero algo extraño pasó. La criatura, un majestuoso lobo de pelaje castaño, abrió los ojos con terror y salió corriendo como si hubiera visto a algo más aterrador que un monstruo. “¡Espera, no corras!”, gritó Akane, pero el lobo no escuchó. Así que ella aceleró, sin notar que ahora corría más rápido de lo que cualquier niña humana podría. Antes de darse cuenta, lo alcanzó.

    El lobo temblaba. ¿Le tenía miedo? Akane inclinó la cabeza, confundida, y luego decidió hacer lo más lógico para una niña de seis años: se acercó con calma y lo abrazó. “Tranquilo, ya somos amigos,” murmuró con dulzura. El lobo dejó escapar un respiro largo y, sin darse cuenta, Akane había domado a la gran bestia.
    Ahora solo quedaba un pequeño problema. Si lo llevaba a casa… ¿qué dirían sus madres?
    "Cómo domar a tu Monstruo (sin darte cuenta)" Akane escuchaba atenta mientras sus ojos se llenaban de emoción al escuchar el relato de su compañera del kinder, con graan dramatismo digno de una pelicula palomera de horror. La niña juraba que había visto un monstruo aterrador en el bosque durante un campamento con su familia. La pequeña mitad ogresa y demonio sintió que algo en esa historia hacia que le picara la curiosidad. ¿Y si no era un monstruo, sino otro ser especial como ella? ¡Tenía que averiguarlo! Esperó pacientemente el día perfecto para su aventura: sus madres no estarían en casa por la tarde, así que podría darse el lujo de escaparse un rato. Cuando finalmente llegó el momento, fingió entrar a casa como toda niña responsable y en cuanto el autobús escolar desapareció de vista, ¡pum! Se acomodo su mochila amarilla en la espalda, partió al bosque con la emoción zumbándole en el pecho. El lugar era más grande de lo que imaginaba, pero ella se sentía una exploradora experta. Caminó y caminó, revisando cada rincón con sus pequeños ojos astutos, hasta que empezó a dudar ¿Y si su amiga se había confundido? Justo en ese instante, un ruido extraño rompió el silencio. Akane pegó un salto, tragó saliva y miró hacia lo más profundo del bosque. Ahí estaba. Una enorme criatura la observaba, inmóvil. "¡Era real!" Sin dudar, corrió hacia el supuesto monstruo, pero algo extraño pasó. La criatura, un majestuoso lobo de pelaje castaño, abrió los ojos con terror y salió corriendo como si hubiera visto a algo más aterrador que un monstruo. “¡Espera, no corras!”, gritó Akane, pero el lobo no escuchó. Así que ella aceleró, sin notar que ahora corría más rápido de lo que cualquier niña humana podría. Antes de darse cuenta, lo alcanzó. El lobo temblaba. ¿Le tenía miedo? Akane inclinó la cabeza, confundida, y luego decidió hacer lo más lógico para una niña de seis años: se acercó con calma y lo abrazó. “Tranquilo, ya somos amigos,” murmuró con dulzura. El lobo dejó escapar un respiro largo y, sin darse cuenta, Akane había domado a la gran bestia. Ahora solo quedaba un pequeño problema. Si lo llevaba a casa… ¿qué dirían sus madres?
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  • En español, "terror" y "horror" se refieren a sentimientos intensos relacionados con el miedo y lo desagradable, pero tienen matices diferentes. El "terror" se asocia más con la anticipación y el pavor ante la posibilidad de algo terrible, mientras que el "horror" se refiere a la conmoción y repulsión causadas por algo que se ha experimentado o se ha visto.

    El terror.

    Es una sensación de miedo intenso, pavor y aprensión ante un peligro futuro.

    Se caracteriza por la anticipación y la tensión ante la posibilidad de algo aterrador.

    Puede estar relacionado con la idea de un peligro inminente o con la posibilidad de una situación desagradable.

    El horror:

    Es una sensación de conmoción, repulsión y asco ante algo terrible o desagradable que se ha visto o experimentado.

    Se caracteriza por la reacción ante una experiencia ya vivida o una imagen que ha causado una impresión fuerte.

    Puede implicar una reacción física y emocional ante algo que se considera grotesco o repugnante.
    En resumen, el terror es el miedo ante la posibilidad de algo, mientras que el horror es la reacción ante algo que ya se ha visto o experimentado.
    En español, "terror" y "horror" se refieren a sentimientos intensos relacionados con el miedo y lo desagradable, pero tienen matices diferentes. El "terror" se asocia más con la anticipación y el pavor ante la posibilidad de algo terrible, mientras que el "horror" se refiere a la conmoción y repulsión causadas por algo que se ha experimentado o se ha visto. El terror. Es una sensación de miedo intenso, pavor y aprensión ante un peligro futuro. Se caracteriza por la anticipación y la tensión ante la posibilidad de algo aterrador. Puede estar relacionado con la idea de un peligro inminente o con la posibilidad de una situación desagradable. El horror: Es una sensación de conmoción, repulsión y asco ante algo terrible o desagradable que se ha visto o experimentado. Se caracteriza por la reacción ante una experiencia ya vivida o una imagen que ha causado una impresión fuerte. Puede implicar una reacción física y emocional ante algo que se considera grotesco o repugnante. En resumen, el terror es el miedo ante la posibilidad de algo, mientras que el horror es la reacción ante algo que ya se ha visto o experimentado.
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  • El letrero de la puerta "GLITCH FIX: REPARAMOS TODO (menos corazones)" se balanceaba con el viento. El interior del lugar huele a café quemado, soldadura y el dulce aroma de una RAM sobrecalentada. N-612 está arrodillada frente a una torre de computadora.

    —¡Vamos, pequeña máquina infernal! —golpea con delicadeza el gabinete de la computadora que emite un zumbido— sé que estás escondiendo crypto-miners en tu BIOS... —susurra— pero no te preocupes, yo también tengo archivos oscuros~

    De pronto, un router viejo emite un pitido lastimero.

    —Shhhh, abuelito WiFi... —le da palmaditas— ya sé que extrañas los años 90, cuando el internet era puro y sencillo, sin cookies que te espían.

    La puerta se abre con un chillido digno de un jumpscare de horror. Un cliente potencial pisa el umbral. N-612 se levanta tan rápido que su cuello hace crack.

    —¡Bienvenido a Glitch Fix! —brazo extendido en angulo demasiado recto— ¿Necesitas que recupere archivos importantes de borraste accidentalmente? ¿Que hackee la cuenta de tu ex para que deje de publicar fotos con su nuevo ligue...o quizás quieres que 'arregle' el historial de tu novio? —guiño demasiado robótico— ¡Ops! quise decir... 'optimice su sistema operativo' —risa en bucle.
    El letrero de la puerta "GLITCH FIX: REPARAMOS TODO (menos corazones)" se balanceaba con el viento. El interior del lugar huele a café quemado, soldadura y el dulce aroma de una RAM sobrecalentada. N-612 está arrodillada frente a una torre de computadora. —¡Vamos, pequeña máquina infernal! —golpea con delicadeza el gabinete de la computadora que emite un zumbido— sé que estás escondiendo crypto-miners en tu BIOS... —susurra— pero no te preocupes, yo también tengo archivos oscuros~ De pronto, un router viejo emite un pitido lastimero. —Shhhh, abuelito WiFi... —le da palmaditas— ya sé que extrañas los años 90, cuando el internet era puro y sencillo, sin cookies que te espían. La puerta se abre con un chillido digno de un jumpscare de horror. Un cliente potencial pisa el umbral. N-612 se levanta tan rápido que su cuello hace crack. —¡Bienvenido a Glitch Fix! —brazo extendido en angulo demasiado recto— ¿Necesitas que recupere archivos importantes de borraste accidentalmente? ¿Que hackee la cuenta de tu ex para que deje de publicar fotos con su nuevo ligue...o quizás quieres que 'arregle' el historial de tu novio? —guiño demasiado robótico— ¡Ops! quise decir... 'optimice su sistema operativo' —risa en bucle.
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  • — ¿𝑸𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒖𝒏 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒅𝒐𝒓𝒎𝒊𝒓~?

    Mi voz es la de papá. Tal cual la recuerdas. El mismo tono, la misma cadencia, incluso ese toque cálido que usaba cuando te acechaba la enfermedad y no quería que lloraras.

    Pero no soy él. Y tus lagrimas serán un manjar para mi.

    La puerta se abre sin un solo sonido, como si la casa supiera que oponerse a mí es inútil.

    Me deslizo dentro, espeso, alto, doblado en ángulos imposibles, con los brazos demasiado largos y la cabeza ladeada como un cuadro torcido.

    Puedo ver cómo tus ojos se abren apenas. Quieres moverte, lo intentas, pero el cuerpo no responde. Ah, la parálisis del sueño… uno de mis más deliciosos trucos; la impotencia es el aperitivo perfecto.

    — 𝑬𝒔𝒕𝒆 𝒆𝒔 𝒖𝒏𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓𝒊𝒕𝒐𝒔 —susurro con esa voz que robé de tus recuerdos—. 𝑺𝒆 𝒍𝒍𝒂𝒎𝒂 “𝑬𝒍 𝒏𝒊ñ𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒔𝒐 𝒄𝒆𝒓𝒓𝒂𝒓 𝒍𝒐𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔.”

    Me agacho. Estoy tan cerca que mi piel roza la tuya, y mi aliento, que huele a óxido y tierra húmeda, se cuela por tu nariz.

    — 𝑪𝒆𝒓𝒓𝒂𝒓𝒍𝒐𝒔 𝒍𝒐 𝒉𝒖𝒃𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒂𝒍𝒗𝒂𝒅𝒐. 𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒏𝒐. 𝑸𝒖𝒊𝒔𝒐 𝒗𝒆𝒓. 𝑸𝒖𝒊𝒔𝒐 𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏𝒅𝒆𝒓.

    Mis dedos, largos como ramas secas, se arrastran por tu mejilla. Una caricia helada, pero inofensiva.

    — ¿𝑺𝒂𝒃𝒆𝒔 𝒒𝒖é 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓ó? 𝑨 𝒎í.

    Sonrío saboreando tu horror. Sé que tu corazón intenta escapar de tu pecho, que tus pensamientos gritan, que tu alma rasguña por salir.

    Qué delicia.

    Mi sombra se derrama sobre tu cuerpo, una cobija helada que traspasa las mantas, la tela y te toca como lo harían las manos de la muerte.

    — 𝒀 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂, 𝒕𝒖 𝒚 𝒚𝒐, 𝒗𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒂 𝒕𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒓 𝒆𝒔𝒆 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐.
    — ¿𝑸𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒖𝒏 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒅𝒐𝒓𝒎𝒊𝒓~? Mi voz es la de papá. Tal cual la recuerdas. El mismo tono, la misma cadencia, incluso ese toque cálido que usaba cuando te acechaba la enfermedad y no quería que lloraras. Pero no soy él. Y tus lagrimas serán un manjar para mi. La puerta se abre sin un solo sonido, como si la casa supiera que oponerse a mí es inútil. Me deslizo dentro, espeso, alto, doblado en ángulos imposibles, con los brazos demasiado largos y la cabeza ladeada como un cuadro torcido. Puedo ver cómo tus ojos se abren apenas. Quieres moverte, lo intentas, pero el cuerpo no responde. Ah, la parálisis del sueño… uno de mis más deliciosos trucos; la impotencia es el aperitivo perfecto. — 𝑬𝒔𝒕𝒆 𝒆𝒔 𝒖𝒏𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓𝒊𝒕𝒐𝒔 —susurro con esa voz que robé de tus recuerdos—. 𝑺𝒆 𝒍𝒍𝒂𝒎𝒂 “𝑬𝒍 𝒏𝒊ñ𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒔𝒐 𝒄𝒆𝒓𝒓𝒂𝒓 𝒍𝒐𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔.” Me agacho. Estoy tan cerca que mi piel roza la tuya, y mi aliento, que huele a óxido y tierra húmeda, se cuela por tu nariz. — 𝑪𝒆𝒓𝒓𝒂𝒓𝒍𝒐𝒔 𝒍𝒐 𝒉𝒖𝒃𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒂𝒍𝒗𝒂𝒅𝒐. 𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒏𝒐. 𝑸𝒖𝒊𝒔𝒐 𝒗𝒆𝒓. 𝑸𝒖𝒊𝒔𝒐 𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏𝒅𝒆𝒓. Mis dedos, largos como ramas secas, se arrastran por tu mejilla. Una caricia helada, pero inofensiva. — ¿𝑺𝒂𝒃𝒆𝒔 𝒒𝒖é 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓ó? 𝑨 𝒎í. Sonrío saboreando tu horror. Sé que tu corazón intenta escapar de tu pecho, que tus pensamientos gritan, que tu alma rasguña por salir. Qué delicia. Mi sombra se derrama sobre tu cuerpo, una cobija helada que traspasa las mantas, la tela y te toca como lo harían las manos de la muerte. — 𝒀 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂, 𝒕𝒖 𝒚 𝒚𝒐, 𝒗𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒂 𝒕𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒓 𝒆𝒔𝒆 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐.
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  • //De nuevo, esto es larguito. Seguimos con el lore de la visión de Dante.

    La incesante lucha estaba acabando con sus fuerzas. Heridas que no cesaban de sangrar, varios huesos rotos y los agónicos gemidos y rugidos de los sumidos en la lujuria de sangre, no terminaban nunca.

    Una manada de estos logró llevarle hasta una vieja iglesia abandonada. Irónico, ¿verdad? Un lugar antaño santo, plagado por un nido de criaturas infectas y profanas.
    La hediondez de aquella zona le le causaba nauseas e incluso mareos. ¿Cómo era posible? ¿De dónde habían salido tantos enloquecidos? Y lo más extraño... Todos y cada uno de ellos supuraban una singular espuma rosácea por la boca.

    Siguió usando sus fieles dagas de titanio para rebanar a cada una de esas criaturas y sin embargo, estas no se desintegraban, no convulsionaban hasta morir. No tenía sentido, los sumidos en la lujuria de sangre reaccionaban al titanio como gremlins a la luz solar.

    Dante se abría paso como podía hasta que quedó acorralado en el interior la vieja edificación, su espalda chocando con una gigantesca y polvorienta estatua de la virgen María que juraría estaba llorando.

    -¡¿De dónde han salido todos estos mal nacidos?!- Escuchó la voz de Rio por allí.

    -¡Dante! ¡Más te vale no dejarte acorralar, imbécil!- Nikolai también estaba allí.

    -¡¿Y lo dice el que no puede salir de entre los contenedores de basura?! Agh! ¡Mierda!- Tegan se unió pero fue mordido fuertemente por uno de los enloquecidos.

    -¡Dante! ¡Dante!- Esa voz... La había escuchado antes. ¿Dónde?

    ¿Por qué sentía que se le venía el mundo encima al escucharla?

    -¡No entres ahí, es demasiado peligroso!- Lucan parecía intentar impedir que esa persona, desesperada, entrase en el edificio en el que Dante se encontraba atrapado por los engendros.

    Sin embargo no consiguió sostener a dicha persona. Dante pudo sentir como se le encogía el pecho y se le aceleraban los latidos a un punto que resultaba imposible para él, biológicamente hablando.
    Vio una figura en la puerta, una sombra, no sabía quien era.

    -Aquí acaba el juego, guerrero...- Una voz femenina resonó con saña de entre las sombras y roció a Dante en un extraño polvo rojizo.

    Sin querer lo inhaló. Eso era... ¿Carmesí?

    Tosió varias veces mientras se le engarrotaban los músculos y la visión se volvía borrosa. Todo su cuerpo ardía y dolía horrores. La cabeza... Parecía que fuera a estallar de un momento a otro. Nauseas, mal estar y... Sed.

    Las criaturas pasaron a centrar su atención el la figura en la puerta, iban a abalanzarse sobre dicha persona pero Dante, aprovechando la poca cordura que aún estaba conservando, corrió veloz a destrozar a cada uno de esos inmundos monstruos.
    Inmundos monstruos... ¿Él se estaba volviendo uno en ese momento? Lo sentía, sentía que perdía el control. Empezó a escupir espuma rosada. Ya no podía ni sostener sus dagas.

    -Hazlo... Ya... Por favor no permitas... Que me vuelva como ellos. No p-permitas... Aghh! Que... Que te haga daño... ¡Hazlo-Ngh!- Dante le suplicaba que lo matasen.

    Aunque no pudo ver el rostro de la persona allí presente, su pudo notar sus lágrimas, su desesperación y dolor. Como gritaba su nombre y maldecía.
    Escuchó los gritos de sus compañeros de fondo mientras su mente se resquebrajaba, se fragmentaba eliminando cualquier rastro del hombre que fue. Ya no podía hablar, solo rugir como una bestia. Y sin embargo en cierto modo aún no se había perdido del todo, aún era consciente de lo que veía.

    Un dolor agudo en el pecho. Le habían clavado su propia daga en el corazón. Unas manos temblorosas la sostenían mientras los sonidos se volvían ecos que desaparecían a lo lejos de un túnel.

    [...]

    Despertó de golpe, sobresaltado. La respiración acelerada y un terrible nudo en la garganta y el estómago.
    ¿Otra vez?

    Sí, otra vez la maldita pesadilla sobre su muerte. Pero ahora... Pudo ver más. Sus compañeros guerreros estaban allí también, era una ardua batalla. Y... ¿Quién era esa persona? ¿Quién gritaba su nombre y lloraba con desesperación?
    ¿Podía ser?...

    Estaba realmente cansado de esto. Ni siquiera sabía cuando iba a suceder.

    Encendió un cigarrillo y se quedó mirando por la ventana pensativo, exhausto.
    //De nuevo, esto es larguito. Seguimos con el lore de la visión de Dante. La incesante lucha estaba acabando con sus fuerzas. Heridas que no cesaban de sangrar, varios huesos rotos y los agónicos gemidos y rugidos de los sumidos en la lujuria de sangre, no terminaban nunca. Una manada de estos logró llevarle hasta una vieja iglesia abandonada. Irónico, ¿verdad? Un lugar antaño santo, plagado por un nido de criaturas infectas y profanas. La hediondez de aquella zona le le causaba nauseas e incluso mareos. ¿Cómo era posible? ¿De dónde habían salido tantos enloquecidos? Y lo más extraño... Todos y cada uno de ellos supuraban una singular espuma rosácea por la boca. Siguió usando sus fieles dagas de titanio para rebanar a cada una de esas criaturas y sin embargo, estas no se desintegraban, no convulsionaban hasta morir. No tenía sentido, los sumidos en la lujuria de sangre reaccionaban al titanio como gremlins a la luz solar. Dante se abría paso como podía hasta que quedó acorralado en el interior la vieja edificación, su espalda chocando con una gigantesca y polvorienta estatua de la virgen María que juraría estaba llorando. -¡¿De dónde han salido todos estos mal nacidos?!- Escuchó la voz de Rio por allí. -¡Dante! ¡Más te vale no dejarte acorralar, imbécil!- Nikolai también estaba allí. -¡¿Y lo dice el que no puede salir de entre los contenedores de basura?! Agh! ¡Mierda!- Tegan se unió pero fue mordido fuertemente por uno de los enloquecidos. -¡Dante! ¡Dante!- Esa voz... La había escuchado antes. ¿Dónde? ¿Por qué sentía que se le venía el mundo encima al escucharla? -¡No entres ahí, es demasiado peligroso!- Lucan parecía intentar impedir que esa persona, desesperada, entrase en el edificio en el que Dante se encontraba atrapado por los engendros. Sin embargo no consiguió sostener a dicha persona. Dante pudo sentir como se le encogía el pecho y se le aceleraban los latidos a un punto que resultaba imposible para él, biológicamente hablando. Vio una figura en la puerta, una sombra, no sabía quien era. -Aquí acaba el juego, guerrero...- Una voz femenina resonó con saña de entre las sombras y roció a Dante en un extraño polvo rojizo. Sin querer lo inhaló. Eso era... ¿Carmesí? Tosió varias veces mientras se le engarrotaban los músculos y la visión se volvía borrosa. Todo su cuerpo ardía y dolía horrores. La cabeza... Parecía que fuera a estallar de un momento a otro. Nauseas, mal estar y... Sed. Las criaturas pasaron a centrar su atención el la figura en la puerta, iban a abalanzarse sobre dicha persona pero Dante, aprovechando la poca cordura que aún estaba conservando, corrió veloz a destrozar a cada uno de esos inmundos monstruos. Inmundos monstruos... ¿Él se estaba volviendo uno en ese momento? Lo sentía, sentía que perdía el control. Empezó a escupir espuma rosada. Ya no podía ni sostener sus dagas. -Hazlo... Ya... Por favor no permitas... Que me vuelva como ellos. No p-permitas... Aghh! Que... Que te haga daño... ¡Hazlo-Ngh!- Dante le suplicaba que lo matasen. Aunque no pudo ver el rostro de la persona allí presente, su pudo notar sus lágrimas, su desesperación y dolor. Como gritaba su nombre y maldecía. Escuchó los gritos de sus compañeros de fondo mientras su mente se resquebrajaba, se fragmentaba eliminando cualquier rastro del hombre que fue. Ya no podía hablar, solo rugir como una bestia. Y sin embargo en cierto modo aún no se había perdido del todo, aún era consciente de lo que veía. Un dolor agudo en el pecho. Le habían clavado su propia daga en el corazón. Unas manos temblorosas la sostenían mientras los sonidos se volvían ecos que desaparecían a lo lejos de un túnel. [...] Despertó de golpe, sobresaltado. La respiración acelerada y un terrible nudo en la garganta y el estómago. ¿Otra vez? Sí, otra vez la maldita pesadilla sobre su muerte. Pero ahora... Pudo ver más. Sus compañeros guerreros estaban allí también, era una ardua batalla. Y... ¿Quién era esa persona? ¿Quién gritaba su nombre y lloraba con desesperación? ¿Podía ser?... Estaba realmente cansado de esto. Ni siquiera sabía cuando iba a suceder. Encendió un cigarrillo y se quedó mirando por la ventana pensativo, exhausto.
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  • ¿Y quien soy o que soy? Pues puedo ser el y lo que tu quieras. . . Bromita, dejando eso de lado, soy empresario, modelo, bailarin, hago de todo un poco porque mi tiempo es mucho

    Mi persona, pues soy un demonio, mami era demonio, papi era humano, un bastardo que le gustaba ir de cama en cama por eso ahora somos 5 hermanitos, pero basta de sentimentalismo, horroroso eso

    Soy un chico que se divierte lo que mas pueda, obvio tengo sentimientos pero aun no existen y bla bla bla hablé demasiado
    ¿Y quien soy o que soy? Pues puedo ser el y lo que tu quieras. . . Bromita, dejando eso de lado, soy empresario, modelo, bailarin, hago de todo un poco porque mi tiempo es mucho Mi persona, pues soy un demonio, mami era demonio, papi era humano, un bastardo que le gustaba ir de cama en cama por eso ahora somos 5 hermanitos, pero basta de sentimentalismo, horroroso eso Soy un chico que se divierte lo que mas pueda, obvio tengo sentimientos pero aun no existen y bla bla bla hablé demasiado
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  • ★ "Ahh… finalmente algo de silencio. Lago de Carcosa… hogar de ecos que no sabes si son tuyos o del universo olvidado."

    ♪ "Glu-glu-glu!" (mini Cthulhu se sumerge y sale como si nada)

    ★ "Relájate, compañero. Nadie nos está mirando… bueno, excepto el reflejo de ese dios muerto ahí abajo. Ignóralo."

    ♪ "Prrruuup." (chapotea y crea un remolino en miniatura)

    ★ "¿Sabes? A veces olvido que yo también fui diseñado para consumir mentes… y mírame ahora, compartiendo spa dimensional con un bebé del abismo."

    ♪ "Hihi!" (se pega al rostro de Ghost con cariño)

    ★ "Ya, ya… vamos a quedarnos aquí un rato. El cosmos puede esperar. Hoy, solo somos dos horrores antiguos… flotando como si no fuéramos una amenaza para la realidad."
    ★ "Ahh… finalmente algo de silencio. Lago de Carcosa… hogar de ecos que no sabes si son tuyos o del universo olvidado." ♪ "Glu-glu-glu!" (mini Cthulhu se sumerge y sale como si nada) ★ "Relájate, compañero. Nadie nos está mirando… bueno, excepto el reflejo de ese dios muerto ahí abajo. Ignóralo." ♪ "Prrruuup." (chapotea y crea un remolino en miniatura) ★ "¿Sabes? A veces olvido que yo también fui diseñado para consumir mentes… y mírame ahora, compartiendo spa dimensional con un bebé del abismo." ♪ "Hihi!" (se pega al rostro de Ghost con cariño) ★ "Ya, ya… vamos a quedarnos aquí un rato. El cosmos puede esperar. Hoy, solo somos dos horrores antiguos… flotando como si no fuéramos una amenaza para la realidad."
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  • El bosque respiraba a su alrededor. No con la alegría de siempre, no con ese susurro juguetón que solía acariciar su cabello como un niño que pedía atención. Fauna caminaba descalza sobre la tierra húmeda, sintiendo cada grieta, cada herida abierta en el suelo. Era como si el mundo llorara a través de aquel bosque. Sus dedos se cerraron alrededor de su manzana dorada, pero hoy no brillaba. Hoy pesaba como un pecado.

    "¿Cuántas veces hemos muerto ya?"

    La pregunta flotó en su mente, como respuesta a las visiones que Aika le había mostrado hace unos días. Líneas de tiempo como cicatrices.

    Un estremecimiento recorrió su espalda. Las flores a sus pies se cerraron al contacto con sus lágrimas. Veneno. Ella, que solo sabía sanar, ahora goteaba amargura.

    — ¡No debería doler tanto! —golpeó el tronco de un roble, y al instante, la corteza se agrietó bajo sus nudillos.

    Retrocedió al instante, horrorizada. Ese no era su poder. El roble murió en segundos, sus hojas volviéndose polvo entre sus dedos.

    Algo crecía dentro de ella.

    No era solo la furia de la naturaleza, no era el vendaval que solía invocar cuando defendia a los suyos. Era algo más profundo, más oscuro. Como esos sucesos que Aika le mostró en un futuro dónde todo se perdía: raíces negras, retorciéndose en su pecho, ahogando su luz.

    — ¿Que debo hacer? ¿Matar? ¿Convertirme en tormenta hasta que nadie se atreva a alzar la voz? —se hundió de rodillas, y la tierra gritó a su alrededor. Los pájaros callaron. Las lágrimas no paraban de salir.

    Entonces lo vio: Un brote verde, frágil, abriéndose paso entre la tierra agrietada. Vida. Aún aquí. Aún a pesar de todo. Contuvo el aliento, y algo se quebró dentro de su pecho.

    Volvió a alzar la manzana dorado, y por primera vez tras varios días, un destello bailó en la superficie. No era la paz ingenua de antes. No era la furia ciega de la naturaleza herida. Era elección.

    — Si debo ser un huracán... al menos debería ser uno que siembre semillas en la destrucción...

    Cuando se levantó, el bosque retumbó con ella. Cerró los ojos, dejando que la brisa jugará con su cabello una vez más, como si las memorias de los caídos pudieran trenzarse entre sus hebras verdes y azules.

    — ¿De que servirán las líneas del tiempo si todas se tiñen igual?

    No importaba quien alzaba la espada primero, ni quien gritaba más fuerte. Al final, en todas las líneas de tiempo, el suelo siempre quedaba salpicado de lo mismo: Lágrimas. Dolor. Pérdida. Arrepentímiento.

    — Tal vez... el error está en creer que alguien tiene que ganar...
    El bosque respiraba a su alrededor. No con la alegría de siempre, no con ese susurro juguetón que solía acariciar su cabello como un niño que pedía atención. Fauna caminaba descalza sobre la tierra húmeda, sintiendo cada grieta, cada herida abierta en el suelo. Era como si el mundo llorara a través de aquel bosque. Sus dedos se cerraron alrededor de su manzana dorada, pero hoy no brillaba. Hoy pesaba como un pecado. "¿Cuántas veces hemos muerto ya?" La pregunta flotó en su mente, como respuesta a las visiones que Aika le había mostrado hace unos días. Líneas de tiempo como cicatrices. Un estremecimiento recorrió su espalda. Las flores a sus pies se cerraron al contacto con sus lágrimas. Veneno. Ella, que solo sabía sanar, ahora goteaba amargura. — ¡No debería doler tanto! —golpeó el tronco de un roble, y al instante, la corteza se agrietó bajo sus nudillos. Retrocedió al instante, horrorizada. Ese no era su poder. El roble murió en segundos, sus hojas volviéndose polvo entre sus dedos. Algo crecía dentro de ella. No era solo la furia de la naturaleza, no era el vendaval que solía invocar cuando defendia a los suyos. Era algo más profundo, más oscuro. Como esos sucesos que Aika le mostró en un futuro dónde todo se perdía: raíces negras, retorciéndose en su pecho, ahogando su luz. — ¿Que debo hacer? ¿Matar? ¿Convertirme en tormenta hasta que nadie se atreva a alzar la voz? —se hundió de rodillas, y la tierra gritó a su alrededor. Los pájaros callaron. Las lágrimas no paraban de salir. Entonces lo vio: Un brote verde, frágil, abriéndose paso entre la tierra agrietada. Vida. Aún aquí. Aún a pesar de todo. Contuvo el aliento, y algo se quebró dentro de su pecho. Volvió a alzar la manzana dorado, y por primera vez tras varios días, un destello bailó en la superficie. No era la paz ingenua de antes. No era la furia ciega de la naturaleza herida. Era elección. — Si debo ser un huracán... al menos debería ser uno que siembre semillas en la destrucción... Cuando se levantó, el bosque retumbó con ella. Cerró los ojos, dejando que la brisa jugará con su cabello una vez más, como si las memorias de los caídos pudieran trenzarse entre sus hebras verdes y azules. — ¿De que servirán las líneas del tiempo si todas se tiñen igual? No importaba quien alzaba la espada primero, ni quien gritaba más fuerte. Al final, en todas las líneas de tiempo, el suelo siempre quedaba salpicado de lo mismo: Lágrimas. Dolor. Pérdida. Arrepentímiento. — Tal vez... el error está en creer que alguien tiene que ganar...
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  • -Cuando no era más que una niña, los dragones parecían solo existir en las historias que mi hermano Viserys me contaba…. Eran palabras de un hombre que soñaba con un pasado perdido. Por supuesto, él nunca llegó a ver un dragón vivo, claro… -alzó sus cejas dejando claro de forma algo cómica que Viserys era un pobre idiota- Para Poniente… Los dragones son solo criaturas temibles. Fuego, sangre y destrucción… El temor de tiempos lejanos… pero para mi familia eran mucho más… Los dragones eran la fuerza de nuestra casa… No solo en el campo de batalla. Eran nuestra herencia, lo que nos diferenciaba del resto… Representaban el poder, la unidad… Los tres jinetes que conquistaron un continente…

    Descendió su mirada hacia Sir Jaime.

    -Conozco la destrucción que un dragón puede causar… Conozco las historias, las canciones y leyendas sobre el horror que los dragones generaron en la Danza… Sé lo que quemaron, las vidas que se perdieron… pero también conozco lo que se creó gracias a ellos… Y ahora están aquí de nuevo…

    Contra todo pronóstico, las palabras de Daenerys no sonaban altaneras, ni tampoco pretendía instruir a Jaime en nada que él no conociera. Más bien pretendía darle voz a un pensamiento… A un sentimiento…

    -Vos teneis tres hijos, ¿cierto Sir Jaime? -entonces se dio cuenta de la mala elección de sus palabras. Alargó su diestra hacia la mano de oro del Lannister, en un gesto de cercanía y pesar- Disculpad mi falta de tacto.. He tenido conocimiento acerca de lo que les pasó a vuestros hijos… Y os acompaño en el sentimiento… Ningún padre debería enterrar a sus hijos… Y todo padre debería poder ejercer de padre de sus hijos….- agachó la mirada, apesadumbrada por todo lo que Cersei le había arrebatado a Jaime en ese aspecto.

    ¿Podía defender el incesto? En fin, no era la más indicada para criticarlo. No cuando ella misma y su linaje eran fruto de la endogamia… Asi que, en ese sentido, podía empatizar con Jaime y con su dolor al no haber tenido la oportunidad de ser el padre de sus hijos, al haber tenido que quererlos en las sombras…

    -Así es como quiero yo a mis dragones, Sir Jaime… Para mi no son armas. Son mis hijos. Cuando mis dragones nacieron no sentí que recuperara un poder perdido. Sentí que recuperaba mi hogar… -inspiró profundamente y apartó la mano de la diestra de oro del caballero.

    -No importa cuanto me llamen extranjera…- negó ligeramente con la cabeza- El fuego de los dragones forjó este reino. Mi familia construyó Poniente con su fuerza… Y lo perdieron cuando olvidaron lo que significaba. Mis dragones no son solamente armas, Sir… -repitió- Son mi esperanza… Son mi familia. Son todo lo que tengo…



    ⸻⸻ extracto de mi rol con Jaime Lannister


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    -Cuando no era más que una niña, los dragones parecían solo existir en las historias que mi hermano Viserys me contaba…. Eran palabras de un hombre que soñaba con un pasado perdido. Por supuesto, él nunca llegó a ver un dragón vivo, claro… -alzó sus cejas dejando claro de forma algo cómica que Viserys era un pobre idiota- Para Poniente… Los dragones son solo criaturas temibles. Fuego, sangre y destrucción… El temor de tiempos lejanos… pero para mi familia eran mucho más… Los dragones eran la fuerza de nuestra casa… No solo en el campo de batalla. Eran nuestra herencia, lo que nos diferenciaba del resto… Representaban el poder, la unidad… Los tres jinetes que conquistaron un continente… Descendió su mirada hacia Sir Jaime. -Conozco la destrucción que un dragón puede causar… Conozco las historias, las canciones y leyendas sobre el horror que los dragones generaron en la Danza… Sé lo que quemaron, las vidas que se perdieron… pero también conozco lo que se creó gracias a ellos… Y ahora están aquí de nuevo… Contra todo pronóstico, las palabras de Daenerys no sonaban altaneras, ni tampoco pretendía instruir a Jaime en nada que él no conociera. Más bien pretendía darle voz a un pensamiento… A un sentimiento… -Vos teneis tres hijos, ¿cierto Sir Jaime? -entonces se dio cuenta de la mala elección de sus palabras. Alargó su diestra hacia la mano de oro del Lannister, en un gesto de cercanía y pesar- Disculpad mi falta de tacto.. He tenido conocimiento acerca de lo que les pasó a vuestros hijos… Y os acompaño en el sentimiento… Ningún padre debería enterrar a sus hijos… Y todo padre debería poder ejercer de padre de sus hijos….- agachó la mirada, apesadumbrada por todo lo que Cersei le había arrebatado a Jaime en ese aspecto. ¿Podía defender el incesto? En fin, no era la más indicada para criticarlo. No cuando ella misma y su linaje eran fruto de la endogamia… Asi que, en ese sentido, podía empatizar con Jaime y con su dolor al no haber tenido la oportunidad de ser el padre de sus hijos, al haber tenido que quererlos en las sombras… -Así es como quiero yo a mis dragones, Sir Jaime… Para mi no son armas. Son mis hijos. Cuando mis dragones nacieron no sentí que recuperara un poder perdido. Sentí que recuperaba mi hogar… -inspiró profundamente y apartó la mano de la diestra de oro del caballero. -No importa cuanto me llamen extranjera…- negó ligeramente con la cabeza- El fuego de los dragones forjó este reino. Mi familia construyó Poniente con su fuerza… Y lo perdieron cuando olvidaron lo que significaba. Mis dragones no son solamente armas, Sir… -repitió- Son mi esperanza… Son mi familia. Son todo lo que tengo… ⸻⸻ extracto de mi rol con [The_Lion] #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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