• —Como lo prometido es deuda... se acerca hasta ๋ 𝚅𝚊𝚗𝚢𝚊 ๋ y le ofrece un platito con un pedazo de su pastel de cumpleaños—

    ¡Hay de sobra! ¡Puedes repetir!


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    —Como lo prometido es deuda... se acerca hasta [Auroraghoulette12] y le ofrece un platito con un pedazo de su pastel de cumpleaños— ¡Hay de sobra! ¡Puedes repetir! #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • Preso de este verso etéreo, un paraje desierto ante mis ramas y hojas de rosadas orquídeas, arropo mi quietud instalada, acérrima, esa amante venerable ante las ilusiones del cuadro en el que me visto; libros de míseros alientos que edifiqué con las presciencias de mis solemnes dedos, los que viajaron decorosos por el conducto de tus respiraciones. Después de todo, después de nadas, la presencia de velos de seda con la que me visto en estos instantes en los que aguardo tu arribo, dista mucho del ente que amaste.

    Mis ojos lamentan tu ausencia. Mis labios tus extremidades sobre las cortinas de hebras que poblaron mi cabeza; me tendiste aquí, y desde el recuerdo renazco, para amarte como tantas veces, en el diario en el que escribo con tinta y sangre, orina y voz de fantasmales perdiciones. Ante mis abismos, ante mí morada, la quietud que nos separa como una víctima más de tus caprichos, comunica la caída del palacio de algodón de azúcar ante el que te conocí.

    Tan sólo era el espectro de tu cuento de hadas en el que te sumergías, el espectro que amaste y al que te entregaste pese a tu infertilidad. Mis alas te vistieron en la noche de bodas, mis garras propulsaron un corrupto edén en el que morarías; serías mi princesa de primigenias aladas en helado sueño, ese en el que, ante más y menos descarados, condenaron nuestra unión.

    Esta quietud, saga, este relumbre en el que me encandilo sin poderte hallar en mis memorias, me provoca el llanto. Vislumbro mis heridas, mi propia crucifixión, corona de bronce y hojalata. Soy tuyo, perenne pese a que me alzo, apenas consciente, en esta ilusión de oscuridad. La vida que me obsequiaste es una cascada seca, secas son mis hojas cada vez que mudo de piel. Encuentro tu estampa dormida en el recuadro y, ante esto, juego por unos instantes a las escondidas con la que tanto me llamas con apremio. Porque aunque estoy perdido, rezo en este sillón envuelto con la piel curtida de mi raza. Raza a la que entregaste por un puñado de salvación y pocas aparecidas monedas.
    Vislumbro tus intenciones, desde esta prisión cada vez que atardece ante lo vidente de tus ojos. Esa casa en la que resido, el espejo en el que recreo tus espejismos, la carne entre la que te escucho cantar. Trinar en el reposo de mis pisadas cada vez que me invocas con palabras que creas con tu lenguaje secreto, tus crayolas apagadas, blancos gises que recorren a tus anatomías. Después de todo entreví tu rostro, aparecido como ilusorio loto, en el lago en el que morabas, en tu ataúd, rodeada por luces de bengalas.

    A ellas las sometí a mis caprichos, salvaje doncella de revueltas y destinos. A ti te reclamé como novia, esposa, amante, musa; música de mi alma tejida con historias que no debieron ser contadas. A ti, mi elemento de la oscuridad de mi millar de corazón a corazón, ramaje risueño, a ti y ante ti, a ti princesa de perlas de luz, te ruego me des el único beso que me provoque renacer entre tus brazos, tomar el alimento que sólo contiene tu savia vitae, y no revelarte nada más, salvo mis encandilados secretos.

    Soy, después de todo el muñeco que edificaste, con uñas, huesos, dientes de leche, cordones umbilicales de las crías que tú misma pariste, con los que te apremiaste conquistar, ante estos riscos con los que me entierras tus hechizadas agujas, y, verdaderos besos de amor clandestino, al abandonado de amor por amor que, tú, olvidada Shófiyar, tú, a quién amo, aún con tus vestimentas de arrugas y acuarelas, lamenta la tormenta entre tormentas de panteones ante los que aguarda a un amor extraviado.

    Maldita vieja, vislumbra a nuestro dios astado, beso y beso en el tiempo de los tiempos, historia entre historias, Shófiyar, tú, con pago por pago, en esta, tu aprehensión primigenia.
    La ascensión de tu historia, Shófiyar, con tus ojos cargados de culpa, ya la aurora boreal se revela ante tus puertas y las preciosas piedras que manan de tus dulces labios carnosos.

    Potente entre nosotros, ante los que cuentan tus hazañas. Cada vez que hurtas una nueva víctima, con tus más visiones extremas, seduces estrellas, astros y velas negras; te instalas ante tu altar y montas a este recién universo herido. Mi música, déjalos en paz y sonríe para mí, pese a que el dolor se abre paso en tus podridas entrañas. En las orillas de un océano de sanguinolentas aparecidas. Ya no te importa que sus cuerpos sean concebidos por tu imaginación retorcida, que sea la música la que tocas con cuerdas para él, porque él te llama desde el recuerdo; a mí, que te amo con locura.
    Preso de este verso etéreo, un paraje desierto ante mis ramas y hojas de rosadas orquídeas, arropo mi quietud instalada, acérrima, esa amante venerable ante las ilusiones del cuadro en el que me visto; libros de míseros alientos que edifiqué con las presciencias de mis solemnes dedos, los que viajaron decorosos por el conducto de tus respiraciones. Después de todo, después de nadas, la presencia de velos de seda con la que me visto en estos instantes en los que aguardo tu arribo, dista mucho del ente que amaste. Mis ojos lamentan tu ausencia. Mis labios tus extremidades sobre las cortinas de hebras que poblaron mi cabeza; me tendiste aquí, y desde el recuerdo renazco, para amarte como tantas veces, en el diario en el que escribo con tinta y sangre, orina y voz de fantasmales perdiciones. Ante mis abismos, ante mí morada, la quietud que nos separa como una víctima más de tus caprichos, comunica la caída del palacio de algodón de azúcar ante el que te conocí. Tan sólo era el espectro de tu cuento de hadas en el que te sumergías, el espectro que amaste y al que te entregaste pese a tu infertilidad. Mis alas te vistieron en la noche de bodas, mis garras propulsaron un corrupto edén en el que morarías; serías mi princesa de primigenias aladas en helado sueño, ese en el que, ante más y menos descarados, condenaron nuestra unión. Esta quietud, saga, este relumbre en el que me encandilo sin poderte hallar en mis memorias, me provoca el llanto. Vislumbro mis heridas, mi propia crucifixión, corona de bronce y hojalata. Soy tuyo, perenne pese a que me alzo, apenas consciente, en esta ilusión de oscuridad. La vida que me obsequiaste es una cascada seca, secas son mis hojas cada vez que mudo de piel. Encuentro tu estampa dormida en el recuadro y, ante esto, juego por unos instantes a las escondidas con la que tanto me llamas con apremio. Porque aunque estoy perdido, rezo en este sillón envuelto con la piel curtida de mi raza. Raza a la que entregaste por un puñado de salvación y pocas aparecidas monedas. Vislumbro tus intenciones, desde esta prisión cada vez que atardece ante lo vidente de tus ojos. Esa casa en la que resido, el espejo en el que recreo tus espejismos, la carne entre la que te escucho cantar. Trinar en el reposo de mis pisadas cada vez que me invocas con palabras que creas con tu lenguaje secreto, tus crayolas apagadas, blancos gises que recorren a tus anatomías. Después de todo entreví tu rostro, aparecido como ilusorio loto, en el lago en el que morabas, en tu ataúd, rodeada por luces de bengalas. A ellas las sometí a mis caprichos, salvaje doncella de revueltas y destinos. A ti te reclamé como novia, esposa, amante, musa; música de mi alma tejida con historias que no debieron ser contadas. A ti, mi elemento de la oscuridad de mi millar de corazón a corazón, ramaje risueño, a ti y ante ti, a ti princesa de perlas de luz, te ruego me des el único beso que me provoque renacer entre tus brazos, tomar el alimento que sólo contiene tu savia vitae, y no revelarte nada más, salvo mis encandilados secretos. Soy, después de todo el muñeco que edificaste, con uñas, huesos, dientes de leche, cordones umbilicales de las crías que tú misma pariste, con los que te apremiaste conquistar, ante estos riscos con los que me entierras tus hechizadas agujas, y, verdaderos besos de amor clandestino, al abandonado de amor por amor que, tú, olvidada Shófiyar, tú, a quién amo, aún con tus vestimentas de arrugas y acuarelas, lamenta la tormenta entre tormentas de panteones ante los que aguarda a un amor extraviado. Maldita vieja, vislumbra a nuestro dios astado, beso y beso en el tiempo de los tiempos, historia entre historias, Shófiyar, tú, con pago por pago, en esta, tu aprehensión primigenia. La ascensión de tu historia, Shófiyar, con tus ojos cargados de culpa, ya la aurora boreal se revela ante tus puertas y las preciosas piedras que manan de tus dulces labios carnosos. Potente entre nosotros, ante los que cuentan tus hazañas. Cada vez que hurtas una nueva víctima, con tus más visiones extremas, seduces estrellas, astros y velas negras; te instalas ante tu altar y montas a este recién universo herido. Mi música, déjalos en paz y sonríe para mí, pese a que el dolor se abre paso en tus podridas entrañas. En las orillas de un océano de sanguinolentas aparecidas. Ya no te importa que sus cuerpos sean concebidos por tu imaginación retorcida, que sea la música la que tocas con cuerdas para él, porque él te llama desde el recuerdo; a mí, que te amo con locura.
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  • — Podré tener muchos nombres... Aurora... Gaia... Madre Naturaleza.... Ceres... Rhea...pero sea como me llamen...seguire protegiendo al bosque con todo mi ser
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  • Poso la estridencia de tu rencor sobre la alfombra de laureles y comino. Esas especias que colman mis sueños en un viaje de sidéreo mar de tinta. Mis cabezas punzan con doloroso prisma, y, para tu más aperlada suerte, arropo el primer cuerpo con una cortina, esa que tejiste con punta de reguero de besos.

    Muevo tu ombligo o más bien, sumerjo un índice dentro de él, entonces y sólo entonces, encuentro al extraviado tiempo; el que te respeta aún en tu estado de comatosa prudencia; la que cabalga a la ausencia de tu canto. De tu ser. Reposas en esta tienda, este hogar en el que te hiero cada tanto que te veo con acusados ojos, esos que juzgan la gracia que te sostiene aún como la muñeca que otro dios fabricó.

    El pagano te puso en un dilema, junto a otros objetos de relumbrosa estampa, extrañeza bruna de colmillos, ojos y bocas cosidas con las que te elaboró. Dio vida a tu existencia.

    Quizá el respeto que te tengo, viene de la razón de tu existencia.

    Quizá mi amor te hace risueño, como la más inminente de las leyendas.

    Manifiestas un movimiento laxo cada que muevo la aparición de retazos de tela, huesos de carne de jueces. Maestros de la prudencia; una canción de cuna que escribí para ti, la primera vez que besé con mis dedos bañados en oro y plomo, fuego y vigilantes zigzagueos de costuras.

    Ante ti rezo, maniquí olvidado, doncel, doncella de aguardientes cabellos. Óbito de engalanadas auroras boreales. Tus prominentes alas de haladas ancestrales, los animales que componen tu anatomía prestan los sonidos de cascabeles ante mí.

    Continuo vislumbrándote en este sinuoso embeleso; besos que escudan la música de tu caja torácica; mis manos te cambian de lugar, junto con los otros. Cada vez son más frecuentes los terrores que despiertas, la fascinación de tan sólo el baño hacía tus pasos. Simulo arroparte con prendas florales, vestirte con ramajes de árboles de adviento.

    Te beso.
    Te beso.
    Te beso.

    Es un beso olvidado, ese venidero de tu príncipe, príncipe egoísta. En el cambio sólo soy un gigante de ultramar. Sólo soy una bestia deslumbrada, tú me instas a soñarte aún en la vigilia en la que reposas aún. Después de todo el tiempo, los objetos desperrados con los que osaste asomarte, son parte de un rompecabezas.

    Rompen cabezas, quiebran a tus huesos de diamantes, reposan sin parlar palabra algún pero, en mis dominios, eres el principal protagonista, mi cayena bañada de fases lunares. Ronronean sobre mi génesis, tú y tus compañeros de aventuras.

    Tú, que clama ante el espejo por el que aprecio tu belleza, esa que se realza en el reposo de tu ser.

    Eres un objeto. Perdido. No posees dueño. Negaron tu existencia en evanescentes eones interiores. Esta tempestad que llama a tu millar de corazones, dulces frutos, de lluvias de ácidas reservas, de este contaminado cielo caído, que tú eres mi compañero de aventuras.

    Repaso el postro de tu trono. El monte del destino en el que nos presentaron, masca el cordón umbilical solícito, emanante de tu vientre. Fuiste y serás. Retuerces la realidad y con ella forjas mis fantasías. Fantasías en la que bailas para mis caprichos, mi amante dormido.

    Rodeado por las ofrendas que te colman de adoración, troceo carne para alimentar a tu leyenda. Mito, epifanía, un risco por el que ya no caes. Aquí entre mis brazos, aquí entre los derramados objetos, la tabla de seda que te invoca como en tantas nocturnas cortinas de estrellas plateadas, perduran en mi dolor al retenerte en esta prisión en la que amanecemos cada día, cada mes, cada año, como otro ser.
    Poso la estridencia de tu rencor sobre la alfombra de laureles y comino. Esas especias que colman mis sueños en un viaje de sidéreo mar de tinta. Mis cabezas punzan con doloroso prisma, y, para tu más aperlada suerte, arropo el primer cuerpo con una cortina, esa que tejiste con punta de reguero de besos. Muevo tu ombligo o más bien, sumerjo un índice dentro de él, entonces y sólo entonces, encuentro al extraviado tiempo; el que te respeta aún en tu estado de comatosa prudencia; la que cabalga a la ausencia de tu canto. De tu ser. Reposas en esta tienda, este hogar en el que te hiero cada tanto que te veo con acusados ojos, esos que juzgan la gracia que te sostiene aún como la muñeca que otro dios fabricó. El pagano te puso en un dilema, junto a otros objetos de relumbrosa estampa, extrañeza bruna de colmillos, ojos y bocas cosidas con las que te elaboró. Dio vida a tu existencia. Quizá el respeto que te tengo, viene de la razón de tu existencia. Quizá mi amor te hace risueño, como la más inminente de las leyendas. Manifiestas un movimiento laxo cada que muevo la aparición de retazos de tela, huesos de carne de jueces. Maestros de la prudencia; una canción de cuna que escribí para ti, la primera vez que besé con mis dedos bañados en oro y plomo, fuego y vigilantes zigzagueos de costuras. Ante ti rezo, maniquí olvidado, doncel, doncella de aguardientes cabellos. Óbito de engalanadas auroras boreales. Tus prominentes alas de haladas ancestrales, los animales que componen tu anatomía prestan los sonidos de cascabeles ante mí. Continuo vislumbrándote en este sinuoso embeleso; besos que escudan la música de tu caja torácica; mis manos te cambian de lugar, junto con los otros. Cada vez son más frecuentes los terrores que despiertas, la fascinación de tan sólo el baño hacía tus pasos. Simulo arroparte con prendas florales, vestirte con ramajes de árboles de adviento. Te beso. Te beso. Te beso. Es un beso olvidado, ese venidero de tu príncipe, príncipe egoísta. En el cambio sólo soy un gigante de ultramar. Sólo soy una bestia deslumbrada, tú me instas a soñarte aún en la vigilia en la que reposas aún. Después de todo el tiempo, los objetos desperrados con los que osaste asomarte, son parte de un rompecabezas. Rompen cabezas, quiebran a tus huesos de diamantes, reposan sin parlar palabra algún pero, en mis dominios, eres el principal protagonista, mi cayena bañada de fases lunares. Ronronean sobre mi génesis, tú y tus compañeros de aventuras. Tú, que clama ante el espejo por el que aprecio tu belleza, esa que se realza en el reposo de tu ser. Eres un objeto. Perdido. No posees dueño. Negaron tu existencia en evanescentes eones interiores. Esta tempestad que llama a tu millar de corazones, dulces frutos, de lluvias de ácidas reservas, de este contaminado cielo caído, que tú eres mi compañero de aventuras. Repaso el postro de tu trono. El monte del destino en el que nos presentaron, masca el cordón umbilical solícito, emanante de tu vientre. Fuiste y serás. Retuerces la realidad y con ella forjas mis fantasías. Fantasías en la que bailas para mis caprichos, mi amante dormido. Rodeado por las ofrendas que te colman de adoración, troceo carne para alimentar a tu leyenda. Mito, epifanía, un risco por el que ya no caes. Aquí entre mis brazos, aquí entre los derramados objetos, la tabla de seda que te invoca como en tantas nocturnas cortinas de estrellas plateadas, perduran en mi dolor al retenerte en esta prisión en la que amanecemos cada día, cada mes, cada año, como otro ser.
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  • ¡FicRolers 3D!
    Me gusta pensar que somos una familia. Los hay mas tímidos, y más abiertos... Me he encontrado con personajes maravillosos, unos super alegres, otros más serios...Pero todos con super buena predisposición y ganas de divertirse. Y tres de estos personajes son estos tres caballeros...

    Jajaja sabes que estás protegida cuando Dean Winchester Ben Hargreeves y Five Hargreeves son tu linea de defensa

    Era broma, broma jaja

    Pero hay algunos personajes que siempre son los primeros que siempre están ahi reaccionando y apoyando todo lo que subo, dando bienvenidas, felicitando cumpleaños, comentando... ♡

    Por ejemplo Peter Maximoff [lonelinessgirl00] Isaac Crawford [Thomas.tmr] 𝗡𝗜𝗡𝗔 𝗥𝗜𝗩𝗔 Danny Bishop 𝑃𝑜𝑝𝑝𝑦 𝐷𝑎𝑣𝑖𝑒𝑠 ๋ 𝚅𝚊𝚗𝚢𝚊 ๋ ꒰ 𝐒oρhιᥱ ꣑୧ ͜👑 ...

    Qué bonito es ser vuestra RolSage, la de todos vosotros, chicos. Sois maravillosos, ficrolers3D ♥ Gracias por todo vuestro apoyo, no seria nadie sin vosotros <3

    #RolSage3D #AyudaRolSage #AyudaNuevosUsuarios
    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    ¡FicRolers 3D! ✨ Me gusta pensar que somos una familia. Los hay mas tímidos, y más abiertos... Me he encontrado con personajes maravillosos, unos super alegres, otros más serios...Pero todos con super buena predisposición y ganas de divertirse. Y tres de estos personajes son estos tres caballeros... Jajaja sabes que estás protegida cuando [BxbyDriv3r] [Ben.Hgr] y [Five_05] son tu linea de defensa 😎 Era broma, broma jaja Pero hay algunos personajes que siempre son los primeros que siempre están ahi reaccionando y apoyando todo lo que subo, dando bienvenidas, felicitando cumpleaños, comentando... ♡ Por ejemplo [Quicksilver.xm] [lonelinessgirl00] [Isaac_C] [Thomas.tmr] [HOUSE0FASHES] [qtwarlock] [WxmenLettrs] [Auroraghoulette12] [K1NGDOMCOME]... Qué bonito es ser vuestra RolSage, la de todos vosotros, chicos. Sois maravillosos, ficrolers3D ♥ Gracias por todo vuestro apoyo, no seria nadie sin vosotros <3 #RolSage3D #AyudaRolSage #AyudaNuevosUsuarios #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • ⸻ 𝑰𝑵𝑺𝑻𝑨𝑮𝑹𝑨𝑴 𝑷𝑶𝑺𝑻

    𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗲𝘀𝘀𝗹𝗲𝘅𝗶𝗲𝟲𝟵

    𝙼𝚊𝚕𝚎𝚝𝚊 𝚕𝚒𝚜𝚝𝚊. ¿𝙿𝚛𝚘́𝚡𝚒𝚖𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚊𝚍𝚊?

    #Aurora #Ghoulette #Ghost #GhostBC #Tour
    ⸻ 𝑰𝑵𝑺𝑻𝑨𝑮𝑹𝑨𝑴 𝑷𝑶𝑺𝑻 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗲𝘀𝘀𝗹𝗲𝘅𝗶𝗲𝟲𝟵 𝙼𝚊𝚕𝚎𝚝𝚊 𝚕𝚒𝚜𝚝𝚊. ¿𝙿𝚛𝚘́𝚡𝚒𝚖𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚊𝚍𝚊? #Aurora #Ghoulette #Ghost #GhostBC #Tour
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    algo asi me imagino la voz de aurora ya que siento que es la cancion perfecta para ella
    algo asi me imagino la voz de aurora ya que siento que es la cancion perfecta para ella
    — Vaya... Pero que cancion mas bella me encontre, quieren oirla? Bien —

    Dijo y empezo a cantar

    https://youtu.be/nqnnZ5fwQUc?feature=shared
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    El origen del Apellido Bonetti en Gazú:

    Los Bonetti eran una familia religiosa y ocultista que vivían en las afueras de Sicilia, Italia.

    La hija menor de la familia, Aurora Bonetti se interesó en cultos y rituales de invocacion.

    Heredó de su abuelo masón un libro acerca de un ser reptil que invocaba serpientes... Un Semidios que fue adorado como una Deidad... Ella quedó fascinada por la existencia de tal ser que decidió buscarlo durante toda su vida..

    Crecio y trabajo en cargos politicos importantes... Pero su fascinación y admiración por Gazú permanecía en ella...

    Un buen día, en su hogar, preparando su desayuno fue visitada por Gazú con su característica túnica oscura...

    Saludos, dama de honor mi nombre es Gazú y fui enviado por la Elite para fijar un negocio con usted.. -Decia Gazú-

    Ella con sorpresa dejo caer su plato al ver que si era real aquel ser que tanto admiro en su infancia...

    T-tu eres ¿G-gazú? -Dijo con lágrimas en sus ojos-

    Gazú percibió emoción de ella, no esperaba tal recibimiento

    Lo soy, percibo que usted me ha estado esperando durante toda su vida.. ¿A qué se debe eso? -Decia sorprendido ya que sentía que ella le conocía-

    Usted... Usted es mi héroe siempre he querido conocerle... Saber si era verdad que invocaba Serpientes y libraba grandes batallas... Y sobretodo mirar su único ojo...
    -Decia con lágrimas pero con una sonrisa en su rostro-

    Gazú sintió por primera vez dolor en su alma oscura... Una huella imborrable fue marcada en su eterna existencia...

    Fue enviado para asesinarla... Y debía cumplir con órdenes mayores...

    Le dolió porque era una mujer inocente que admiraba profundamente a Gazú... Nunca nadie en ese momento manifestó tanta admiración por el... De hecho había cuadros de el en toda la casa...

    Es triste tener que descubrir por ventura cosas que jamás sabias que sucedían en el corazón de otros... Es triste descubrirlo tan tarde...

    Desde ese momento Gazú optó por apellidarse Bonetti en honor a su admiradora quien fue asesinada por el mismo. En honor a su única seguidora en ese momento...
    El origen del Apellido Bonetti en Gazú: Los Bonetti eran una familia religiosa y ocultista que vivían en las afueras de Sicilia, Italia. La hija menor de la familia, Aurora Bonetti se interesó en cultos y rituales de invocacion. Heredó de su abuelo masón un libro acerca de un ser reptil que invocaba serpientes... Un Semidios que fue adorado como una Deidad... Ella quedó fascinada por la existencia de tal ser que decidió buscarlo durante toda su vida.. Crecio y trabajo en cargos politicos importantes... Pero su fascinación y admiración por Gazú permanecía en ella... Un buen día, en su hogar, preparando su desayuno fue visitada por Gazú con su característica túnica oscura... Saludos, dama de honor mi nombre es Gazú y fui enviado por la Elite para fijar un negocio con usted.. -Decia Gazú- Ella con sorpresa dejo caer su plato al ver que si era real aquel ser que tanto admiro en su infancia... T-tu eres ¿G-gazú? -Dijo con lágrimas en sus ojos- Gazú percibió emoción de ella, no esperaba tal recibimiento Lo soy, percibo que usted me ha estado esperando durante toda su vida.. ¿A qué se debe eso? -Decia sorprendido ya que sentía que ella le conocía- Usted... Usted es mi héroe siempre he querido conocerle... Saber si era verdad que invocaba Serpientes y libraba grandes batallas... Y sobretodo mirar su único ojo... -Decia con lágrimas pero con una sonrisa en su rostro- Gazú sintió por primera vez dolor en su alma oscura... Una huella imborrable fue marcada en su eterna existencia... Fue enviado para asesinarla... Y debía cumplir con órdenes mayores... Le dolió porque era una mujer inocente que admiraba profundamente a Gazú... Nunca nadie en ese momento manifestó tanta admiración por el... De hecho había cuadros de el en toda la casa... Es triste tener que descubrir por ventura cosas que jamás sabias que sucedían en el corazón de otros... Es triste descubrirlo tan tarde... Desde ese momento Gazú optó por apellidarse Bonetti en honor a su admiradora quien fue asesinada por el mismo. En honor a su única seguidora en ese momento...
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  • Oriunda es la historia, que amansa la gloria de tus pasos. Vislumbro los dedos de tus pies adornados con las cuentas del denario que masca las cayenas de tus ojos, tus lágrimas, cristalinas esferas que bañan tu cuerpo hediondo a perfume de amores secretos. Amores conscientes, amores de vals interminable; de esos solsticios de verano en los que bailamos los dos bajo un océano de rosas negras.

    Preso de tus besos, me hinco ante tus manos; tus manos que tejen trenzas de incorruptos velos, desolados imperios vivos a los que vamos a morir. Respiran por tu causa, respiran tus níveos espejismos.

    Tus sueños, fueron crueles promesas, regadas por casas de pájaros de carne recia, heridas evanescentes, marcadas por tus intervenciones de curandero. Abusaste de tu don, así mudaste mis labios a tu cuerpo. Solemne fueron tus auroras boreales, el trigo de tus cabellos cayó, cortado por hachas de espuma de ojos vivos de arcoíris. Exploré por ti mis extremidades, deseé comprenderte con mis alas de papel, acabé por traicionarte y, en el fondo, no me arrepiento.

    Ángel.
    Arlequín.
    Bufón.
    Payaso.

    Curandero.
    Curandero.
    Curandero.

    De vivificados imperios.

    De lunas tristes.

    Sueños hechos sueños.
    Hogares de animales.
    Carruseles de estaciones grises, tornasoles.

    Etérea juventud.
    Ven.
    Lléname de tus delirios.
    La funda de tu lengua.
    Tu plata.
    El oro de tu alma.
    Caída estampa.
    Son tus virtudes.
    Son tus heraldos.
    Son tus amores.
    Es tu majestad justa.
    Tú.
    Justicia de ébano.

    Caíste preso entre tus evanescentes doncellas. Caíste preso. Te malviviste, te alzaste vivo, y ahí, entre tu desnudez carnosa con sabor a canela y cúrcuma, fabricaste tus caminos. Porque su voz hilada, con los colores de la aurora boreal, me había dado un beso. Ese primer y último beso que nos dimos a través de los barrotes. De esos desgraciados que separaban nuestros cuerpos.

    Habíamos pasado por tanto.

    Apenas nos habíamos amado.

    Admiré como el toque de sus fantasmales manos, hechas ya muñones, reventaba las burbujas de rocío que mancillaban su etérea juventud con sangre y oro; con aroma a incienso y mirra. Con la dimensión de una venia justa, que también, ya se posaba en el dorso de las mías.

    Todo esto consumado porque no desearon que orara más, que sanara más. Él había perecido. Ya no era necesario que trabajase con las hierbas que idolatraban imperios. Apenas y podía hablar, pero él, con sus cosmos hechos soles, lunas y estrellas, chocaba contra mis espacios apenas edificados, sin siquiera tocarme. Su poder era inconmensurable. Estaba dotado de vida, pese a todo lo hecho por él, por mí, por todos nosotros.

    Entonces me tocó el rostro, esta vez con esas eternidades que desfilaron por mis sienes, mis mejillas, mis manos. Me abrazó y sus alas de anochecidas transparencias se batieron desnudas; reconocieron mis visiones. Mi toque, mi todo. Yo había estado ahí con él desde el secuestro.

    “Me dijiste una vez que no te dejara revelar tus dones ante esos inmundos gusanos. Aun así lo hiciste. Ahora henos aquí, Madheira, Maqkayanir, Tú, mi tafetán, mi seda, príncipe de mis osadías. Contempla como has acabado”.

    No respondiste, sin embargo, sonreíste. Iluminaste con tu racimo de corazones a los míos. Me avivaste con la luminaria de tus ojos, con un aviso que me hizo enmudecer más que lo que provocaban todas las canciones que cantaban por y para ti; esas que provenían desde el cielo. En una vida en este infierno, sin embargo, para mí, tú eras el encarnado paraíso.

    Hasta este día todas las estrellas cayeron por tu causa.

    Los reyes de papel murieron, las princesas de ébano parieron monstruos. Los altos mandos se rebelaron, en cambio tú, con tus manos de seda, nos sanaste. Oraste por todos los fieles, por todos los imperios forjados con flores y enredaderas.

    Sometiste a todos a tu mandato. Nos hicimos uno contigo. Lo supe cuando te descubrí. Que sólo tú y tan sólo tú, tendrías demasiado poder sobre el cosmos conmovido, con tus ofrendas siemprevivas. Así quedaríamos completamente derrotados con tu don.

    El don que equilibraría a los señoríos más amados que tocaste, con tu sidéreo amar, con tus ayeres convertidos en tus más perpetuas musas.
    Oriunda es la historia, que amansa la gloria de tus pasos. Vislumbro los dedos de tus pies adornados con las cuentas del denario que masca las cayenas de tus ojos, tus lágrimas, cristalinas esferas que bañan tu cuerpo hediondo a perfume de amores secretos. Amores conscientes, amores de vals interminable; de esos solsticios de verano en los que bailamos los dos bajo un océano de rosas negras. Preso de tus besos, me hinco ante tus manos; tus manos que tejen trenzas de incorruptos velos, desolados imperios vivos a los que vamos a morir. Respiran por tu causa, respiran tus níveos espejismos. Tus sueños, fueron crueles promesas, regadas por casas de pájaros de carne recia, heridas evanescentes, marcadas por tus intervenciones de curandero. Abusaste de tu don, así mudaste mis labios a tu cuerpo. Solemne fueron tus auroras boreales, el trigo de tus cabellos cayó, cortado por hachas de espuma de ojos vivos de arcoíris. Exploré por ti mis extremidades, deseé comprenderte con mis alas de papel, acabé por traicionarte y, en el fondo, no me arrepiento. Ángel. Arlequín. Bufón. Payaso. Curandero. Curandero. Curandero. De vivificados imperios. De lunas tristes. Sueños hechos sueños. Hogares de animales. Carruseles de estaciones grises, tornasoles. Etérea juventud. Ven. Lléname de tus delirios. La funda de tu lengua. Tu plata. El oro de tu alma. Caída estampa. Son tus virtudes. Son tus heraldos. Son tus amores. Es tu majestad justa. Tú. Justicia de ébano. Caíste preso entre tus evanescentes doncellas. Caíste preso. Te malviviste, te alzaste vivo, y ahí, entre tu desnudez carnosa con sabor a canela y cúrcuma, fabricaste tus caminos. Porque su voz hilada, con los colores de la aurora boreal, me había dado un beso. Ese primer y último beso que nos dimos a través de los barrotes. De esos desgraciados que separaban nuestros cuerpos. Habíamos pasado por tanto. Apenas nos habíamos amado. Admiré como el toque de sus fantasmales manos, hechas ya muñones, reventaba las burbujas de rocío que mancillaban su etérea juventud con sangre y oro; con aroma a incienso y mirra. Con la dimensión de una venia justa, que también, ya se posaba en el dorso de las mías. Todo esto consumado porque no desearon que orara más, que sanara más. Él había perecido. Ya no era necesario que trabajase con las hierbas que idolatraban imperios. Apenas y podía hablar, pero él, con sus cosmos hechos soles, lunas y estrellas, chocaba contra mis espacios apenas edificados, sin siquiera tocarme. Su poder era inconmensurable. Estaba dotado de vida, pese a todo lo hecho por él, por mí, por todos nosotros. Entonces me tocó el rostro, esta vez con esas eternidades que desfilaron por mis sienes, mis mejillas, mis manos. Me abrazó y sus alas de anochecidas transparencias se batieron desnudas; reconocieron mis visiones. Mi toque, mi todo. Yo había estado ahí con él desde el secuestro. “Me dijiste una vez que no te dejara revelar tus dones ante esos inmundos gusanos. Aun así lo hiciste. Ahora henos aquí, Madheira, Maqkayanir, Tú, mi tafetán, mi seda, príncipe de mis osadías. Contempla como has acabado”. No respondiste, sin embargo, sonreíste. Iluminaste con tu racimo de corazones a los míos. Me avivaste con la luminaria de tus ojos, con un aviso que me hizo enmudecer más que lo que provocaban todas las canciones que cantaban por y para ti; esas que provenían desde el cielo. En una vida en este infierno, sin embargo, para mí, tú eras el encarnado paraíso. Hasta este día todas las estrellas cayeron por tu causa. Los reyes de papel murieron, las princesas de ébano parieron monstruos. Los altos mandos se rebelaron, en cambio tú, con tus manos de seda, nos sanaste. Oraste por todos los fieles, por todos los imperios forjados con flores y enredaderas. Sometiste a todos a tu mandato. Nos hicimos uno contigo. Lo supe cuando te descubrí. Que sólo tú y tan sólo tú, tendrías demasiado poder sobre el cosmos conmovido, con tus ofrendas siemprevivas. Así quedaríamos completamente derrotados con tu don. El don que equilibraría a los señoríos más amados que tocaste, con tu sidéreo amar, con tus ayeres convertidos en tus más perpetuas musas.
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  • Templo que enaltece
    Tu mirada
    Llamas vivas
    Génesis
    Desfilan entre elixires
    sobre tus pies
    por el camino
    De estos sentidos y cuchillas
    Bendita exponente
    De medias cunas

    Etérea
    Reina de Gamuza
    Reina de Seda

    De flores

    De agujas

    De ilusiones


    Curiosa ruina

    Desvanecida
    En el llamado de la suerte

    De la alianza de las formas
    De tus tramas
    De tu luz hecha verano

    Muéstranos tu belleza
    Bienhadada paz
    Nos desnudamos
    Ante el brillo de tu leyenda
    Entre flores

    Blanca
    Oscuridad
    Luminosa

    En ti descanso
    En ti
    Puedo besarme los ojos
    Alcanzar la luminaria de la aurora
    El firmamento líquido

    Y
    Preguntarme

    ¿Cuánto más esperaré?
    Para soñarte

    A ti
    Mi añil promesa

    Sirena

    A ti
    Enamorada del Amor
    Templo que enaltece Tu mirada Llamas vivas Génesis Desfilan entre elixires sobre tus pies por el camino De estos sentidos y cuchillas Bendita exponente De medias cunas Tú Etérea Reina de Gamuza Reina de Seda De flores De agujas De ilusiones Tú Curiosa ruina Desvanecida En el llamado de la suerte De la alianza de las formas De tus tramas De tu luz hecha verano Muéstranos tu belleza Bienhadada paz Nos desnudamos Ante el brillo de tu leyenda Entre flores Blanca Oscuridad Luminosa En ti descanso En ti Puedo besarme los ojos Alcanzar la luminaria de la aurora El firmamento líquido Y Preguntarme ¿Cuánto más esperaré? Para soñarte A ti Mi añil promesa Sirena A ti Enamorada del Amor
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