• Soy hombre y me identifco como ello.
    Soy bisexual y soy un terrible coqueto.

    ¿Pero saben que me disgusta?
    Esas fotografías exageradas, pezones que se dibujan en las playeras, ropa tan entallada que se marcan sus partes intimas, ángulos hechos completamente para llamar la atención.
    Eso lejos de atraerme, me repelen como no tienen una idea.
    En cambio suban fotos de sus sonrisas o de su dia a dia y ahi estaré ~♡
    Soy hombre y me identifco como ello. Soy bisexual y soy un terrible coqueto. ¿Pero saben que me disgusta? Esas fotografías exageradas, pezones que se dibujan en las playeras, ropa tan entallada que se marcan sus partes intimas, ángulos hechos completamente para llamar la atención. Eso lejos de atraerme, me repelen como no tienen una idea. En cambio suban fotos de sus sonrisas o de su dia a dia y ahi estaré ~♡
    Me gusta
    6
    0 turnos 0 maullidos
  • ¿Qué se suponía un chico como él podría hacer después de clases? No es como si pudiese ir a los karaokes con sus amigos, es decir, ¿quién se los aguantaría escuchar durante tres horas mientras la envidia de no poder cantar con ellos lo invadía? Odiaba sus gritos, su escándalo, la forma en que no se medían para que su voz fuese un poco aceptable y la manera en que todos se reían como si hubiesen escuchado una aria divina. Los adolescentes solían ser así, tontos por naturaleza, riéndose de la vida y tentando a la muerte con cada ingesta indiscriminada de alcohol y cigarrillos.

    Quizá los detestaba tanto porque los envidiaba demasiado pero, al final del día, Nikolay había encontrado una afición sana donde no necesitaba utilizar su voz, solo su oído y una bolsa de alimento para agitar. ¿Qué gato callejero se podría resistir al sonido de las croquetas al agitarse o de una lata de atún al abrirse? Ninguno. Todos los gatos que rondaban el parque cercano a la universidad, terminaban cayendo ante la tentación del alimento fácil. Algunos se acercaban a hurtadillas, otros preferían mirar desde la distancia a que los más tontos del grupo se sacrificaran primero, y nunca faltaba el bribón que se iba indignado porque las marcas elegidas no podían saciar su sofisticado paladar. ¿Era justo que los gatos callejeros fueran tan exigentes y remilgosos?

    « Es el tercer día y esa sigue sin querer comer. Ya cambié de alimento tres veces, ¿por qué diantres no lo quiere? Qué exigente.» La mente de Nikolay se llenó de pensamientos y estrategias para hacerla comer. Era el único gato que se rehusaba a tomar bocado después de probar una croqueta o una morona de atún, y aún así era el único gato que se veía más gordo que los demás y que también parecía bien cuidado. ¿Y si alguien lo estaba buscando? ¿Debería tomarle una fotografía y colgar letreros cerca de la universidad? Quizá pero, si la gata no se acercaba a comer, ¿cómo iba a tomarle una buena fotografía? Una donde se le notara la cara de diva, no la de amargada ni la cola que levantaba siempre orgullosa para irse del parque con la frente en alto en regia, divina, simplemente... Cosmopolita.(?)
    ¿Qué se suponía un chico como él podría hacer después de clases? No es como si pudiese ir a los karaokes con sus amigos, es decir, ¿quién se los aguantaría escuchar durante tres horas mientras la envidia de no poder cantar con ellos lo invadía? Odiaba sus gritos, su escándalo, la forma en que no se medían para que su voz fuese un poco aceptable y la manera en que todos se reían como si hubiesen escuchado una aria divina. Los adolescentes solían ser así, tontos por naturaleza, riéndose de la vida y tentando a la muerte con cada ingesta indiscriminada de alcohol y cigarrillos. Quizá los detestaba tanto porque los envidiaba demasiado pero, al final del día, Nikolay había encontrado una afición sana donde no necesitaba utilizar su voz, solo su oído y una bolsa de alimento para agitar. ¿Qué gato callejero se podría resistir al sonido de las croquetas al agitarse o de una lata de atún al abrirse? Ninguno. Todos los gatos que rondaban el parque cercano a la universidad, terminaban cayendo ante la tentación del alimento fácil. Algunos se acercaban a hurtadillas, otros preferían mirar desde la distancia a que los más tontos del grupo se sacrificaran primero, y nunca faltaba el bribón que se iba indignado porque las marcas elegidas no podían saciar su sofisticado paladar. ¿Era justo que los gatos callejeros fueran tan exigentes y remilgosos? « Es el tercer día y esa sigue sin querer comer. Ya cambié de alimento tres veces, ¿por qué diantres no lo quiere? Qué exigente.» La mente de Nikolay se llenó de pensamientos y estrategias para hacerla comer. Era el único gato que se rehusaba a tomar bocado después de probar una croqueta o una morona de atún, y aún así era el único gato que se veía más gordo que los demás y que también parecía bien cuidado. ¿Y si alguien lo estaba buscando? ¿Debería tomarle una fotografía y colgar letreros cerca de la universidad? Quizá pero, si la gata no se acercaba a comer, ¿cómo iba a tomarle una buena fotografía? Una donde se le notara la cara de diva, no la de amargada ni la cola que levantaba siempre orgullosa para irse del parque con la frente en alto en regia, divina, simplemente... Cosmopolita.(?)
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • Todo es rojo.

    No por la sangre, aún, sino por la lámpara encendida del estudio, filtrando su luz sobre las paredes como si el infierno respirara desde ahí dentro. Matthew está de pie, con los zapatos empapados. ¿Agua? ¿Sangre? No lo sabe. La alfombra está húmeda y el silencio es tan espeso que casi ahoga.

    Ve a su padre al fondo del cuarto. Lo mismo de siempre: copa en mano, cigarro encendido, sombra alargada. Pero en esta pesadilla, su figura es más grande, más oscura, como si ocupara todo el espacio. Su voz no suena normal. Resuena dentro de su cráneo.

    —Sigues teniendo la cara de ella...

    Matthew tiembla. Tiene 16 años otra vez. Más flaco. Más callado. Más asustado.

    —Esa cara mestiza, sucia —gruñe su padre, girándose para enfrentarlo—. Esa maldita mirada rasgada que me recuerda que cometí el peor error de mi vida.

    Las palabras se clavan como cuchillas. Matthew retrocede, pero sus pies no se mueven. El suelo lo traga.

    —¿Sabes lo que eras para mí? —escupe su padre, acercándose paso a paso—. Un trato. Una alianza. Una carga con ojos oscuros que siempre lloraba en las noches. Ni siquiera sabes pelear como un verdadero británico. Llevas la debilidad de tu madre en cada maldito gesto.

    El estudio cambia. Las paredes gotean. Las botellas se rompen solas.

    Matthew intenta hablar. No puede.

    Su padre sonríe. Esa sonrisa.

    —¿Te conté cómo la maté? Cómo me rogó por ti, incluso sabiendo que eras una decepción. Me miró como si aún creyera que podías salvarte. Patética hasta el último segundo.

    Y entonces Matthew ve el rostro de su madre, borroso, como en una fotografía que se moja con la lluvia. Ve su cabello oscuro, su voz suave que apenas susurra: "Corre, Matthew..."

    Bang.

    Un disparo. De la nada.

    Pero el arma está en su mano. Pesada. Cálida.

    Su padre cae. Pero no muere. Lo mira desde el suelo, sangrando y sonriendo.

    —Eres igual a mí.

    Matthew grita.

    Se despierta de golpe.
    Todo es rojo. No por la sangre, aún, sino por la lámpara encendida del estudio, filtrando su luz sobre las paredes como si el infierno respirara desde ahí dentro. Matthew está de pie, con los zapatos empapados. ¿Agua? ¿Sangre? No lo sabe. La alfombra está húmeda y el silencio es tan espeso que casi ahoga. Ve a su padre al fondo del cuarto. Lo mismo de siempre: copa en mano, cigarro encendido, sombra alargada. Pero en esta pesadilla, su figura es más grande, más oscura, como si ocupara todo el espacio. Su voz no suena normal. Resuena dentro de su cráneo. —Sigues teniendo la cara de ella... Matthew tiembla. Tiene 16 años otra vez. Más flaco. Más callado. Más asustado. —Esa cara mestiza, sucia —gruñe su padre, girándose para enfrentarlo—. Esa maldita mirada rasgada que me recuerda que cometí el peor error de mi vida. Las palabras se clavan como cuchillas. Matthew retrocede, pero sus pies no se mueven. El suelo lo traga. —¿Sabes lo que eras para mí? —escupe su padre, acercándose paso a paso—. Un trato. Una alianza. Una carga con ojos oscuros que siempre lloraba en las noches. Ni siquiera sabes pelear como un verdadero británico. Llevas la debilidad de tu madre en cada maldito gesto. El estudio cambia. Las paredes gotean. Las botellas se rompen solas. Matthew intenta hablar. No puede. Su padre sonríe. Esa sonrisa. —¿Te conté cómo la maté? Cómo me rogó por ti, incluso sabiendo que eras una decepción. Me miró como si aún creyera que podías salvarte. Patética hasta el último segundo. Y entonces Matthew ve el rostro de su madre, borroso, como en una fotografía que se moja con la lluvia. Ve su cabello oscuro, su voz suave que apenas susurra: "Corre, Matthew..." Bang. Un disparo. De la nada. Pero el arma está en su mano. Pesada. Cálida. Su padre cae. Pero no muere. Lo mira desde el suelo, sangrando y sonriendo. —Eres igual a mí. Matthew grita. Se despierta de golpe.
    Me gusta
    Me shockea
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • La última sesión de fotos fue verdaderamente un éxito, pues gustó a todo tipo de público y, gracias a ello, le llamaron para audicionar en diversos anuncios, un par de vídeos musicales como bailarín (pues sí, sabía bailar y muy bien) y un par de series de televisión. Sin duda su carrera artística estaba en pleno auge.
    Una de las fotos del set llegó a ser portada de varias revistas y los/as fans se volvían locos al verle. ¿Podía ser mejor? Por supuesto, debía prepararse para una firma de fotografías frente a una famosa cafetería. No es que le gustase la multitud de gente gritando (es más, detestaba a la gente escandalosa), pero siempre era agradable ver que hacía un buen trabajo y... Tal vez encontraría alguna potencial presa de la que alimentarse. Solo esperaba que no fuera una persona molesta y pegajosa que pretendiera cariño y "amor" de su parte.

    Allí estaba, sentado con una gran mesa delante, rodeado de algunos guardias de seguridad y con su manager al lado, observando una larguísima cola de fans esperando sus firmas y tal vez poder tener unas palabras con Dante.
    ¿El Sol? No era problema, no se iba a quemar vivo ya que era un vampiro de sangre muy pura, la única molestia era que sus facultades se veían mermadas.
    La última sesión de fotos fue verdaderamente un éxito, pues gustó a todo tipo de público y, gracias a ello, le llamaron para audicionar en diversos anuncios, un par de vídeos musicales como bailarín (pues sí, sabía bailar y muy bien) y un par de series de televisión. Sin duda su carrera artística estaba en pleno auge. Una de las fotos del set llegó a ser portada de varias revistas y los/as fans se volvían locos al verle. ¿Podía ser mejor? Por supuesto, debía prepararse para una firma de fotografías frente a una famosa cafetería. No es que le gustase la multitud de gente gritando (es más, detestaba a la gente escandalosa), pero siempre era agradable ver que hacía un buen trabajo y... Tal vez encontraría alguna potencial presa de la que alimentarse. Solo esperaba que no fuera una persona molesta y pegajosa que pretendiera cariño y "amor" de su parte. Allí estaba, sentado con una gran mesa delante, rodeado de algunos guardias de seguridad y con su manager al lado, observando una larguísima cola de fans esperando sus firmas y tal vez poder tener unas palabras con Dante. ¿El Sol? No era problema, no se iba a quemar vivo ya que era un vampiro de sangre muy pura, la única molestia era que sus facultades se veían mermadas.
    Me gusta
    Me encocora
    7
    31 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    #Retofotografíamodosocial
    #Retofotografíamodosocial
    0 comentarios 0 compartidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    #Retofotografíamodosocial
    #Retofotografíamodosocial
    0 comentarios 0 compartidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    #Retofotografíamodosocial
    #Retofotografíamodosocial
    Me gusta
    1
    0 comentarios 0 compartidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    #Retofotografíamodosocial
    #Retofotografíamodosocial
    Me gusta
    1
    0 comentarios 0 compartidos
  • Tómame una fotografía así como que no me doy cuenta.
    Tómame una fotografía así como que no me doy cuenta.
    Me gusta
    Me encocora
    3
    2 turnos 0 maullidos
  • Una fotografía vieja de la primera vez que entre a un equipó militar empecé siendo el más pequeño y casi un lacayo para todos, siendo burla de muchos por ser hijo de un Conorel.

    Termine liderando el grupo a la par de 1 año siendo respetado y admirado...

    El respeto se gana ... Es que siempre digo
    Una fotografía vieja de la primera vez que entre a un equipó militar empecé siendo el más pequeño y casi un lacayo para todos, siendo burla de muchos por ser hijo de un Conorel. Termine liderando el grupo a la par de 1 año siendo respetado y admirado... El respeto se gana ... Es que siempre digo
    Me gusta
    Me encocora
    2
    5 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados