• Nuevo año
    Fandom Bridgerton
    Categoría Drama
    Las fiestas de navidad ya han finalizado otro año más, este fue especial ya que ha sido la primera navidad de nuestro pequeño Edmund.
    Como la prometí a mi amada esposa, durante las fiestas no trabajaría.

    Ahora que finalmente han acabado, después de que todos comiéramos en familia y mantuviera una conversación privada con mi madre.
    El resto de la tarde me he dedicado a los libros de contabilidad, pagar a nuestros sirvientes y los jornaleros.

    Kate Bridgerton
    Las fiestas de navidad ya han finalizado otro año más, este fue especial ya que ha sido la primera navidad de nuestro pequeño Edmund. Como la prometí a mi amada esposa, durante las fiestas no trabajaría. Ahora que finalmente han acabado, después de que todos comiéramos en familia y mantuviera una conversación privada con mi madre. El resto de la tarde me he dedicado a los libros de contabilidad, pagar a nuestros sirvientes y los jornaleros. [Katiekinw]
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    12 turnos 0 maullidos 91 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    //año nuevo edición nueva. perro en modificación les recomiendo leer la ficha... cuando la haga voy a volver a sesshomaru mas canon al aeternum que a inuyasha porque ser el único del fandom de inuyasha.... duele (? -drama solo por si aparece alguien?
    //año nuevo edición nueva. perro en modificación les recomiendo leer la ficha... cuando la haga voy a volver a sesshomaru mas canon al aeternum que a inuyasha porque ser el único del fandom de inuyasha.... duele (? -drama solo por si aparece alguien?
    Me gusta
    1
    1 comentario 0 compartidos 117 vistas
  • #MonoRol | La metamorfosis de la inocencia

    Antes de que existiera la asesina, mucho antes de la chica mentalmente inestable, antes de la niña que fue reclutada por una organización secreta con el fin de ser entrenada para matar, antes de ser la niña del orfanato e incluso antes de la chiquilla que los policías hallaron junto al cuerpo sin vida de su madre, sin muestras de tristeza, sin lágrimas y sin llanto alguno; existió una pequeña que lloraba tras cada pequeña reprimenda, una niña con el cabello blanco como la nieve que anhelaba la calidez de un abrazo, una pizca de comprensión, o simplemente que su madre le permitiera salir una tarde a jugar y poder sentir el pasto bajo sus pies.

    Esa pequeña niña de ojos tristes, a sus seis años, se encontraba en uno de los salones de su casa; una habitación fría y desprovista de cualquier rastro de calidez. Las paredes blancas y desnudas parecían reflejar la frialdad de su madre, quien la observaba con una mirada crítica desde el otro lado de la habitación.

    —Levanta más la pierna, Illyiv. ¿De verdad eso es lo mejor que puedes hacer? —La voz de su madre resonaba con dureza, sin un ápice de compasión.

    Illyiv, con su pequeña figura temblorosa, intentaba cumplir con las exigencias de su madre. Sus músculos ardían de cansancio, pero no se atrevía a quejarse. Sabía que cualquier muestra de debilidad sería castigada.

    —Lo siento, mamá. Estoy tratando… —murmuró, su voz apenas audible.

    —Tratar no es suficiente. Debes ser perfecta. ¿Quieres ser una bailarina mediocre? —La madre de Illyiv se acercó, sus pasos resonando en el suelo de madera—. ¿Cómo es que tu cuerpo es tan débil?

    Illyiv bajó la mirada, sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos, que no tardaron en empezar a resbalar por su mejilla dejando surcos salados en su piel. Ella sabía que llorar no le servía de nada, pero no podía contener aquellas lagrimas, solo podía reprimir su llanto, ese que su madre siempre ignoraba. Con lágrimas silenciosas y amargas, se obligó a seguir practicando, sus movimientos cada vez más mecánicos y desprovistos de vida.

    Su energía se agotaba, su estómago rugía de hambre. Apenas había comido ese día, y la poca energía que le quedaba se desvanecía rápidamente. Sus músculos estaban tensos y adoloridos.

    —Mamá… no puedo más... —susurró.

    La madre de Illyiv la miró con amargura y profunda decepción.

    —Diez minutos. Tienes diez minutos para descansar. Luego, vuelves a practicar.

    Illyiv asintió débilmente y se dejó caer en el suelo, sus piernas temblando por el esfuerzo. Se arrastró hasta la ventana y se sentó, mirando hacia afuera mientras limpiaba sus lagrimas. Desde allí, podía ver a los hijos de los nuevos vecinos jugando en el parque de enfrente. Sus risas y gritos de alegría eran un recordatorio doloroso de lo que ella no podía tener. Deseaba con todas sus fuerzas unirse a ellos, correr y jugar como cualquier otro niño. Pero sabía que eso nunca sucedería. Sabía que eso era una fantasía inalcanzable. Su madre, con su mirada gélida y exigencias despiadadas, la había encerrado en una prisión de perfección, una prisión de la que no podía escapar.

    —¿Por qué no puedo salir a jugar con ellos, mamá? —preguntó Illyiv, su voz llena de anhelo.

    —Porque los niños de tu edad son inmaduros y no son capaces de pensar en sus futuros —respondió su madre con frialdad—. Solo serán una mala influencia para ti y una distracción. Ahorita no lo entiendes, pero algún día me lo agradecerás.

    Illyiv bajó la mirada, sintiendo una punzada de tristeza en su corazón.

    —Pero mamá, yo solo quiero salir a jugar y tener amigos…

    —Los amigos son una distracción —interrumpió su madre—. Por eso pago por clases particulares en casa en lugar de llevarte a un instituto. No quiero que las influencias de otros niños arruinen tu futuro en el ballet.

    Illyiv asintió lentamente, aunque no comprendía del todo las palabras de su madre. Solo sabía que se sentía sola y atrapada. Los diez minutos pasaron rápidamente, y su madre la llamó de nuevo.

    —Es hora de volver a practicar, Illyiv. No quiero escuchar más quejas. —La voz de su madre resonaba como un látigo, cortando el silencio de la habitación.

    Illyiv asintió, apartando la vista de la ventana. Suspiró y continuó con sus ejercicios, su cuerpo moviéndose con una precisión casi robótica. Cada error era castigado con severidad, y cada castigo la hacía más fuerte, más resistente. Esa situación, parecía repetirse día tras día. Con el tiempo, dejó de llorar. Las lágrimas se secaron, dejando en su lugar una coraza de indiferencia que la protegía del dolor. Llorar nunca servía de nada, su madre ignoraba el llanto de su propia hija, ¿Acaso había alguien más que pudiera venir a salvarla? Las lágrimas eran un lujo que no podía permitirse.

    "Que débil es tu cuerpo", repetía su madre cada vez que Illyiv mostraba signos de cansancio. "Nunca serás una bailarina si no te esfuerzas más."

    Las palabras de su madre, como espinas clavadas en su alma, se convirtieron en un mantra que la acompañaría durante toda su vida. "Qué débil es tu cuerpo“ resonaba en la cabeza de Illyiv, incluso después de más de diez años, cada vez que experimentaba un momento de debilidad o vulnerabilidad. "Qué débil es tu cuerpo" oía como un eco constante, cada vez que sentía dolor o cansancio. "Qué débil es tu cuerpo" recordaba, cada vez que cometía un error. "Qué débil es tu cuerpo" incluso cada vez que sangraba al herirse accidentalmente con sus propias armas. Esas palabras habían quedado grabadas en su mente, del mismo modo que las cicatrices de quemaduras, producto de los castigos de su madre, cubrían la piel de su espalda como marcas indelebles que la acompañarían hasta el final de sus días. Su madre había sido asesinada hace más de diez años a manos de su padrastro, pero aquellas palabras nunca murieron.

    —Desearía que te las hubieras llevado contigo, madre... Tus palabras... —dijo la peliblanca, ahora con ventiún años sentada junto a la tumba de su madre.


    #MonoRol | La metamorfosis de la inocencia Antes de que existiera la asesina, mucho antes de la chica mentalmente inestable, antes de la niña que fue reclutada por una organización secreta con el fin de ser entrenada para matar, antes de ser la niña del orfanato e incluso antes de la chiquilla que los policías hallaron junto al cuerpo sin vida de su madre, sin muestras de tristeza, sin lágrimas y sin llanto alguno; existió una pequeña que lloraba tras cada pequeña reprimenda, una niña con el cabello blanco como la nieve que anhelaba la calidez de un abrazo, una pizca de comprensión, o simplemente que su madre le permitiera salir una tarde a jugar y poder sentir el pasto bajo sus pies. Esa pequeña niña de ojos tristes, a sus seis años, se encontraba en uno de los salones de su casa; una habitación fría y desprovista de cualquier rastro de calidez. Las paredes blancas y desnudas parecían reflejar la frialdad de su madre, quien la observaba con una mirada crítica desde el otro lado de la habitación. —Levanta más la pierna, Illyiv. ¿De verdad eso es lo mejor que puedes hacer? —La voz de su madre resonaba con dureza, sin un ápice de compasión. Illyiv, con su pequeña figura temblorosa, intentaba cumplir con las exigencias de su madre. Sus músculos ardían de cansancio, pero no se atrevía a quejarse. Sabía que cualquier muestra de debilidad sería castigada. —Lo siento, mamá. Estoy tratando… —murmuró, su voz apenas audible. —Tratar no es suficiente. Debes ser perfecta. ¿Quieres ser una bailarina mediocre? —La madre de Illyiv se acercó, sus pasos resonando en el suelo de madera—. ¿Cómo es que tu cuerpo es tan débil? Illyiv bajó la mirada, sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos, que no tardaron en empezar a resbalar por su mejilla dejando surcos salados en su piel. Ella sabía que llorar no le servía de nada, pero no podía contener aquellas lagrimas, solo podía reprimir su llanto, ese que su madre siempre ignoraba. Con lágrimas silenciosas y amargas, se obligó a seguir practicando, sus movimientos cada vez más mecánicos y desprovistos de vida. Su energía se agotaba, su estómago rugía de hambre. Apenas había comido ese día, y la poca energía que le quedaba se desvanecía rápidamente. Sus músculos estaban tensos y adoloridos. —Mamá… no puedo más... —susurró. La madre de Illyiv la miró con amargura y profunda decepción. —Diez minutos. Tienes diez minutos para descansar. Luego, vuelves a practicar. Illyiv asintió débilmente y se dejó caer en el suelo, sus piernas temblando por el esfuerzo. Se arrastró hasta la ventana y se sentó, mirando hacia afuera mientras limpiaba sus lagrimas. Desde allí, podía ver a los hijos de los nuevos vecinos jugando en el parque de enfrente. Sus risas y gritos de alegría eran un recordatorio doloroso de lo que ella no podía tener. Deseaba con todas sus fuerzas unirse a ellos, correr y jugar como cualquier otro niño. Pero sabía que eso nunca sucedería. Sabía que eso era una fantasía inalcanzable. Su madre, con su mirada gélida y exigencias despiadadas, la había encerrado en una prisión de perfección, una prisión de la que no podía escapar. —¿Por qué no puedo salir a jugar con ellos, mamá? —preguntó Illyiv, su voz llena de anhelo. —Porque los niños de tu edad son inmaduros y no son capaces de pensar en sus futuros —respondió su madre con frialdad—. Solo serán una mala influencia para ti y una distracción. Ahorita no lo entiendes, pero algún día me lo agradecerás. Illyiv bajó la mirada, sintiendo una punzada de tristeza en su corazón. —Pero mamá, yo solo quiero salir a jugar y tener amigos… —Los amigos son una distracción —interrumpió su madre—. Por eso pago por clases particulares en casa en lugar de llevarte a un instituto. No quiero que las influencias de otros niños arruinen tu futuro en el ballet. Illyiv asintió lentamente, aunque no comprendía del todo las palabras de su madre. Solo sabía que se sentía sola y atrapada. Los diez minutos pasaron rápidamente, y su madre la llamó de nuevo. —Es hora de volver a practicar, Illyiv. No quiero escuchar más quejas. —La voz de su madre resonaba como un látigo, cortando el silencio de la habitación. Illyiv asintió, apartando la vista de la ventana. Suspiró y continuó con sus ejercicios, su cuerpo moviéndose con una precisión casi robótica. Cada error era castigado con severidad, y cada castigo la hacía más fuerte, más resistente. Esa situación, parecía repetirse día tras día. Con el tiempo, dejó de llorar. Las lágrimas se secaron, dejando en su lugar una coraza de indiferencia que la protegía del dolor. Llorar nunca servía de nada, su madre ignoraba el llanto de su propia hija, ¿Acaso había alguien más que pudiera venir a salvarla? Las lágrimas eran un lujo que no podía permitirse. "Que débil es tu cuerpo", repetía su madre cada vez que Illyiv mostraba signos de cansancio. "Nunca serás una bailarina si no te esfuerzas más." Las palabras de su madre, como espinas clavadas en su alma, se convirtieron en un mantra que la acompañaría durante toda su vida. "Qué débil es tu cuerpo“ resonaba en la cabeza de Illyiv, incluso después de más de diez años, cada vez que experimentaba un momento de debilidad o vulnerabilidad. "Qué débil es tu cuerpo" oía como un eco constante, cada vez que sentía dolor o cansancio. "Qué débil es tu cuerpo" recordaba, cada vez que cometía un error. "Qué débil es tu cuerpo" incluso cada vez que sangraba al herirse accidentalmente con sus propias armas. Esas palabras habían quedado grabadas en su mente, del mismo modo que las cicatrices de quemaduras, producto de los castigos de su madre, cubrían la piel de su espalda como marcas indelebles que la acompañarían hasta el final de sus días. Su madre había sido asesinada hace más de diez años a manos de su padrastro, pero aquellas palabras nunca murieron. —Desearía que te las hubieras llevado contigo, madre... Tus palabras... —dijo la peliblanca, ahora con ventiún años sentada junto a la tumba de su madre.
    Me gusta
    Me encocora
    Me entristece
    7
    1 turno 0 maullidos 152 vistas
  • El reencuentro
    Fandom FreeRol
    Categoría Romance
    Han pasado tres semanas desde que ataque a Eli, me sentía algo mejor tras la terapia. Tenía que serle sincero, pero aún estaba preocupado o mejor dicho tenía miedo de volverla a ver.

    Me sentía miserable por hacer daño a la persona que me enseñó amar, se que si la iba a volver a ver nada iba a ser igual, de momento iba de camino hacia una cafetería donde había quedado con Elek. Me pidió por favor que lo hiciera debido a que aún nos estaba buscando el abuelo, para pagar mi error de dejar viva a una bruja. Iba con calma, pero ocultando todo rastro de mi dolor e incluso la estupidez de rapar mi pelo, antes de abrir la puerta del local me vino el aroma de un perfume que no creí que fuera tan pronto volver a oler, me gire con cuidado viendo cara a cara a Eli, pero nos separaban varios metros.

    -Eli... -

    Mi voz aún estaba ronca de pasar noches llorando, a simple vista lo que más destacaba eran los ojos enrojecidos por no pasarlo bien. Y también mis manos aún estaban cubiertas de tiritas.

    Elisabeth Turner
    Han pasado tres semanas desde que ataque a Eli, me sentía algo mejor tras la terapia. Tenía que serle sincero, pero aún estaba preocupado o mejor dicho tenía miedo de volverla a ver. Me sentía miserable por hacer daño a la persona que me enseñó amar, se que si la iba a volver a ver nada iba a ser igual, de momento iba de camino hacia una cafetería donde había quedado con Elek. Me pidió por favor que lo hiciera debido a que aún nos estaba buscando el abuelo, para pagar mi error de dejar viva a una bruja. Iba con calma, pero ocultando todo rastro de mi dolor e incluso la estupidez de rapar mi pelo, antes de abrir la puerta del local me vino el aroma de un perfume que no creí que fuera tan pronto volver a oler, me gire con cuidado viendo cara a cara a Eli, pero nos separaban varios metros. -Eli... - Mi voz aún estaba ronca de pasar noches llorando, a simple vista lo que más destacaba eran los ojos enrojecidos por no pasarlo bien. Y también mis manos aún estaban cubiertas de tiritas. [Abbey_Thc]
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    7 turnos 0 maullidos 199 vistas
  • — Ahh hoy estuve más pensativo de lo normal, como que alguien en otro universo, le pasó algo tristísimo el día de hoy que me afectó a mi también… que extraño.—
    — Ahh hoy estuve más pensativo de lo normal, como que alguien en otro universo, le pasó algo tristísimo el día de hoy que me afectó a mi también… que extraño.—
    Me entristece
    3
    4 turnos 0 maullidos 234 vistas

  • La intervención había durado horas tanto que la noche dió lugar a un nuevo día y aunque se aseguro de seguir cada uno de los procedimientos para tratar con delicadeza sus heridas, realmente era algo que nunca había realizado por lo cual no había garantía de que su método pudiera funcionar.

    — Tal vez no hay la suficiente compatibilidad..

    Añadió un tanto desanimado al apreciar el semblante femenino inerte, aquel semblante que a diferencia del día en que lo visitó por primera vez ya no portaba aquella luz radiante y aunque tal vez pudo ser una expresión fingida, la realidad es que era mucho mejor a lo que ahora veía. Sin embargo, no se movió de ese lugar y se quedó sentado esperando algún tipo de reacción tal vez para mitigar ese sentimiento agridulce que tenía años que no sentía en su pecho.

    — ¿Podría ser que tenía razón en una parte? Supongo que si, realmente tú ganaste.

    Comentó luego de dar un pesado suspiro y acercar su cálida mano sobre la frente ajena, notando aquel frío que no sabía si era normal. Después de todo, no sabía otra cosa de su especie que no fuera como eliminarla.
    La intervención había durado horas tanto que la noche dió lugar a un nuevo día y aunque se aseguro de seguir cada uno de los procedimientos para tratar con delicadeza sus heridas, realmente era algo que nunca había realizado por lo cual no había garantía de que su método pudiera funcionar. — Tal vez no hay la suficiente compatibilidad.. Añadió un tanto desanimado al apreciar el semblante femenino inerte, aquel semblante que a diferencia del día en que lo visitó por primera vez ya no portaba aquella luz radiante y aunque tal vez pudo ser una expresión fingida, la realidad es que era mucho mejor a lo que ahora veía. Sin embargo, no se movió de ese lugar y se quedó sentado esperando algún tipo de reacción tal vez para mitigar ese sentimiento agridulce que tenía años que no sentía en su pecho. — ¿Podría ser que tenía razón en una parte? Supongo que si, realmente tú ganaste. Comentó luego de dar un pesado suspiro y acercar su cálida mano sobre la frente ajena, notando aquel frío que no sabía si era normal. Después de todo, no sabía otra cosa de su especie que no fuera como eliminarla.
    Me gusta
    2
    1 turno 0 maullidos 195 vistas
  • -Nuevamente se empiesa a transmitir por los anillos del infierno de forma inmediata -

    MUy buenas noches mis oyentes infernales nuevamente en este programa nocturno nos ponemos inspiradores y más mi invitado que nos acompaña

    User: hola a todos jejejeje

    A: bien que nos trajiste está vez

    user: bueno ya que te gusta la buena música intente hacer una interpretación de esos años

    A: ahhhhh así. Que vas a cantar ??

    User: si espero y no te moleste ya que es tu programa

    A: para nada mi estimado colega este programa está hecho para esto ahora entiendo porque viniste vestido así
    User: está mal mi atuendo?
    A: no al contrario así pareces gente no esos trapos que utilizas esa moda del siglo 21

    User: o oye mi estilo de vestir no lo critiques que sea perdiendo yo no soy el que lleva maquillaje en los ojos
    A: quiere morir verdad recuerda que estás al aire....
    User: jejejeje UPS se me escapó
    A: bueno empecemos

    -se enpiesa a transmitir una melodía de guitarra -



    https://youtu.be/aN8vnzNWa60?si=2M2gBq8Lwi1wJMcE
    -Nuevamente se empiesa a transmitir por los anillos del infierno de forma inmediata - MUy buenas noches mis oyentes infernales nuevamente en este programa nocturno nos ponemos inspiradores y más mi invitado que nos acompaña User: hola a todos jejejeje A: bien que nos trajiste está vez user: bueno ya que te gusta la buena música intente hacer una interpretación de esos años A: ahhhhh así. Que vas a cantar ?? User: si espero y no te moleste ya que es tu programa A: para nada mi estimado colega este programa está hecho para esto ahora entiendo porque viniste vestido así User: está mal mi atuendo? A: no al contrario así pareces gente no esos trapos que utilizas esa moda del siglo 21 User: o oye mi estilo de vestir no lo critiques que sea perdiendo yo no soy el que lleva maquillaje en los ojos A: quiere morir verdad recuerda que estás al aire....💢💢 User: jejejeje UPS se me escapó A: bueno empecemos -se enpiesa a transmitir una melodía de guitarra - https://youtu.be/aN8vnzNWa60?si=2M2gBq8Lwi1wJMcE
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos 293 vistas
  • —Para nada extrañe a Rouge..no extrañe su cabello,su piel,su aroma,su forma de tratarme,su cuerpo magnifico,su compañía,su manera de decirme "te amo",para nada la extrañe

    —No hace ni falta deducir que si la extraño—


    Rouge The Bat
    —Para nada extrañe a Rouge..no extrañe su cabello,su piel,su aroma,su forma de tratarme,su cuerpo magnifico,su compañía,su manera de decirme "te amo",para nada la extrañe —No hace ni falta deducir que si la extraño— [radiant_aqua_mule_943]
    Me enjaja
    Me encocora
    Me entristece
    4
    5 turnos 0 maullidos 194 vistas
  • Meta de este año ponerme al día en roles incluso aunque tenga el año de vistos ¡Este año no le atraso en roles o dejo de llamarme la verga maestra... Creo que ese es nombre de Adán.... ¡El señor de estas tierras! No ese es el perro..... El hechicero más fuerte !!! No ese es Gojo.....
    Meta de este año ponerme al día en roles incluso aunque tenga el año de vistos ¡Este año no le atraso en roles o dejo de llamarme la verga maestra... Creo que ese es nombre de Adán.... ¡El señor de estas tierras! No ese es el perro..... El hechicero más fuerte !!! No ese es Gojo.....
    Me enjaja
    1
    7 turnos 0 maullidos 266 vistas
  • |Todos los días tengo que dar lo mejor de mí para satisfacer, sin importar qué tan rudo o brusco sea el cliente. No puedo quejarme, aunque mi espalda me esté matando después de tantas horas de trabajo duro, aunque si fueras tu no me quejaría en atenderte... ¿Eh? ¿Por qué pones esa cara? ... Soy mesero en una cafetería...¿¡en qué pensabas que trabajaba?!

    —Cubrio su rostro sonrojado al percatarse que tal vez si pudo sonar algo extraño su manera de expresar su día a día—
    🌿|Todos los días tengo que dar lo mejor de mí para satisfacer, sin importar qué tan rudo o brusco sea el cliente. No puedo quejarme, aunque mi espalda me esté matando después de tantas horas de trabajo duro, aunque si fueras tu no me quejaría en atenderte... ¿Eh? ¿Por qué pones esa cara? ... Soy mesero en una cafetería...¿¡en qué pensabas que trabajaba?! —Cubrio su rostro sonrojado al percatarse que tal vez si pudo sonar algo extraño su manera de expresar su día a día—
    Me encocora
    Me enjaja
    2
    3 turnos 0 maullidos 247 vistas
Ver más resultados
Patrocinados