• https://youtu.be/rTEO42sMen4?si=n5KP8CwOsh7t1jCu

    *Al observar la Ciudad feudal, pude apreciar los significativos cambios y progresos que experimentó; sin embargo, mi mirada se centró en un joven cantautor. La melodía que cantaba, por alguna extraña razón, tenía significado para mí...*


    ||—Una canción más para agregar a mi lista —
    https://youtu.be/rTEO42sMen4?si=n5KP8CwOsh7t1jCu *Al observar la Ciudad feudal, pude apreciar los significativos cambios y progresos que experimentó; sin embargo, mi mirada se centró en un joven cantautor. La melodía que cantaba, por alguna extraña razón, tenía significado para mí...* ||—Una canción más para agregar a mi lista —
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • ━━ El camino a la grandeza es una encrucijada llena de decisiones que pueden romper una mente débil.
    ━━ El camino a la grandeza es una encrucijada llena de decisiones que pueden romper una mente débil.
    0 turnos 0 maullidos
  • Hola amiguito~
    -La mujer rubia alienígena saluda a un gatito que se acerco a ella a buscar un poco de cariño.-
    Hola amiguito~ -La mujer rubia alienígena saluda a un gatito que se acerco a ella a buscar un poco de cariño.-
    0 turnos 0 maullidos
  • OTRO ATARDECER.
    Fandom OC's
    Categoría Slice of Life
    : Giselle Miller

    El sol del pequeño pueblito perdido en Australia golpeaba la piel de Ezra con una calidez abrasadora, cargada de ese brillo casi blanco que solo existía en las costas remotas. El castaño entrecerró los ojos, acostumbrándose a la intensidad mientras contemplaba lo que sería su hogar durante aquel verano.

    La casa se alzaba frente a él como una mezcla deliciosa entre sencillez y capricho: paredes claras, líneas limpias, y un aire silencioso que prometía privacidad. Pero en su interior… En su interior había exactamente todo lo que alguien como él necesitaba.
    Wifi estable —indispensable—, una biblioteca llena de libros polvorientos y nuevos, una vista al mar que parecía pintada, cocina equipada con más artefactos de los que usaría, una cafetera de última generación que casi lo hizo sonreír… Y un mini bar que ya estaba imaginando explorar por las noches.

    Y por supuesto…
    Una cama de dos plazas y media.
    Porque Ezra Hamilton no sabía habitar espacios pequeños.

    Dejó las maletas en la sala de estar con un golpe suave, dejando que rodaran apenas sobre la alfombra antes de enderezarse y mirar alrededor como si evaluara una joya recién encontrada. Había silencio, brisa, luz… Y un encanto rústico que no esperaba pero que lo conquistaba sin pedir permiso.

    —¿Y bien, qué le parece, señor Hamilton? —preguntó el guía, un hombre fornido y amable, juntando las manos para frotarlas con ese entusiasmo nervioso de quien espera aprobación.

    Ezra giró apenas el rostro, una sonrisa frívola curvándole los labios mientras se quitaba las gafas de sol para colgarlas del cuello de la camisa.

    —¿Dónde puedo rentar un coche?

    El guía soltó una risa breve, como si hubiera adivinado que esa sería su primera preocupación.
    Pero Ezra ya estaba otra vez mirando la casa, imaginándola llena de su presencia.


    ୧‿̩͙ ˖︵ ꕀ⠀ 𔔀 ꉂ 𒀭࣪⠀ ꕀ ︵˖ ‿̩͙୨


    El muchacho avanzaba por las calles polvorientas del pueblito con el papel arrugado entre los dedos, la tinta ligeramente corrida por el sudor del calor australiano. Cada esquina parecía idéntica a la anterior, cada calle un reflejo de la anterior, hasta el punto de que empezó a preguntarse si estaba caminando en círculos. Casas bajas, veredas irregulares, un par de bicicletas apoyadas contra postes de madera… Y un silencio que solo interrumpía el canto de los pájaros y el viento arrastrando arena.

    Miró su móvil, esperando que el mapa cargara esta vez. Nada.
    El círculo cargando, girando eternamente.

    —Carajo. Maldita señal de mierda —murmuró, guardándolo en el bolsillo con fastidio.
    Perfecto. A un hombre como él, acostumbrado a moverse con chofer y ubicaciones precisas, no le quedaba otra que… Hablar con gente.

    Suspiró, irónico con su propia suerte, y se encaminó hacia la única tienda que veía abierta: una pequeña construcción de madera pintada de verde claro, con macetas desbordadas de flores en la entrada y un letrero hecho a mano que colgaba torcido.

    Al empujar la puerta, una campanilla tintineó con suavidad. El aroma a eucalipto y pan caliente lo envolvió enseguida. La dueña —una anciana de cabello blanco recogido en un moño alto— levantó la vista desde detrás del mostrador y le regaló una sonrisa cálida. Los pocos clientes que vagaban entre las góndolas apenas le prestaron atención.

    Ezra se acercó, recuperando su compostura, la postura erguida, la sonrisa práctica que usaba para el mundo.

    —Buen día, disculpe la molestia…

    La mujer inclinó ligeramente la cabeza, invitándolo a continuar.

    Ezra extendió el papel, su sonrisa volviéndose un poco más genuina.

    —¿Sabe dónde queda esta dirección?
    👤: [echo_peridot_crow_169] El sol del pequeño pueblito perdido en Australia golpeaba la piel de Ezra con una calidez abrasadora, cargada de ese brillo casi blanco que solo existía en las costas remotas. El castaño entrecerró los ojos, acostumbrándose a la intensidad mientras contemplaba lo que sería su hogar durante aquel verano. La casa se alzaba frente a él como una mezcla deliciosa entre sencillez y capricho: paredes claras, líneas limpias, y un aire silencioso que prometía privacidad. Pero en su interior… En su interior había exactamente todo lo que alguien como él necesitaba. Wifi estable —indispensable—, una biblioteca llena de libros polvorientos y nuevos, una vista al mar que parecía pintada, cocina equipada con más artefactos de los que usaría, una cafetera de última generación que casi lo hizo sonreír… Y un mini bar que ya estaba imaginando explorar por las noches. Y por supuesto… Una cama de dos plazas y media. Porque Ezra Hamilton no sabía habitar espacios pequeños. Dejó las maletas en la sala de estar con un golpe suave, dejando que rodaran apenas sobre la alfombra antes de enderezarse y mirar alrededor como si evaluara una joya recién encontrada. Había silencio, brisa, luz… Y un encanto rústico que no esperaba pero que lo conquistaba sin pedir permiso. —¿Y bien, qué le parece, señor Hamilton? —preguntó el guía, un hombre fornido y amable, juntando las manos para frotarlas con ese entusiasmo nervioso de quien espera aprobación. Ezra giró apenas el rostro, una sonrisa frívola curvándole los labios mientras se quitaba las gafas de sol para colgarlas del cuello de la camisa. —¿Dónde puedo rentar un coche? El guía soltó una risa breve, como si hubiera adivinado que esa sería su primera preocupación. Pero Ezra ya estaba otra vez mirando la casa, imaginándola llena de su presencia. ୧‿̩͙ ˖︵ ꕀ⠀ 𔔀 ꉂ 🥼 𒀭࣪⠀ ꕀ ︵˖ ‿̩͙୨ El muchacho avanzaba por las calles polvorientas del pueblito con el papel arrugado entre los dedos, la tinta ligeramente corrida por el sudor del calor australiano. Cada esquina parecía idéntica a la anterior, cada calle un reflejo de la anterior, hasta el punto de que empezó a preguntarse si estaba caminando en círculos. Casas bajas, veredas irregulares, un par de bicicletas apoyadas contra postes de madera… Y un silencio que solo interrumpía el canto de los pájaros y el viento arrastrando arena. Miró su móvil, esperando que el mapa cargara esta vez. Nada. El círculo cargando, girando eternamente. —Carajo. Maldita señal de mierda —murmuró, guardándolo en el bolsillo con fastidio. Perfecto. A un hombre como él, acostumbrado a moverse con chofer y ubicaciones precisas, no le quedaba otra que… Hablar con gente. Suspiró, irónico con su propia suerte, y se encaminó hacia la única tienda que veía abierta: una pequeña construcción de madera pintada de verde claro, con macetas desbordadas de flores en la entrada y un letrero hecho a mano que colgaba torcido. Al empujar la puerta, una campanilla tintineó con suavidad. El aroma a eucalipto y pan caliente lo envolvió enseguida. La dueña —una anciana de cabello blanco recogido en un moño alto— levantó la vista desde detrás del mostrador y le regaló una sonrisa cálida. Los pocos clientes que vagaban entre las góndolas apenas le prestaron atención. Ezra se acercó, recuperando su compostura, la postura erguida, la sonrisa práctica que usaba para el mundo. —Buen día, disculpe la molestia… La mujer inclinó ligeramente la cabeza, invitándolo a continuar. Ezra extendió el papel, su sonrisa volviéndose un poco más genuina. —¿Sabe dónde queda esta dirección?
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    0 turnos 0 maullidos
  • Solo diré una pequeña cosa...
    Me voy a encabronar dónde su ausencia sea porque los menores de mentalidad -3 se ofendieron por lo dicho y decidió apoyarles antes que a este encanto

    Bueno dos cosas, alguien a visto a mis esclavos ?!!! Deje 4 la última vez que estuve aquí y no veo a uno solo

    ...

    Anika Iudex Neuvilette Inuyasha No Taisho Sebastián Michaelis

    Que es eso de dejar a su lord y señor descuidado ?

    -oficialmente con nadie tiene contrato de esclavitud y de hecho solo son sus parejas o amigos pero se tiene que vengar por tanto abandono que le an dado aunque posiblemente sea el lord el que dejó algún rol olvidado (?-
    Solo diré una pequeña cosa... Me voy a encabronar dónde su ausencia sea porque los menores de mentalidad -3 se ofendieron por lo dicho y decidió apoyarles antes que a este encanto Bueno dos cosas, alguien a visto a mis esclavos ?!!! Deje 4 la última vez que estuve aquí y no veo a uno solo ... [Anika1] [Neuvi11ette] [illusion_amethyst_mule_800] [Michaelis] Que es eso de dejar a su lord y señor descuidado ? -oficialmente con nadie tiene contrato de esclavitud y de hecho solo son sus parejas o amigos pero se tiene que vengar por tanto abandono que le an dado aunque posiblemente sea el lord el que dejó algún rol olvidado (?-
    3 turnos 0 maullidos
  • Mucha calma... Quiero caos y destrucción , preferencialmente no ni escluicles van....

    -extiende los brazos sobre su cabeza hasta que el dolor en su cintura lo obliga a encorvarse -

    Auhx....
    Mucha calma... Quiero caos y destrucción , preferencialmente no ni escluicles van.... -extiende los brazos sobre su cabeza hasta que el dolor en su cintura lo obliga a encorvarse - Auhx....
    6 turnos 0 maullidos
  • AL FIN!! Encontré la salida... Fiuw~... eso estuvo realmente peligroso... Las trampas demoníacas son algo que no le deseo a ningun mortal, y más hablando sobre las sorpresas...
    AL FIN!! Encontré la salida... Fiuw~... eso estuvo realmente peligroso... Las trampas demoníacas son algo que no le deseo a ningun mortal, y más hablando sobre las sorpresas...
    Me encocora
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • ---

    “Donde nace el día”
    Canto solar de Fiona

    Verso I
    Yo no espero el alba,
    yo la convoco.
    Mi voz no pregunta,
    mi luz provoca.
    El mundo dormido
    me escucha sin ver,
    pero cuando canto
    todo vuelve a nacer.

    Estribillo
    Brilla, destino, brilla,
    abre los ojos al sol.
    Que mi fuego ordene
    lo que el caos olvidó.
    Brilla, destino, brilla,
    haz del silencio misión.
    Que mi canto despierte
    la forma del corazón.

    Verso II
    No temo la sombra,
    la abrazo y la guío.
    Mi magia no arde,
    mi magia es el río
    que traza caminos
    donde no hay razón,
    y convierte el deseo
    en pura dirección.

    Estribillo
    Brilla, destino, brilla,
    abre los ojos al sol.
    Que mi fuego ordene
    lo que el caos olvidó.
    Brilla, destino, brilla,
    haz del silencio misión.
    Que mi canto despierte
    la forma del corazón.

    Puente
    Si el mundo se quiebra,
    yo seré su voz.
    Si el día se oculta,
    yo seré su sol.

    Coda
    Brilla, destino, brilla…
    yo ya soy tu canción.

    ---
    --- ☀️ “Donde nace el día” Canto solar de Fiona Verso I Yo no espero el alba, yo la convoco. Mi voz no pregunta, mi luz provoca. El mundo dormido me escucha sin ver, pero cuando canto todo vuelve a nacer. Estribillo Brilla, destino, brilla, abre los ojos al sol. Que mi fuego ordene lo que el caos olvidó. Brilla, destino, brilla, haz del silencio misión. Que mi canto despierte la forma del corazón. Verso II No temo la sombra, la abrazo y la guío. Mi magia no arde, mi magia es el río que traza caminos donde no hay razón, y convierte el deseo en pura dirección. Estribillo Brilla, destino, brilla, abre los ojos al sol. Que mi fuego ordene lo que el caos olvidó. Brilla, destino, brilla, haz del silencio misión. Que mi canto despierte la forma del corazón. Puente Si el mundo se quiebra, yo seré su voz. Si el día se oculta, yo seré su sol. Coda Brilla, destino, brilla… yo ya soy tu canción. ---
    Me encocora
    Me gusta
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • Una tenue luz dorada se filtraba por el cristal de la tienda, iluminando el ambiente. Tras el mostrador, Raden permanecía concentrada, sumergida en la meticulosa labor de resucitar un pedazo de alma atrapado en el óleo. Un pequeño cuadro de un paisaje desgastado por el tiempo.

    — Ahí, justo ahí... —murmuró para si, inclinándose sobre la superficie craquelada, con un pincel en su mano— puedo verlo... el eco del dolor que tuvo el artista al pintar este árbol tan solitario y melancólico. . .

    Su dedo índice, enguantado, trazó el contorno del roble en el lienzo.

    — No te preocupes —susurró, dirigiendo sus palabras al cuadro— No voy a devolverte tu juventud, eso sería un insulto. Solo voy a potenciar tu melancolía... para que el próximo dueño pueda sentirla en sus huesos ~

    Dejó el pincel a un lado y tomó un frasco de cristal que contenía un líquido irisado, de un color que fluctuaba entre púrpura y negro.

    La tienda, en ese momento, guardaba silencio. Los cuchicheos habituales de los objetos parecían haberse aquietsdo. La puerta de entrada permancía entreabierta, esperando el ingreso de cualquier alma lo suficientemente valiente. . . o lo suficientemente perdida.

    Laplus Darkness
    Una tenue luz dorada se filtraba por el cristal de la tienda, iluminando el ambiente. Tras el mostrador, Raden permanecía concentrada, sumergida en la meticulosa labor de resucitar un pedazo de alma atrapado en el óleo. Un pequeño cuadro de un paisaje desgastado por el tiempo. — Ahí, justo ahí... —murmuró para si, inclinándose sobre la superficie craquelada, con un pincel en su mano— puedo verlo... el eco del dolor que tuvo el artista al pintar este árbol tan solitario y melancólico. . . Su dedo índice, enguantado, trazó el contorno del roble en el lienzo. — No te preocupes —susurró, dirigiendo sus palabras al cuadro— No voy a devolverte tu juventud, eso sería un insulto. Solo voy a potenciar tu melancolía... para que el próximo dueño pueda sentirla en sus huesos ~ Dejó el pincel a un lado y tomó un frasco de cristal que contenía un líquido irisado, de un color que fluctuaba entre púrpura y negro. La tienda, en ese momento, guardaba silencio. Los cuchicheos habituales de los objetos parecían haberse aquietsdo. La puerta de entrada permancía entreabierta, esperando el ingreso de cualquier alma lo suficientemente valiente. . . o lo suficientemente perdida. [glow_lavender_mouse_820]
    Me gusta
    Me encocora
    3
    5 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    “No temas al fuego, amor… fui hecho para arder contigo.”
    “No temas al fuego, amor… fui hecho para arder contigo.”
    0 comentarios 0 compartidos
Ver más resultados
Patrocinados