-Eres una maravilla, se me ha pasado del todo.
-Siento mucho haberte asustado.
-Debes entender que has aparecido así, de la nada.
Jormun se levantó y se dirigió a buscar la trucha que había dejado en la orilla. La cogió, para empezar a limpiarla.
-Entiendo y lo siento mucho. Casi nadie pasa por aquí. Esto es muy solitario, al igual que yo- esto último lo dijo con amargura- Al menos, para compensar, te invito a comer esta delicia- y agitó divertido el pez.
-Será poco para los dos.
Me levanté y volví a mi puesto. Mi caña de pescar se hallaba abandonada a un lado, a causa de mi caída. Así que la recogí y me dispuse a pescar. Tras lanzar el sedal, miré de soslayo a Jormun. La verdad, en ese momento, no me había dado cuenta que mi corazón iba a mil.
-¿Vives cerca de aquí? - le pregunté al mismo tiempo, que mi mirada se concentró en el sedal.
-Bueno - comenzó a decir, haciendo aparecer una hoguera y poniendo la trucha al fuego- Estuve un tiempo viviendo en el océano, cuando me separaron de mi familia. Después, estuve por ahí y por allá. Desde hace un tiempo, creé una dimensión privada donde vivo muy tranquilo.
-¿Una dimensión privada?
-Si, un lugar al que llamar hogar - le dio la vuelta a la trucha - allí acogí a toda criatura perseguida por los midgadianos.
-¿Midgardianos? - pregunté extrañada - Apenas conozco vuestra cultura.
-Bueno, el mundo de los hombres, nosotros lo llamamos Midgard. Es uno de los nueve mundos.
-¡Oh! - en mi anzuelo picó un pez, cuando recogí el sedal, era una gran trucha- No está nada mal, es muy grande.
La trucha no paraba de moverse, así que la cogí como pude y la dejé en la orilla.
-No está mal-me dijo Jormun sonriente.
-No es tan grande como tu pieza, pero así está bien-en pocos minutos, la trucha ya estaba asándose al fuego. Explicame eso de los mundos.
Me estuvo contando su vida, sus padres y hermanos. Los nueve mundos; Asgard, Alfheim, Vanaheim, Niflheim, Midgard, Svartalfheim, Muspelheim, Hellheim y Jotunheim. Y yo le conté mi expulsión del Olimpo y de como fui yendo de un lado para otro en el mundo mortal.
-Es muy cruel lo que te hicieron, separate de tu familia -dije triste, sabía lo que era estar lejos de los tuyos por destierro.
-Tú lo sabes muy bien, a fin de cuentas, Asgard no es mi hogar, sino Jotunheim. Soy un gigante de escarcha, un jotun.
-He visto tu transformación, ¿puedes cambiar en otras formas?
-Pues claro y de altura- y aumentó de tamaño a una altura de unos diez metros- Los midgardianos me conocen como la serpiente del mundo.
-Ya me parecía a mi, que tu nombre me sonaba de algo - sonreí, alzando la vista - Un viejo marinero del norte de Germania me contó, hace unos siglos, que su abuelo materno vio una gran serpiente en el mar. Su abuelo era pescador. Por lo que veo, eras tú.
-Si, ese soy yo - contestó volviendo a un tamaño normal - Pero dejé el mar hace siglos, como ya te dije. Después, con apariencia humana, fui en busca de conocimiento por el mundo.
-Vaya, igual que yo, prácticamente.
Y ese fue nuestro primer encuentro, el primero de muchos otros. Pasamos un buen rato juntos, como los siguientes que tuvimos. Pero eso, será para otra ocasión.