• — A las brujas se les quema y a las diosas se nos reza, darling. Ahora arde.
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  • -cuando digo que las brujas podemos tomar cualquier forma, o de la criatura que mas nos fascina bueno...- solto unas risitas y levanto en sus manos aquel raton -el es guilbert, los ratones fueron su base para un cuerpo fisico-
    -cuando digo que las brujas podemos tomar cualquier forma, o de la criatura que mas nos fascina bueno...- solto unas risitas y levanto en sus manos aquel raton -el es guilbert, los ratones fueron su base para un cuerpo fisico-
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  • -las brujas que nacimos con el mundo, nubes sin forma que observaban como todo tomaba una- suspiro caminando por el prado que rodeaba el orfanato -las criaturas que nacieron de su crecimiento nos facinaron y empezamos a imitarlos, somos brujas criaturas sin forma que disfrutamos de experimentar el universo hermano con el que nacimos, cada una tiene su forma de hacerlo, pero todas buscamos lo mismo, experimentar y conocer el mundo frente a nosotras- sonrio observando con atencion el horizonte en el cual se avistaba una ciudad humana

    https://youtu.be/VGi8jJwnT6U?si=9rln9NvmNOOKltbE
    -las brujas que nacimos con el mundo, nubes sin forma que observaban como todo tomaba una- suspiro caminando por el prado que rodeaba el orfanato -las criaturas que nacieron de su crecimiento nos facinaron y empezamos a imitarlos, somos brujas criaturas sin forma que disfrutamos de experimentar el universo hermano con el que nacimos, cada una tiene su forma de hacerlo, pero todas buscamos lo mismo, experimentar y conocer el mundo frente a nosotras- sonrio observando con atencion el horizonte en el cual se avistaba una ciudad humana https://youtu.be/VGi8jJwnT6U?si=9rln9NvmNOOKltbE
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  • Es mejor que kikyo este bien muerta porque si no la rematare por meter brujas apestosas en mi territorio
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  • -por estás cosas nunca confíen en como se ve todo por fuera, es el familiar de una de las brujas del oeste-
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  • — Ugh ¿Qué son esos mitos sobre brujas? —

    Tendrá que encargarse de ir personalmente a investigar, aquellos rumores poco a poco han resonado mucho en la comunidad y debe de encargarse de hacer algo antes de que se haga un problema.
    — Ugh ¿Qué son esos mitos sobre brujas? — Tendrá que encargarse de ir personalmente a investigar, aquellos rumores poco a poco han resonado mucho en la comunidad y debe de encargarse de hacer algo antes de que se haga un problema.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ~ Un atuendo especial para la velada de las brujas, lugar donde la mayoria de ellas comparten pociones, recetas y todo tipo de artefactos mágicos. ~

    [ Estoy respondiendo lento pero seguro (?) La vida laboral me absorbe mucho. ]
    ~ Un atuendo especial para la velada de las brujas, lugar donde la mayoria de ellas comparten pociones, recetas y todo tipo de artefactos mágicos. ~ [ Estoy respondiendo lento pero seguro (?) La vida laboral me absorbe mucho. 🥺 ]
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  • Capítulo #6: La gran caída. Parte #1

    Y es este punto en el que mi mundo llegó a su punto de no retorno... en el punto más álgido y sangriento de la guerra, en la batalla del desfiladero de D'yavol, donde las fuerzas Lysianas marchaban con todos sus demonios, brujas, armas encantadas y vehículos, y los Krassnos montaban dragones y máquinas de guerra para iniciar el más blasfemos festival de violencia y odio, que el verdadero problema se desató; mientras ambas armadas se confrontaban con todo lo que tenían, el agujero en el cielo finalmente se abrió de par en par, alimentado con las descargas de Aether usadas por las armas empuñadas por ambos bandos, así como el uso abusivo y extremo de encantamientos mágicos por parte de los brujos de ambos lados. El cielo se tornó negro, una luz carmesí siniestra envolvió la abertura y el infierno se desató sobre nuestro mundo; de la colosal brecha en el cielo bajaron horrores deformes y monstruosos que cambiaban de forma, devoraban todo a su paso y conjuraban hechizos oscuros que devastaban todo a su paso... soldados Lysianos y Krassnos fueron horrendamente devorados, incinerados y mutilados por estos horrorosos seres en cuestión de horas... ningún demonio, máquina o magia servía para combatir esta nueva amenaza de forma eficiente, pues muchas de estas se regeneraban incluso de las heridas más terribles y ellos en cambio podían acabar con huestes enteras de soldados sin problemas antes de caer definitivamente... oh, el horror vivido por nuestra gente y la gente de Krassny no tuvo presedentes ese día... y ninguno sabía que aquello estaba a punto de empeorar...
    Capítulo #6: La gran caída. Parte #1 Y es este punto en el que mi mundo llegó a su punto de no retorno... en el punto más álgido y sangriento de la guerra, en la batalla del desfiladero de D'yavol, donde las fuerzas Lysianas marchaban con todos sus demonios, brujas, armas encantadas y vehículos, y los Krassnos montaban dragones y máquinas de guerra para iniciar el más blasfemos festival de violencia y odio, que el verdadero problema se desató; mientras ambas armadas se confrontaban con todo lo que tenían, el agujero en el cielo finalmente se abrió de par en par, alimentado con las descargas de Aether usadas por las armas empuñadas por ambos bandos, así como el uso abusivo y extremo de encantamientos mágicos por parte de los brujos de ambos lados. El cielo se tornó negro, una luz carmesí siniestra envolvió la abertura y el infierno se desató sobre nuestro mundo; de la colosal brecha en el cielo bajaron horrores deformes y monstruosos que cambiaban de forma, devoraban todo a su paso y conjuraban hechizos oscuros que devastaban todo a su paso... soldados Lysianos y Krassnos fueron horrendamente devorados, incinerados y mutilados por estos horrorosos seres en cuestión de horas... ningún demonio, máquina o magia servía para combatir esta nueva amenaza de forma eficiente, pues muchas de estas se regeneraban incluso de las heridas más terribles y ellos en cambio podían acabar con huestes enteras de soldados sin problemas antes de caer definitivamente... oh, el horror vivido por nuestra gente y la gente de Krassny no tuvo presedentes ese día... y ninguno sabía que aquello estaba a punto de empeorar...
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  • —¡Hace mucho que no veníamos aquí! Pensé que te habías olvidado que existía—.

    Lillet trepó sobre el vagón abandonado, emocionada. Sin decir nada, su hermana trazó un sigil con el dedo, flotó hasta la cima y se sentó.

    —¡Mira, mira! ¡Aún siguen aquí! —

    La rubia señaló a los trazos tallados sobre el metal, ahora difuminados por la oxidación. Las iniciales de ambas, dibujos de animalitos, marcas cuyo significado había olvidado... en efecto, seguía todo ahí.

    "¡Lo mejor que saben hacer es ponerse en riesgo!" Lillet juraba que podía escuchar las (bien merecidas) reprimendas de su padre, el día que se enteró de su parque de juegos secreto.

    "Riesgo", qué curiosa palabra. Así describió la gente a la construcción de ese tren. Era un riesgo que conectara a la gran ciudad con aquel pequeño pueblito olvidado.

    Un pueblo extraño donde no nacían hombres. Un pueblo tétrico, lúgubre, infestado de brujas. A los niños se les amenazaba con abandonarlos ahí si eran demasiado traviesos.

    "¡Si dejan que se construya ese tren, esas brujas del demonio van a pensar que son bienvenidas aquí!" Reclamaron algunos. ¿Cómo se atrevía el gobierno a considerarlas personas? Eran sólo brujas.

    Al final, las protestas y quejas cumplieron su cometido. El tren nunca se terminó y, al igual que el pueblo, quedó en el olvido.

    Las cosas no cambian.

    —Oye, Hilde, ¿te acuerdas cuando jugamos a las escondidas y encontraste ese dragón? —

    —Era una salamandra, Lillet —la castaña habló por fin.

    —¡Era enorme, parecía un dragón! ¿Y si era un bebé? Tal vez debimos... —

    —Lillet... —la más alta interrumpió. Parecía que tenía algo importante qué decir.

    —¿Eh? ¿Qué pasa? —

    —Hay cosas que necesito aprender en el extranjero. El consejo quiere mandarme a un internado en Inglaterra, y... tengo que ir—.

    —Oh... —

    —Sí—.

    —Uhm... ¿cuánto tiempo?—

    —Dos, quizás tres años—.

    —Eso es... mucho tiempo—.

    —Mucho—.

    —P-Pero... ahaha... conociéndote, vas a terminar rápido, ¿verdad? Eres tan genial, que en un año, ¡no, incluso menos...! —La vocecita de la rubia empezaba a quebrarse.

    Hilde suspiró. Sentada en contra de la espalda de su hermana, sin mirarle, volteó hacia el cielo. ¿Siempre hubo tantas estrellas?

    —¿Sabes? Lo he estado pensando mejor, y creo que sí es buena idea lo de la tienda —tras minutos de silencio, Hilde dijo.

    —¿La tienda? Pero tú dijiste que... —

    —Sé lo que dije, pero me equivoqué. Es lo que tú quieres, ¿no? Ayudar a la gente—.

    —No sé... no sé si pueda si no estás...—

    —Claro que puedes. Porque... —

    —¿Porque soy la hermana de Hilde Blan? —

    —...porque eres Lillet—.

    Silencio.

    Los deditos de Lillet recorrieron los trazos tallados sobre el metal, la "L" y la "H" cubiertas de polvillo férreo. Nada había cambiado.
    —¡Hace mucho que no veníamos aquí! Pensé que te habías olvidado que existía—. Lillet trepó sobre el vagón abandonado, emocionada. Sin decir nada, su hermana trazó un sigil con el dedo, flotó hasta la cima y se sentó. —¡Mira, mira! ¡Aún siguen aquí! — La rubia señaló a los trazos tallados sobre el metal, ahora difuminados por la oxidación. Las iniciales de ambas, dibujos de animalitos, marcas cuyo significado había olvidado... en efecto, seguía todo ahí. "¡Lo mejor que saben hacer es ponerse en riesgo!" Lillet juraba que podía escuchar las (bien merecidas) reprimendas de su padre, el día que se enteró de su parque de juegos secreto. "Riesgo", qué curiosa palabra. Así describió la gente a la construcción de ese tren. Era un riesgo que conectara a la gran ciudad con aquel pequeño pueblito olvidado. Un pueblo extraño donde no nacían hombres. Un pueblo tétrico, lúgubre, infestado de brujas. A los niños se les amenazaba con abandonarlos ahí si eran demasiado traviesos. "¡Si dejan que se construya ese tren, esas brujas del demonio van a pensar que son bienvenidas aquí!" Reclamaron algunos. ¿Cómo se atrevía el gobierno a considerarlas personas? Eran sólo brujas. Al final, las protestas y quejas cumplieron su cometido. El tren nunca se terminó y, al igual que el pueblo, quedó en el olvido. Las cosas no cambian. —Oye, Hilde, ¿te acuerdas cuando jugamos a las escondidas y encontraste ese dragón? — —Era una salamandra, Lillet —la castaña habló por fin. —¡Era enorme, parecía un dragón! ¿Y si era un bebé? Tal vez debimos... — —Lillet... —la más alta interrumpió. Parecía que tenía algo importante qué decir. —¿Eh? ¿Qué pasa? — —Hay cosas que necesito aprender en el extranjero. El consejo quiere mandarme a un internado en Inglaterra, y... tengo que ir—. —Oh... — —Sí—. —Uhm... ¿cuánto tiempo?— —Dos, quizás tres años—. —Eso es... mucho tiempo—. —Mucho—. —P-Pero... ahaha... conociéndote, vas a terminar rápido, ¿verdad? Eres tan genial, que en un año, ¡no, incluso menos...! —La vocecita de la rubia empezaba a quebrarse. Hilde suspiró. Sentada en contra de la espalda de su hermana, sin mirarle, volteó hacia el cielo. ¿Siempre hubo tantas estrellas? —¿Sabes? Lo he estado pensando mejor, y creo que sí es buena idea lo de la tienda —tras minutos de silencio, Hilde dijo. —¿La tienda? Pero tú dijiste que... — —Sé lo que dije, pero me equivoqué. Es lo que tú quieres, ¿no? Ayudar a la gente—. —No sé... no sé si pueda si no estás...— —Claro que puedes. Porque... — —¿Porque soy la hermana de Hilde Blan? — —...porque eres Lillet—. Silencio. Los deditos de Lillet recorrieron los trazos tallados sobre el metal, la "L" y la "H" cubiertas de polvillo férreo. Nada había cambiado.
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  • Pequeña criatura, lamento tanto saber que mis hermanas brujas que practican hechicería prohibida te han hecho sufrir, pero mientras yo esté aquí, haré todo lo posible por devolver parte de esa felicidad arrebatada.
    Pequeña criatura, lamento tanto saber que mis hermanas brujas que practican hechicería prohibida te han hecho sufrir, pero mientras yo esté aquí, haré todo lo posible por devolver parte de esa felicidad arrebatada.
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