Antes que nada, no voy a explayar mucho a cerca de la personalidad ni del aspecto por que en definitiva es Adán, lo único que cambia es su historia y el modo de relacionarse con los demás. Así que iremos directamente a lo que importa:

 

La historia:

 

Todo el mundo conoce la historia de Adán, el primer hombre. O al menos, una de ellas. Pues en uno de los muchos multiversos, las cosas fueron un poco diferentes…

 

—¿Y por que tengo que ir yo a cazar o matar el ganado? Vale, a mi también me encantan las costillas, pero puedo vivir sin ellas si eso significa matar a un animal que he estado criando ¡¿Te haces una idea de a cuantas escalas eso sería una traición?!—se quejó Adán, revolviéndose el cabello, observando a Porky, el cerdo que estuvo criando durante años.

 

—Te dije que no le pusieras nombre…—protestó Lilith resoplando y masajeándose las sienes.

 

—¿Como iba a saber que le estoy hablando si no?¡Oye! Tengo una idea, si tantas ganas tienes de carne, dedícate tu a matar y destripar y todas esas cosas desagradables y déjame a mi él cultivar y recolectar. —

 

—Tu eres el hombre, es cosa tuya. —

 

—¿¡Perdona!?¿No se suponía que somos iguales? Y tampoco te estoy diciendo que vaya a rascarme los huevos, sencillamente… no quiero matar animales. -confesó con indignación. Haciendo que la primera mujer pusiera los brazos en jarra

 

—¡Pero bien que los cuidas y atiendes!—

 

—Por que una cosa es cuidarlos, alimentarlos, disfrutar de su compañía. Otra muy diferente matarlos… Ya te lo he dicho, puedo vivir sin probar la carne, ya nos dan huevos y leche ¿por que debería hacerles daño?—

 

—¿Por que no dejas de preguntar? Y sencillamente lo haces—insistió la rubia, quien se notaba que se sentía muy superior a su compañero, quien sentía una genuina curiosidad por todo y por ello siempre andaba haciéndose preguntas.

 

—¿Por que no? Quiero decir, simplemente nos han puesto aquí si lo piensas… ¿Por que debo matar animales? Si se supone que matar es pecado ¿Por que tengo que obedecer a todo lo que tú pidas cuando se supone que somos iguales? O directamente ¡¿Por que tenemos que estar juntos?! vamos, es más que obvio que no encajamos. —resaltó lo evidente, señalando a uno y a otro, Lilith se palmeó la cara de nuevo

 

—Por que en el Edén no hay nadie más, Adán—masculló entre dientes, ya carente de toda paciencia. El mencionado por el contrario se encogió de hombros

 

—Eso tú no lo sabes. Si no ¿De donde venimos? O si de verdad aquí no hay nadie ¿Y si nos vamos? Tal vez allá fuera las cosas sean diferentes. —expresó una idea que ya llevaba tiempo rondándole la cabeza. En ese momento la rubia estalló

 

—¡Por Dios bendito!¡Ya lo hago yo!—exclamó, arrebatándole el hacha de la mano y yendo hacia el pobre cerdo, con el que no tuvo puedas y mató de un golpe seco. Dejándole al primer hombre, más que claro, que con alguien tan frío y que se preguntaba tan poco no quería.

 

—Creo que… Creo que quizá será mejor que me marche a otro lado del Edén. —

 

—Solo era un maldito cerdo. Adán, para eso estaba, para comerlo ¿De verdad vas a dejarme por eso?—

 

—Se llamaba Porky. Y no es el cerdo, es todo. Ya te lo he dicho, es más que evidente que no encajamos, niégamelo si no. Es sencillo,ni yo te caigo bien ni tú a mi ¿No sería mejor estar solos? —

 

—Haz lo que quieras…—sentenció ella, pensando que, como todo se le acabaría pasando.

 

Solo que en esa ocasión no fue así. Adán siguió teniendo curiosidad por todo a su alrededor, exploró en su totalidad los jardines del Edén, conoció al resto de ángeles, entablando en especial amistad con Lucifer, con quien no solo compartió inquietudes si no que el propio arcángel le enseñó cómo usar algo de magia en sus aventuras por el lugar. Y aunque de vez en cuando visitaba a Lilith para ver si está estaba bien, tenía claro que era mucho más feliz sin ella. Incluso se alegró con sinceridad cuando está comenzó una relación amorosa con Lucifer. Momento a partir del cual comenzaron a llevarse bien ambos humanos.

 

Hasta que un día, Lilith le habló a Adán de un diamante negro capaz de abrir dimensiones, portales a otros mundos y que ofrecía la libertad de viajar a donde uno quisiera. Por supuesto, la rubia se le propuso robarlo para compartir su poder. Y Adán quien a pesar  de que tenía sed de más aventuras y descubrimientos, al principio se negó. Al menos, hasta que escuchó a unos arcángeles hablar entre ellos y descubrir que, precisamente por su valor y poder, pretendían convertirlo en el líder de los Angeles exterminadores al morir. Destino que desde luego, le provocó rechazo desde el segundo número uno, pues sabía que significaba renunciar a su libertad y si bien, más tarde crearon a Eva para él y fue feliz teniendo una gran familia y asentando las bases de la humanidad, siempre siguió siendo él mismo pero con una compañera de aventuras. Pero si acababa al mando de aquel escuadrón… Dejaría de poder seguir haciendo cuanto su corazón dictase, y aún peor… debería matar a sus descendientes que no se habían amoldado a las normas y por ende acabaron en el infierno. Algo que no iba a aceptar de ningún modo, por lo que… Si, vivió el resto de su vida fingiendo que no sabía nada, incluso cuando Lilith y Lucifer fueron desterrados. Pero, llegado el momento, una vez muerto y con sus alas, no dudó en ayudar a Lilith a entrar en el cielo, solo para robar juntos el diamante negro.

 

Sin saber las auténticas intenciones de Lilith. Por suerte, él la conocía de sobras y ya se imaginaba algún tipo de traición, por lo que se le adelantó y fue él quien la dejó plantada y huyendo a otra dimensión. Desde entonces, Adán es considerado un criminal en el cielo, y si, algunos ángeles y arcángeles lo persiguen a través de las dimensiones pero,  o ha dejado de vivir aventuras, haciéndose con artilugios y reliquias para sumar nuevos poderes a su repertorio para asegurar su victoria en caso de ser encontrado.

 

¿El problema? Muchos de los objetos de los que ha extraído el poder conllevaban consigo maldiciones, y entre las secuelas está el hecho de que parte de sus recuerdos son borrados. Por lo que no recuerda a Eva, ni el intento de traición de Lilith, tampoco a las huestes del cielo. Para él simplemente son ángeles que le persiguen por “algún motivo”.