𝑈𝑛 𝑠𝑢𝑒𝑛̃𝑜 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑟𝑟𝑒𝑛𝑡𝑒
— 𝐒𝐭𝐚𝐫𝐭𝐞𝐫 𝐚𝐛𝐢𝐞𝐫𝐭𝐨
La verdad es que arder intensamente entre llamas plateadas no era algo nuevo para Nesta Archeron, pero arder dentro de un sueño, tal vez sí lo era.
Nesta había caído en lo profundo de un lago, la armadura le había imposibilitado subir a la superficie así que su espalda tocó el fondo de aquel oscuro lugar.
Abrió los ojos bajo el agua y pudo ver leves rayos de luz atravesando la superficie, era hermoso, verdaderamente hermoso, era como captar una aurora boreal dentro del agua.
La alta fae sintió como sus pulmones comenzaban a quedarse sin aire y supo en aquel momento que iba a morir, que allí acababa todo, allí perecía la valkyria.
Los primeros pensamientos fueron sobre Cassian, luego Azriel y las Valkyrias, seguidamente vino la imagen del rostro de Elain junto a Nyx en el jardín, y por último Rhysand, Amren y Feyra.
La última bocanada de aire se escapó de su boca y todo se volvió negro y espeso, todo se apagó a su alrededor. La Alta fae abrazó aquel momento, lo hizo suyo, pues como dama de la muerte no le tenía miedo, sabía que no merecía que nadie llorase aquella pérdida, tampoco se perdía tanto ¿Verdad?
A sus espaldas retumbó una voz: "𝑇𝑜𝑚𝑎 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑡𝑢𝑦𝑜.", Nesta reconoció aquella voz que había estado en su mente desde la primera vez que se encontró cara a cara con él, Lanthys, era la maldita voz de Lanthys. "𝑇𝑜𝑚𝑎 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑡𝑢𝑦𝑜 𝑦 𝑐𝑎𝑏𝑎𝑙𝑔𝑎 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜 𝑎 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑐𝑒𝑟𝜄́𝑎 𝑠𝑎𝑙𝑣𝑎𝑗𝑒, 𝑏𝑟𝑢𝑗𝑎 𝑑𝑒 𝑂𝑜𝑟𝑖𝑑." Ordenaba aquella voz, y entonces sintió una mano en su cintura, otra en su hombro, como la mano de la cintura se deslizaba entre las cintas de su armadura de Valkyria, y como buscaba lo que había bajo aquellas telas, su piel.
Nesta se revolvió cerrando los ojos con fuerza y todo su cuerpo estalló en llamas plateadas alejando aquellas manos que la tocaban, alejando al agua, alejando a todo aquello que la molestaba. La mujer buscó desesperadamente en su cintura el mango de su fiel compañera, Ataraxia, su espada y alzándola hacia aquellos rayos de luz que se entreveían en la superficie del lago se impulsó hasta salir.
Fue en ese momento donde Nesta Archeron se despertó empapada en sudor con un libro en la mano, jadeando, verdaderamente despeinada, a la sombra de uno de los árboles de Velaris ¿Era acaso parte del futuro? Ella no era vidente como su hermana, pero si podía encontrar cosas relacionadas con el Tesoro del Terror, y teniendo en cuenta que todavía quedaba uno por encontrar... ¿Sería en aquel lago donde lo encontraría?
Se pasó la mano por la frente, preocupada, arrastrando el sudor que le corría por el rostro, aquel estúpido sueño no era la primera vez que venía a ella.
La verdad es que arder intensamente entre llamas plateadas no era algo nuevo para Nesta Archeron, pero arder dentro de un sueño, tal vez sí lo era.
Nesta había caído en lo profundo de un lago, la armadura le había imposibilitado subir a la superficie así que su espalda tocó el fondo de aquel oscuro lugar.
Abrió los ojos bajo el agua y pudo ver leves rayos de luz atravesando la superficie, era hermoso, verdaderamente hermoso, era como captar una aurora boreal dentro del agua.
La alta fae sintió como sus pulmones comenzaban a quedarse sin aire y supo en aquel momento que iba a morir, que allí acababa todo, allí perecía la valkyria.
Los primeros pensamientos fueron sobre Cassian, luego Azriel y las Valkyrias, seguidamente vino la imagen del rostro de Elain junto a Nyx en el jardín, y por último Rhysand, Amren y Feyra.
La última bocanada de aire se escapó de su boca y todo se volvió negro y espeso, todo se apagó a su alrededor. La Alta fae abrazó aquel momento, lo hizo suyo, pues como dama de la muerte no le tenía miedo, sabía que no merecía que nadie llorase aquella pérdida, tampoco se perdía tanto ¿Verdad?
A sus espaldas retumbó una voz: "𝑇𝑜𝑚𝑎 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑡𝑢𝑦𝑜.", Nesta reconoció aquella voz que había estado en su mente desde la primera vez que se encontró cara a cara con él, Lanthys, era la maldita voz de Lanthys. "𝑇𝑜𝑚𝑎 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑡𝑢𝑦𝑜 𝑦 𝑐𝑎𝑏𝑎𝑙𝑔𝑎 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜 𝑎 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑐𝑒𝑟𝜄́𝑎 𝑠𝑎𝑙𝑣𝑎𝑗𝑒, 𝑏𝑟𝑢𝑗𝑎 𝑑𝑒 𝑂𝑜𝑟𝑖𝑑." Ordenaba aquella voz, y entonces sintió una mano en su cintura, otra en su hombro, como la mano de la cintura se deslizaba entre las cintas de su armadura de Valkyria, y como buscaba lo que había bajo aquellas telas, su piel.
Nesta se revolvió cerrando los ojos con fuerza y todo su cuerpo estalló en llamas plateadas alejando aquellas manos que la tocaban, alejando al agua, alejando a todo aquello que la molestaba. La mujer buscó desesperadamente en su cintura el mango de su fiel compañera, Ataraxia, su espada y alzándola hacia aquellos rayos de luz que se entreveían en la superficie del lago se impulsó hasta salir.
Fue en ese momento donde Nesta Archeron se despertó empapada en sudor con un libro en la mano, jadeando, verdaderamente despeinada, a la sombra de uno de los árboles de Velaris ¿Era acaso parte del futuro? Ella no era vidente como su hermana, pero si podía encontrar cosas relacionadas con el Tesoro del Terror, y teniendo en cuenta que todavía quedaba uno por encontrar... ¿Sería en aquel lago donde lo encontraría?
Se pasó la mano por la frente, preocupada, arrastrando el sudor que le corría por el rostro, aquel estúpido sueño no era la primera vez que venía a ella.
— 𝐒𝐭𝐚𝐫𝐭𝐞𝐫 𝐚𝐛𝐢𝐞𝐫𝐭𝐨
La verdad es que arder intensamente entre llamas plateadas no era algo nuevo para Nesta Archeron, pero arder dentro de un sueño, tal vez sí lo era.
Nesta había caído en lo profundo de un lago, la armadura le había imposibilitado subir a la superficie así que su espalda tocó el fondo de aquel oscuro lugar.
Abrió los ojos bajo el agua y pudo ver leves rayos de luz atravesando la superficie, era hermoso, verdaderamente hermoso, era como captar una aurora boreal dentro del agua.
La alta fae sintió como sus pulmones comenzaban a quedarse sin aire y supo en aquel momento que iba a morir, que allí acababa todo, allí perecía la valkyria.
Los primeros pensamientos fueron sobre Cassian, luego Azriel y las Valkyrias, seguidamente vino la imagen del rostro de Elain junto a Nyx en el jardín, y por último Rhysand, Amren y Feyra.
La última bocanada de aire se escapó de su boca y todo se volvió negro y espeso, todo se apagó a su alrededor. La Alta fae abrazó aquel momento, lo hizo suyo, pues como dama de la muerte no le tenía miedo, sabía que no merecía que nadie llorase aquella pérdida, tampoco se perdía tanto ¿Verdad?
A sus espaldas retumbó una voz: "𝑇𝑜𝑚𝑎 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑡𝑢𝑦𝑜.", Nesta reconoció aquella voz que había estado en su mente desde la primera vez que se encontró cara a cara con él, Lanthys, era la maldita voz de Lanthys. "𝑇𝑜𝑚𝑎 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑡𝑢𝑦𝑜 𝑦 𝑐𝑎𝑏𝑎𝑙𝑔𝑎 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜 𝑎 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑐𝑒𝑟𝜄́𝑎 𝑠𝑎𝑙𝑣𝑎𝑗𝑒, 𝑏𝑟𝑢𝑗𝑎 𝑑𝑒 𝑂𝑜𝑟𝑖𝑑." Ordenaba aquella voz, y entonces sintió una mano en su cintura, otra en su hombro, como la mano de la cintura se deslizaba entre las cintas de su armadura de Valkyria, y como buscaba lo que había bajo aquellas telas, su piel.
Nesta se revolvió cerrando los ojos con fuerza y todo su cuerpo estalló en llamas plateadas alejando aquellas manos que la tocaban, alejando al agua, alejando a todo aquello que la molestaba. La mujer buscó desesperadamente en su cintura el mango de su fiel compañera, Ataraxia, su espada y alzándola hacia aquellos rayos de luz que se entreveían en la superficie del lago se impulsó hasta salir.
Fue en ese momento donde Nesta Archeron se despertó empapada en sudor con un libro en la mano, jadeando, verdaderamente despeinada, a la sombra de uno de los árboles de Velaris ¿Era acaso parte del futuro? Ella no era vidente como su hermana, pero si podía encontrar cosas relacionadas con el Tesoro del Terror, y teniendo en cuenta que todavía quedaba uno por encontrar... ¿Sería en aquel lago donde lo encontraría?
Se pasó la mano por la frente, preocupada, arrastrando el sudor que le corría por el rostro, aquel estúpido sueño no era la primera vez que venía a ella.
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Individual
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Cualquier línea
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