En este oficio los despertares pueden ser totalmente diferentes unos de otros, en maneras positivas y en otras que pueden considerarse extremadamente deplorables. 

La desagradable sensación era una en extremo clara para el cuerpo; costillas magulladuras por una gran caída, brazos repletos de rasgaduras por las rocas afiladas por el desgaste, suerte suficiente para no caer sobre ningún objeto punzante o en una caída al vacío hacia la muerte. 

Un quejido claro resonó por la cueva suficientemente espaciosa para no sofocarla y darle espacio suficiente para no golpearse el cráneo al levantarse. No fue una de sus mejores caídas, era claro, pero al menos conservada todas sus extremidades pegadas al cuerpo junto con su alma que amenazaba con abandonarla si volvía a dejarse caer desde una altura semejante a la actual, en resumen, deseara no volver a entrar a ningún recoveco sin revisar los alrededores antes de buscar quien sabe que tanto sobre un viejo artilugio antiguo para abrir puertas a misteriosos tesoro de las tribus nativas americanas que, según los relatos, abrían el camino espiritual hacia lo divino. Un cuento que no poseía ni pies ni cabeza, conteniendo palabras que un simple científico podría pensar que es cierto, aunque los datos arqueológicos e históricos no lo favorecieran, lo que no impidió que la "cierta" organización se hiciera de armas para buscarlo con explosivos y brutalidad absoluta, dejando todo un caos a su paso. 

-Mierda 

Se quejo por lo bajo intentando ponerse de pie, con la cabeza retumbando con fuerza, desistió. Sabia que era una mala idea meterse en terrenos totalmente desconocidos sin un plan o contacto cercano que la apoyara, pero por mas ilógico que fuera, no pensaba dejar que grupos como es tomara el control de poderes inimaginables e intenciones egoístas. 

Un empujón fuerte hacia un costado y la mitad del trabajo estaba hecho, con el cuerpo torcido y la cabeza revuelta, se esforzó un poco mas para enderezarse y quedar arrodillada frente a la cueva medio iluminada por algún compuesto luminiscente del cual solo pensó que estaba alucinando. Analizo el entorno con los ojos medio cerrados para enfocar, medio rendida ante la clara respuesta, la luz amable que antes le guiaba entre los pasillos naturales de la roca estrecha se había vuelto inexistente, así como el calor tan agradable del Gran cañón para calentar su cuerpo. 

- Bien -Tirito abrazando su cuerpo para mantener el poco calor almacenable con sus ropas frescas.- Solo hay un camino.

La cueva no era un camino sin salida, una suerte muy difícil de no apreciar, pero no fácil de superar, cada uno de los pasillos eran mas confusos que los anteriores, con pequeños huecos engañosos que en mas de una ocasión la dejaron en caminos sin salida que la obligaban a volver, pasillos tan estrechos que aterrorizarían a mas de uno, con la oscuridad siendo una enemiga clara que la obligaba a moverse a ciegas a falta de una fuente de luz mas intensa que la de un poco y nada proporcionada por la cueva. 

Horas y horas de recorrido sin fin llegaron a su fin tras el pasadizo mas incomodo de todos; una caverna del doble de grande que todos los lugares anteriores, mucho mas abajo de lo que ya había llegado en su caída y extrañamente mas cálido que los pasillos anteriores, así como su forma nada natural entre un cuadrado perfecto y un ovalo tomando terreno en la cuatro paredes, sintiendo un poco de alivio que unos minutos atrás encontrara lo que fue una mochila de exploración con una linterna aun funcional y un cuchillo en buenas condiciones que, deseo, no fuera de alguna victima de una tragedia ahí dentro. 

Cuatro pilares de madera eran los que la esperaban al otro lado, demasiado altos, anchos o pesados para que manos humanas los colocaran en puntos estratégicos, formando una especie de altar similar a los encontrados en diversas culturas para venerar dioses o para enmarcar escrituras antiguas de gran importancia, un comportamiento bastante extraño para la cultura tan bien equilibradas con la naturaleza y su propio entendimiento del mundo careciendo de típicos tótems antiguos o pinturas representativas dadas por visiones atreves del peyote y sus creencias espirituales.

Ciervos, osos, águilas y un sin fin de otros animales representantes de lo espiritual, tallados y separados alrededor de los troncos hasta donde era posible ver con la escaza luz, quizás se tratara de jefes nativos o una comunidad en particular que grabo a su espíritu protector en el y brindarle sus respetos o por una razón mucho mas profunda considerando los viejos alimentos inexistentes que marcharon el suelo como última tarea como ofrenda. La piedra circundante parecía llevar mucho mas tiempo que la estructura en si, repleta de colores oxidados apenas visibles entre el moho y la humedad de la roca, dejando solo un par de dibujos burdamente pintados como referencia a una antigua civilización que vivía en algún lugar lo suficientemente cercano para poder visitarlo con frecuencia, aunque eso no era fácil de saber y mucho menos con tan poca información intacta y con tantos grupos nativos en el área. 

Lo mas intrigante se encontraba al fondo, sobre el altar extrañamente estructurado para llamar la atención con mascaras tribales hechas de madera finamente tallada colocadas con precisión a los costados de un marco de tela beige pintado a mano con tinta negra, y bien preservado para su sorpresa, dando el mayor respeto a lo que fuera que ahí se venerara. El lobo era el primer animal tallado a la izquierda, con filosos dientes en la cima de los tres de la derecha, protegiendo y liderando a la cabeza, seguido por debajo por un búho alerta con alas extendidas tras la cabeza alerta del peligro finalizando con un ciervo sin astas y con la mirada fija al frente con aspecto calmado. La fila de la derecha no dejaba que desear, con la mascara de un cuervo en la cima con el pico bien marcado y ojos amenazantes desde una perspectiva tan baja, mientras que el oso mas abajo parecía alzar la cabeza con altivez, por ultimo una pequeña nutria con rostro agradable pero indiferente si se prestaba demasiada atención y con tenue iluminacion, casi podía parecer que huiría a la primera oportunidad. Rastros de velas hechas a base de cera de abeja de procedencia desconocida y alimentos en las mismas condiciones que los anteriores, formando manchas tenebrosamente negras y algunas que juraría eran de sangre de algún animal o restos de algo similar. Ignorando completamente cualquier especulación se centro su principal enigma, la combinación asombrosa de textos antiguos de las que jamás escucho pudieran mezclarse, leyó o siquiera pensó que eran posibles de existir, un sin numero de runas antiguas mezcladas con marcas de rasgaduras que no daban pies ni cabeza a su lógica y quedando solo con una gran maraña de tonterías sin sentido formándose entre lo lógico y lo estúpido, dejándola únicamente con palabras claras en la base del texto escritas en lengua mucho mas clara y actualizada, escondiéndose tras una vasija que esclarecido su duda sobre ofrendas con órganos frescos que le revolvió el estomago al retirarlo sin derramar o exponer el contenido espeso. 

"Todos somos juzgados segun nuestra condición, de una u otra forma, siempre seremos parte de una de dos mitades; si te juzgan bien, seras bienvenido en la tierra sagrada, si te juzgan mal..." 

-Algo me dice que no quiero saber el resto. -Aparto la vista y analizo sus opciones, cada enigma que le diera respuestas.- Debe haber algo por aquí que pueda ayudarme.

 

Un enigma que le ponía los nervios de punta, aventurándola a trabajar bajo gran presión para encontrar la salida antes de quedarse sin energía, bajo la escaza luz, careciendo de alimentos, agua o cualquier rastro de oportunidades para salir de vuelta a la superficie.

 

** Algunos datos pueden resultar imprecisos o claros, tratado de manera respetuosa y con fines creativos. **