En la orilla del lago su rostro sumergía, siendo casi que un ritual cotidiano para su comienzo de día, y entre tantos pensamientos y emociones que inundaban su ser, encontraba dicha en los recuerdos del ayer. De esa manera, casi sin saber, el refrejo de una pequeña sonrisa en su rostro se hacía ver, pues no importaba que tan mal le fuese, en algún lugar lejos de donde estaba, alguien en su hogar le esperaba.