• Aegon había visto a Daemyra toda su vida como todo lo que debía ser.

    Amable ¿Con quién? Con quienes lo merecen.
    Respetada ¿Por quién? Por los nobles.
    Indomable ¿De quién? De nadie.
    Cuidada. ¿Por quién? Por la plebe.
    Amada. ¿Por quién? Por su familia.

    Aegon todas las noches se detenía en la puerta de la habitación de Daemyra a observarla en silencio. Eso, hasta que ella se daba cuenta y se veía obligado a seguir caminando.

    Pero aquella noche, Daemyra lo invitó a entrar.
    Se encerraron en su habitación, y de allí, solo se escuchaban murmuros y rosas.

    Aegon había olvidado la envidia que tenía por ella, y se había centrado en pasar un buen momento con ella, con su hermana más pequeña.
    Daemyra había olvidado las peleas con él, y se había centrado en hacerlo reír.

    Fue, para ambos, el momento más hermoso que tuvieron antes de que la guerra comenzara.
    Aegon había visto a Daemyra toda su vida como todo lo que debía ser. Amable ¿Con quién? Con quienes lo merecen. Respetada ¿Por quién? Por los nobles. Indomable ¿De quién? De nadie. Cuidada. ¿Por quién? Por la plebe. Amada. ¿Por quién? Por su familia. Aegon todas las noches se detenía en la puerta de la habitación de Daemyra a observarla en silencio. Eso, hasta que ella se daba cuenta y se veía obligado a seguir caminando. Pero aquella noche, Daemyra lo invitó a entrar. Se encerraron en su habitación, y de allí, solo se escuchaban murmuros y rosas. Aegon había olvidado la envidia que tenía por ella, y se había centrado en pasar un buen momento con ella, con su hermana más pequeña. Daemyra había olvidado las peleas con él, y se había centrado en hacerlo reír. Fue, para ambos, el momento más hermoso que tuvieron antes de que la guerra comenzara.
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  • 𒊹 "Zaldrīzes Vezof" – La Crónica de la Llama que Caminó

    (“Dragón de Seda”) — De los escritos perdidos del Archimaestre Belor del Dominio)

    “La vi una vez, envuelta en blanco como los huesos de los caídos, en medio del salón del trono aún no mancillado por la guerra. Su vestido no ocultaba nada, pero tampoco ofrecía nada a voluntad: dejaba a la vista el costado, la cintura, y el ombligo como si no temiera al juicio de ningún dios. Su escote era un suspiro contenido, y sus brazos desnudos parecían más peligrosos que cualquier espada.

    El aire se detenía cuando Seirys Targaryen caminaba. El silencio no era respeto… era terror. Era fascinación.

    Dicen que aquel vestido fue tejido en Lys, en un telar consagrado al placer. Que las telas estaban perfumadas con néctar de flor nocturna y sal marina del mar Angosto. Que la prenda misma fue cosida por manos que se cortaron a sí mismas para no sentir deseos indebidos.

    Pero no fue el vestido lo que hizo temblar a los hombres ese día.
    Fue la manera en que ella lo portaba. Como si el fuego de Valyria le acariciara la piel. Como si la desnudez no fuera debilidad sino dominio.

    Aegon la miró con miedo. Aemond con rabia. Gwayne con lujuria reprimida. Y Criston Cole… con la semilla de un odio que florecería en vergüenza.

    Mas nadie osó hablar. Porque Maegaryon, el dragón verde mohoso de ojos dorados, rugía desde las sombras de Rocadragón, soñando fuego mientras su jinete sonreía con labios de malicia y profecía.”


    𒊹 "Zaldrīzes Vezof" – La Crónica de la Llama que Caminó (“Dragón de Seda”) — De los escritos perdidos del Archimaestre Belor del Dominio) “La vi una vez, envuelta en blanco como los huesos de los caídos, en medio del salón del trono aún no mancillado por la guerra. Su vestido no ocultaba nada, pero tampoco ofrecía nada a voluntad: dejaba a la vista el costado, la cintura, y el ombligo como si no temiera al juicio de ningún dios. Su escote era un suspiro contenido, y sus brazos desnudos parecían más peligrosos que cualquier espada. El aire se detenía cuando Seirys Targaryen caminaba. El silencio no era respeto… era terror. Era fascinación. Dicen que aquel vestido fue tejido en Lys, en un telar consagrado al placer. Que las telas estaban perfumadas con néctar de flor nocturna y sal marina del mar Angosto. Que la prenda misma fue cosida por manos que se cortaron a sí mismas para no sentir deseos indebidos. Pero no fue el vestido lo que hizo temblar a los hombres ese día. Fue la manera en que ella lo portaba. Como si el fuego de Valyria le acariciara la piel. Como si la desnudez no fuera debilidad sino dominio. Aegon la miró con miedo. Aemond con rabia. Gwayne con lujuria reprimida. Y Criston Cole… con la semilla de un odio que florecería en vergüenza. Mas nadie osó hablar. Porque Maegaryon, el dragón verde mohoso de ojos dorados, rugía desde las sombras de Rocadragón, soñando fuego mientras su jinete sonreía con labios de malicia y profecía.”
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  • ¡CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAÑOS FELIZ!

    ¡FICROLERS!
    ¡Hoy estamos de fiesta!

    Es un día muy especial porque celebramos el cumpleaños de alguien increíble (¡o de varios!).
    Que no falten las sonrisas, las sorpresas y los buenos momentos para hacer de este día algo inolvidable.

    ¡𝓣essa 𝓖ray!
    ¡𝐌𝐀𝐍𝐓𝐈𝐒 !
    ¡Padmé Amidala!
    ¡𝘼𝙚𝙜𝙤𝙣 𝙏𝙝𝙚 𝘾𝙤𝙣𝙦𝙪𝙚𝙧𝙤𝙧!

    "Que este nuevo año esté lleno de alegrías, éxitos y mucha magia. ¡Gracias por ser parte de esta comunidad tan especial y por todo lo que aportan! Hoy es su día, ¡disfrútenlo al máximo!"

    ¡A llenar este espacio de buenos deseos y mensajes festivos!


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    🎵 ¡CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAÑOS FELIZ! 🎶 ¡FICROLERS! 🎉 ¡Hoy estamos de fiesta! 🎂✨ Es un día muy especial porque celebramos el cumpleaños de alguien increíble (¡o de varios!). 🥳🎁 Que no falten las sonrisas, las sorpresas y los buenos momentos para hacer de este día algo inolvidable. ¡[clockwork4ngel]! ¡[MANT1S]! ¡[SandCastlsQuccn1]! ¡[1AegonTheConqueror]! 🌟 "Que este nuevo año esté lleno de alegrías, éxitos y mucha magia. ¡Gracias por ser parte de esta comunidad tan especial y por todo lo que aportan! Hoy es su día, ¡disfrútenlo al máximo!" 🎈 ¡A llenar este espacio de buenos deseos y mensajes festivos! 🎊 #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • 𝑳𝒂 𝒏𝒐𝒕𝒂 𝒅𝒊𝒔𝒄𝒐𝒓𝒅𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒂 𝒎𝒂́𝒔 𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆.
    Fandom House Of The Drαgon (Modern AU)
    Categoría Drama
    ⸻ Gritos, golpes y vítores. Ruidos que embotaban los oídos de Aegon, estímulos que no lograban despertarlo de su letargo. Su cuerpo estaba detrás del escenario de uno de los garitos más reconocidos de la ciudad, y tanto él como su banda estaban a punto de cumplir un sueño: los contrataron para tocar durante toda la noche. Además del salario decente que recibieron, realizar aquel bolo representaba un salto importante para ganar renombre como grupo musical; una meta por la que habían luchado con determinación, levantándose tras cada adversidad y avanzando sin rendirse. Esfuerzos que, al fin, dieron frutos y los llevaron hasta ese lugar. Sin embargo, su alma se ahogaba en el fondo de una botella de whiskey, intentando disipar el dolor de no poder compartir su triunfo con 𝐑𝐡𝐚𝐞𝐧𝐲𝐫𝐚, la única que siempre lo apoyó en su carrera de cantante y… no estaba ahí porque no se atrevió a concretarle la hora exacta en la que iban a actuar. Su propia cobardía, hostigada por inseguridades, lo frenó. Más aún porque era viernes, el día de la semana en que ella quedaba con Daemon. Lo sabía con certeza gracias a los sobornos que le daba a la secretaria que llevaba la agenda de su hermana mayor. Por eso no le dijo nada, por temor a ser rechazado.

    A pesar de que en las últimas semanas se habían acercado gracias a aquella conversación bajo las estrellas, aún quedaba un largo camino en recorrer.

    Desde que llegaron al camerino no abrió la boca, limitándose a responder con escuetas onomatopeyas cada vez que alguno de sus amigos le preguntaba algo. Esa actitud no pasó desapercibida para los integrantes de la banda, y aprovechando un momento de distracción, el batería tomó el teléfono del Targaryen y le escribió un mensaje a Nyra:

    ❝𝐄𝐲, 𝐬𝐨𝐲 𝐋𝐮𝐜𝐚𝐬 ¿𝐕𝐚𝐬 𝐚 𝐭𝐚𝐫𝐝𝐚𝐫 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐫? 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐩𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐥𝐢𝐫 𝐚 𝐭𝐨𝐜𝐚𝐫.❞

    Intuían que el estado deleznable del platinado se debía a que no vieron a nadie de su familia entre el público. Mientras los demás participantes estaban arropados por sus parientes, él permanecía solo.

    Finalmente, llegó el momento y el conjunto instrumental salió al escenario para dar inicio con la función. Solo tardaron un par de minutos en alistarse, y el chico se colocó frente al micrófono. Era el vocalista y guitarrista. ⸻

    ¡Buenas noches! Espero que estéis listos para darlo todo, porque tenemos un gran repertorio de canciones que os van a molar.
    ⸻ Gritos, golpes y vítores. Ruidos que embotaban los oídos de Aegon, estímulos que no lograban despertarlo de su letargo. Su cuerpo estaba detrás del escenario de uno de los garitos más reconocidos de la ciudad, y tanto él como su banda estaban a punto de cumplir un sueño: los contrataron para tocar durante toda la noche. Además del salario decente que recibieron, realizar aquel bolo representaba un salto importante para ganar renombre como grupo musical; una meta por la que habían luchado con determinación, levantándose tras cada adversidad y avanzando sin rendirse. Esfuerzos que, al fin, dieron frutos y los llevaron hasta ese lugar. Sin embargo, su alma se ahogaba en el fondo de una botella de whiskey, intentando disipar el dolor de no poder compartir su triunfo con 𝐑𝐡𝐚𝐞𝐧𝐲𝐫𝐚, la única que siempre lo apoyó en su carrera de cantante y… no estaba ahí porque no se atrevió a concretarle la hora exacta en la que iban a actuar. Su propia cobardía, hostigada por inseguridades, lo frenó. Más aún porque era viernes, el día de la semana en que ella quedaba con Daemon. Lo sabía con certeza gracias a los sobornos que le daba a la secretaria que llevaba la agenda de su hermana mayor. Por eso no le dijo nada, por temor a ser rechazado. A pesar de que en las últimas semanas se habían acercado gracias a aquella conversación bajo las estrellas, aún quedaba un largo camino en recorrer. Desde que llegaron al camerino no abrió la boca, limitándose a responder con escuetas onomatopeyas cada vez que alguno de sus amigos le preguntaba algo. Esa actitud no pasó desapercibida para los integrantes de la banda, y aprovechando un momento de distracción, el batería tomó el teléfono del Targaryen y le escribió un mensaje a Nyra: ❝𝐄𝐲, 𝐬𝐨𝐲 𝐋𝐮𝐜𝐚𝐬 ¿𝐕𝐚𝐬 𝐚 𝐭𝐚𝐫𝐝𝐚𝐫 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐫? 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐩𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐥𝐢𝐫 𝐚 𝐭𝐨𝐜𝐚𝐫.❞ Intuían que el estado deleznable del platinado se debía a que no vieron a nadie de su familia entre el público. Mientras los demás participantes estaban arropados por sus parientes, él permanecía solo. Finalmente, llegó el momento y el conjunto instrumental salió al escenario para dar inicio con la función. Solo tardaron un par de minutos en alistarse, y el chico se colocó frente al micrófono. Era el vocalista y guitarrista. ⸻ ¡Buenas noches! Espero que estéis listos para darlo todo, porque tenemos un gran repertorio de canciones que os van a molar.
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  • ¡FICROLERS 3D!
    ¡DAMOS LA BIENVENIDA A DOS NUEVOS PERSONAJES 3D!

    Dad la bienvenida a:
    ¡𝘼𝙚𝙜𝙤𝙣 𝙏𝙝𝙚 𝘾𝙤𝙣𝙦𝙪𝙚𝙧𝙤𝙧, de Canción de Hielo y Fuego!
    ¡Carol Danvers!

    ¡Bienvenidos! ¡Estamos encantados de teneros en FicRol! ¡Esperamos haceros sentir como en casa y que convirtáis la plataforma en vuestro hogar aportando vuestro granito de arena roleplayer! ¡Estamos deseando conoceros y veros desarrollar vuestros personajes!

    Por favor, leed bien los lineamientos de la plataforma ya que su cumplimiento es necesario para el bienestar común y el vuestro propio: https://ficrol.com/static/guidelines

    Sabed que soy vuestra RolSage, una especie de guía y de ayuda en la plataforma para los personajes 3D. Si necesitáis cualquier cosa estoy siempre en DM y, de todos modos, en mi fanpage teneis una guías exhaustivas sobre como funciona ficrol, dadle me gusta para no perdernos nada:

    https://ficrol.com/pages/RolSage3D

    Tenemos un grupo de Personajes 3D para encontrar otros personajes que agregar, etc... ¡Solo presenta a tu personaje en una publicación! Si quieres, claro:

    https://ficrol.com/groups/Personajes3D

    Índice de guías:

    https://ficrol.com/blogs/147711/%C3%8DNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS

    En estos artículos podréis encontrar personajes 3D agrupados por fandom a los que poder seguir. Y tambien una lista de los fandoms existentes en la plataforma.

    ¡Encontrad fandoms y personajes canon y OCs!

    Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS

    Fandoms 3D: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL

    #RolSage3D #AyudaRolSage #AyudaNuevosUsuarios
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    ¡FICROLERS 3D! ✨ ¡DAMOS LA BIENVENIDA A DOS NUEVOS PERSONAJES 3D! Dad la bienvenida a: ¡[1AegonTheConqueror], de Canción de Hielo y Fuego! ⚡ ¡[radiant_blue_snake_979]! ¡Bienvenidos! ¡Estamos encantados de teneros en FicRol! ¡Esperamos haceros sentir como en casa y que convirtáis la plataforma en vuestro hogar aportando vuestro granito de arena roleplayer! ¡Estamos deseando conoceros y veros desarrollar vuestros personajes! 📝 Por favor, leed bien los lineamientos de la plataforma ya que su cumplimiento es necesario para el bienestar común y el vuestro propio: https://ficrol.com/static/guidelines 🧙‍♂️ Sabed que soy vuestra RolSage, una especie de guía y de ayuda en la plataforma para los personajes 3D. Si necesitáis cualquier cosa estoy siempre en DM y, de todos modos, en mi fanpage teneis una guías exhaustivas sobre como funciona ficrol, dadle me gusta para no perdernos nada: ➤ https://ficrol.com/pages/RolSage3D 🌐 Tenemos un grupo de Personajes 3D para encontrar otros personajes que agregar, etc... ¡Solo presenta a tu personaje en una publicación! Si quieres, claro: https://ficrol.com/groups/Personajes3D ✏️ Índice de guías: ➤ https://ficrol.com/blogs/147711/%C3%8DNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 📍 En estos artículos podréis encontrar personajes 3D agrupados por fandom a los que poder seguir. Y tambien una lista de los fandoms existentes en la plataforma. ¡Encontrad fandoms y personajes canon y OCs! Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS Fandoms 3D: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL #RolSage3D #AyudaRolSage #AyudaNuevosUsuarios #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • - Skoriot issa vala ūndissa ābra ilōn lenton? - preguntó Missandei. Su voz sonó casi un susurro acompasado al crepitar de la hoguera que habían encendido en la chimenea que presidia la sala de la mesa de Aegon.

    Daenerys suspiró mientras sus ojos violáceos repasaban los marcadores de madera que llevaban esculpidos los emblemas de las casas Lannister, Stark y Targaryen.

    -Udrēnī, ēzi iksā… - respondio la Targaryen.

    Aquella respuesta hizo pensar a Missandei durante unos segundos.

    - Avy jorrāelan, jentys? - preguntó. La parte buena de la relacion entre Daenerys y su protegida Missandei era que la muchacha siempre podía dirigirse a Daenerys de un modo mucho más cercano que cualquiera de sus aliados. Era la única a la que le permitía tanta cercanía.

    -Skoroso jāpi? -preguntó Daenerys alzando su mirada desde los marcadores hasta su mejor amiga. Obviamente no esperaba que Missandei le diera una respuesta firme y cabal.


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    - Skoriot issa vala ūndissa ābra ilōn lenton? - preguntó Missandei. Su voz sonó casi un susurro acompasado al crepitar de la hoguera que habían encendido en la chimenea que presidia la sala de la mesa de Aegon. Daenerys suspiró mientras sus ojos violáceos repasaban los marcadores de madera que llevaban esculpidos los emblemas de las casas Lannister, Stark y Targaryen. -Udrēnī, ēzi iksā… - respondio la Targaryen. Aquella respuesta hizo pensar a Missandei durante unos segundos. - Avy jorrāelan, jentys? - preguntó. La parte buena de la relacion entre Daenerys y su protegida Missandei era que la muchacha siempre podía dirigirse a Daenerys de un modo mucho más cercano que cualquiera de sus aliados. Era la única a la que le permitía tanta cercanía. -Skoroso jāpi? -preguntó Daenerys alzando su mirada desde los marcadores hasta su mejor amiga. Obviamente no esperaba que Missandei le diera una respuesta firme y cabal. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • 𝑬𝒍 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒏𝒆́𝒄𝒕𝒂𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒓𝒆𝒔𝒒𝒖𝒆𝒃𝒓𝒂𝒋𝒂𝒓 𝒕𝒖 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏 𝒆𝒔 𝒂 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒓𝒆𝒄𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒚𝒆
    Fandom 𝐻𝑜𝑢𝑠𝑒 𝑂𝑓 𝑇𝘩𝑒 𝐷𝑟𝑎𝑔𝑜𝑛
    Categoría Drama
    ⸻ La tensión podía cortarse con un cuchillo y el ambiente se enturbió hasta el punto de ser incómodo para Aegon. Por eso no le gustaba celebrar su cumpleaños, si hubiese sido como los anteriores años estaría más que feliz. Rhaenyra siempre le compraba una tarta y se molestaba en pedir unas horas libres para acompañarlo en ese día. Debía haber sido así, pero fue todo lo contrario, por el simple hecho de que cumplía la mayoría de edad. Sus hermanos decidieron que era buena idea reservar en un restaurante para festejar. A priori todo apuntaba a una reunión familiar que sería amena, pues su madre no podía asistir por estar cuidando de su padre. Una fría videollamada y sonrisas cínicas, esa fue la intervención en su onomástico. El foco de mayor conflicto había desaparecido y por un momento el cumpleañero pensó que todo saldría a pedir de boca.

    Estaba plenamente equivocado. En esa mesa no estaban solo las figuras fraternales, se encontraban también 𝐬𝐮𝐬 𝐬𝐮𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐨𝐬 𝐡𝐢𝐣𝐨𝐬 𝐢𝐥𝐞𝐠𝐢́𝐭𝐢𝐦𝐨𝐬 ¿Por qué los habían traído? No le había informado en ningún momento a su esposa que le había sido infiel con Helaena y mucho menos, el fruto de esos adulterios. Mantenía la esperanza de que su hermana mayor no se percatara de ello, no obstante, las ilusiones son simples anhelos ficticios. De ahí la ominosa perturbación en la atmósfera.

    Se le hizo eterna la velada y luego de haber cenado, y abierto los regalos. Se despidieron y cada pareja se dirigió a su coche. La sonrisa que tenía la fémina durante toda la fiesta desapareció y no promulgó ni una sola onomatopeya. El nerviosismo en él era palpable y nada más tomar asiento en la limusina, inició su manía de mover los anillos en torno a sus dedos, provocando un choque metálico entre ellos. ⸻

    Fue divertida la cena ¿No crees? Por cierto, gracias por tomarte este día libre.

    ⸻ Necesitaba romper el silencio, si no lo hacía, tenía la ligera sospecha de que su corazón se saldría por la boca. Debido a las desbocadas palpitaciones que estaba realizando contra su pecho. ⸻
    ⸻ La tensión podía cortarse con un cuchillo y el ambiente se enturbió hasta el punto de ser incómodo para Aegon. Por eso no le gustaba celebrar su cumpleaños, si hubiese sido como los anteriores años estaría más que feliz. Rhaenyra siempre le compraba una tarta y se molestaba en pedir unas horas libres para acompañarlo en ese día. Debía haber sido así, pero fue todo lo contrario, por el simple hecho de que cumplía la mayoría de edad. Sus hermanos decidieron que era buena idea reservar en un restaurante para festejar. A priori todo apuntaba a una reunión familiar que sería amena, pues su madre no podía asistir por estar cuidando de su padre. Una fría videollamada y sonrisas cínicas, esa fue la intervención en su onomástico. El foco de mayor conflicto había desaparecido y por un momento el cumpleañero pensó que todo saldría a pedir de boca. Estaba plenamente equivocado. En esa mesa no estaban solo las figuras fraternales, se encontraban también 𝐬𝐮𝐬 𝐬𝐮𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐨𝐬 𝐡𝐢𝐣𝐨𝐬 𝐢𝐥𝐞𝐠𝐢́𝐭𝐢𝐦𝐨𝐬 ¿Por qué los habían traído? No le había informado en ningún momento a su esposa que le había sido infiel con Helaena y mucho menos, el fruto de esos adulterios. Mantenía la esperanza de que su hermana mayor no se percatara de ello, no obstante, las ilusiones son simples anhelos ficticios. De ahí la ominosa perturbación en la atmósfera. Se le hizo eterna la velada y luego de haber cenado, y abierto los regalos. Se despidieron y cada pareja se dirigió a su coche. La sonrisa que tenía la fémina durante toda la fiesta desapareció y no promulgó ni una sola onomatopeya. El nerviosismo en él era palpable y nada más tomar asiento en la limusina, inició su manía de mover los anillos en torno a sus dedos, provocando un choque metálico entre ellos. ⸻ Fue divertida la cena ¿No crees? Por cierto, gracias por tomarte este día libre. ⸻ Necesitaba romper el silencio, si no lo hacía, tenía la ligera sospecha de que su corazón se saldría por la boca. Debido a las desbocadas palpitaciones que estaba realizando contra su pecho. ⸻
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  • 𝘋𝘢𝘯𝘤𝘦 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘮𝘦.
    Fandom HOUSE OF THE DRAGON.
    Categoría Drama
    Los nervios recorrían cada célula de su cuerpo mientras subía las escaleras hacia los aposentos de su tía, buscando hacer el menor ruido posible y evidentemente el no ser visto. Que el castillo pareciese tan tranquilo últimamente no lo relajaba, sino todo lo contrario.

    Una vez frente a la puerta, tocó la puerta tres veces, después de una breve pausa, otras dos y finalmente, una vez más. No sabía de cuánto tiempo dispondría antes de recibir una respuesta, así que trató de arreglarse apresuradamente el cabello.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    La ansiedad devoraba a Helaena con una tenacidad inexorable. Las dos copas de vino, previsoramente llenadas, reposaban en la mesita junto al diván, frente al hogar encendido. Entre los beneficios de pernoctar en aposentos distintos a los de su consorte, destacaba no solo la libertad de recibir visitas anheladas, sino también la preservación intacta de su propia reserva vinícola.

    Al percibir el golpeteo en clave convenida, se irguió con celeridad, ajustando su vestimenta y arreglando su cabello mientras se reflejaba en el espejo durante su precipitado avance hacia la puerta.

    Sin emitir palabra de bienvenida, sus manos se aferraron al príncipe, introduciéndolo bruscamente y cerrando la puerta de inmediato.

    —— ¿Alguien os ha divisado de camino?

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    Tal vez en alguna otra circunstancia se hubiese permitido bromear por las ansias ajenas, pero en su situación era inevitable temer a ser descubierto.

    — Nadie, está todo absolutamente vacío. ¿Acaso ocurría algo hoy que no se me haya comunicado?

    Una pequeña sonrisa hizo mella en su expresión solemne, ya que su mirada instintivamente había divagado por un momento, perdiéndose en la belleza de su amada.

    — ¿Cómo puede continuar tan hermosa y radiante a estas horas? —Gentilmente tomó la mano de la fémina y apoyó sus labios sobre el dorso de la misma durante unos instantes—. Le agradezco que haya decidido invitarme.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    Estaba a punto de manifestar su desconocimiento sobre el asunto, mencionando que desde la aurora la Fortaleza se encontraba sumida en una agitación inusitada. No obstante, sus palabras fueron truncadas por la adulación y el beso que depositó sobre el dorso de su mano. Bendita penumbra que ocultaba su rubor; las escasas velas no bastaban para desvelar tal reacción fisiológica.

    —— No merecéis menos que una apariencia presentable —— expresó, conteniendo el impulso de revelar que había dedicado al menos treinta minutos a su preparación, pues aquello disiparía el encanto del momento.

    Con delicadeza, entrelazó aquella mano con la suya.

    —— Estáis... tan apuesto como corresponde a un legítimo heredero al trono. Las cortesanas hablan frecuentemente de vos, mi príncipe. Incluso las ciervas no pueden evitar dirigir miradas anhelantes en vuestra dirección; las he sorprendido con esos ojillos que os observan de manera tan sugestiva.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    La ligera timidez escondida en las palabras ajenas le hizo sonreír, aunque esta vez fue su turno de enrojecer ante la imagen de sus manos entrelazadas, sumada a las palabras que recibió en respuesta. Para cualquier otra persona y su persona amada, eso no significaría gran cosa, desde luego, pero para ellos lo era todo.

    A duras penas logró contener la expresión de sorpresa que apareció en su rostro, pues él no era consciente de recibir tales miradas. No obstante, no solía prestar atención a otras damas que no fueran su madre o su amada, así que con motivo no se había percatado.

    — Sin embargo, todo cuánto yo me pregunto es: ¿Recibo esa misma mirada de la mujer de mis anhelos?

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    —— No... mi mirada difiere completamente de eso. —— No era lascivia ni un ansia de poder lo que la impulsaba. Su sobrino evocaba en ella un torrente de emociones inefables que la dejaban muda en los momentos más cruciales. Explicarle esto resultaba una tarea ardua. Helaena no era tímida, sino más bien... reservada, quizás.

    Avanzó un paso medido. Las yemas de sus dedos ascendieron para recorrer el rostro del príncipe, tratando de grabar el tacto en su memoria. Piel suave, facciones implacables, un mentón que primigeniamente anhelaba morder.

    —— ¿Rememoráis la noche en que os visité? —— Estaba ebrio, golpeado, colérico. La cena familiar había resultado en desastre. El corazón de la princesa se había contraído aquel día, pero nada la había disuadido de cumplir su propósito. —— Sólo un par de horas antes habíamos bailado.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    — Me alegra que no tengáis la menor duda de a quién me refiero con ese sobrenombre—. Comentó, aunque las acciones adversas no tardaron en acaparar toda su atención.

    Inevitablemente su piel parecía tornarse rojiza allá donde la rubia lo tocaba, haciéndole perder por completo las nociones del tiempo y del espacio. Su cuerpo parecía inclinarse ligeramente hacia ella de manera instintiva, aunque se detuvo ante el recuerdo de la escena. En ocasiones su conciencia todavía lo torturaba por sus acciones de aquel día.

    — Si le soy sincero, no creo que pudiese olvidarla bajo ninguna circunstancia.

    Se permitió llevar una de sus manos a la cintura ajena, siempre actuando con delicadeza y dándole tiempo a apartarse o a comunicarle si sentía cualquier tipo de incomodidad.

    — Sé que ahora no tenemos música, pero... ¿me concedería un baile?

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    En lo más recóndito de su ser, ella sabía que los cuidados excesivos de Jacaerys eran la fuerza motriz que la impulsaba a seguir adelante. Aguardaba con inquietud el momento en que su osadía pudiera estrellarse contra la fría realidad. ¿Podía considerarse delictivo el placer que sentía al tener su mano firme en la cintura? ¿Sería condenable el hecho de que sus propios brazos, en un gesto inconsciente, se enredaran alrededor de sus hombros para acercarse a su pecho?

    En última instancia, aquello que permanece en la penumbra del conocimiento ajeno no puede infligir dolor a nadie: ni a Aegon, ni a Baela.

    Halló una resolución tácita al aceptar la invitación iniciando los pasos por su propia cuenta. Como siempre que cruzaba el umbral de sus aposentos, se encontraba descalza, lo que le confería la licencia para posar sus pies delicadamente sobre las botas de su sobrino, sintiendo la sólida protección del cuero.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    En lo más profundo de su ser, Jacaerys esperaba que su sobreprotección no resultase excesiva o cargante. Sin embargo, en aquel santuario privado de sus aposentos, donde las normas y deberes parecían desvanecerse, se permitían explorar la delicada línea entre el deber y el deseo sin pensar en nada más allá de eso.

    Al ver aceptada su invitación, Jacaerys cruzó el umbral de lo correcto con la certeza silenciosa de que, entre susurros y gestos inadvertidos, podían ser ellos mismos. Helaena se encontraba descalza sobre sus botas, lo cual le confería una licencia implícita para acercarse más de lo que las formalidades permitían.

    Con cada roce de manos y cada mirada cómplice, la tensión entre ellos se intensificaba. El joven príncipe se sentía embriagado por la cercanía física entre ambos, por la sensación de que podía ser vulnerable y auténtico con Hela de una manera que nunca había experimentado antes.

    Solamente el ligero sonido de sus pasos unidos parecía romper el silencio de la sala, dejando que sus movimientos guiados por el corazón llenaran el espacio entre ellos. Sin palabras, encontraron un ritmo natural, como si sus almas estuvieran entrelazadas en una danza etérea que solo ellos podían comprender.

    El tiempo parecía detenerse mientras giraban juntos en la penumbra, cada movimiento hablando más que cualquier conversación. No obstante, en medio de la serenidad compartida, se escucharon pasos apresurados acercándose a la puerta. Jacaerys se separó de la fémina con rapidez, buscando recomponer su compostura a pesar de la mirada de culpabilidad que le dedicó por un instante.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    En un escenario desprovisto de sonoridad, se entrelazan en una coreografía silenciosa. Sus cuerpos, en perfecta sincronía rítmica, ejecutan movimientos previamente interiorizados y ensayados durante toda la niñez. Tienen suficientes bailes encima como para saber moverse sin una banda de fondo. Los arcos plantares descalzos se alinean con los empeines de cuero en un equilibrio meticuloso, casi geométrico. La ausencia de sonido magnifica la armonía de sus ademanes y la complicidad que los entrelaza.
    —— Yo… —— hasta que es apartada abruptamente. No lo culpa; comprende y colabora en ejecutar un respingo que los mantiene a una distancia prudente de miradas extrañas.
    Los pasos se acercan, suenan demasiado seguros de sí mismos para creer que pasarán de largo. Está próximos. Tocan la puerta.

    —— A- Adelante. —— A los dioses ruega que no sea su madre, no tiene cómo justificar haber metido a un hombre a sus aposentos a esta hora. Pues no, es la criada número doscientos veinte (han pasado tantas que no recuerda los nombres).
    "𝘗𝘳𝘪𝘯𝘤𝘦𝘴𝘢" no pasa desapercibido el príncipe, y seguro tiene la directiva de informar una visita semejante a la progenitora. Tenue reverencia les dedica. "𝘗𝘳𝘪́𝘯𝘤𝘪𝘱𝘦. 𝘉𝘶𝘦𝘯𝘢𝘴 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦𝘴. 𝘗𝘢𝘴𝘢𝘣𝘢 𝘢 𝘱𝘳𝘦𝘨𝘶𝘯𝘵𝘢𝘳 𝘴𝘪 𝘥𝘦𝘴𝘦𝘢𝘣𝘢 𝘴𝘶... 𝒕𝒐́𝒏𝒊𝒄𝒐 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘮𝘪𝘳".

    —— No. Estoy bien. Retírate, por favor…

    Los nervios recorrían cada célula de su cuerpo mientras subía las escaleras hacia los aposentos de su tía, buscando hacer el menor ruido posible y evidentemente el no ser visto. Que el castillo pareciese tan tranquilo últimamente no lo relajaba, sino todo lo contrario. Una vez frente a la puerta, tocó la puerta tres veces, después de una breve pausa, otras dos y finalmente, una vez más. No sabía de cuánto tiempo dispondría antes de recibir una respuesta, así que trató de arreglarse apresuradamente el cabello. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ La ansiedad devoraba a Helaena con una tenacidad inexorable. Las dos copas de vino, previsoramente llenadas, reposaban en la mesita junto al diván, frente al hogar encendido. Entre los beneficios de pernoctar en aposentos distintos a los de su consorte, destacaba no solo la libertad de recibir visitas anheladas, sino también la preservación intacta de su propia reserva vinícola. Al percibir el golpeteo en clave convenida, se irguió con celeridad, ajustando su vestimenta y arreglando su cabello mientras se reflejaba en el espejo durante su precipitado avance hacia la puerta. Sin emitir palabra de bienvenida, sus manos se aferraron al príncipe, introduciéndolo bruscamente y cerrando la puerta de inmediato. —— ¿Alguien os ha divisado de camino? ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ Tal vez en alguna otra circunstancia se hubiese permitido bromear por las ansias ajenas, pero en su situación era inevitable temer a ser descubierto. — Nadie, está todo absolutamente vacío. ¿Acaso ocurría algo hoy que no se me haya comunicado? Una pequeña sonrisa hizo mella en su expresión solemne, ya que su mirada instintivamente había divagado por un momento, perdiéndose en la belleza de su amada. — ¿Cómo puede continuar tan hermosa y radiante a estas horas? —Gentilmente tomó la mano de la fémina y apoyó sus labios sobre el dorso de la misma durante unos instantes—. Le agradezco que haya decidido invitarme. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ Estaba a punto de manifestar su desconocimiento sobre el asunto, mencionando que desde la aurora la Fortaleza se encontraba sumida en una agitación inusitada. No obstante, sus palabras fueron truncadas por la adulación y el beso que depositó sobre el dorso de su mano. Bendita penumbra que ocultaba su rubor; las escasas velas no bastaban para desvelar tal reacción fisiológica. —— No merecéis menos que una apariencia presentable —— expresó, conteniendo el impulso de revelar que había dedicado al menos treinta minutos a su preparación, pues aquello disiparía el encanto del momento. Con delicadeza, entrelazó aquella mano con la suya. —— Estáis... tan apuesto como corresponde a un legítimo heredero al trono. Las cortesanas hablan frecuentemente de vos, mi príncipe. Incluso las ciervas no pueden evitar dirigir miradas anhelantes en vuestra dirección; las he sorprendido con esos ojillos que os observan de manera tan sugestiva. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ La ligera timidez escondida en las palabras ajenas le hizo sonreír, aunque esta vez fue su turno de enrojecer ante la imagen de sus manos entrelazadas, sumada a las palabras que recibió en respuesta. Para cualquier otra persona y su persona amada, eso no significaría gran cosa, desde luego, pero para ellos lo era todo. A duras penas logró contener la expresión de sorpresa que apareció en su rostro, pues él no era consciente de recibir tales miradas. No obstante, no solía prestar atención a otras damas que no fueran su madre o su amada, así que con motivo no se había percatado. — Sin embargo, todo cuánto yo me pregunto es: ¿Recibo esa misma mirada de la mujer de mis anhelos? ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ —— No... mi mirada difiere completamente de eso. —— No era lascivia ni un ansia de poder lo que la impulsaba. Su sobrino evocaba en ella un torrente de emociones inefables que la dejaban muda en los momentos más cruciales. Explicarle esto resultaba una tarea ardua. Helaena no era tímida, sino más bien... reservada, quizás. Avanzó un paso medido. Las yemas de sus dedos ascendieron para recorrer el rostro del príncipe, tratando de grabar el tacto en su memoria. Piel suave, facciones implacables, un mentón que primigeniamente anhelaba morder. —— ¿Rememoráis la noche en que os visité? —— Estaba ebrio, golpeado, colérico. La cena familiar había resultado en desastre. El corazón de la princesa se había contraído aquel día, pero nada la había disuadido de cumplir su propósito. —— Sólo un par de horas antes habíamos bailado. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ — Me alegra que no tengáis la menor duda de a quién me refiero con ese sobrenombre—. Comentó, aunque las acciones adversas no tardaron en acaparar toda su atención. Inevitablemente su piel parecía tornarse rojiza allá donde la rubia lo tocaba, haciéndole perder por completo las nociones del tiempo y del espacio. Su cuerpo parecía inclinarse ligeramente hacia ella de manera instintiva, aunque se detuvo ante el recuerdo de la escena. En ocasiones su conciencia todavía lo torturaba por sus acciones de aquel día. — Si le soy sincero, no creo que pudiese olvidarla bajo ninguna circunstancia. Se permitió llevar una de sus manos a la cintura ajena, siempre actuando con delicadeza y dándole tiempo a apartarse o a comunicarle si sentía cualquier tipo de incomodidad. — Sé que ahora no tenemos música, pero... ¿me concedería un baile? ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ En lo más recóndito de su ser, ella sabía que los cuidados excesivos de Jacaerys eran la fuerza motriz que la impulsaba a seguir adelante. Aguardaba con inquietud el momento en que su osadía pudiera estrellarse contra la fría realidad. ¿Podía considerarse delictivo el placer que sentía al tener su mano firme en la cintura? ¿Sería condenable el hecho de que sus propios brazos, en un gesto inconsciente, se enredaran alrededor de sus hombros para acercarse a su pecho? En última instancia, aquello que permanece en la penumbra del conocimiento ajeno no puede infligir dolor a nadie: ni a Aegon, ni a Baela. Halló una resolución tácita al aceptar la invitación iniciando los pasos por su propia cuenta. Como siempre que cruzaba el umbral de sus aposentos, se encontraba descalza, lo que le confería la licencia para posar sus pies delicadamente sobre las botas de su sobrino, sintiendo la sólida protección del cuero. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ En lo más profundo de su ser, Jacaerys esperaba que su sobreprotección no resultase excesiva o cargante. Sin embargo, en aquel santuario privado de sus aposentos, donde las normas y deberes parecían desvanecerse, se permitían explorar la delicada línea entre el deber y el deseo sin pensar en nada más allá de eso. Al ver aceptada su invitación, Jacaerys cruzó el umbral de lo correcto con la certeza silenciosa de que, entre susurros y gestos inadvertidos, podían ser ellos mismos. Helaena se encontraba descalza sobre sus botas, lo cual le confería una licencia implícita para acercarse más de lo que las formalidades permitían. Con cada roce de manos y cada mirada cómplice, la tensión entre ellos se intensificaba. El joven príncipe se sentía embriagado por la cercanía física entre ambos, por la sensación de que podía ser vulnerable y auténtico con Hela de una manera que nunca había experimentado antes. Solamente el ligero sonido de sus pasos unidos parecía romper el silencio de la sala, dejando que sus movimientos guiados por el corazón llenaran el espacio entre ellos. Sin palabras, encontraron un ritmo natural, como si sus almas estuvieran entrelazadas en una danza etérea que solo ellos podían comprender. El tiempo parecía detenerse mientras giraban juntos en la penumbra, cada movimiento hablando más que cualquier conversación. No obstante, en medio de la serenidad compartida, se escucharon pasos apresurados acercándose a la puerta. Jacaerys se separó de la fémina con rapidez, buscando recomponer su compostura a pesar de la mirada de culpabilidad que le dedicó por un instante. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ En un escenario desprovisto de sonoridad, se entrelazan en una coreografía silenciosa. Sus cuerpos, en perfecta sincronía rítmica, ejecutan movimientos previamente interiorizados y ensayados durante toda la niñez. Tienen suficientes bailes encima como para saber moverse sin una banda de fondo. Los arcos plantares descalzos se alinean con los empeines de cuero en un equilibrio meticuloso, casi geométrico. La ausencia de sonido magnifica la armonía de sus ademanes y la complicidad que los entrelaza. —— Yo… —— hasta que es apartada abruptamente. No lo culpa; comprende y colabora en ejecutar un respingo que los mantiene a una distancia prudente de miradas extrañas. Los pasos se acercan, suenan demasiado seguros de sí mismos para creer que pasarán de largo. Está próximos. Tocan la puerta. —— A- Adelante. —— A los dioses ruega que no sea su madre, no tiene cómo justificar haber metido a un hombre a sus aposentos a esta hora. Pues no, es la criada número doscientos veinte (han pasado tantas que no recuerda los nombres). "𝘗𝘳𝘪𝘯𝘤𝘦𝘴𝘢" no pasa desapercibido el príncipe, y seguro tiene la directiva de informar una visita semejante a la progenitora. Tenue reverencia les dedica. "𝘗𝘳𝘪́𝘯𝘤𝘪𝘱𝘦. 𝘉𝘶𝘦𝘯𝘢𝘴 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦𝘴. 𝘗𝘢𝘴𝘢𝘣𝘢 𝘢 𝘱𝘳𝘦𝘨𝘶𝘯𝘵𝘢𝘳 𝘴𝘪 𝘥𝘦𝘴𝘦𝘢𝘣𝘢 𝘴𝘶... 𝒕𝒐́𝒏𝒊𝒄𝒐 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘮𝘪𝘳". —— No. Estoy bien. Retírate, por favor…
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    Individual
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    Cualquier línea
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    18 turnos 5 maullidos
  • 𝐁𝐀𝐂𝐊 𝐀𝐓 𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐑𝐎𝐓𝐇𝐄𝐋.
    Fandom HOUSE OF THE DRAGON.
    Categoría Drama
    Aún se sentía extranjera en ese submundo. Cada vez que puno de sus pies ponía la planta sobre las calles portuarias, el escalofrío más pequeño le erguía la postura.

    Pero ahí estaba, ataviada con sus pantalones de entrenamiento, botas de cuero, camisa, y una capa que ocultaba las características visuales de Aemma Targaryen, permitiéndole fundirse con la multitud.

    Decidió prescindir de Ser Criston esta vez, ya que la misión era casi un reto personal. Lo normal sería entrar al burdel y pedir la presencia de su hermano al menos con los pantalones puestos, y le era traído. Hoy no. Hoy entraba con la cabeza en alto. Todos girándose a mirarla. Por cada paso un par de ojos más se pegaba en ella.

    —— Seguid con lo vuestro, sabéis a lo que vine. —— Y encontró a su objetivo con, vaya sorpresa, escasa ropa, una copa de vino servida a su lado, y una señorita sentada en sus piernas.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    ⸻ Odiaba estar en la Fortaleza Roja, detestaba a su familia. Le irritaba su hermana Aemma y más con su actitud de psicópata, siempre rechazado, humillado sin ningún tipo de piedad ¿Por qué debería hacerle algún tipo de favor? Era una loca y lo que más detestaba eran los Sentimientos que tenía hacia ella, amor. Estaba enamorado de una forma casi enfermiza y deseoso de sentir la mínima atención de Aemma. Tenía poco amor propio, se desintegró en el momento en que intentó pasar tiempo con ella. Siete infiernos, no podía dejar de pensar en ella y en Todo lo que le hacía sentir. . . Temblar cada célula de su cuerpo, incluso cuando lo golpeaba, la intimidad se hacía evidente entre ambos. . .

    No podía pensar con claridad, necesitaba olvidar y darle un mensaje a Aemma. No estaría siempre detrás de ella, dejaría de Prestarle atención, por eso decidió que el camino de la seda era la mejor opción para desintoxicar a su mente de su hermana pequeña.

    Estaba disfrutando, con una copa de vino y una fulana que no sabía su nombre, pero gracias a la embriaguez fluyendo por su sangre, podía Imaginar a Aemma, una mala opción para olvidarla. Estaba concentrado en acariciar la feminidad de la ramera, que ni se dio cuenta que su hermana estaba ahí. ⸻

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    No había asomo de sorpresa ni impresión. Las mujeres del establecimiento, cada vez que lo buscaba, lo despedían con vítores y risas, mientras las ganancias de la noche tintineaban en sus bolsas de paga.

    Quizás era demasiado contundente la influencia de su hermano en esta área tan particular y desprovista de ropajes para pasar desapercibida. El ojo de Aemma aterrizó en la entrepierna de esta... 𝗽𝘂𝘁𝗮, no hay otro nombre, es lo que es.

    —— Aegon. —— Detuvo su avance frente al dipsómano empedernido. La pulsión de asir a la mujer por la cabellera y estrellar su frente contra el borde de la mesa era formidable, casi irresistible. No obstante, ejerció un férreo autocontrol. Se hallaba en cumplimiento de su horario laboral. La situación era clara: ella no albergaba ningún deseo genuino de permanecer junto a Aegon. No necesita decirle a que vino. Él sabe. Su presencia no es otra cosa que la llamada a la retirada.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    ⸻ La otra mano tanteó la mesa para encontrar la copa de vino y se la llevó a los labios, para beber de un solo trago todo el contenido. El dulzor le llegó a la garganta, mientras disfrutaba de los gemidos procesados por la garganta de esa prostituta. Aumentando la velocidad De su actitud manual, estaba tan concentrado en su objetivo de hacer venir a la mujer, que se fijó en la presencia de su hermana cuando lo llamó. . . El color de su rostro se cambió a uno de desprecio y frustración, la estaba olvidando en parte y ahora seguía ahí, como un alma En pena dispuesta a torturarle. ⸻

    Lárgate Aemma, te he dejado todo el día en paz ¿No era eso lo que querías?.

    ⸻ La mirada se pasó de su hermana hacia los diferentes hombres que estaban ahí, no paraban de mirar a la princesa. . . Una sensación extraña de celos y pertenencia Se instaló en su estómago, estaban repitiendo toda la situación de esa fatídica noche. ⸻

    Solo mira hermanita, el placer que se te escapa. . .

    ⸻ Presiona los dedos dentro del calor de esa fulana y la tocaba de forma asombrosa. ⸻

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    —— ¿Crees que quiero estar aquí? —— El hedor del pecado nefando resultaba insoportable, mientras la cerveza de ínfima calidad derramada en el suelo embadurnaba su brillo con una capa pegajosa y opaca. Los sonidos estridentes perturbaban sus afinados y bien entrenados oídos. Este era el último lugar donde desearía encontrarse, y estuvo a punto de sujetar a Aegon por las orejas y arrastrarlo fuera, cual infante malcriado. Sin embargo, una vez más, se contuvo.

    —— Págale y vístete, nos vamos. —— Las miradas ajenas devoraban la capa que la envolvía hasta los tobillos. Pensamientos impuros atravesaban las mentes de aquellos hombres. No necesitaba ser una experta en la materia para percatarse de ello. —— Ahora.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    No llevo ni doce horas fuera y has tenido que venir. Dejar de ser una mentirosa y admite que no puedes estar sin mí. Tú obsesa actitud, me pone muy cachondo. . .

    ⸻ Uno de sus ojos se cerró a modo de guiño, sacando los dedos de la humedad ajena, observando aún a todos los que No apartaban sus lascivas miradas de su hermana. Siete infiernos, los mandaría colgar a todos ¿Cómo se atrevían a mirar a 𝙨𝙪 𝙝𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙖? Era de 𝙨𝙪 pertenencia.

    De nuevo volvían sus instintos más bajos y las sombras de su mirada, oscurecían más su iris. ⸻

    No te Va a resultar tan fácil, hermanita. Juguemos.

    ⸻ Se levanta con fuerza y lanza a la ramera hacia los brazos de su hermana, saliendo corriendo de ahí, sintiendo el frío recorrer todo su cuerpo y siguiendo su instinto, giró la perilla de una puerta y entró ahí, todo estaba en Penumbra y solo se escuchaba la pesada respiración del príncipe. ⸻

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    No es lógico dignarse a responder ante sus infamias. Ella sabe que no tienen fundamento, consciente de que Aegon está embriagado y simplemente busca incitarla. Estaba a punto de insistir en regresar a la Fortaleza Roja, cuando la joven escasamente vestida cae entre risas en sus brazos. Está envuelta en el torpor de los estupefacientes que alivian su carga laboral.

    La meretriz parece ansiosa por acariciarla y besarla, arrancarle algunas monedas también. En menos de dos segundos, la empuja hacia un sofá. La mujer cae riendo, aventurándose Aemma así en la boca del lobo para encontrar a su inquieto hermano.

    No reconoce la habitación, no al principio al menos. Hay unas cerillas en la mesa de noche y se sirve de la luz exterior para prender las lámparas de aceite.

    —— No estoy de humor. Quiero ir a casa —— susurra, consciente de que él anda por allí.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    ⸻ A través de la rendija de la puerta, podía ver los movimientos de su hermana. Le daba la sensación, de que estaba actuando de una forma más errática de lo normal, con mayor lentitud a la esperada. Parecía que realmente la afectaba estar ahí, la figura envuelta en un Capa y una capucha que evitaba que el cabello Targaryen saliera a la luz, le daban un aspecto de lo más interesante. . . Ya se estaba imaginando el quitárselo poco a poco y mostrarle lo que era el verdadero placer. Se notaba en el enrojecimiento de su faz, que su lógica se iba Y dejaba paso a la inconsciencia de la vid, dulce toque el que le otorgaba el dios del vino.

    Vio como encendía una lampara de aceite y aprovechó ese momento para salir del oscuro cubículo, poniéndose a su espalda, tomándola del cuello con su antebrazo. ⸻

    ¿Y perderse la Diversión? Me parece que no.

    ⸻ El suave susurro golpeó la tela de la capucha y con la otra mano, le extraía las cerillas. Para volver a liberarla y meterse en otra de las múltiples habitaciones, empezaba el juego. ⸻

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    Con un brazo estratégicamente posicionado sobre su cuello, ambas garras se están clavando en la piel desnuda en un intento desesperado por romper la prisión impuesta. No está en resistencia firme con Aegon, aunque anhele fervientemente deshacerse de él para regresar a su morada. Se deja ver arrastrada delante de una pareja de hombres en el pasillo. Uno está arrodillado frente al otro. Ella aparta la mirada, cierra los párpados, anula su único ojo.

    ¿Por qué?

    Quizás sean los ecos persistentes de esos pasillos, la disposición meticulosa de las estancias, el eco constante de aromas y voces ajenas que la abruman más allá de la propia. Siente un verdadero desamparo y desconcierto sobre su destino. Los recuerdos parecen imponer más peso que su propia voluntad.

    —— ¿A dónde me llevas?

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    ⸻ Estaba atento a las reacciones fraternales, parecía que se estaba viendo vulnerada con todo el ambiente, tan pesado. Llenó de lujuria y deseo, los sonidos lascivos se hacían eco en el lugar. Todo estaba fielmente coordinado y él aún, no deseaba irse a ningún sitio. Tenía la Necesidad de ver hasta que punto, podría llevar a su hermana, tan mojigata en algunos aspectos. . . Era normal, nadie le explicó de una forma coherente lo que pasaba durante el sexo, donde ambas personas estaban de acuerdo por ejercerlo.

    Volviendo a entrar en escena, baja La capucha con sus manos muy lentamente, mientras la otra le quita los cordones de la capa de una forma suave y lenta. ⸻

    A ningún sitio, concéntrate en tus sentidos. La vista, es lo que menos puedes utilizar aquí.

    ⸻ El suave aliento, se dirigía hacia la vena de su cuello. Soplando aire tibio contra la piel de su yugular. ⸻

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    Los espectros del pasado acudían para arrojarle su ectoplasma. La máscara de indiferencia se resquebraja, y por primera vez en mucho tiempo, una fisura de humanidad atraviesa la mente calculadora de Aemma. Las manos, que nunca titubean y siempre ejecutan con precisión, comienzan a temblar sutilmente sobre el brazo de su hermano. Cada pulsación en su pecho reverbera con una urgencia desconocida, un recordatorio ineludible de su propia mortalidad. La sangre se agolpa en sus mejillas, y por primera vez en años, siente el calor abrasador del rubor. Una marea de pensamientos caóticos inunda su mente: pensamientos de fracaso, de derrota, de una vulnerabilidad que siempre ha despreciado en otros.

    —— Por favor... suéltame. —— Pero algo en su conciencia la atormenta; Aegon no muestra intención alguna de liberarla.
    Aún se sentía extranjera en ese submundo. Cada vez que puno de sus pies ponía la planta sobre las calles portuarias, el escalofrío más pequeño le erguía la postura. Pero ahí estaba, ataviada con sus pantalones de entrenamiento, botas de cuero, camisa, y una capa que ocultaba las características visuales de Aemma Targaryen, permitiéndole fundirse con la multitud. Decidió prescindir de Ser Criston esta vez, ya que la misión era casi un reto personal. Lo normal sería entrar al burdel y pedir la presencia de su hermano al menos con los pantalones puestos, y le era traído. Hoy no. Hoy entraba con la cabeza en alto. Todos girándose a mirarla. Por cada paso un par de ojos más se pegaba en ella. —— Seguid con lo vuestro, sabéis a lo que vine. —— Y encontró a su objetivo con, vaya sorpresa, escasa ropa, una copa de vino servida a su lado, y una señorita sentada en sus piernas. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ ⸻ Odiaba estar en la Fortaleza Roja, detestaba a su familia. Le irritaba su hermana Aemma y más con su actitud de psicópata, siempre rechazado, humillado sin ningún tipo de piedad ¿Por qué debería hacerle algún tipo de favor? Era una loca y lo que más detestaba eran los Sentimientos que tenía hacia ella, amor. Estaba enamorado de una forma casi enfermiza y deseoso de sentir la mínima atención de Aemma. Tenía poco amor propio, se desintegró en el momento en que intentó pasar tiempo con ella. Siete infiernos, no podía dejar de pensar en ella y en Todo lo que le hacía sentir. . . Temblar cada célula de su cuerpo, incluso cuando lo golpeaba, la intimidad se hacía evidente entre ambos. . . No podía pensar con claridad, necesitaba olvidar y darle un mensaje a Aemma. No estaría siempre detrás de ella, dejaría de Prestarle atención, por eso decidió que el camino de la seda era la mejor opción para desintoxicar a su mente de su hermana pequeña. Estaba disfrutando, con una copa de vino y una fulana que no sabía su nombre, pero gracias a la embriaguez fluyendo por su sangre, podía Imaginar a Aemma, una mala opción para olvidarla. Estaba concentrado en acariciar la feminidad de la ramera, que ni se dio cuenta que su hermana estaba ahí. ⸻ ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ No había asomo de sorpresa ni impresión. Las mujeres del establecimiento, cada vez que lo buscaba, lo despedían con vítores y risas, mientras las ganancias de la noche tintineaban en sus bolsas de paga. Quizás era demasiado contundente la influencia de su hermano en esta área tan particular y desprovista de ropajes para pasar desapercibida. El ojo de Aemma aterrizó en la entrepierna de esta... 𝗽𝘂𝘁𝗮, no hay otro nombre, es lo que es. —— Aegon. —— Detuvo su avance frente al dipsómano empedernido. La pulsión de asir a la mujer por la cabellera y estrellar su frente contra el borde de la mesa era formidable, casi irresistible. No obstante, ejerció un férreo autocontrol. Se hallaba en cumplimiento de su horario laboral. La situación era clara: ella no albergaba ningún deseo genuino de permanecer junto a Aegon. No necesita decirle a que vino. Él sabe. Su presencia no es otra cosa que la llamada a la retirada. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ ⸻ La otra mano tanteó la mesa para encontrar la copa de vino y se la llevó a los labios, para beber de un solo trago todo el contenido. El dulzor le llegó a la garganta, mientras disfrutaba de los gemidos procesados por la garganta de esa prostituta. Aumentando la velocidad De su actitud manual, estaba tan concentrado en su objetivo de hacer venir a la mujer, que se fijó en la presencia de su hermana cuando lo llamó. . . El color de su rostro se cambió a uno de desprecio y frustración, la estaba olvidando en parte y ahora seguía ahí, como un alma En pena dispuesta a torturarle. ⸻ Lárgate Aemma, te he dejado todo el día en paz ¿No era eso lo que querías?. ⸻ La mirada se pasó de su hermana hacia los diferentes hombres que estaban ahí, no paraban de mirar a la princesa. . . Una sensación extraña de celos y pertenencia Se instaló en su estómago, estaban repitiendo toda la situación de esa fatídica noche. ⸻ Solo mira hermanita, el placer que se te escapa. . . ⸻ Presiona los dedos dentro del calor de esa fulana y la tocaba de forma asombrosa. ⸻ ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ —— ¿Crees que quiero estar aquí? —— El hedor del pecado nefando resultaba insoportable, mientras la cerveza de ínfima calidad derramada en el suelo embadurnaba su brillo con una capa pegajosa y opaca. Los sonidos estridentes perturbaban sus afinados y bien entrenados oídos. Este era el último lugar donde desearía encontrarse, y estuvo a punto de sujetar a Aegon por las orejas y arrastrarlo fuera, cual infante malcriado. Sin embargo, una vez más, se contuvo. —— Págale y vístete, nos vamos. —— Las miradas ajenas devoraban la capa que la envolvía hasta los tobillos. Pensamientos impuros atravesaban las mentes de aquellos hombres. No necesitaba ser una experta en la materia para percatarse de ello. —— Ahora. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ No llevo ni doce horas fuera y has tenido que venir. Dejar de ser una mentirosa y admite que no puedes estar sin mí. Tú obsesa actitud, me pone muy cachondo. . . ⸻ Uno de sus ojos se cerró a modo de guiño, sacando los dedos de la humedad ajena, observando aún a todos los que No apartaban sus lascivas miradas de su hermana. Siete infiernos, los mandaría colgar a todos ¿Cómo se atrevían a mirar a 𝙨𝙪 𝙝𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙖? Era de 𝙨𝙪 pertenencia. De nuevo volvían sus instintos más bajos y las sombras de su mirada, oscurecían más su iris. ⸻ No te Va a resultar tan fácil, hermanita. Juguemos. ⸻ Se levanta con fuerza y lanza a la ramera hacia los brazos de su hermana, saliendo corriendo de ahí, sintiendo el frío recorrer todo su cuerpo y siguiendo su instinto, giró la perilla de una puerta y entró ahí, todo estaba en Penumbra y solo se escuchaba la pesada respiración del príncipe. ⸻ ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ No es lógico dignarse a responder ante sus infamias. Ella sabe que no tienen fundamento, consciente de que Aegon está embriagado y simplemente busca incitarla. Estaba a punto de insistir en regresar a la Fortaleza Roja, cuando la joven escasamente vestida cae entre risas en sus brazos. Está envuelta en el torpor de los estupefacientes que alivian su carga laboral. La meretriz parece ansiosa por acariciarla y besarla, arrancarle algunas monedas también. En menos de dos segundos, la empuja hacia un sofá. La mujer cae riendo, aventurándose Aemma así en la boca del lobo para encontrar a su inquieto hermano. No reconoce la habitación, no al principio al menos. Hay unas cerillas en la mesa de noche y se sirve de la luz exterior para prender las lámparas de aceite. —— No estoy de humor. Quiero ir a casa —— susurra, consciente de que él anda por allí. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ ⸻ A través de la rendija de la puerta, podía ver los movimientos de su hermana. Le daba la sensación, de que estaba actuando de una forma más errática de lo normal, con mayor lentitud a la esperada. Parecía que realmente la afectaba estar ahí, la figura envuelta en un Capa y una capucha que evitaba que el cabello Targaryen saliera a la luz, le daban un aspecto de lo más interesante. . . Ya se estaba imaginando el quitárselo poco a poco y mostrarle lo que era el verdadero placer. Se notaba en el enrojecimiento de su faz, que su lógica se iba Y dejaba paso a la inconsciencia de la vid, dulce toque el que le otorgaba el dios del vino. Vio como encendía una lampara de aceite y aprovechó ese momento para salir del oscuro cubículo, poniéndose a su espalda, tomándola del cuello con su antebrazo. ⸻ ¿Y perderse la Diversión? Me parece que no. ⸻ El suave susurro golpeó la tela de la capucha y con la otra mano, le extraía las cerillas. Para volver a liberarla y meterse en otra de las múltiples habitaciones, empezaba el juego. ⸻ ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ Con un brazo estratégicamente posicionado sobre su cuello, ambas garras se están clavando en la piel desnuda en un intento desesperado por romper la prisión impuesta. No está en resistencia firme con Aegon, aunque anhele fervientemente deshacerse de él para regresar a su morada. Se deja ver arrastrada delante de una pareja de hombres en el pasillo. Uno está arrodillado frente al otro. Ella aparta la mirada, cierra los párpados, anula su único ojo. ¿Por qué? Quizás sean los ecos persistentes de esos pasillos, la disposición meticulosa de las estancias, el eco constante de aromas y voces ajenas que la abruman más allá de la propia. Siente un verdadero desamparo y desconcierto sobre su destino. Los recuerdos parecen imponer más peso que su propia voluntad. —— ¿A dónde me llevas? ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ ⸻ Estaba atento a las reacciones fraternales, parecía que se estaba viendo vulnerada con todo el ambiente, tan pesado. Llenó de lujuria y deseo, los sonidos lascivos se hacían eco en el lugar. Todo estaba fielmente coordinado y él aún, no deseaba irse a ningún sitio. Tenía la Necesidad de ver hasta que punto, podría llevar a su hermana, tan mojigata en algunos aspectos. . . Era normal, nadie le explicó de una forma coherente lo que pasaba durante el sexo, donde ambas personas estaban de acuerdo por ejercerlo. Volviendo a entrar en escena, baja La capucha con sus manos muy lentamente, mientras la otra le quita los cordones de la capa de una forma suave y lenta. ⸻ A ningún sitio, concéntrate en tus sentidos. La vista, es lo que menos puedes utilizar aquí. ⸻ El suave aliento, se dirigía hacia la vena de su cuello. Soplando aire tibio contra la piel de su yugular. ⸻ ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ Los espectros del pasado acudían para arrojarle su ectoplasma. La máscara de indiferencia se resquebraja, y por primera vez en mucho tiempo, una fisura de humanidad atraviesa la mente calculadora de Aemma. Las manos, que nunca titubean y siempre ejecutan con precisión, comienzan a temblar sutilmente sobre el brazo de su hermano. Cada pulsación en su pecho reverbera con una urgencia desconocida, un recordatorio ineludible de su propia mortalidad. La sangre se agolpa en sus mejillas, y por primera vez en años, siente el calor abrasador del rubor. Una marea de pensamientos caóticos inunda su mente: pensamientos de fracaso, de derrota, de una vulnerabilidad que siempre ha despreciado en otros. —— Por favor... suéltame. —— Pero algo en su conciencia la atormenta; Aegon no muestra intención alguna de liberarla.
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  • ⸝ᐟ𝑇𝘩𝑒 𝑝𝑎𝑡𝘩 𝑡𝑜 𝑡𝘩𝑒 𝑓𝑖𝑟𝑒 𝑜𝑓 𝑏𝑒𝑖𝑛𝑔.ˏ⸝
    Fandom 𝐻𝑜𝑢𝑠𝑒 𝑂𝑓 𝑇𝘩𝑒 𝐷𝑟𝑎𝑔𝑜𝑛
    Categoría Romance
    ❛Lo⳽ ᥴɩᥱꙆo⳽ ⳽ᥱ ᥴɩᥱɾᥒᥱᥒ ⳽oᑲɾᥱ Ꙇo⳽ ᑯɾᥲɠoᥒᥱ⳽.
    EꙆ ᥲꙆᑲᥲ oᥴᥲ⳽ɩoᥒᥲ ᥙᥒ ⳽ᥲɠᥲⱬ ᥲຕᥲᥒᥱᥴᥱɾ.
    Nᥙᑲᥱ⳽ ᥲꙆⱬᥲ́ᥒᑯo⳽ᥱ ᥴoຕo Ꙇᥲ ᥱ⳽ρᥙຕᥲ ᑯᥱꙆ ຕᥲɾ.
    Cᥲᑯᥱᥒᥲ⳽ ɾᥱ⳽oᥒᥲᥒᑯo ρoɾ toᑯo ᥱꙆ Ꙇᥙɠᥲɾ.
    EꙆɩຕɩᥒᥲᥒᑯo Ꙇᥲ ϙᥙɩᥱtᥙᑯ ᑯᥱꙆ ᥲຕᑲɩᥱᥒtᥱ.
    E⳽Ꙇᥲᑲoᥒᥱ⳽ oᥴᥲ⳽ɩoᥒᥲᥒᑯo Ꙇᥲ ⳽oᥒᥲtᥲ ᑯɩᥙɾᥒᥲ.

    MᥱꙆoᑯɩ́ᥲ⳽ ᥲρᥲɠᥲᑯᥲ⳽ ρoɾ ᥙᥒᥲ ɾᥱꙆᥲᥴɩóᥒ ᑯɩᥴtᥲᑯᥲ.
    Cóᥒყᥙɠᥱ ᥲ Ꙇᥲ ʋɩ⳽tᥲ ᑯᥱ Ꙇo⳽ ᑯɩo⳽ᥱ⳽.
    Eᥒᥱຕɩɠo⳽ ᥲ oʝo⳽ ƒᥲຕɩꙆɩᥲɾᥱ⳽.
    Vᥱɾᑯᥱ ყ ᥒᥱɠɾo, ᥴoꙆoɾᥱ⳽.
    Iຕρɾoρɩo⳽ ρᥲɾᥲ ᥱꙆ ᥲຕoɾ.
    Toᑯo ᑯɩᥴtᥲຕɩᥒᥲᑲᥲ ᥲꙆ ᥲɾᑯɩᥱᥒtᥱ ƒᥙᥱɠo.
    Dᥱ⳽ຕoɾoᥒᥲᥒᑯo Ꙇo⳽ ρɩꙆᥲɾᥱ⳽ ຕᥲɾɩtᥲꙆᥱ⳽.
    Oᑲʋɩᥲᥒᑯo Ꙇo⳽ ᥱ⳽tᥲtᥙto⳽ ᑯɩʋɩᥒo⳽.
    Sɩᥒ ɩຕρoɾtᥲɾ Ꙇo⳽ ⳽ᥱᥒtɩᑯo⳽.
    Dᥱ⳽tɾᥙყᥱᥒᑯo Ꙇᥲ ɩᥒoᥴᥱᥒᥴɩᥲ.
    Pᥲɾᥲᥒᑯo ᥱꙆ Ꙇᥲtɩᑯo.
    Poɾ ᥙᥒᥲ ⳽ɩຕρꙆᥱ ɾᥲⱬóᥒ.
    Lᥲ ᥱxtɩɾρᥲᥴɩóᥒ ᑯᥱꙆ ᥴoɾᥲⱬóᥒ.
    Nᥱᥴᥱ⳽ᥲɾɩo ρᥲɾᥲ ʋɩʋɩɾ.
    Y tᥲᥒ ƒᥲ́ᥴɩꙆ ᑯᥱ ᑯᥲᥒ̃ᥲɾ.
    Pɾɩ́ᥒᥴɩρᥱ ყ ρɾɩᥒᥴᥱ⳽ᥲ.
    Coᥒʋɩʋɩᥱᥒᑯo ρoɾ ᥙᥒ ᑲɩᥱᥒ.
    Lᥲ⳽ ⳽oຕᑲɾᥲ⳽ ɩᥒtᥱᥒtᥲᥒᑯo ᥱᥒɠᥙꙆꙆɩɾ.
    Lᥲ ρoᥴᥲ ᥱᥒtᥱɾᥱⱬᥲ ᑯᥱꙆ ᖾoຕᑲɾᥱ.
    Aƒᥱɾɾᥲ́ᥒᑯo⳽ᥱ ᥲ ⳽ᥙ ᥲຕoɾ ɩຕρo⳽ɩᑲꙆᥱ.
    Hᥲᥴɩᥱ́ᥒᑯoꙆo ᑯᥱ ƒoɾຕᥲ ᥱxᥴᥱρᥴɩoᥒᥲꙆ: ρo⳽ɩᑲꙆᥱ.

    ¿Poɾ ϙᥙᥱ́ Ꙇᥲ⳽ ⳽oຕᑲɾᥲ⳽ ᥒo ᥱᥒɠᥙꙆꙆɩ́ᥲᥒ ᥱꙆ ⳽ᥱɾ?.
    EꙆ ρɾɩ́ᥒᥴɩρᥱ ⳽ᥱ ຕᥲᥒtᥱᥒɩ́ᥲ ƒɩɾຕᥱ ᥱᥒ ⳽ᥙ ρ⳽ɩϙᥙᥱ.
    Gɾᥲᥴɩᥲ⳽ ᥲ Ꙇᥲ ƒᥱꙆɩᥴɩᑯᥲᑯ ⳽ᥱᥒtɩᑯᥲ.
    Aƒᥱɾɾᥲ́ᥒᑯo⳽ᥱ ᥴoᥒ toᑯᥲ⳽ ⳽ᥙ⳽ ƒᥙᥱɾⱬᥲ⳽.
    A Ꙇᥲ Ꙇᥙⱬ ϙᥙᥱ ᥱຕᥲᥒᥲᑲᥲ ᑯᥱ ᥱꙆꙆᥲ.
    Sɩᥱຕρɾᥱ ᥱꙆ ᥲຕoɾ ᑯᥱ ⳽ᥙ ʋɩᑯᥲ.
    EᥒᥴᥲɾᥴᥱꙆᥲᑯo ρoɾ ⳽ᥙ⳽ ᥱຕoᥴɩoᥒᥱ⳽.
    Lᥙᥴᖾᥲᥒᑯo ᖾᥲ⳽tᥲ ᥱꙆ ƒɩᥒᥲꙆ ᑯᥱꙆ ᥱ⳽tᥱɾtoɾ.
    Dᥱ ᥙᥒ ᥒᥙᥱʋo ᑯɩ́ᥲ ʝᥙᥒto ᥲ Ꙇᥲ ᥲຕᥲᑯᥲ.
    Eຕρᥱᑯɾᥲᑯo ᥱ⳽ ᥱꙆ ⳽ᥱᥒᑯᥱɾo.
    Aᥙᥒϙᥙᥱ ⳽ɩᥱຕρɾᥱ ⳽ᥱ ɾᥱᥱᥒᥴoᥒtɾᥲɾᥲ́ᥒ.
    AꙆຕᥲ⳽ ρoɾ ᥱꙆ ᥱtᥱɾᥒo.
    Sᥱ ɾᥱᥱᥒᥴoᥒtɾᥲɾᥲ́ᥒ ρoɾ ⳽ɩᥱຕρɾᥱ ᥱᥒ ƒᥙᥱɠo.❜

    ⸻ La vista de Aegon se estaba encontrando ya agotada, mezclaba las letras entre sí. Su visión captaba una enorme mancha de tinta, indescifrable. Por este motivo, decidió cerrar el libro. Con la mano apoyada en la tapa, ejerció un poco de fuerza para confinar el cuero de la tapa con las hojas. Para finalmente, acariciar el lomo gastado por el paso del tiempo, leyendo por última vez el título del libro: ❛𝙋𝙧𝙤𝙛𝙚𝙘𝙞𝙖𝙨 𝙙𝙞𝙘𝙩𝙖𝙢𝙞𝙣𝙖𝙙𝙖𝙨 𝙖 𝙡𝙤 𝙡𝙖𝙧𝙜𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖❜. Al darle aquel vistazo de soslayo, se levantó de la silla donde se encontraba hace unos segundos leyendo y depositó el libro en su lugar de reposo, una enorme estantería se alzaba por toda la habitación, centenares de libros: que se fueron escribiendo a lo largo de la historia. Había tanto conocimiento en aquellas hileras de libros, donde poco a poco; Aegon se sentía cada vez más cómodo. Era un hábito desde hace unas semanas, que el príncipe se dirigiera todas las noches, después de cenar. Para tomarse un tiempo y envolverse en una lectura de lo más didáctica, al habituarse a hacer esa tarea, aprendía innumerables conocimientos. De esta manera, prepararse para formar parte del consejo de su esposa. Pudiendo así ayudarla de forma más eficaz y poder desahogarla de todo el trabajo que fuera posible. Aprovechando así, el tiempo libre que tenía, luego de dejar a sus hijos en sus respectivos lechos de descanso. Haciendo tiempo, hasta que su esposa terminase de trabajar. Deseaba que aquella noche, el sueño lo esquivase hasta ver a la princesa: pues llevaba todo el día sin verla y tenía la necesidad de ver sus orbes morados, llenos de fuego y la sonrisa deslumbrante, que siempre recibía cada vez que se veían. Momentos de grandes dificultades, el tiempo marital se veía realmente coartado por los quehaceres de la princesa. Claramente no se sentía molesto, todo lo contrario: se sentía orgulloso de su esposa, será una gran reina. Pensaba continuamente, causando que una boba sonrisa, apareciera en las comisuras de sus labios; 𝐿𝑎 𝑟𝑒𝑖𝑛𝑎 𝑅ℎ𝑎𝑒𝑛𝑦𝑟𝑎, 𝑚𝑖 𝑟𝑒𝑖𝑛𝑎.

    Con aquel pensamiento, dejó la biblioteca atrás, dirigiéndose hacia los aposentos conyugales. Pasos decididos, zancadas resonantes contra las paredes de piedra, anunciando el camino que estaba realizando el príncipe Aegon, para llegar a la alcoba marital. El corazón de Aegon, martilleaba su pecho con fuerza. Pensando firmemente que se iba a encontrar con Rhaenyra. Los pasos se sentían cada vez más ligeros, hasta el punto de pasar de una suave caminata a un pequeño trote.

    La fortaleza de Rocadragón, no era tan amplia como la Fortaleza Roja y llegó a la alcoba en unos pocos minutos, los guardias que vigilaban la puerta, saludaron al príncipe con un leve asentimiento con la cabeza. Al pasar por los soldados, llevó una de las manos hacia el pomo de la puerta y estando unos segundos allí, respiró hondo, mientras en las comisuras de sus labios se dibujaba una gran sonrisa y después de haberse tomado unos momentos, abrió la puerta de los aposentos.

    La ilusión desapareció de inmediato de todo su ser, el habitáculo se encontraba vacío, con las finas sabanas sin tocar, la cama completamente hecha, no habiendo desecho siquiera: la pequeña manta de lino que cubría el lecho. Una sombra se instaló unos momentos, detrás de sus iris; como si empujasen toda la esperanza que había sentido en momentos anteriores, hacía un precipicio, ningún tipo de seguridad, nada para detener la grave caída que se avecinaba. Ningún parapeto podía hacer frente al malestar general, que se instaló en todo su cuerpo, aunque no era culpa de nadie, más bien: si había que encontrar algún culpable, era él. Por ilusionarse e instalarse falsas esperanzas en sus cabales.

    Conforme miraba el lecho matrimonial, el manto oscuro que se había formado detrás de sus ojos, había desaparecido; cambiado por un brillo de orgullo que resaltaba el morado de sus ojos. 𝑅ℎ𝑎𝑒𝑛𝑦𝑟𝑎 𝑣𝑎 𝑎 𝑠𝑒𝑟 𝑢𝑛𝑎 𝑔𝑟𝑎𝑛 𝑟𝑒𝑖𝑛𝑎 𝑦 𝑣𝑜𝑦 𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟 𝑎ℎ𝑖 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑣𝑒𝑟𝑙𝑜, 𝑗𝑎𝑐𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜𝑚𝑒 𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑟 𝑠𝑢 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑜𝑟𝑡𝑒. En su rostro se volvió a dibujar una sonrisa, provocando que su tez brillase y se tiñera de una leve rojez en las mejillas. . . Por los dioses estaba totalmente enamorado de su esposa y pensar que hace unos años, ni siquiera aguantaban compartir el mismo oxígeno que inhalaban: la simple presencia era una tortura para ambos. En cambio, eso era el pasado; nada bueno traía vivir en el pasado, dándole importancia a los sucesos anteriores, ocasiona que los momentos presentes y futuros se desvanezcan, para caer en la absoluta ignorancia; estancándose así, el crecimiento personal de cada ser humano. La mirada siempre debía encontrar el camino que seguir y el sendero por el cual, estaba cruzando Aegon. Era la concordia mutua y el amor que sentía hacia su esposa, gracias a ello. Pudo mejorar como persona, había dejado los vicios tan nocivos, para la convivencia en un matrimonio. Dejó los burdeles y solo bebía vino en la noche, no basta el hartazgo, solo tomaba una copa de aquel líquido lleno de especias, para así refrescarse mientras cenaba. Hábitos que antes, dominaban su vida. El capitán del barco, el haz de oscuridad que controlaba cada paso que daba, se fusionaba para convertir su vida en un completo terraplén de angustia y sombras. Sin ningún ápice de libre albedrio, en poder total de sus pérfidos ámbitos. Hasta que finalmente, puso orden en todos los aspectos de su vida y el aspecto fundamental de aquel notorio cambio, fue el amor recibido tanto de sus hijos como de su esposa. Sin ellos, aún estaría perdido en aquel sin fin de sombras, oculto tras un manto de embriaguez continua, por eso: 𝙇𝙚𝙨 𝙙𝙚𝙗𝙞𝙖 𝙩𝙤𝙙𝙤.

    Como cada noche, se dirigió al pequeño escritorio y se sentó en la silla que había frente al mismo, allí. Saco la pieza de madera, que estaba tallando, de uno de los cajones y en uno de los laterales de aquel compartimento; saco el pequeño cuchillo que usaba para trabajar la madera. De esta manera, haría tiempo hasta que su esposa volviera a la habitación y así, poder verla una última vez antes de que el manto del sueño lo envolviera, para llevarlo al reino onírico.

    Completa atención en el trozo de madre que estaba tallando, cada zona la trabajaba con esmero, sin dejar ningún retazo sin pulir. Estaba intentando hacer a Sunfyre, anteriormente, habita tallado a Syrax, para que sus hijos recordasen a su madre y no la echasen tanto en falta. Fue idea de su esposa, el que sus pequeños vástagos: tuvieran tanto algo de ella como de su padre, dando así la magnífica idea de tallar a Sunfyre; su hermoso y fiel dragón. Rhaenyra, no se la merecía; siempre estaba pensando en él y aquello lo imbuía de un amor indescriptible. No se la merecía ni en unas mil vidas, en cambio; era demasiado egoísta como para dejarla marchar y perder aquello que hacía latir a su corazón, haciendo sus días más felices de lo que jamás habían sido.

    Estaba trabajando una de las alas del dragón, cuando su vista comenzó a fallar y pequeños puntos negros, aparecieron en su campo visual; señal del cansancio notorio en él y sumado al dolor punzante que sentia en la espalda, por haber estado un par de horas sentado, sin haber movido un ápice de su postura. A causa de esta situación, decidió dejar de tallar por el momento y guardó los utensilios, en el pequeño compartimento de donde los había sacado. Luego de depositar la madera tallada y el cuchillo en el cajón, se levantó y desperezándose, palpándose con una de sus manos, la zona donde sentía la punzada de dolor en la espalda. Al darse aquellas sutiles caricias en la zona adolorida, se dirigió a la cama y con un leve suspiro de pesadez, deshizo las sabanas; para poder introducirse en el mullido colchón, tapándose con las suaves telas, evitando así, el frió nocturno.

    Aegon, se dejó envolver por el mullido lecho y se incorporó suavemente en el mismo, para apoyar la espalda contra el cabecero de roble. Sin poder evitar, observar de soslayo el lugar vacío al lado de él, echaba en falta a su esposa e incluso a la muralla de almohadones que ponía, para que no se perturbase su espacio personal, no pudiendo abrazarla, mientras el sueño dominaba las sapiencias de ambos. Poco importaba, no iba a ser ni juez ni verdugo. Por lo cual, no iba a llevar la contraria a su esposa, si aquello los ayudaba en algo, la iba a apoyar sin ninguna duda.

    El príncipe, decidió poner la muralla de cojines. Pues cuando llegase su esposa, estaría agotada y al menos, haciendo aquello, le ahorraba tiempo, pudiendo así reposar de forma inmediata sin ninguna preocupación. Al terminar de hacer aquella estructura mullida, se recostó en la cama e intento por todos los medios seguir despierto, pero para su mala suerte, los párpados le comenzaban a pesar y su vista se estaba oscureciendo. Aegon, se maldecía constantemente por el poco aguante que tenía al sueño y alargando su mano, elevándola sobre la suave muralla, comenzó a acariciar el lado donde reposaba su esposa, pasando la mano por las suaves sábanas, como si estuviera allí su esposa y el simple contacto con las finas mantas, provocaba la efervescencia de amor y gratitud: imaginándose que allí se encontraba Rhaenyra.⸻

    Te prometo, que seguiré estudiando y trabajando para ser un buen consorte, para poder ayudarte en el consejo y aligerarte de trabajo. Y así, que puedas descansar de forma más continua.

    ⸻ Con esa promesa salida de sus labios bañadas con un tono, de puro amor y decisión. El silencio se instaló en toda la habitación, finalmente el sueño llegó para el príncipe y como en la mayoría de las ocasiones. No iba a percatarse del regreso de su esposa, evitando de esta manera: poder regalarse con la hermosa visión marital. Solo le quedaba, dejarse llevar por los sueños y quizás allí, en ese mundo astral; lleno de pensamientos, ilusiones y temores. Encontrase la calidez de la mirada violácea de su esposa; vista del 𝙥𝙪𝙧𝙤 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙚𝙣𝙘𝙖𝙙𝙚𝙣𝙖𝙙𝙤 𝙖𝙡 𝙨𝙚𝙧. ⸻
    ❛Lo⳽ ᥴɩᥱꙆo⳽ ⳽ᥱ ᥴɩᥱɾᥒᥱᥒ ⳽oᑲɾᥱ Ꙇo⳽ ᑯɾᥲɠoᥒᥱ⳽. EꙆ ᥲꙆᑲᥲ oᥴᥲ⳽ɩoᥒᥲ ᥙᥒ ⳽ᥲɠᥲⱬ ᥲຕᥲᥒᥱᥴᥱɾ. Nᥙᑲᥱ⳽ ᥲꙆⱬᥲ́ᥒᑯo⳽ᥱ ᥴoຕo Ꙇᥲ ᥱ⳽ρᥙຕᥲ ᑯᥱꙆ ຕᥲɾ. Cᥲᑯᥱᥒᥲ⳽ ɾᥱ⳽oᥒᥲᥒᑯo ρoɾ toᑯo ᥱꙆ Ꙇᥙɠᥲɾ. EꙆɩຕɩᥒᥲᥒᑯo Ꙇᥲ ϙᥙɩᥱtᥙᑯ ᑯᥱꙆ ᥲຕᑲɩᥱᥒtᥱ. E⳽Ꙇᥲᑲoᥒᥱ⳽ oᥴᥲ⳽ɩoᥒᥲᥒᑯo Ꙇᥲ ⳽oᥒᥲtᥲ ᑯɩᥙɾᥒᥲ. MᥱꙆoᑯɩ́ᥲ⳽ ᥲρᥲɠᥲᑯᥲ⳽ ρoɾ ᥙᥒᥲ ɾᥱꙆᥲᥴɩóᥒ ᑯɩᥴtᥲᑯᥲ. Cóᥒყᥙɠᥱ ᥲ Ꙇᥲ ʋɩ⳽tᥲ ᑯᥱ Ꙇo⳽ ᑯɩo⳽ᥱ⳽. Eᥒᥱຕɩɠo⳽ ᥲ oʝo⳽ ƒᥲຕɩꙆɩᥲɾᥱ⳽. Vᥱɾᑯᥱ ყ ᥒᥱɠɾo, ᥴoꙆoɾᥱ⳽. Iຕρɾoρɩo⳽ ρᥲɾᥲ ᥱꙆ ᥲຕoɾ. Toᑯo ᑯɩᥴtᥲຕɩᥒᥲᑲᥲ ᥲꙆ ᥲɾᑯɩᥱᥒtᥱ ƒᥙᥱɠo. Dᥱ⳽ຕoɾoᥒᥲᥒᑯo Ꙇo⳽ ρɩꙆᥲɾᥱ⳽ ຕᥲɾɩtᥲꙆᥱ⳽. Oᑲʋɩᥲᥒᑯo Ꙇo⳽ ᥱ⳽tᥲtᥙto⳽ ᑯɩʋɩᥒo⳽. Sɩᥒ ɩຕρoɾtᥲɾ Ꙇo⳽ ⳽ᥱᥒtɩᑯo⳽. Dᥱ⳽tɾᥙყᥱᥒᑯo Ꙇᥲ ɩᥒoᥴᥱᥒᥴɩᥲ. Pᥲɾᥲᥒᑯo ᥱꙆ Ꙇᥲtɩᑯo. Poɾ ᥙᥒᥲ ⳽ɩຕρꙆᥱ ɾᥲⱬóᥒ. Lᥲ ᥱxtɩɾρᥲᥴɩóᥒ ᑯᥱꙆ ᥴoɾᥲⱬóᥒ. Nᥱᥴᥱ⳽ᥲɾɩo ρᥲɾᥲ ʋɩʋɩɾ. Y tᥲᥒ ƒᥲ́ᥴɩꙆ ᑯᥱ ᑯᥲᥒ̃ᥲɾ. Pɾɩ́ᥒᥴɩρᥱ ყ ρɾɩᥒᥴᥱ⳽ᥲ. Coᥒʋɩʋɩᥱᥒᑯo ρoɾ ᥙᥒ ᑲɩᥱᥒ. Lᥲ⳽ ⳽oຕᑲɾᥲ⳽ ɩᥒtᥱᥒtᥲᥒᑯo ᥱᥒɠᥙꙆꙆɩɾ. Lᥲ ρoᥴᥲ ᥱᥒtᥱɾᥱⱬᥲ ᑯᥱꙆ ᖾoຕᑲɾᥱ. Aƒᥱɾɾᥲ́ᥒᑯo⳽ᥱ ᥲ ⳽ᥙ ᥲຕoɾ ɩຕρo⳽ɩᑲꙆᥱ. Hᥲᥴɩᥱ́ᥒᑯoꙆo ᑯᥱ ƒoɾຕᥲ ᥱxᥴᥱρᥴɩoᥒᥲꙆ: ρo⳽ɩᑲꙆᥱ. ¿Poɾ ϙᥙᥱ́ Ꙇᥲ⳽ ⳽oຕᑲɾᥲ⳽ ᥒo ᥱᥒɠᥙꙆꙆɩ́ᥲᥒ ᥱꙆ ⳽ᥱɾ?. EꙆ ρɾɩ́ᥒᥴɩρᥱ ⳽ᥱ ຕᥲᥒtᥱᥒɩ́ᥲ ƒɩɾຕᥱ ᥱᥒ ⳽ᥙ ρ⳽ɩϙᥙᥱ. Gɾᥲᥴɩᥲ⳽ ᥲ Ꙇᥲ ƒᥱꙆɩᥴɩᑯᥲᑯ ⳽ᥱᥒtɩᑯᥲ. Aƒᥱɾɾᥲ́ᥒᑯo⳽ᥱ ᥴoᥒ toᑯᥲ⳽ ⳽ᥙ⳽ ƒᥙᥱɾⱬᥲ⳽. A Ꙇᥲ Ꙇᥙⱬ ϙᥙᥱ ᥱຕᥲᥒᥲᑲᥲ ᑯᥱ ᥱꙆꙆᥲ. Sɩᥱຕρɾᥱ ᥱꙆ ᥲຕoɾ ᑯᥱ ⳽ᥙ ʋɩᑯᥲ. EᥒᥴᥲɾᥴᥱꙆᥲᑯo ρoɾ ⳽ᥙ⳽ ᥱຕoᥴɩoᥒᥱ⳽. Lᥙᥴᖾᥲᥒᑯo ᖾᥲ⳽tᥲ ᥱꙆ ƒɩᥒᥲꙆ ᑯᥱꙆ ᥱ⳽tᥱɾtoɾ. Dᥱ ᥙᥒ ᥒᥙᥱʋo ᑯɩ́ᥲ ʝᥙᥒto ᥲ Ꙇᥲ ᥲຕᥲᑯᥲ. Eຕρᥱᑯɾᥲᑯo ᥱ⳽ ᥱꙆ ⳽ᥱᥒᑯᥱɾo. Aᥙᥒϙᥙᥱ ⳽ɩᥱຕρɾᥱ ⳽ᥱ ɾᥱᥱᥒᥴoᥒtɾᥲɾᥲ́ᥒ. AꙆຕᥲ⳽ ρoɾ ᥱꙆ ᥱtᥱɾᥒo. Sᥱ ɾᥱᥱᥒᥴoᥒtɾᥲɾᥲ́ᥒ ρoɾ ⳽ɩᥱຕρɾᥱ ᥱᥒ ƒᥙᥱɠo.❜ ⸻ La vista de Aegon se estaba encontrando ya agotada, mezclaba las letras entre sí. Su visión captaba una enorme mancha de tinta, indescifrable. Por este motivo, decidió cerrar el libro. Con la mano apoyada en la tapa, ejerció un poco de fuerza para confinar el cuero de la tapa con las hojas. Para finalmente, acariciar el lomo gastado por el paso del tiempo, leyendo por última vez el título del libro: ❛𝙋𝙧𝙤𝙛𝙚𝙘𝙞𝙖𝙨 𝙙𝙞𝙘𝙩𝙖𝙢𝙞𝙣𝙖𝙙𝙖𝙨 𝙖 𝙡𝙤 𝙡𝙖𝙧𝙜𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖❜. Al darle aquel vistazo de soslayo, se levantó de la silla donde se encontraba hace unos segundos leyendo y depositó el libro en su lugar de reposo, una enorme estantería se alzaba por toda la habitación, centenares de libros: que se fueron escribiendo a lo largo de la historia. Había tanto conocimiento en aquellas hileras de libros, donde poco a poco; Aegon se sentía cada vez más cómodo. Era un hábito desde hace unas semanas, que el príncipe se dirigiera todas las noches, después de cenar. Para tomarse un tiempo y envolverse en una lectura de lo más didáctica, al habituarse a hacer esa tarea, aprendía innumerables conocimientos. De esta manera, prepararse para formar parte del consejo de su esposa. Pudiendo así ayudarla de forma más eficaz y poder desahogarla de todo el trabajo que fuera posible. Aprovechando así, el tiempo libre que tenía, luego de dejar a sus hijos en sus respectivos lechos de descanso. Haciendo tiempo, hasta que su esposa terminase de trabajar. Deseaba que aquella noche, el sueño lo esquivase hasta ver a la princesa: pues llevaba todo el día sin verla y tenía la necesidad de ver sus orbes morados, llenos de fuego y la sonrisa deslumbrante, que siempre recibía cada vez que se veían. Momentos de grandes dificultades, el tiempo marital se veía realmente coartado por los quehaceres de la princesa. Claramente no se sentía molesto, todo lo contrario: se sentía orgulloso de su esposa, será una gran reina. Pensaba continuamente, causando que una boba sonrisa, apareciera en las comisuras de sus labios; 𝐿𝑎 𝑟𝑒𝑖𝑛𝑎 𝑅ℎ𝑎𝑒𝑛𝑦𝑟𝑎, 𝑚𝑖 𝑟𝑒𝑖𝑛𝑎. Con aquel pensamiento, dejó la biblioteca atrás, dirigiéndose hacia los aposentos conyugales. Pasos decididos, zancadas resonantes contra las paredes de piedra, anunciando el camino que estaba realizando el príncipe Aegon, para llegar a la alcoba marital. El corazón de Aegon, martilleaba su pecho con fuerza. Pensando firmemente que se iba a encontrar con Rhaenyra. Los pasos se sentían cada vez más ligeros, hasta el punto de pasar de una suave caminata a un pequeño trote. La fortaleza de Rocadragón, no era tan amplia como la Fortaleza Roja y llegó a la alcoba en unos pocos minutos, los guardias que vigilaban la puerta, saludaron al príncipe con un leve asentimiento con la cabeza. Al pasar por los soldados, llevó una de las manos hacia el pomo de la puerta y estando unos segundos allí, respiró hondo, mientras en las comisuras de sus labios se dibujaba una gran sonrisa y después de haberse tomado unos momentos, abrió la puerta de los aposentos. La ilusión desapareció de inmediato de todo su ser, el habitáculo se encontraba vacío, con las finas sabanas sin tocar, la cama completamente hecha, no habiendo desecho siquiera: la pequeña manta de lino que cubría el lecho. Una sombra se instaló unos momentos, detrás de sus iris; como si empujasen toda la esperanza que había sentido en momentos anteriores, hacía un precipicio, ningún tipo de seguridad, nada para detener la grave caída que se avecinaba. Ningún parapeto podía hacer frente al malestar general, que se instaló en todo su cuerpo, aunque no era culpa de nadie, más bien: si había que encontrar algún culpable, era él. Por ilusionarse e instalarse falsas esperanzas en sus cabales. Conforme miraba el lecho matrimonial, el manto oscuro que se había formado detrás de sus ojos, había desaparecido; cambiado por un brillo de orgullo que resaltaba el morado de sus ojos. 𝑅ℎ𝑎𝑒𝑛𝑦𝑟𝑎 𝑣𝑎 𝑎 𝑠𝑒𝑟 𝑢𝑛𝑎 𝑔𝑟𝑎𝑛 𝑟𝑒𝑖𝑛𝑎 𝑦 𝑣𝑜𝑦 𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟 𝑎ℎ𝑖 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑣𝑒𝑟𝑙𝑜, 𝑗𝑎𝑐𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜𝑚𝑒 𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑟 𝑠𝑢 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑜𝑟𝑡𝑒. En su rostro se volvió a dibujar una sonrisa, provocando que su tez brillase y se tiñera de una leve rojez en las mejillas. . . Por los dioses estaba totalmente enamorado de su esposa y pensar que hace unos años, ni siquiera aguantaban compartir el mismo oxígeno que inhalaban: la simple presencia era una tortura para ambos. En cambio, eso era el pasado; nada bueno traía vivir en el pasado, dándole importancia a los sucesos anteriores, ocasiona que los momentos presentes y futuros se desvanezcan, para caer en la absoluta ignorancia; estancándose así, el crecimiento personal de cada ser humano. La mirada siempre debía encontrar el camino que seguir y el sendero por el cual, estaba cruzando Aegon. Era la concordia mutua y el amor que sentía hacia su esposa, gracias a ello. Pudo mejorar como persona, había dejado los vicios tan nocivos, para la convivencia en un matrimonio. Dejó los burdeles y solo bebía vino en la noche, no basta el hartazgo, solo tomaba una copa de aquel líquido lleno de especias, para así refrescarse mientras cenaba. Hábitos que antes, dominaban su vida. El capitán del barco, el haz de oscuridad que controlaba cada paso que daba, se fusionaba para convertir su vida en un completo terraplén de angustia y sombras. Sin ningún ápice de libre albedrio, en poder total de sus pérfidos ámbitos. Hasta que finalmente, puso orden en todos los aspectos de su vida y el aspecto fundamental de aquel notorio cambio, fue el amor recibido tanto de sus hijos como de su esposa. Sin ellos, aún estaría perdido en aquel sin fin de sombras, oculto tras un manto de embriaguez continua, por eso: 𝙇𝙚𝙨 𝙙𝙚𝙗𝙞𝙖 𝙩𝙤𝙙𝙤. Como cada noche, se dirigió al pequeño escritorio y se sentó en la silla que había frente al mismo, allí. Saco la pieza de madera, que estaba tallando, de uno de los cajones y en uno de los laterales de aquel compartimento; saco el pequeño cuchillo que usaba para trabajar la madera. De esta manera, haría tiempo hasta que su esposa volviera a la habitación y así, poder verla una última vez antes de que el manto del sueño lo envolviera, para llevarlo al reino onírico. Completa atención en el trozo de madre que estaba tallando, cada zona la trabajaba con esmero, sin dejar ningún retazo sin pulir. Estaba intentando hacer a Sunfyre, anteriormente, habita tallado a Syrax, para que sus hijos recordasen a su madre y no la echasen tanto en falta. Fue idea de su esposa, el que sus pequeños vástagos: tuvieran tanto algo de ella como de su padre, dando así la magnífica idea de tallar a Sunfyre; su hermoso y fiel dragón. Rhaenyra, no se la merecía; siempre estaba pensando en él y aquello lo imbuía de un amor indescriptible. No se la merecía ni en unas mil vidas, en cambio; era demasiado egoísta como para dejarla marchar y perder aquello que hacía latir a su corazón, haciendo sus días más felices de lo que jamás habían sido. Estaba trabajando una de las alas del dragón, cuando su vista comenzó a fallar y pequeños puntos negros, aparecieron en su campo visual; señal del cansancio notorio en él y sumado al dolor punzante que sentia en la espalda, por haber estado un par de horas sentado, sin haber movido un ápice de su postura. A causa de esta situación, decidió dejar de tallar por el momento y guardó los utensilios, en el pequeño compartimento de donde los había sacado. Luego de depositar la madera tallada y el cuchillo en el cajón, se levantó y desperezándose, palpándose con una de sus manos, la zona donde sentía la punzada de dolor en la espalda. Al darse aquellas sutiles caricias en la zona adolorida, se dirigió a la cama y con un leve suspiro de pesadez, deshizo las sabanas; para poder introducirse en el mullido colchón, tapándose con las suaves telas, evitando así, el frió nocturno. Aegon, se dejó envolver por el mullido lecho y se incorporó suavemente en el mismo, para apoyar la espalda contra el cabecero de roble. Sin poder evitar, observar de soslayo el lugar vacío al lado de él, echaba en falta a su esposa e incluso a la muralla de almohadones que ponía, para que no se perturbase su espacio personal, no pudiendo abrazarla, mientras el sueño dominaba las sapiencias de ambos. Poco importaba, no iba a ser ni juez ni verdugo. Por lo cual, no iba a llevar la contraria a su esposa, si aquello los ayudaba en algo, la iba a apoyar sin ninguna duda. El príncipe, decidió poner la muralla de cojines. Pues cuando llegase su esposa, estaría agotada y al menos, haciendo aquello, le ahorraba tiempo, pudiendo así reposar de forma inmediata sin ninguna preocupación. Al terminar de hacer aquella estructura mullida, se recostó en la cama e intento por todos los medios seguir despierto, pero para su mala suerte, los párpados le comenzaban a pesar y su vista se estaba oscureciendo. Aegon, se maldecía constantemente por el poco aguante que tenía al sueño y alargando su mano, elevándola sobre la suave muralla, comenzó a acariciar el lado donde reposaba su esposa, pasando la mano por las suaves sábanas, como si estuviera allí su esposa y el simple contacto con las finas mantas, provocaba la efervescencia de amor y gratitud: imaginándose que allí se encontraba Rhaenyra.⸻ Te prometo, que seguiré estudiando y trabajando para ser un buen consorte, para poder ayudarte en el consejo y aligerarte de trabajo. Y así, que puedas descansar de forma más continua. ⸻ Con esa promesa salida de sus labios bañadas con un tono, de puro amor y decisión. El silencio se instaló en toda la habitación, finalmente el sueño llegó para el príncipe y como en la mayoría de las ocasiones. No iba a percatarse del regreso de su esposa, evitando de esta manera: poder regalarse con la hermosa visión marital. Solo le quedaba, dejarse llevar por los sueños y quizás allí, en ese mundo astral; lleno de pensamientos, ilusiones y temores. Encontrase la calidez de la mirada violácea de su esposa; vista del 𝙥𝙪𝙧𝙤 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙚𝙣𝙘𝙖𝙙𝙚𝙣𝙖𝙙𝙤 𝙖𝙡 𝙨𝙚𝙧. ⸻
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