Al timón de un imponente y excéntrico barco iba liderando la travesía Zima, un pirata (Aunque actualmente reconocido corsario) nacido en las costas de Hybern. Zima era un hombre educado y elegante, debería de medir casi los dos metros, y aún así usaba unas botas con algo de tacón, vestía de rojo, y su cabello era rizado y caía en bucles sobre sus hombros, tenía une elegante y bien cuidado bigote que le daba casi el aspecto de un burgués cortesano, sobre todo por las joyas que decoraban sus dedos, siete anillos.
El primero de los anillos lo llevaba en el pulgar de la mano izquierda, era de hueso o tal vez de marfil, se suponía que esa clase de anillos no debían de mostrarse por que tenían un significado oscuro pero Zima lo exhibía con orgullo. El segundo anillo decoraba su dedo índice, era de oro, tenía engastada una gran piedra de color verde, casi se podría decir que era el anillo de un rey ¿Verdad? El tercer anillo descansaba en el pulgar de su mano izquierda, era de hierro, era ancho y tosco, y estaba grabado con unas palabras "Rumbo al horizonte", El cuarto y quinto anillo los portaba en el dedo corazón, era un conjunto de anillos de plata con unos rubíes engastados, era como si aquellos anillos hubieran sido forjados para estar juntos, para encontrarse el uno al otro. El sexto anillo descansaba en el anular, era un sencillo anillo de oro blanco, no había decoraciones, ni piedras preciosas, nada, solo un anillo de oro blanco. El séptimo anillo y último era invisible y estaba colocado en el meñique de Zima, era un anillo hecho con la brisa del mar y los vientos del este, era un anillo maldito.
Zima, silbaba una saloma mientras giraba dos nudos a estribor, corrigiendo el rumbo de su travesía, iba a llegar a su destino en cualquier momento. Pronto, muy pronto atracaría en la depresión de tierra que separaba la corte Noche de la corte Día, y pronto muy pronto comenzaría su nuevo viaje.
Zima, tras la caída del antiguo rey de Hybern había prometido ser Corsario y servir a la corona pero una vez que uno es pirata, siempre será pirata ¿Verdad? Bueno, técnicamente estuvo cumpliendo la promesa, sirvió al rey mientras estuvo vivo pero... Muerto el perro se acababa la rabia, jé. Zima era un buscador de la libertad eterna, un quebrantador de leyes nato, un ser caótico que tenía una única misión, por ahora, conseguir a un cuentacuentos, o mejor dicho a un vidente, para que le ayudase a encontrar cierto tesoro antaño desaparecido, no era de extrañar que un pirata buscase tesoros enterrados pero si uno leía bien entre las líneas de Zima podía darse cuenta que no era un piratucho común, que él iba más allá. Quería poder y estatus, quería gobernar los mares y ser considerado el rey de las mareas, quería... el poder que guardaba 𝓮𝓵 𝓽𝓮𝓼𝓸𝓻𝓸 𝓭𝓮𝓵 𝓶𝓪𝓻.
Al timón de un imponente y excéntrico barco iba liderando la travesía Zima, un pirata (Aunque actualmente reconocido corsario) nacido en las costas de Hybern. Zima era un hombre educado y elegante, debería de medir casi los dos metros, y aún así usaba unas botas con algo de tacón, vestía de rojo, y su cabello era rizado y caía en bucles sobre sus hombros, tenía une elegante y bien cuidado bigote que le daba casi el aspecto de un burgués cortesano, sobre todo por las joyas que decoraban sus dedos, siete anillos.
El primero de los anillos lo llevaba en el pulgar de la mano izquierda, era de hueso o tal vez de marfil, se suponía que esa clase de anillos no debían de mostrarse por que tenían un significado oscuro pero Zima lo exhibía con orgullo. El segundo anillo decoraba su dedo índice, era de oro, tenía engastada una gran piedra de color verde, casi se podría decir que era el anillo de un rey ¿Verdad? El tercer anillo descansaba en el pulgar de su mano izquierda, era de hierro, era ancho y tosco, y estaba grabado con unas palabras "Rumbo al horizonte", El cuarto y quinto anillo los portaba en el dedo corazón, era un conjunto de anillos de plata con unos rubíes engastados, era como si aquellos anillos hubieran sido forjados para estar juntos, para encontrarse el uno al otro. El sexto anillo descansaba en el anular, era un sencillo anillo de oro blanco, no había decoraciones, ni piedras preciosas, nada, solo un anillo de oro blanco. El séptimo anillo y último era invisible y estaba colocado en el meñique de Zima, era un anillo hecho con la brisa del mar y los vientos del este, era un anillo maldito.
Zima, silbaba una saloma mientras giraba dos nudos a estribor, corrigiendo el rumbo de su travesía, iba a llegar a su destino en cualquier momento. Pronto, muy pronto atracaría en la depresión de tierra que separaba la corte Noche de la corte Día, y pronto muy pronto comenzaría su nuevo viaje.
Zima, tras la caída del antiguo rey de Hybern había prometido ser Corsario y servir a la corona pero una vez que uno es pirata, siempre será pirata ¿Verdad? Bueno, técnicamente estuvo cumpliendo la promesa, sirvió al rey mientras estuvo vivo pero... Muerto el perro se acababa la rabia, jé. Zima era un buscador de la libertad eterna, un quebrantador de leyes nato, un ser caótico que tenía una única misión, por ahora, conseguir a un cuentacuentos, o mejor dicho a un vidente, para que le ayudase a encontrar cierto tesoro antaño desaparecido, no era de extrañar que un pirata buscase tesoros enterrados pero si uno leía bien entre las líneas de Zima podía darse cuenta que no era un piratucho común, que él iba más allá. Quería poder y estatus, quería gobernar los mares y ser considerado el rey de las mareas, quería... el poder que guardaba 𝓮𝓵 𝓽𝓮𝓼𝓸𝓻𝓸 𝓭𝓮𝓵 𝓶𝓪𝓻.