• - El hombre peliblanco luego de una mañana de pintura había salido de su templo, recorrió el jardín e inhalaba el olor a humedad, sus manos estaban en sus espaldas y con tranquilidad observaba todo a su alrededor

    Esto tendría mas vida si hubieran mas personas pero soy alguien solitario para mi mala suerte

    - Soltó una leve risita y se tiró en el césped para asi tomar uno de sus frascos con un liquido parte de sus experimentos

    La luna llena llegará pronto debería resguardarme bien, tener problemas es lo menos que quiero

    - Suspiró y se recostó cerrando sus ojos para disfrutar el clima
    - El hombre peliblanco luego de una mañana de pintura había salido de su templo, recorrió el jardín e inhalaba el olor a humedad, sus manos estaban en sus espaldas y con tranquilidad observaba todo a su alrededor Esto tendría mas vida si hubieran mas personas pero soy alguien solitario para mi mala suerte - Soltó una leve risita y se tiró en el césped para asi tomar uno de sus frascos con un liquido parte de sus experimentos La luna llena llegará pronto debería resguardarme bien, tener problemas es lo menos que quiero - Suspiró y se recostó cerrando sus ojos para disfrutar el clima
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  • — "¡Halo, halo, halo!, ¿se me oye bien?. Hola hermano, hola Robin"

    [Aprovecho que Robin tenia un ojo de Azy y Lucifer tenia el otro para probar la comunicación telepática atreves de los mismos ojos]

    — "Experimento 01: Telepatia con Azy"

    ℝ𝕠𝕓𝕚𝕟 Lucifer 𝕾𝖆𝖒𝖆𝖊𝖑 𝕸𝖔𝖗𝖓𝖎𝖓𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗
    — "¡Halo, halo, halo!, ¿se me oye bien?. Hola hermano, hola Robin" [Aprovecho que Robin tenia un ojo de Azy y Lucifer tenia el otro para probar la comunicación telepática atreves de los mismos ojos] — "Experimento 01: Telepatia con Azy" [Robin] [LuciHe11]
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  • Dana's lab
    Fandom Hololive/Oc
    Categoría Original
    Irys se encuentra tendida en una cama de laboratorio, bajo una luz tenue que parpadea suavemente sobre su rostro.

    La sala está llena de máquinas de monitoreo y frascos con extraños líquidos, todo rodeado por la inquietante quietud de un lugar donde se realizan experimentos desconocidos.

    El aire es frío, casi estéril, y el silencio es profundo, solo roto por el zumbido de los equipos. Sin embargo, a pesar de la frialdad del entorno y la soledad que la rodea, Irys se siente en paz, como si estuviera flotando en un sueño profundo, sin preocupaciones ni miedos.

    En su mente, los recuerdos llegan en fragmentos. La voz de su madre resuena suavemente, como un susurro lejano pero claro. "Eres tan linda, Irys. Eres tan especial, llena de luz Siempre has sido mi esperanza."

    Esas palabras le dan una calidez que no puede explicar, una sensación de amor profundo que la envuelve, pese a que en la realidad está sola en esa sala fría, bajo la vigilancia de Dana, quién le ha prometido devolverle su humanidad, aunque los detalles de cómo lo hará siguen siendo un misterio inquietante.

    Irys siente una conexión con esos recuerdos, como si las palabras de su madre fueran su ancla en este mar de incertidumbre.

    Aunque su cuerpo parece estar inmóvil, en su mente puede viajar libremente, y en esos momentos, la soledad de la sala de laboratorio desaparece.

    En su sueño, se siente feliz, completa, como si hubiera encontrado un refugio en la fragilidad de esos recuerdos. No sabe qué le deparará el futuro ni si alguna vez recuperará lo que ha perdido, pero mientras su mente se adentra más en su sueño, se aferra a la sensación de ser querida, especial, y valiosa.

    La esperanza no ha desaparecido, ni siquiera en este lugar tan extraño y distante.

    Todo parece indicar que el experimento de Dana tiene un propósito oscuro y un final incierto, pero Irys, en su sueño, no puede preocuparse por eso.

    Solo sabe que, por ahora, su corazón sigue latiendo con la dulzura de las palabras de su madre.
    Irys se encuentra tendida en una cama de laboratorio, bajo una luz tenue que parpadea suavemente sobre su rostro. La sala está llena de máquinas de monitoreo y frascos con extraños líquidos, todo rodeado por la inquietante quietud de un lugar donde se realizan experimentos desconocidos. El aire es frío, casi estéril, y el silencio es profundo, solo roto por el zumbido de los equipos. Sin embargo, a pesar de la frialdad del entorno y la soledad que la rodea, Irys se siente en paz, como si estuviera flotando en un sueño profundo, sin preocupaciones ni miedos. En su mente, los recuerdos llegan en fragmentos. La voz de su madre resuena suavemente, como un susurro lejano pero claro. "Eres tan linda, Irys. Eres tan especial, llena de luz Siempre has sido mi esperanza." Esas palabras le dan una calidez que no puede explicar, una sensación de amor profundo que la envuelve, pese a que en la realidad está sola en esa sala fría, bajo la vigilancia de Dana, quién le ha prometido devolverle su humanidad, aunque los detalles de cómo lo hará siguen siendo un misterio inquietante. Irys siente una conexión con esos recuerdos, como si las palabras de su madre fueran su ancla en este mar de incertidumbre. Aunque su cuerpo parece estar inmóvil, en su mente puede viajar libremente, y en esos momentos, la soledad de la sala de laboratorio desaparece. En su sueño, se siente feliz, completa, como si hubiera encontrado un refugio en la fragilidad de esos recuerdos. No sabe qué le deparará el futuro ni si alguna vez recuperará lo que ha perdido, pero mientras su mente se adentra más en su sueño, se aferra a la sensación de ser querida, especial, y valiosa. La esperanza no ha desaparecido, ni siquiera en este lugar tan extraño y distante. Todo parece indicar que el experimento de Dana tiene un propósito oscuro y un final incierto, pero Irys, en su sueño, no puede preocuparse por eso. Solo sabe que, por ahora, su corazón sigue latiendo con la dulzura de las palabras de su madre.
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  • Por primera vez experimento en mi propio cuerpo la felicidad
    Por primera vez experimento en mi propio cuerpo la felicidad
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  • { ROL PRIVADO para Cʟᴀᴜs Dᴇ Lɪᴏɴᴄᴏᴜʀᴛ }

    Entre los callejones más oscuros de la ciudad, Elliot caminaba cauteloso, rodeado por la humedad y el hedor de la desolación. En un rincón sombrío, observó a un adolescente solitario, su ropa harapienta y su mirada vacía pero decidida. Algo en él no encajaba, como si hubiera visto demasiado, demasiado pronto.

    A medida que se acercaba, un estremecimiento recorrió su columna. Los vagabundos y los parias observaban en silencio, como si una presencia invisible les hubiera ordenado no interferir. El aire estaba cargado, denso con secretos oscuros, y Elliot no pudo evitar sentir que algo terrible estaba por ser revelado.

    El chico, con voz temblorosa pero llena de desesperación, le habló de un mal oculto en la ciudad, algo más allá de las miserias que él mismo veía. Niños secuestrados, inocentes, arrancados de sus familias, sometidos a experimentos horribles: virus inyectados en sus cuerpos, modificándolos, transformándolos en vampiros, ghouls, híbridos, criaturas al servicio de los ricos, que los mantenían en zoológicos privados, como piezas de caza o simples objetos de placer.

    Era una trama oscura que los poderosos tejían en las sombras, mientras el resto del mundo permanecía ajeno, atrapado en su propia supervivencia. Elliot sintió que la gravedad de esas palabras lo aplastaba. La ciudad, su ciudad, no solo era un lugar de pobreza y desesperación; era un caldo de cultivo para horrores indescriptibles, algo mucho más profundo y antiguo que cualquier monstruo.

    Con un nudo en el estómago, observó el edificio al que el chico había señalado: un lugar que parecía más una fortaleza que un edificio. En su interior se gestaban esas monstruosidades, y algo dentro de Elliot lo impulsó a entrar, a descubrir la verdad que se ocultaba en la oscuridad.
    Pero al dar el primer paso, supo que ya no había vuelta atrás, tenía que contarle a Claus, debía pedirle ayuda y ver la forma de acabar con aquella pesadilla.
    Enseguida sacó su celular para llamar a su novio, no quería moverse del sitio, tenía miedo que si se iba y regresaba después, ya todo estuviera diferente.
    { ROL PRIVADO para [clausdulac_2] } Entre los callejones más oscuros de la ciudad, Elliot caminaba cauteloso, rodeado por la humedad y el hedor de la desolación. En un rincón sombrío, observó a un adolescente solitario, su ropa harapienta y su mirada vacía pero decidida. Algo en él no encajaba, como si hubiera visto demasiado, demasiado pronto. A medida que se acercaba, un estremecimiento recorrió su columna. Los vagabundos y los parias observaban en silencio, como si una presencia invisible les hubiera ordenado no interferir. El aire estaba cargado, denso con secretos oscuros, y Elliot no pudo evitar sentir que algo terrible estaba por ser revelado. El chico, con voz temblorosa pero llena de desesperación, le habló de un mal oculto en la ciudad, algo más allá de las miserias que él mismo veía. Niños secuestrados, inocentes, arrancados de sus familias, sometidos a experimentos horribles: virus inyectados en sus cuerpos, modificándolos, transformándolos en vampiros, ghouls, híbridos, criaturas al servicio de los ricos, que los mantenían en zoológicos privados, como piezas de caza o simples objetos de placer. Era una trama oscura que los poderosos tejían en las sombras, mientras el resto del mundo permanecía ajeno, atrapado en su propia supervivencia. Elliot sintió que la gravedad de esas palabras lo aplastaba. La ciudad, su ciudad, no solo era un lugar de pobreza y desesperación; era un caldo de cultivo para horrores indescriptibles, algo mucho más profundo y antiguo que cualquier monstruo. Con un nudo en el estómago, observó el edificio al que el chico había señalado: un lugar que parecía más una fortaleza que un edificio. En su interior se gestaban esas monstruosidades, y algo dentro de Elliot lo impulsó a entrar, a descubrir la verdad que se ocultaba en la oscuridad. Pero al dar el primer paso, supo que ya no había vuelta atrás, tenía que contarle a Claus, debía pedirle ayuda y ver la forma de acabar con aquella pesadilla. Enseguida sacó su celular para llamar a su novio, no quería moverse del sitio, tenía miedo que si se iba y regresaba después, ya todo estuviera diferente.
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  • Es hora de hacer experimentos, al menos debo de aprovechar el tiempo libre, cuando Bipper se encuentra en la universidad. Pero... Me he dormido tanto, que dudo que me de tiempo para disfrutarlo.
    Es hora de hacer experimentos, al menos debo de aprovechar el tiempo libre, cuando Bipper se encuentra en la universidad. Pero... Me he dormido tanto, que dudo que me de tiempo para disfrutarlo.
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  • «El tiempo en el inframundo pasa mucho mas rápido que en el Olimpo, y si es así. El tiempo en el mundo humano va mucho mas lento.»reflexiono mientras acaricio mi vientre pensativa«Seguramente han pasado dos o tres días de que no salgo del inframundo, pero para mi ya ha pasado bastante tiempo. No quiero volver todavía, no me siento cómoda»

    Mi estomago gruñe con hambre.

    —Quizas... Pueda experimentar a cocinar algo en la cocina de Zag, desde que estoy embarazada que no hago mis experimentos locos....—murmuro muy bajito esperando no molestar al bello durmiente.
    «El tiempo en el inframundo pasa mucho mas rápido que en el Olimpo, y si es así. El tiempo en el mundo humano va mucho mas lento.»reflexiono mientras acaricio mi vientre pensativa«Seguramente han pasado dos o tres días de que no salgo del inframundo, pero para mi ya ha pasado bastante tiempo. No quiero volver todavía, no me siento cómoda» Mi estomago gruñe con hambre. —Quizas... Pueda experimentar a cocinar algo en la cocina de Zag, desde que estoy embarazada que no hago mis experimentos locos....—murmuro muy bajito esperando no molestar al bello durmiente.
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  • – ¡Ya me estoy trayendo mi futón aquí! Este invernadero será mi nueva casa... ¡Más cerca de mis queridas plantitas!

    — Ustedes, mis verdes compañeras de piso, prepárense porque ninguna escapará de mis experimentos, Muajajajaja.

    《Un par de macetas temblaron ligeramente, o quizás fue solo el viento》
    – ¡Ya me estoy trayendo mi futón aquí! Este invernadero será mi nueva casa... ¡Más cerca de mis queridas plantitas! — Ustedes, mis verdes compañeras de piso, prepárense porque ninguna escapará de mis experimentos, Muajajajaja. 《Un par de macetas temblaron ligeramente, o quizás fue solo el viento》
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    Viajando entre las eternidades siegas, encuentro la posibilidad de un nuevo mundo, uno con criaturas inteligentes y esperemos atractivas, sera necesario capturar unas cuantas para experimentar y ver su potencial, posiblemente guardar algunas o liberarlas tras los experimentos
    Viajando entre las eternidades siegas, encuentro la posibilidad de un nuevo mundo, uno con criaturas inteligentes y esperemos atractivas, sera necesario capturar unas cuantas para experimentar y ver su potencial, posiblemente guardar algunas o liberarlas tras los experimentos
    Tipo
    Individual
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  • « Uno de los conceptos más usados en la física es el de caída libre. Es un movimiento en el que se deja caer un objeto desde cierta altura y mientras este cae, no existe ninguna resistencia o elemento que se aparezca en su camino para interrumpirlo.»

    Al calcular la caída libre de un objeto no se tiene en cuenta la resistencia del aire, pero sí hay ciertos puntos que deben considerarse: La altura desde la que se lanzará el objeto, el tiempo que el objeto tardará en caer y golpear el suelo, la aceleración de la gravedad, la posición final y, no menos importante, la velocidad final. Todos esos puntos son necesarios para realizar un cálculo acertado de caída libre, sin embargo, hay que considerar la masa del objeto en cuestión para que el resultado esté más próximo de lo real.

    La mente de Alhaitham, cuando algo se le metía a la cabeza, no descansaba hasta encontrar las respuestas que necesitaba. Aún no podía creer todas las ideas que había tenido solo por mirar el vaso de café que aún sostenía en su mano. Desde el tercer piso de la facultad de ciencias sociales, se preguntaba el impacto que podría tener el objeto si lo dejaba caer desde allí. ¿Era posible golpear con ello a una persona? ¿Qué clase de cálculos debería tener en consideración para que, en el momento que arrojara el vaso, alguien cruzara y recibiera el impacto? En un edificio con tanto movimiento, creía que la cantidad de variables era finita y más fácil de determinar en horarios específicos. En los cambios de clase, siempre habría uno o dos estudiantes que salían al escuchar las alarmas en sus relojes para el cambio de clase, así que esos podían ser sujetos de estudio perfectos. ¿El problema? Que no tenía una justificación real más allá de su curiosidad y la posibilidad de redactar algún ensayo sobre cómo los hombres responden ante las situaciones de estrés ocasionadas por un ente ajeno a su entorno. Era una buena idea, con grandes enfoques y vertientes que se podían tomar para justificarlo como un acto de aprendizaje más que de vandalismo.

    Pero, ¿qué había originado esa idea? La clase de física avanzada del primer bloque sin duda no era la culpable, tampoco lo eran sus compañeros que debatían sobre posibles temas de exposición sobre principios básicos de las matemáticas o el álgebra. Todo se debía a la persona que estaba a su lado, de la facultad de Arquitectura, y que parecía molesto por no prestarle atención a todas sus quejas sinsentido sobre lo difícil que era su carrera, sobre cómo tenía ojeras en las ojeras por hacer maquetas durante semanas o, porque a mitad de la noche, el renderizado de su modelo 3D se había ido a la basura en el momento que el programa se cerró de improvisto. Kaveh siempre era dramático, un poco exagerado quizá, pero siempre se ahogaba en vaso de agua mientras que Alhaitham dejaba la vida correr igual que su playlist de los Arctic Monkeys.

    — El aleteo de una mariposa en un lado del mundo, es capaz de producir una lluvia torrencial en el otro. —Habló para sí mismo mientras que su atención seguía fija en la planta baja, en ese espacio libre donde se escuchaba el bullicio: La diversión, las quejas, las súplicas por unas décimas más, la felicidad de los que habían pasado un examen que creían perdido y el sufrimiento de los que debían esperar otra hora para acabar sus clases.— Crees... ¿Cuáles crees que son las probabilidades de que alguno de ellos sea un profesor? ¿Y cuáles crees que sean las probabilidades de que un vaso de café termine derramándose encima de él? —Sus enigmas, aunque fuesen pronunciados por su boca, no parecían tener a alguien concreto que los recibiera. Solo era una manera de hablar en voz alta para sí mismo para comenzar su estudio científico: El planteamiento de dudas, una hipótesis que refutar o afirmar. Muchas cosas comenzaron a cruzar por su mente y múltiples fórmulas matemáticas se resolvieron, sin dificultad, en la mente de aquel que llamaban "genio" de la facultad de ciencias sociales.

    — Está amargo. —Agregó, luego de quebrar sus cálculos, cuando le dio un sorbo a la bebida. Odiaba no haber comprado en su cafetería de siempre, la marca de siempre y el preparado de siempre. ¿Y si usaba eso como justificación para su experimento? Suspiró. El vaso de café se agitó entre sus dedos, de atrás al frente, mientras que siguió dudando.— Necesito calcular y determinar más variables. Otro día será.

    #AU
    « Uno de los conceptos más usados en la física es el de caída libre. Es un movimiento en el que se deja caer un objeto desde cierta altura y mientras este cae, no existe ninguna resistencia o elemento que se aparezca en su camino para interrumpirlo.» Al calcular la caída libre de un objeto no se tiene en cuenta la resistencia del aire, pero sí hay ciertos puntos que deben considerarse: La altura desde la que se lanzará el objeto, el tiempo que el objeto tardará en caer y golpear el suelo, la aceleración de la gravedad, la posición final y, no menos importante, la velocidad final. Todos esos puntos son necesarios para realizar un cálculo acertado de caída libre, sin embargo, hay que considerar la masa del objeto en cuestión para que el resultado esté más próximo de lo real. La mente de Alhaitham, cuando algo se le metía a la cabeza, no descansaba hasta encontrar las respuestas que necesitaba. Aún no podía creer todas las ideas que había tenido solo por mirar el vaso de café que aún sostenía en su mano. Desde el tercer piso de la facultad de ciencias sociales, se preguntaba el impacto que podría tener el objeto si lo dejaba caer desde allí. ¿Era posible golpear con ello a una persona? ¿Qué clase de cálculos debería tener en consideración para que, en el momento que arrojara el vaso, alguien cruzara y recibiera el impacto? En un edificio con tanto movimiento, creía que la cantidad de variables era finita y más fácil de determinar en horarios específicos. En los cambios de clase, siempre habría uno o dos estudiantes que salían al escuchar las alarmas en sus relojes para el cambio de clase, así que esos podían ser sujetos de estudio perfectos. ¿El problema? Que no tenía una justificación real más allá de su curiosidad y la posibilidad de redactar algún ensayo sobre cómo los hombres responden ante las situaciones de estrés ocasionadas por un ente ajeno a su entorno. Era una buena idea, con grandes enfoques y vertientes que se podían tomar para justificarlo como un acto de aprendizaje más que de vandalismo. Pero, ¿qué había originado esa idea? La clase de física avanzada del primer bloque sin duda no era la culpable, tampoco lo eran sus compañeros que debatían sobre posibles temas de exposición sobre principios básicos de las matemáticas o el álgebra. Todo se debía a la persona que estaba a su lado, de la facultad de Arquitectura, y que parecía molesto por no prestarle atención a todas sus quejas sinsentido sobre lo difícil que era su carrera, sobre cómo tenía ojeras en las ojeras por hacer maquetas durante semanas o, porque a mitad de la noche, el renderizado de su modelo 3D se había ido a la basura en el momento que el programa se cerró de improvisto. Kaveh siempre era dramático, un poco exagerado quizá, pero siempre se ahogaba en vaso de agua mientras que Alhaitham dejaba la vida correr igual que su playlist de los Arctic Monkeys. — El aleteo de una mariposa en un lado del mundo, es capaz de producir una lluvia torrencial en el otro. —Habló para sí mismo mientras que su atención seguía fija en la planta baja, en ese espacio libre donde se escuchaba el bullicio: La diversión, las quejas, las súplicas por unas décimas más, la felicidad de los que habían pasado un examen que creían perdido y el sufrimiento de los que debían esperar otra hora para acabar sus clases.— Crees... ¿Cuáles crees que son las probabilidades de que alguno de ellos sea un profesor? ¿Y cuáles crees que sean las probabilidades de que un vaso de café termine derramándose encima de él? —Sus enigmas, aunque fuesen pronunciados por su boca, no parecían tener a alguien concreto que los recibiera. Solo era una manera de hablar en voz alta para sí mismo para comenzar su estudio científico: El planteamiento de dudas, una hipótesis que refutar o afirmar. Muchas cosas comenzaron a cruzar por su mente y múltiples fórmulas matemáticas se resolvieron, sin dificultad, en la mente de aquel que llamaban "genio" de la facultad de ciencias sociales. — Está amargo. —Agregó, luego de quebrar sus cálculos, cuando le dio un sorbo a la bebida. Odiaba no haber comprado en su cafetería de siempre, la marca de siempre y el preparado de siempre. ¿Y si usaba eso como justificación para su experimento? Suspiró. El vaso de café se agitó entre sus dedos, de atrás al frente, mientras que siguió dudando.— Necesito calcular y determinar más variables. Otro día será. #AU
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